THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

miércoles, 9 de junio de 2010

AVENTURA AMERICANA: Camino de Monument Valley (II).- De Dolores al Gran Cañón del Colorado

Después de haber pernoctado en Dolores, la ruta hacia el Gran Cañón del Colorado discurrió todavía por el estado del mismo nombre, a través de la carretera 145 y la 160, atravesando Cortez hasta alcanzar el punto llamada The Four Corners (Las cuatro esquinas), a unos 80 kilómetros. Se entra en primer lugar en el estado de New México para hacerlo a los pocos kilómetros en el de Arizona, pasando por el Monumento a esas cuatro esquinas, del que recojo la información que aparece en Wikipedia:
“El monumento de las Cuatro Esquinas (en inglés, Four Corners Monument), es un pequeño monumento del sudeste de los Estados Unidos, localizado en tierras indias de los navajos y utes (estos últimos tienen una reserva en el límite de Colorado), que marca la localización geográfica del punto de unión cuádruplo de los estados de Arizona, Colorado, Nuevo México y Utah.
Está situado en la meseta de Colorado, al oeste de la ruta 160. El punto fue designado originariamente por el Congreso, pero un error provocado por una primera mala medición lo emplazó geográficamente en mal lugar. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos determinó más adelante que esa localización había llegado a ser tan reconocida que debía ser considerada oficialmente como el límite real entre los cuatro estados.
No sólo es el punto de intersección perpendicular de las cuatro esquinas, sino que además es el único punto cuádruple en Estados Unidos entre estados, y por eso a la región se le llama la región de las Cuatro Esquinas. El punto se localiza en una reserva india de los ute en Colorado. La señal es controlada por Parques de la Nación de Navajos (Navajo Nation Parks) y el departamento de Reconstrucción y es una atracción turística popular, a pesar de lo remoto de su posición. Para ver y tomar unas fotografías en el monumento se debe pagar por persona una tarifa de 3$, para mantener los permisos que el monumento conlleva.
Alrededor del monumento, los artesanos locales navajos y utes venden recuerdos y alimentos. La posición del punto fue descubierta inicialmente en 1868 y fue señalada con un pedestal de piedra arenisca. Posteriormente, en 1912, se colocó el primer marcador permanente, que fue sustituido en 1992 por un pedestal de granito en el que encaja un disco de bronce circular alrededor del punto, que está rodeado por los escudos y banderas de los estados que colindan allí.”

El monumento The Four Corners en sí no presenta ningún especial atractivo, aunque para los norteamericanos, tan poco dados a salir de su propio estado, y tan necesitados de símbolos, resulta muy interesante situarse encima de la placa que reproduce en forma de cruz la intersección en ángulo recto de los cuatro estados, y hacer infinidad de fotos. ¡Patriotas que son ellos! (¿También respetando a los indios?)
Alrededor del monumento hay un montón de tiendecitas de souvenirs, casi todas regentadas por personas de etnia india, aunque llama la atención grandemente que su cara y piel cobriza esté rodeada de ropa tan genuinamente americana como jeans y camisas coloristas a lo occidental.
Y también llama la atención que en esas tierras que fueron mucho tiempo exclusivamente indias y que estuvieron pobladas de habitáculos en forma de tiendas nativas, ahora se establezcan caravanas-vivienda rodantes que abren uno de sus costados para servir de expositor, y que la mayor parte de los souvenirs se vendan mediante tarjetas de crédito, según anuncian los reclamos. ¡Los indios, antaño viviendo entre señales de humo, ahora cobrando con terminales inalámbricas para tarjetas de crédito!

Sobrepasado el punto de los Four Corners, la carretera 160 se adentra en unas tierras absolutamente áridas y pedregosas, que apenas tienen secos arbustos, y la ruta aparece como un interminable camino a través de un auténtico desierto, en el que, a veces, aparece una rudimentaria construcción, casi siempre de madera, en la que hay un bar o algo similar y en su derredor, a veces, unas tiendecitas de recuerdos, todo ello con los indios regentándolo.
(En cualquier lugar, pequeña tienda india)
No nos fue posible a los viajeros evitar el comentario de que la masacre india debió de haber sido muy dura, ya que los indios actuales eran tan “genuinamente americanos” como el resto de la población “rostro pálido” estadounidense, aunque rehuían cualquier conversación o comentario que no fuera acerca de la compra de sus pequeñas mercancías. Solamente algunos indicadores de carretera anunciaban “reserva india” y se vislumbraba un camino de tierra perdiéndose en la lejanía hasta llegar a núcleos diseminados de construcciones que parecían de madera. Inclusive nos cruzamos con un coche de policía que indicaba “Policía de la reserva india”. El conductor era indio, lógicamente…

¿En qué había terminado la gente que lideró Jerónimo? 
¡Cuántas y cuántas cabalgadas y correrías se habrían producido en el pasado en estas desérticas tierras que estábamos recorriendo!
Aunque el calor era mucho (sobre 40 grados, mitigados por el aire acondicionado del Pontiac Gran AM automático en el que nos desplazábamos), a todos nos embargaba la emoción de estar recorriendo estos lugares y reviviendo de esta forma tantas y tantas leyendas y hechos históricos

Venta de recuerdos por los navajos
Tras unos 300 kms. por la ruta 160, desierto y desierto, reservas indias a lo lejos, a la derecha se medio vislumbraron las imponentes rocas (arrecifes que dicen los lugareños) del Monument Valley, que soslayamos para adentrarnos en la carretera 89, la Navajo Trl, que nos llevó hasta la 180-64, la Navahopi Rd., por la que recorrimos unos 120 kms. Para adentrarnos en el Kaibab National Forest, antesala del Grand Canyon National Park, hasta arribar hasta el Grand Canyon village, el núcleo de población surgido alrededor de la explotación turística del Gran Cañón del río Colorado, con anuncios de excursiones en burro y en mula hasta el fondo del cañón, viajes en kayak por el río, itinerarios en avioneta y en helicóptero por el interior del gran cañón...Y venta de todo o casi todo.
Nos decidimos por acudir al centro de visitantes, muy bien montado, como casi todos los de EE.UU., en el que estudiamos posibles puntos a visitar.
Realmente, en cada rincón se nos presentaba el Gran Cañón con sus caprichosas formas rocosas, sus tornasolados colores, y al fondo la corriente de agua, dibujandose en tono plateado, que viniendo desde las Montañas Rocosas, el origen de nuestro viaje, había sido por su erosión la causa de esta maravilla natural.
...
Antes de proseguir, son convenientes unas notas sobre el Gran Cañón, extraídas de Wikipedia:
“El Gran Cañón (the Grand Canyon) es una vistosa y escarpada garganta excavada por el río Colorado en el norte de Arizona, Estados Unidos. El Cañón está considerado como una de las maravillas naturales del mundo y está situado en su mayor parte dentro del Parque Nacional del Gran Cañón (uno de los primeros Parques Naturales de los Estados Unidos). El presidente Theodore Roosevelt fue el mayor promotor del área del Gran Cañón, visitándolo en numerosas ocasiones para cazar pumas o para gozar del impresionante paisaje.
El cañón fue creado por el río Colorado, cuyo cauce socavó el terreno durante millones de años. Tiene unos 350 km de longitud, cuenta con cordilleras de entre 6 a 29 km de anchura y alcanza profundidades de más de 1.600 m. Cerca de 2.000 millones de años de la historia de la tierra han quedado expuestos mientras el río Colorado y sus tributarios o afluentes cortaban capa tras capa de sedimento al mismo tiempo que la meseta del Colorado se elevaba.
Geografía
El Gran Cañón es muy profundo, en algunos lugares supera el kilómetro y medio de profundidad, con 446 kilómetros de longitud corta la meseta del Colorado sacando a la luz estratos paleozoicos. Los estratos aparecen gradualmente desde Lee's Ferry (punto oficial de comienzo del Gran Cañón) hasta Phantom Ranch. El cañón termina en la zona donde el río cruza el Grand Wash Fault (cerca del lago Mead).
La orogén
esis, provocada por las placas tectónicas, causó el nacimiento de las montañas Rocosas así como la formación de la meseta del Colorado elevando varios kilómetros las diversas capas de sedimentos. La mayor elevación ha dado lugar a mayores precipitaciones en la cuenca de drenaje del río Colorado, pero no lo suficiente como para que el Gran Cañón deje de ser una zona semiárida.
La elevación de la meseta del Colorado es desigual, como resultado el borde norte (North Rim) del Gran Cañón está situado 300 metros por encima del borde sur (South Rim). El hecho de que el río Colorado discurra más cerca del South Rim se explica debido a esta elevación asimétrica. Casi toda la escorrentía desde la meseta detrás del borde norte (el cual recoge más lluvia y nieve) discurre hacia el Gran Cañón, mientras que la mayor parte de la escorrentía sobre la meseta detrás del borde sur discurre lejos del Cañón (siguiendo la inclinación predominante). El resultado es una mayor erosión y por lo tanto un mayor ensanchamiento del cañón y los cañones tributarios situados al norte del río Colorado.
Las temperaturas en el North Rim son generalmente menores que en el South Rim debido a la mayor elevación (2.483 m sobre el nivel del mar). Las grandes nevadas son comunes durante los meses de invierno. El borde sur tiene mejores servicios para el turismo, y las vistas panorámicas que hacen famoso al Gran Cañón.
La cultura del desierto
Poco se sabe acerca de los pueblos que vivieron en el oeste de Norteamérica entre hace 9.000 y 3.000 años. Los primeros signos de vida humana en el Gran Cañón pertenecen a esa época, las dataciones mediante Carbono-14 de pequeñas ramas de sauce representando animales establecen que los restos encontrados son anteriores a 3.000 años. Las culturas del desierto eran cazadores y recolectores. Los primeros europeos que encontraron evidencias de estas actividades fueron Frazier, Eddy y Hatch en una expedición en 1934.
Los pueblos ancestrales o Anasazi
La ocupación de los pueblos ancestrales en el Gran Cañón se produjo principalmente en Cañón Nankoweap, el Delta Unkar y el Bright Angel Site. Los Haskiri fueron el último pueblo indigena en salir de allí.
La exploración española
Descubierto por la expedición de Francisco Vázquez de Coronado, el primer europeo que contempló el Gran Cañón del Colorado fue García López de Cárdenas en 1540, quien al mando de un puñado de hombres partió desde la población indígena que los españoles llamaron Quivira, pueblo habitado por los indios Zuñi y supuestamente una de las siete ciudades de oro del reino de Cíbola, pueblo del cual actualmente se ignora su ubicación ya que los historiadores difieren sobre ello; algunos ubican Quivira en Nuevo México en tanto otros piensan que estaba en Kansas. No debemos confundirnos con una población ubicada en Nuevo México que expedicionarios españoles llamaron alrededor del año 1600 Pueblo de las Humanas y posteriormente fue conocido como Gran Quivira.
En Quivira se encontraba parte de la expedición comandada por Vázquez de Coronado con treinta hombres y se comisionó a García López junto con un puñado de hombres para encontrar un río del cual los indios Hopi les habían hablado, para lo que se le concedieron 80 días para que fuera y regresara.
Después de 20 días de viaje exploratorio encontraron el Gran Cañón del Colorado, sin embargo no pudieron bajar hasta el río para abastecerse de agua y después de varios intentos para descender empezaron a tener problemas de agua para beber, por lo cual decidieron regresar.
Días después sería Fernando de Alarcón (quien participaba en el viaje de exploración pero por vía marítima) el primer europeo en tocar y navegar las aguas del Río Colorado, pero a cientos de kilómetros del Gran Cañón. Es necesario resaltar que quien descubrió el Río Colorado fue Francisco de Ulloa el 28 de septiembre de 1539 quien tomó posesión de la desembocadura del río (la nombró Ancón de San Andrés), en beneficio de la corona española, sin navegar aguas arriba como lo hizo Fernando de Alarcón.
La exploración estadounidense
La primera expedición científica fue liderada por el comandante del ejército de los Estados Unidos John Wesley Powell en 1869. Powell se refirió a la roca sedimentaria encontrada en el cañón como "las hojas de un gran libro de historia".
Actividades
Aparte de la visita turística ocasional al borde sur con sus 2.134 metros sobre el nivel del mar, el rafting o descenso de ríos y el excursionismo son actividades especialmente populares. El fondo del valle es accesible caminando, en mula o en barca descendiendo desde la parte superior del río. Los funcionarios del parque no aconsejan realizar en un solo día la excursión de descender al cauce del río y volver a subir debido a la distancia, el esfuerzo requerido y el peligro de agotamiento por calor por las altas temperaturas que se alcanzan en el fondo. Incluso las excursiones por el borde deben hacerse con cuidado en ciertos puntos; con frecuencia hay señales de peligro a lo largo de las pistas que recorren los bordes del cañón.
Existen empresas que organizan descensos en rafting del río, generalmente en barcas para 15 perso
nas equipadas con motor fueraborda, suelen partir de Lee's Ferry y llegan hasta Diamond Creek durando el viaje unos 6 días. Las barcas equipadas únicamente con remos suelen tardar unas 2 semanas en completar el viaje. También existen empresas que organizan excursiones para turistas en helicóptero al Gran Cañón.
Generalidades
Altitud: el Río Colorado corre a 2.210 m abajo del borde o ribera sur.
El borde norte alcanza 2.422 m de altura.
Ancho: La distancia entre las riberas o bordes norte y sur oscila entre los 16 a 29 km según el punto del que se mida la distancia.
Altura máxima de garganta: 1.470 m
De la entrada este a la salida oeste el Gran Cañón mide alrededor de 350kms.”

Y como nuestra expedición ya se encontraba en los bordes del Gran Cañón, decidimos asomarnos a todos los miradores (hay muchísimos) y agotar nuestros carretes de fotos –al tiempo de nuestra visita no contábamos con las ventajas de las cámaras digitales, apenas difundidas- descender un poco por los senderos que se dirigían al río; visionar las películas que se ofrecían sobre el Gran Cañón, en una palabra, saber todo lo más posible, pero sin llegar hasta el río, porque no había tiempo, ni calzabamos adecuadamente para esa excusión y porque los precios de los vuelos por el Cañón eran tan caros que nos preguntamos si en ellos se comprendía la compra del avión o del helicóptero.
Iba cayendo la tarde y los coloridos estaban cambiando de manera extasiante, envolviéndonos a todos en un aura de embeleso por tanta belleza.
La pena fue que la tarde iba expirando y aún teníamos que hallar un alojamiento en el que pernoctar, lo que no se presentaba fácil, porque en el camino de venida habíamos visto solo uno o dos moteles.
Así que emprendimos la marcha pasadas las siete de la tarde, retornando por la misma ruta, la 160 en dirección a la 163.
Antes de Kayenta, en la que se halla el enlace con la 163, hallamos un motel indio al que entramos con tanta curiosidad como hambre y cansancio, y allí tomamos habitaciones –en medio del desierto— gracias a la amabilidad de la familia india (navajos) que nos atendió.
En el siguiente capítulo escribiré sobre la experiencia que supuso la pernocta en este motel indio y regentado por indios.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA