THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

sábado, 29 de septiembre de 2018

Periplo estival 2018.- Del Mediterráneo al Estrecho de Malaca.-VIVENCIAS EN MALASIA Y SINGAPUR (11-3)



XIII.- LOS MANGLARES Y EL MAR DE LANGKAWI (11-3)
Asentado en un entorno escarpado, casi mágico, de salientes de piedra caliza que emergen abruptamente del tranquilo mar de Andamán, el manglar de Langkawi es una verdadera red intrincada de corrientes y grutas ocultas que alberga cientos de especies de fauna y flora endémicas de la jungla.
Entre estas, las más interesantes son el milano brahmánico y las enormes águilas pescadoras que anidan en los altos riscos. Una de las mejores maneras de descubrir este mundo de manglares al que no se puede acceder normalmente es apuntarse a los paseos regulares en bote que hay a su disposición.
El momento más interesante en cualquier excursión por los manglares es
cuando se da de comer a las águilas. El barquero lanzará comida al agua cerca del bote y esperará a que estos enormes pájaros den vueltas sobre sus cabezas y desciendan en picado para comer.
Las excursiones por los manglares pueden incluir rutas de senderismo por la jungla, exploración de cuevas, visitas al pueblo, chapuzones cuando la marea está alta y exploraciones guiadas de la flora y fauna del manglar. Decida qué ruta se ajusta mejor a usted antes de hacer la reserva. 
El embarcadero para iniciar esta excursión está a solo 15 minutos al norte de la ciudad de Kuah. 
(De informaciones turísticas de Malasia)
El manglar es un área biótica o bioma, formada por árboles muy tolerantes a las sales existentes en la zona intermareal cercana a la desembocadura de cursos de agua dulce en latitudes tropicales y subtropicales. Así, entre las áreas con manglares se incluyen estuarios y zonas costeras. Tienen una gran diversidad biológica con alta productividad, encontrándose muchas especies de aves como de peces, crustáceos, moluscos y otras. 
Su nombre deriva de los árboles que los forman, los mangles, el vocablo mangle (de donde se deriva mangrove en alemán, francés e inglés) proviene de una voz caribe o arahuaca, quizá guaraní y significa árbol retorcido

Normalmente se dan como barrera debido a motivos de desarrollo, cuando la costa ha sufrido una rápida erosión. También sirven de hábitat para numerosas especies y proporcionan una protección natural contra fuertes vientos, olas producidas por huracanes e incluso por maremotos
Los manglares son biotopos (conjuntos de hábitat) tropicales y subtropicales, hábitats anfibios (con características acuáticas y terrestres), localizados en la zona intermareal (entre pleamar y bajamar), de costas protegidas o poco expuestas -golfos y ensenadas, bayous, marismas y estuarios o desembocaduras de ríos- con fondos blandos (de arenas, limos o arcillas, nunca rocosos) y que reciben periódicamente agua dulce por escurrimiento. Los manglares están caracterizados por la

predominancia, en un sitio dado, de unas pocas
especies de una cohorte de 20 géneros y 54 especies de árboles (mangles) pertenecientes a muy diversas familias (16), a las cuales se asocian muchas otras especies de plantas herbáceas y leñosas; todas ellas poseen en común la propiedad de tolerar condiciones extremas de salinidad y bajas tensiones de oxígeno en aguas y suelo, para lo cual han evolucionado adaptaciones especiales fisiológicas o anatómicas. 
Los manglares desempeñan una función primordial en la protección de las costas contra la erosión eólica y del oleaje. Poseen una alta productividad, alojan gran cantidad de organismos acuáticos, anfibios y terrestres; son motores generadores de vida, como hábitat de los estadios juveniles de cientos de especies de peces, moluscos y crustáceos. También son el hábitat temporal de muchas especies de aves migratorias septentrionales y meridionales. 
(De Wikipedia y otras fuentes)


El  segundo día completo de nuestra estancia  en Langkawi decidimos realizar la excursión por los manglares y playas del norte de la isla, y, por medio de un buen servicio que se ofrecía en nuestro hotel Adya, reservamos para la visita a la zona del Klim Karst Geoforest Park, en torno a río Klim y cerca del Langkawi Nature Park. 
La excursión era a un precio razonable (comida ligera incluida), y al filo de las nueve y media de la mañana un microbús nos recogió en el hotel y junto con otras personas nos llevó hasta las cercanías de Pulau (isla) Anak Kula, donde una buena organización nos fue distribuyendo entre las muchas barcas (más bien lanchas rápidas con toldillo protector) que había en el amplio embarcadero. 
Al poco de salir, la barca tomó una considerable velocidad de navegación hasta
detenerse en el centro del río, donde el guía, simpático, educado y en un inglés más que correcto, nos fue explicando los propósitos de la excursión, con las recomendaciones de rigor, como no desposeernos de los chalecos salvavidas y permanecer sentados y agarrados a los puntos de sujeción, cuando la lancha navegase (e iba a hacerlo a gran velocidad). Recorriendo el río llegamos hasta mar abierto, en un punto en el que había jóvenes practicando el snorkel y en el que nos deleitamos echando trozos de pan a los miles de coloristas peces que por allí nadaban.


Hasta hubo algunos que se lanzaron al agua para tomar un baño, y dijeron que el agua estaba demasiado caliente. 

Concluida esta primera aventura, y cuando ya vislumbramos las blancas arenas de las playas cercanas, la nave se desplazó a mucha velocidad bordeando la costa, para adentrarse por el río y seguir mostrándonos las bellezas de los manglares, llegando a un punto en el que se aproximó tanto a una zona en la que había centenares de monos, que varios de estos saltaron a nuestra barca, con gran susto para bastantes viajeros, y se pasearon por toda la canoa, hasta que les dimos en nuestra propia mano unos cacahuetes sin pelar y que los macacos cogieron cuidadosamente con su manecitas de la palma de nuestra mano, los pelaron con los dientes y los engulleron. Experiencia única y para recordar.

Pero el tiempo quería recordarnos que estábamos en Malasia y que las lluvias en toda ella, y más en esta zona tropical, era muy habituales, por lo que comenzó a caer una buena agua, y la lancha se aproximó a una zona de servicios, con piscifactoría (mil variedades de peces de toda clase), servicios y restaurante, en el que nos sirvió una frugal comida, con una ensalada de la zona, arroz algo picante con pescado y ensalada de frutas, más un zumo. Lo engullimos de mil amores. 
Y siguió la excursión, recorriendo los meandros del río Klim, y deteniéndose
para contemplar el vuelo de las águilas sobre nuestras cabezas. en preciosa visión.

Seguidamente nos dirigimos a la Cave ot Bats, en la que, alumbrándonos con linternas y en el más absoluto silencio, pudimos ver cientos o miles de murciélagos colgados del techo, lo que a más de una de las mujeres de la expedición creó algún o bastante desasosiego. Todo ello con la salida por pasarelas al manglar y a la tupida jungla. 
Regresamos por el río otra vez a la mar abierta y zona de las playas blancas, en la que se pudo tomar el baño, en medio de un sol inmisericorde y una arena que ardía. Buena ocasión para refrescarnos sorbiendo el delicioso jugo de un coco.
Con los guías al terminar la excursión
Allí acabó la excursión y unas furgonetas nos devolvieron al hotel hacia media tarde, a tiempo de darnos una buena ducha y descansar, además de entretenernos viendo cómo la seguridad y la policía custodiaban el establecimiento, por la estancia del ministro malayo, que supimos después era el equivalente a ministro del interior.
Para rematar la jornada, las mujeres de nuestro grupo quisieron ir al mercado de noche (night market), no muy lejano, pero en el que comprobamos que se vendía comida muy popular,  casi toda muy picante, así que casi ni cenamos.
Pero después del maravilloso día de excursión por los manglares, lo que el
cuerpo nos demandaba era acogernos a la cómoda cama, a pesar de que al alba volvería a sonar la oración del muecín desde la mezquita.
Malasia, y Langkawi en especial, nos estaba cautivando.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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