THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

martes, 18 de abril de 2017

Pascua 2017 en Ucrania (III): La celebración popular con los Pysanky

La tradición ucraniana de decorar los huevos para la celebración de la Pascua alcanza su mayor y más genuina expresión con la pintura y el adorno de huevos grandes (suelen ser de avestruz) y de madera, los llamados Pysanky.
En este cometido hecho arte es una auténtica pionera y maestra mi apreciada y nunca bien ponderada amiga, la Dra. Cristina Serediak, quien, no obstante residir en la Argentina, hace gala de su patriotismo ucraniano, pues sus orígenes y ancestros fueron del país del Dniéper.
Y la Dra. Serediak se ha convertido en paradigma para la elaboración de esos huevos decorados, los Pysanky, que imitan muchos ucranianos por todo el mundo (la diáspora ucraniana es sobresaliente), y hasta ha publicado un interesante libro, que es fundamental para el conocimiento de esta tradición.
Pues bien, el segundo día de Pascua decidió nuestra familia desplazarse hasta Kiev, puesto que en la gran explanada entre las catedrales de San Myhail y Santa Sofía, se había implantado más de un centenar de huevos decorados, con mención de sus autores.
La zona estaba concurridísima de familias con los pequeños y no tan pequeños, que iban visionando y repasando los bellísimos huevos decorados, al tempo que los menudos gozaban de las atracciones de feria propias para ellos.
Con el fondo de la Myhhayliski Sobor (Catedral de San Miguel) y de la Sofyivsky Sobor (Catedral de Santa Sofia, del siglo XI), la gran plaza que adornan las esculturas de la princesa Olga, flanqueada por los Santos Andrés y Cirilo, de una parte; y el monumento ecuestre al renombrado guerrero Bogdan Khmelnitskyi, era un fluir de visitantes, entre los cuales sobresalían esos preciosos huevos.
Estando por allí con nuestra nieta Milana, se unió a nosotros Alexis (Alosha), nuestro nieto mayor en Ucrania, con su preciosa novia, Alla, que nos brindaron un nuevo aire de juventud y frescura, y con quienes paseó toda la familia hasta que decidimos tomar algo y nos adentramos en un nuevo Croissant bar, en el que degustamos variados y sabrosos croissants, guarnecidos de dulces o salados complementos.
La tarde derivaba a algo fresquita (unos 5 grados), por lo que optamos por retirranos y volver a nuestro refugio de Vyshgorod, tras otra entrañable y deliciosa jornada ucraniana.
Y seguía la Pascua, porque concretamos para el siguiente día comer todos juntos una paella valenciana (en la medida de lo posible, dependiendo de los ingredientes que se hallaran en las tiendas), cuya comida, como no podía ser menos, correspondería preparar al más valenciano de la familia, que ya puede suponerse quién es.
Del resultado de esa paella con pollo y verduras ucranianas, y con agua del Dniéper, ya habrá cumplida crónica.
Esperemos que sea buena...
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

Pascua 2017 en Ucrania (II): El Día Grande y su celebración entrañable con familia y amigos

La Pascua, en general, y el primer día de esta celebración en particular, son de especial e intensa conmemoración en Ucrania.
La noche previa las gentes acuden a las iglesias de todos los credos y religiones y llevan consigo las cestas con los dulces llamados Paska (parecidos a los panquemados españoles) más frutas y otros condumios, que son bendecidos por el sacerdote, y
tras una breve oración en el interior de la iglesia, se regresa a casa, para desayunar esos alimentos ya bendecidos.
Por nuestra parte renunciamos en esta ocasión acudir en la vigilia a la iglesia porque arrastrábamos la noche de sueño incompleto con motivo de nuestro vuelo de venida, pero no nos sustrajimos a la
invitación (ya hábito y tradición) que nos había hecho nuestra "magna mater", la Dra, Ludmila, para acudir a su precioso chalet cercano a los lagos de Osokorky, en la  zona al oeste de la ciudad de Kiev, y en el que los últimos años habíamos compartido mesa y amistad con sus dueños, familiares y amigos.
En esta ocasión acudimos con nuestro hijo y su esposa, y la pequeñita Milana, recogiendo en el camino a la Dra. Elena Bratus, otra gran amiga, con quien tantos y tan buenos ratos tenemos compartidos.
Era más o menos la una de la tarde cuando arribamos al chalet, en el que ya nos esperaban la Dra. Ludmila, su esposo, el ilustre Dr. Dimitrij Stetchenko, y su hijo Sasha con su esposa, Elena.
En el amplio salón, que calentaba una chimenea con potente fuego (no se olvide que la temperatura exterior rondaba los diez grados centígrados), ya
estaba dispuesta una gran mesa repleta de manjares tradicionales, con los huevos cocidos decorados, la charcutería típica ucraniana, ensaladas de la región, fuentes de pescado y carne, un montón de botellas de vino, vodka, zumos, coñac y demás; y una buena batería de vasos y copas, para las distintas bebidas.
Pronto nos acomodamos los comensales, y la anfitriona nos aportó una especia de arroz que hemos dado en titular "paella ucraniana", con sabor a pescado y marisco.
Mientras corría el vino y el vodka, fuimos degustando con placer los platos ofrecidos, siempre entreverados con los brindis tradicionales, por los reunidos, por las familias, por las mujeres presentes, por la paz, por el
bienestar y una serie interminable de motivos, que debían terminar (no aconteció en este caso) con el brindis por el caballo (na koñak) por el caballo...que tiraría del carro hasta nuestra casa cuando ya los efectos del etílico no nos hicieran aptos para guiar.
A los postres, abundantes frutas, incluidas piña tropical y naranjas (no españolas, desde luego), más ese dulce que nunca falta, la Paska, siempre tan bien decorada, que en este caso se acompañó de otro dulce aportado por la Dra. Elena, y que había mandado desde Italia su hija Masha, que reside con su esposo en el país transalpino.
Hubo un buen paseo por los alrededores, para tomar después el café o té, y todo ello en medio de un clima de afecto y entrañable vivencia familiar que siempre nos ha resultado cautivador y entrañable, además de muy añorado en la España nuestra que cada vez se enfría más en estos menesteres de la vida en común.
Cuando se avecinaba el ocaso emprendimos el regreso a Kiev y Vyshgorod, para terminar repasando las vivencias del día y sentir con emoción aun
pervivente los efluvios especiales de la celebración de la Pascua en Ucrania.
La frase "Христос Воскресе" (Cristo ha resucitado) y la respuesta "Voystino Xpistoc Boskrece" (En verdad ha resucitado) bien denotan que la espiritualidad sigue primando las relaciones familiares y de amistad. Que siga así.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA