THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

lunes, 12 de agosto de 2019

VERANO 2019. viaje a Dacia y Transilvania tras las huellas de Trajano

(3) Alquiler de automóvil (Dacia) y desplazamiento por Brasov y Sibiu hasta Hateg y Serel.
Después de descansar en el hotel, y tras un buen desayuno buffet, tomamos de nuevo el microbús que transportaba hasta el aeropuerto, llevando nuevamente con nosotros todo el equipaje. 
Una vez en el aeropuerto, resultó complicado hallar el punto en el que la empresa del alquiler de automóviles (KlassWagen) anunciaba la recogida de clientes para acercarlos a su oficina, situada en un polígono residencial, a unos dos kilómetros al norte del aeródromo.
Tan fue así, que hube de telefonear varias veces a la empresa para saber del punto exacto, y como no entendiera bien las informaciones, opté por tomar un taxi que me acercara a las oficinas de alquiler. 
La distancia era corta, y el taxista me pidió treinta lei por el trayecto. No quise discutir, aunque era excesivo el importe (sobre unos cinco euros), y de esta forma alcancé con mi esposa las oficinas de KlassWagen.
Nada más llegar, pude comprobar la buena organización de esta empresa (con detalles que hacían presumir sus raíces alemanas), y bastó dar el apellido para que nos atendiera inmediatamente un amable empleado.    
Como la reserva del coche ya se había hecho por Internet, bastó una firma, y en cinco minutos comprobamos que llegaba un turismo marca “Dacia” (fabricación
en Rumanía), prácticamente nuevo -solo 600 kilómetros marcaba el contador- que nos satisfizo por su limpieza y buen estado.
Salimos ya a la carretera, concretamente a la N-1/E60, en dirección norte, hacia Ploiesti y Brasov.
El firme de la carretera era un asfaltado normal hasta Ploiesti se ofreció dos carriles en cada sentido.   
Comenzó a llover con bastante intensidad y hasta se nos obsequió con una impresionante tromba de granizo.
Una vez superado el desvío de Ploiesti, como era domingo, el tráfico se hizo enorme, hasta el punto de circular casi “en cola”, y especialmente, según nos acercamos a Sinaia, se fue produciendo una paulatina retención, que en esta localidad ya fue atasco o parón. El principal motivo era que la carretera atravesaba toda la villa por el centro, con pasos cebra, semáforos, cruces, y demás
Con paciencia, y percatándonos de que ya estábamos iniciando algo así como unas vacaciones, seguimos la ruta hacia Brasov (quebrada, por las muchas curvas de carretera, subidas y bajadas).
A las dos horas y media habíamos alcanzado Brasov y por su circulación de doble carril seguimos en dirección Sibiu, en medio de una intermitente llovizna, y a la altura de Fagarasan nos detuvimos para tomar un café y contemplar el
imponente macizo de los Cárpatos, cuyo paraje de Transfagarasan nos habíamos propuesto visitar durante nuestra estancia en Transilvania. 
La carretera hasta Sibiu, muy transitada, no nos presentó especiales problemas, y a la salida de esta ciudad comprobamos con placer que la carretera A1 se transformaba en una autopista, al más completo estilo de Europa Occidental, permitiéndonos circular a ciento treinta kilómetros por hora. 
El trayecto desde Sibiu hasta las cercanías de Simeria, de donde la carretera E69 llevaba hacia Hateg, lo recorrimos cómodamente y en poco más de cuarenta minutos ya estábamos en las proximidades de Pui. 
Antes de llegar a Pui vimos la indicación de Serel y por una carreterita con algunas curvas fuimos progresando hasta el núcleo de población diseminada que a ambos lados de la ruta integraba esta pequeña aldea, recostada sobre un riachuelo.
Lo que resultó algo problemático fue hallar la casa de la familia Ierulescu, en la que habíamos de alojarnos pues las diferentes entradas a cada casa o chalet carecían de numeración. 
Sabíamos que por encima del terreno de la casa, en una loma oculta por la vegetación, estaba situada la “Biserica Ortodoxa” (Iglesia Ortodoxa) pero el frondoso bosque impedía su vista.
Así, que llegamos hasta final de la carreterita y cuando ésta se terminó no tuve más remedio que telefonear a Paula Ierulescu, pidiéndole información: ¡Estábamos solamente a sesenta metros!
Por tanto, en seguida llegamos hasta la casa, en cuyo portal nos esperaba Daniela, la bella madre de Paula, quien acudió poco después para darnos la bienvenido.
Habíamos arribado al primer destino programado, para conocer de forma directa la vida de una familia rumana.
Continuaré narrando.  
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA