THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

miércoles, 16 de junio de 2010

AVENTURA MEXICANA(II): MÉXICO DF

Es interesante incluir la siguiente información, obtenida de Wikipedia:
“La ciudad de México es el Distrito Federal (abreviado "D. F."), capital de los Estados Unidos Mexicanos y sede de los poderes federales de la Unión, y constituye una de las 32 entidades federativas del país. Comúnmente, en el resto del país, a ésta se le llama de manera abreviada "México" o también "Distrito Federal", mientras que en el extranjero suele denominarse simplemente "ciudad de México".
La ciudad de México es el centro político y económico del país. Su área metropolitana es la novena más poblada del mundo, y la más poblada de Norteamérica (distinguir de USA). La ciudad de México ocupa el octavo sitio entre las ciudades más ricas del mundo, al tener un PIB de 315.000 millones de dólares que, según se estima, se duplicará para el 2020, colocándola en el séptimo sitio sólo detrás de Tokio, Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Londres y París.
Ocupa una décima parte del Valle de México en el centro-sur del país, en un territorio que formó parte de la cuenca lacustre del lago de Texcoco. La ciudad de México es la ciudad más rica y poblada del país, con más de ocho millones de habitantes en el 2005, y ocupa el segundo lugar como entidad federativa, solamente detrás del estado de México. En su crecimiento demográfico, la ciudad de México fue incorporando numerosos poblados que se encontraban en las cercanías. A mediados del siglo XX, su área metropolitana desbordaba los límites territoriales del Distrito Federal, y se extendía sobre 40 municipios del estado de México y un municipio del estado de Hidalgo, según la definición oficial de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), elaborada en el 2003 por los gobiernos locales, estatales y federal.
La ZMCM estaba habitada en 2005 por 19.331.365 personas, casi el 20 por ciento de la población total del país. De acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo); para el 1 de julio de 2007 se estimaba una población de 8.193.899 habitantes para la ciudad, y de 19.704.125 habitantes para toda la Zona Metropolitana. El ingreso per cápita del Distrito Federal ascendía en 2008 a 281.110 pesos mexicanos, lo cual equivalía en dólares nominales de septiembre de 2008 a 25.258 dólares, cifra similar a la de países como la República Checa o Corea del Sur.
Forma de gobierno
Como sede de los poderes de la Unión, la Ciudad de México, como Distrito Federal, tiene un estatuto distinto al de los otros estados de México. Se le considera un territorio que no pertenece a ningún estado en particular sino a todos por igual, es decir, a toda la federación (de ahí su denominación). Por lo anterior, entre 1927 y 1997 el presidente de la República ejercía la administración de la entidad a través del Departamento del Distrito Federal, que era encabezado por un regente.
En 1993, el estatus del Distrito Federal fue modificado con la aprobación del Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, que reconoció a los capitalinos el derecho a la elección de sus representantes en una Asamblea de Representantes. Este órgano funcionó entre 1991 y 1997, cuando fue reemplazada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). En 1997, fecha en la que entró en funciones la primera legislatura de la ALDF, los capitalinos también pudieron elegir por sufragio universal al Jefe de Gobierno del Distrito Federal. No obstante, bajo el esquema de territorio de la federación, todavía tiene facultades limitadas y sus decisiones están sujetas al veto presidencial o del Congreso de la Unión.

(Palacio Nacional, sede de la Presidencia de la República)
En lo que respecta al Congreso de la Unión, el Distrito Federal es representado en igualdad de condiciones que cualquier otro estado —cosa que no ocurre en el caso de otras capitales federales como el Distrito de Columbia en los Estados Unidos—. En el Senado el Distrito Federal es representado por 3 senadores, dos electos por mayoría relativa y uno asignado a la primera minoría; y en la Cámara de Diputados por el número de distritos acorde a su tamaño poblacional. En 2006, el Distrito Federal eligió 30 diputados.
LenguasComo en todo México, el idioma dominante en el Distrito Federal es el español. Éste es hablado por la inmensa mayoría de los habitantes de la capital. La gran diversidad étnica en el Distrito Federal deriva en una gran diversidad lingüística. Prácticamente todas las lenguas indígenas de México son habladas en la Ciudad de México, sin embargo, las mayoritarias son el náhuatl, el otomí, el mixteco, el zapoteco y el idioma mazahua.
Religiones
La mayor parte de los capitalinos profesa la religión católica. Por lo menos han sido bautizados como tales, aunque a efectos de la pregunta expresa de cuál es la religión que practican, muchos suelen decir que son creyentes, lo cual significa que se consideran adeptos al catolicismo, pero no son practicantes regulares. El número de católicos en el Distrito Federal se ha reducido en números importantes. Mientras que hacia la década de 1960, más del 90% de la población del Distrito Federal profesaba está religión, al inicio del siglo XXI, la proporción es de 80%.
A costa de esa población, se han incrementado las comunidades de personas que no profesan ninguna religión y las religiones judeo-cristianas y evangélicas. De estas últimas, el primer lugar en el año 2000, corresponde a los Testigos de Jehová. Las denominaciones pentecostales tienen amplia difusión, sobre todo en las regiones marginadas del oriente del Distrito Federal (Tláhuac e Iztapalapa).
En paralelo a los cultos y religiones anteriores, han florecido en la capital mexicana otros menos ortodoxos, que recogen tradiciones populares no reconocidas como válidas por la Iglesia Católica. Entre ellos está el culto a la Santa Muerte, que tiene su centro en la zona de Tepito y La Merced. Hay practicantes de Santería de origen afroantillano, así como chamanismo procedente principalmente de Oaxaca y Veracruz.
También la ciudad cuenta con la mayor comunidad judía del país y con una muy pequeña comunidad musulmana.
Patrimonio artístico(Cuauthemoc)

De antigüedad milenaria, el patrimonio cultural de la ciudad de México contiene muestras significativas de las culturas que se han sucedido en el tiempo en su territorio. Los sitios arqueológicos en el Distrito Federal son muchos, aunque algunos de ellos son prácticamente desconocidos. Entre los más importantes hay que señalar a Cuicuilco, que posee la construcción más antigua de la entidad y el Templo Mayor. En este último sitio se han encontrado piezas de estatuaria magnífica, como la estatua de Coatlicue o la Piedra del Sol, dos iconos representativos del arte mexica precolombino. Y aunque con la conquista se interrumpió la producción literaria de los pueblos nativos, algo de ella ha subsistido hasta nuestros días a través de las crónicas coloniales, que han sido investigadas y traducidas por autores como Ángel María Garibay K. y Miguel León-Portilla.
Aunque la colonización española significó la desaparición del modo de vida de los mesoamericanos, también implicó el punto de partida en la formación de la cultura mexicana de nuestros días. En aquel tiempo tuvo lugar un proceso de mestizaje que se observó desde el idioma hasta las expresiones artísticas. Por ello, y sobre todo en el siglo XVI, la plástica y la arquitectura de la ciudad de México y los pueblos aledaños —notablemente Xochimilco— fue mezclando elementos indígenas y europeos. El Centro Histórico de la Ciudad de México se llenó de grandes construcciones a lo largo de su historia, al grado que existen ahí 1.436 edificios históricos repartidos en 9 km² superficie, muchos de ellos de origen colonial. Esto ha valido para que el centro histórico fuese declarado Patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco. En otros sitios del Distrito Federal fueron construidas edificaciones religiosas —como el convento de La Asunción en Milpa Alta, la Catedral de Xochimilco o la Antigua Basílica de Guadalupe— y seculares —como el Castillo de Chapultepec o el Ayuntamiento de Coyoacán—. En la literatura, figuras como Sor Juana Inés de la Cruz y Carlos de Sigüenza y Góngora dieron brillo a las letras en lengua española.
El siglo XIX fue una época de constantes conflictos nacionales. Por ello, en la primera mitad de la centuria, no se ejecutaron grandes obras arquitectónicas en la ciudad ni en sus inmediaciones. En contraste, el gobierno porfirista se empeñó en modernizar la ciudad, y para ello adoptó la moda arquitectónica francesa de la que son ejemplos el Palacio de Bellas Artes, el Palacio Postal y las colonias de clase media que se desarrollaron en el tiempo aquél, como la Roma y Santa María la Ribera. En el siglo XIX, la Academia de San Carlos formó a muchos de los arquitectos y pintores mexicanos más representativos de la época, entre los que hay que señalar la obra pictórica del mexiquense José María Velasco, productor de una amplia colección de estampas del paisaje decimonónico del Distrito Federal. En la literatura destaca la novela El Periquillo Sarniento, de Lizardi, la obra de los escritores liberales de la Reforma y poetas modernistas del Porfiriato como Manuel Gutiérrez Nájera.
Después de que la Revolución se instaló en el poder, los gobiernos emanados de ella en la primera mitad del siglo XX se dieron a la tarea de fomentar la cultura como un mecanismo de legitimación. Obras arquitectónicas como el Edificio La Nacional (que fue el primer edificio de más de 50 metros habitable) en la ciudad, el Edificio El Moro, Torre Anáhuac, Torre Latinoamericana, Edificio Miguel E Abed, Torre Insignia y la Torre de Tlatelolco pretendían dar una imagen de una ciudad moderna. Se construyeron obras públicas como la Ciudad Universitaria y se entubaron los ríos que pasaban por la zona central del Distrito Federal. Pero fue especial el desarrollo del muralismo mexicano con clara vocación socialista, entre cuyos principales representantes se encontraban Rivera, Siqueiros y Orozco. El muralismo se proponía el desarrollo de un arte que sirviera público para instruir a las clases trabajadoras.70 Aunque no participó del movimiento muralista, también hay que llamar la atención a la obra de la coyoacanense Frida Kahlo, compañera de Rivera, que alcanzó fama mundial especialmente en la década de 1990; y a la de la catalana Remedios Varo, exiliada española cuya producción más importante fue producida en México.
Durante la segunda mitad del siglo XX y a principios del siglo XXI, han sido numerosos los proyectos de renovación de la arquitectura en la capital. Entre ellos hay que señalar la construcción de Ciudad Santa Fe, la Torre Pemex, la Torre Prisma, Torre del
(El edificio WTC, con su restaurante giratorio en la parte alta)
Caballito, la Torre WTC, la Torre HSBC, la Torre Libertad, la Torre Mayor y la Plaza Juárez, obras que están destinadas al alojamiento de sedes de importantes corporativos económicos y dependencias gubernamentales. En la escultura y la pintura, a partir de 1970 hubo un rompimiento con las tendencias nacionalistas y el compromiso político del muralismo mexicano, cuestión en la que mucho tuvo que ver la crítica que José Luis Cuevas planteara en su texto La cortina de nopal. Por su parte, los escritores han intentado acercarse más a las cuestiones de la vida cotidiana, los problemas urbanos, pero también han convertido a la capital en escenario de las más variadas historias de ficción. Entre los ejemplos más representativos, hay que señalar a La Onda, las crónicas de Monsiváis o la poesía de Efraín Huerta.
En 1987, la Unesco inscribió al Centro Histórico y a Xochimilco en la lista del Patrimonio de la Humanidad, honor que se repitió para la Casa-Taller de Luis Barragán en 2004 y para el campus de la Ciudad Universitaria de la UNAM en 2007.
GastronomíaEn la ciudad de México es posible encontrar una amplia gama de alimentos. Existen zonas especializadas en la oferta de comida preparada, como el caso de la colonia Condesa, donde han proliferado los pequeños restaurantes y cafeterías. En otros sitios de la ciudad es posible encontrar restaurantes internacionales y de alta cocina, representando las tradiciones culinarias de países tan diversos como Francia, Italia, Portugal, Polonia, España (incluyendo las cocinas regionales de Castilla, Asturias, Galicia y el país Vasco), Tailandia, Japón, Corea, China, Marruecos, Líbano, Perú, Argentina y Brasil. Desde luego, también existen importantes establecimientos dedicados a la gastronomía mexicana de todas las regiones del país.
En lo que respecta a la gastronomía local, ella misma es un resumidero de las tradiciones culinarias del país. La antigua tradición gastronómica del Valle de México ha venido desapareciendo, acompañada por una creciente dificultad para conseguir los ingredientes que eran nativos de la cuenca lacustre. En la actualidad, conseguir ahuautle —hueva de mosquitos lacustre— es prácticamente imposible, amén de los patos silvestres y las guías de calabaza que eran básicas en la gastronomía de Iztapalapa. El mixmole —mole de pescado— que se prepara en Míxquic ha tenido que sustituir las lenguas de vaca —una especie de quelite— por acelgas y los pescados nativos, por carpas.
Por otra parte, el Distrito Federal es sede de eventos gastronómicos de envergadura nacional como la Feria Nacional del Mole que se celebra durante las tres primeras semanas de octubre en San Pedro Atocpan (Milpa Alta)."

Como durante mi estancia en México DF tuve la suerte de alojarme en el Hotel Nikko, una maravilla de instalaciones, servicio y lujo (con control de seguridad eficiente), no hubo que preocuparse del apartado de seguridad personal y callejera, especialmente porque los desplazamientos a los distintos puntos de la capital se efectuaron en grupo, y la asistencia a espectáculos y refecciones fue también organizada y con seguridad en la vigilancia.
De todas maneras, me llamó la atención la cantidad enorme de policías que se veía patrullando por doquier (especialmente en el centro) y los muchos guardias de seguridad privada en los principales hoteles y restaurantes. Parece ser –felizmente no lo experimentamos—que México DF es una de las ciudades más peligrosas del mundo civilizado.
(La catedral vista desde la plaza del Zócalo)
Por resumir visiones y experiencias, comento que resultó muy interesante la visita a la catedral, que va poco a poco sumergiéndose en la laguna sobre la que está asentada, pese a los esfuerzos por mantenerla y los refuerzos que la rodean; que el Palacio presidencial ofrece en su planta superior unos interesantes frescos sobre la historia de México, sus guerras y sus conquistas; que el Museo de Antropología resulta impresionante por la cantidad de cuidada información y restos arqueológicos que ofrece, especialmente sobre la cultura azteca (la cultura maya está más localizada en la península del Yucatán); que la plaza del Zócalo (en la que se hallan la catedral y el palacio presidencial) es de bella visión por su enormidad; que la Avenida Libertadores, de una longitud de muchos kilómetros está ornada de estatuas y monumentos en diversos puntos y encrucijadas.
En el orden mayores curiosidades, resulta muy interesante la visita a los canales, en los que sobre una especie de balsas se navega por aquellos mientras se degustan especialidades mejicanas y se cruzan otras barcas o balsas con cantantes, músicos y mariachis. Muy folklórico, pero interesante.
(El Ángel de Libertadores)
Sobre edificios, llaman la atención los más modernos (muchos rascacielos) y esencialmente el del WTC, en cuya parte superior y circular hay un restaurante giratorio que permite visionar toda la capital, si es que la enorme bruma que causa la polución del tráfico se disipa algo.
Hay, por otra parte, bellos restaurantes instalados en preciosas mansiones coloniales, en los que se ofrecen variadas especialidades.
Ahora bien, yo voy contando sobre el México “para ricos”, porque es dable contemplar hasta en el centro de la ciudad muchos niños desarrapados, muchos mendigos insistentes y mucha gente poco fiable, lo que llega a extremos hasta impactantes en los aledaños de la capital. A nuestro grupo viajero, por ejemplo, se le insistió en que no se saliera de noche a pasear “por libre, sin tener previa información y consejo de la seguridad del hotel y de los guías de la organización respecto de los posibles riesgos.
(Jardines, laguna y canales de Xochimilco)
En cualquier caso, la experiencia del español visitando México, nuestra experiencia, resultó bastante interesante, pese al mal cambio de la (entonces) peseta respecto del dólar USA, y no obstante ese contraste desagradable entre la riqueza de una clase dominante y la pobreza bastante extrema de la clase desvalida.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA