THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

martes, 3 de febrero de 2015

Esta España nuestra: Una Navidad en Alicante; sol y mar en la capital de la primavera

Alicante (en valenciano y cooficialmente Alacant) es una ciudad y municipio español, capital de la provincia homónima, una de las tres que conforman la Comunidad Valenciana. Es ciudad portuaria situada en la costa mediterránea. Por su población, de 335.052 habitantes (INE 2013), es el segundo municipio de la Comunidad Valenciana más poblado y el undécimo de España. Forma una conurbación de 452.462 habitantes con muchas de las localidades de la comarca del Campo de Alicante: San Vicente del Raspeig, San Juan de Alicante, Muchamiel y Campello. Estadísticamente se asocia también al área metropolitana de Alicante-Elche, que cuenta con 757.443 habitantes.

Toponimia

El primer topónimo que se conoce, en relación con Alicante, es el griego de Akra Leuké (κρα Λευκ, Akra Leuk o Λευκ κρα, Leuk Akra, «promontorio blanco»), referido a una factoría o asentamiento cartaginense anterior. Se cree que se trata del mismo lugar al que las primeras fuentes romanas denominan Castrum Album («fortaleza blanca»). Parece clara la relación etimológica entre Akra Leuké y la posterior denominación latina de Lucentum o Leukante, relacionada con el Tossal de Manises. Con la llegada de los árabes, esta denominación evolucionó a medina Laqant o al-Laqant (en árabe لَقَنْت o ألَلَقَنْت), denominación que se retuvo en la forma valenciana Alacant y que se castellanizó en Alicante.

Ubicación

La ciudad se halla a orillas del Mediterráneo, en una planicie sorteada por una serie de colinas y elevaciones. El monte Benacantil, con
169 m de altura, sobre el que se asienta el Castillo de Santa Bárbara, domina la fachada urbana y constituye la imagen más característica de la urbe. En ésta se encuentra también el Tossal, donde se asienta el castillo de San Fernando, la sierra de San Julián o Serra Grossa, las lomas del Garbinet y el Tossal de Manises. Al sur de la ciudad hay una zona pantanosa, el saladar de Agua Amarga.

Hay un gran desnivel dentro de la misma ciudad: mientras que el ayuntamiento está a 0 m y se toma como referencia para medir la altura de cualquier punto de España, hay barrios al mismo nivel, como la Playa de San Juan, otros a más altura como el Pla del Bon Repós y San Blas a 30 m, Los Ángeles a 75 m, o la Ciudad Jardín del General Marvá y Virgen del Remedio a más de 80 metros.

El término municipal abarca poco más de 200 km² y destaca como máxima elevación los 1.208 m del Cabezón de Oro.. Destaca también la isla de Tabarca, frente al cabo de Santa Pola y que forma parte del municipio.

Clima

Alicante cuenta con un clima mediterráneo árido (Bsh según la Clasificación climática de Köppen), con temperaturas suaves a lo largo del año y lluvias escasas, concentradas en los periodos equinocciales. Las temperaturas oscilan entre los 17,0 °C y 6,3 °C de enero y los 30,8 °C y 21,2 °C de agosto, siendo la temperatura media anual de 18,3 °C.
Historia
Prehistoria y Edad Antigua

Los orígenes del asentamiento urbano en la huerta y alrededores de Alicante se remontan a la aparición de poblados íberos que datan del siglo III a.C, en estrecha relación con factorías comerciales griegas, principalmente la de los Baños de la Reina en El Campello.

En el 201 a. C. los romanos capturan la ciudad íbera del cercano Tossal de Manises conocida como Leukante o Leukanto (Lucentum es una latinización del nombre original que sólo existió en los mapas romanos) que contaba con un aceptable puerto marítimo-fluvial en la desembocadura del Barranco de Orgegia.
Edad Media
Dominio islámico

Entre el 718 y el 4 de diciembre de 1248 la ciudad cae bajo dominio islámico, pasando a llamarse Medina Laqant o Al-Laqant (obsérvese que el topónimo valenciano es Alacant). Durante este periodo, la ciudad siguió los destinos de Al-Ándalus y tras el desmembramiento del Califato de Córdoba perteneció a las Taifas de Denia y Almería.

Reconquista cristiana

En virtud del Tratado de Cazola (Soria, 1179) entre Alfonso VII de Castilla y Alfonso II de Aragón, la frontera meridional de Aragón se fijaba en la línea que une Biar, Castalla, Jijona y Calpe. Por lo tanto Alicante pertenecía a la zona de expansión castellana. En el año 1243, el gobernante musulmán de la Taifa de Murcia, Muhamad ben Hud, firmó el Tratado de Alcaraz con el infante Don Alfonso, que después se convertiría en el rey Alfonso X el Sabio, por el cual el reino musulmán de Murcia se ponía bajo protectorado castellano,...con la cibdad de Murcia e todos sus castillos desde Alicante fasta Lorca e fasta Chinchilla...

Corona de Castilla (1248-1296)

Desde el principio, Alfonso X el Sabio intentó establecer en Alicante un grupo de cristianos numeroso dada la importancia militar y mercantil de la villa, pero el proceso repoblador fue lento y se prolongó a lo largo de todo el siglo XIII. Los repobladores cristianos, principalmente castellanos y leoneses, recibieron todo tipo de privilegios y franquicias para facilitar su asentamiento. En agosto de 1252 Alfonso X otorgó a la ciudad el Fuero Real, muy parecido al de
Córdoba.

Entre 1264 y 1266 Alicante estuvo inmersa en una rebelión mudéjar que se extendió por casi todo el Reino de Murcia; el rey castellano, empleado entonces en el asedio de Niebla, solicitó ayuda a su suegro Jaime I de Aragón para sofocarla. Éste intervino rápidamente y redujo todas las ciudades rebeladas a la aceptación de la soberanía castellana.

Corona de Aragón (1296-1707)

Debido a una crisis dinástica por la sucesión de Sancho IV el Bravo, el infante Alfonso de la Cerda, un aspirante ilegítimo a la Corona de Castilla, pidió ayuda a Jaime II de Aragón a cambio de donarle, en caso de conseguir la Corona, el Reino de Murcia, según los acuerdos secretos de Calatayud (1289), Ariza (enero de 1296) y Serón (febrero de 1296). Aprovechando la situación, Jaime II procedió a la conquista del Reino de Murcia.

Alicante fue conquistada el 22 de abril de 1296, a pesar de la resistencia del alcaide del castillo Nicolás Peris, terminando con la soberanía castellana. Jaime II respetó los privilegios e instituciones anteriores aunque adaptándolas a la nueva situación política, particularmente después de la incorporación de Alicante, y el resto de comarcas limítrofes al Reino de Valencia mediante la modificación de lo fijado en el Tratado de Almizra (Sentencia Arbitral de Torrellas, 1304 y Tratado de Elche, 1305).

Durante el siglo XV Alicante continuó creciendo y una próspera
agricultura orientada hacia la exportación (vino, frutos secos, esparto) impulsó un notable desarrollo del puerto y una clase media que controlaba el gobierno municipal. La población continuó en aumento y este progreso sirvió de justificación a Fernando el Católico para otorgarle el título de ciudad en 1490.

Edad Moderna

En 1510 Alicante era la quinta ciudad del Reino de Valencia. Desde la obtención del título de ciudad el desarrollo institucional, económico y demográfico de Alicante fue palpable. El puerto se convirtió durante la Edad Moderna en el más importante del Reino de Valencia y propició el asentamiento de colonias de comerciantes extranjeros que imprimieron un gran dinamismo al tráfico mercantil. La construcción del embalse de Tibi a finales del siglo XVI permitió asegurar la producción de la huerta cercana a la ciudad, cuyo producto principal era la uva, y por consiguiente el vino, junto con la barrilla, el esparto y los frutos secos. El puerto además se convirtió en punto de salida de los productos de La Mancha y en un eficaz redistribuidor de algunos productos coloniales y de salazones llegados del norte de Europa.

Patrimonio

  • Basílica de Santa María (ss. XIV–XVI). Construida en estilo gótico, fue levantada sobre la antigua Mezquita Mayor y se trata del templo más antiguo de la ciudad. Destacan su altar mayor, de estilo rococó, y su portada, de estilo barroco, del siglo XVIII.
  • Concatedral de San Nicolás de Bari (ss. XV–XVII). Edificada también sobre los restos de otra mezquita, es de estilo renacentista herreriano. Sobria en su aspecto exterior, su construcción se realizó entre 1616 y 1662, aunque su claustro, más antiguo, data del siglo XV. Fue elevada a concatedral en 1959, aunque la sede catedralicia es la Santa Iglesia Catedral del Salvador de Orihuela.
  • Monasterio de la Santa Faz (s. XV). Situado 5 km al norte del casco urbano, es de estilo barroco. Cada año, el segundo jueves
    después de
    Semana Santa se realiza una multitudinaria peregrinación que parte desde San Nicolás hasta este monasterio.
  • Casa de La Asegurada (s. XVII). Construcción civil más antigua de la ciudad, fue edificada en 1685 en estilo barroco. Se encuentra en la misma plaza que la basílica de Santa María y actualmente alberga al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.
  • Casa consistorial de Alicante (s. XVIII). Punto de referencia para la medición de la altitud sobre el nivel del mar de cualquier punto de España, se trata de una arquitectura civil barroca.
  • Palacio Gravina (s. XVIII). Construido entre 1748 y 1808 como palacio del Conde de Lumiares, actualmente alberga al Museo de Bellas Artes Gravina, dedicado a la pintura y escultura regionales de los siglos XVI a principios del XX.

  • Palacio Maisonnave-Archivo Municipal (s. XVIII). Casa palaciega situada en el casco antiguo, en la planta baja se han encontrado restos de una necrópolis tardorromana.
  • Castillo de Santa Bárbara (ss. XIV–XVIII). Situado en la parte más alta del monte Benacantil, domina toda la Huerta de Alicante y desde él se divisa la isla de Tabarca. Antiguo castillo árabe, fue reconstruido por los cristianos y consta de tres recintos de los
    siglos XIV, XVI y XVIII.
  • Castillo de San Fernando (s. XIX). Fue construido en 1813 para defender la ciudad de la invasión napoleónica.
  • Isla de Tabarca. Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1964. Destacan la muralla con sus tres puertas, la Iglesia de San Pedro y San Pablo, la Casa del Gobernador, la Torre de San José y el faro.

Fiestas



Las Hogueras de Alicante (fogueres en valenciano) son las fiestas mayores y oficiales de Alicante, declaradas de Interés Turístico Internacional desde 1984, siendo sus orígenes muy remotos ya que la costumbre de quemar objetos, bailando en torno a una hoguera con la llegada del solsticio de verano, se pierde en la noche de los tiempos.


Es una romería de ocho kilómetros, con cinco siglos de antigüedad, que comienza en la Concatedral de San Nicolás (la religiosa) o el Ayuntamiento (cívica) y termina en el Monasterio de la Santa Faz, donde se venera un relicario que contiene un trozo de tela con las marcas de la faz de Cristo. Se celebra el segundo jueves después de Semana Santa, y suelen participar más de 300.000 personas, siendo la segunda romería más importante de España, por detrás de la del Rocío.



(De Wikipedia y otras fuentes)


En contra de la costumbre, ya casi tradición, de mi esposa y yo mismo, de viajar en las fiestas navideñas, sustrayéndonos un poco a la algarabía que suele formarse en las familias con motivo de esas celebraciones, las pasadas Navidades decidimos aprovecharlas para descansar, eso sí, fuera de nuestro “hábitat” cotidiano.

Y así, decidimos finalmente desplazarnos hasta Alicante, en la que la hospitalidad de nuestra entrañable amiga “de siempre”, Esther, nos brindó la posibilidad de vivir como en nuestra casa aprovechando la suya, que es un magnífico piso a espaldas del palacio de la Diputación Provincial, en pleno centro urbano.

Acudimos a Alicante con unos días antes de la Navidad, lo que nos permitió, por una parte, conceder la oportuna relajación a nuestras mentes, y por otra planificar lo que pretendíamos fuese una celebración íntima y tranquila con nuestra amiga Esther.

Para comenzar, el paseo desde nuestro alojamiento hasta la
Explanada de España y el puerto de Alicante se reveló como una delicia, no ya solamente por la primaveral temperatura (ahí es nada pasear a finales de diciembre con un sol magnífico, a más de veinte grados), porque recorrer la Rambla de Mendez Nuñez, la Avenida de Federico Soto y llegar al borde del mar, deambulando junto al puerto visionando los yates y embarcaciones de recreo, para llegar hasta la playa del Postiguet, es todo un lujo.

Eso es lo que repetimos cada mañana, descubriendo paulatinamente los diferentes rincones de esta acogedora ciudad que es Alicante.

Al propio tiempo, pudimos gozar de la planificación de nuestras diarias comidas, y especialmente adquirir los productos para la cena de Nochebuena y comida de Navidad.

El Mercado Central nos obsequió con una gran variedad de pescado fresco, y acabamos optando por unas lubinas que cocinamos “a la
espalda”, con gran delicia, en la Nochebuena.

Para la Navidad nos decantamos por una pierna de cordero al horno, como plato principal, y pudimos comprar en el mismo mercado una magnífica pieza de carne, que pusimos a marinar con la suficiente antelación.

Para acompañar nuestros yantares no pudieron faltar ni los mariscos ni el buen jamón, ni unos magníficos vinos “reserva” que nuestra amiga Esther tenía reservados ya muchos años.

Por tanto, la Nochebuena y la Navidad fueron suculentas en la comida y tranquilas en la convivencia, aprovechando al máximo el sosiego que se respiraba en el amplio y bien dotado piso que nos alojaba.

Para rematar nuestra estancia nos decidimos a tomar el coche por fin
y nos desplazamos hasta Santa Pola, esa bella población que es sinónimo de mar y buena comida, y tras dar un paseo prolongado por la orilla del mar y el puerto, hallamos un bar restaurante regentado por unos gallegos, de Lugo para más señas, “Rincón dos Lunas”, donde por un precio más que módico disfrutamos de unos buenos entrantes de mariscos y unos arroces de rape y almejas ( en paella) que estaban deliciosos.

Fue un magnífico colofón a unos días de sosiego y descanso en la bella ciudad de Alicante, que bien merece ser visitada.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA