THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

miércoles, 24 de agosto de 2016

PERIPLO POR EUROPA 2016. I.- Los preliminares: pernoctar en Roses para dormir en el Tirol austríaco, cruzando Francia y Suiza

Inicio con esta entrada lo que pretendo sea (como es habitual cada verano) una serie de comentarios e informaciones sobre mis experiencias viajeras.
En esta ocasión se ha tratado de un Periplo de dos semanas desde la Valencia en la que residimos hasta el Tirol occidental, en Austria; para seguir por el norte de Italia, regresando a Venecia y Florencia, y concluir en Cinque Terre, de la Liguria italiana.
Espero que lo que se vaya publicando en días sucesivos (lo hago desde mi portatil cuando acabo cada jornada), siga mereciendo la atención de los lectores y resulte útil a quienes, como yo, consideran los viajes y el  turismo como una de las formas mejores de fomentar la cultura y aumentar el conocimiento entre los pueblos.
Soy partidario de que el tiempo de vacaciones se inicie en cuanto la persona ha dejado su trabajo habitual y ya no ha de volver a él por los días en que perdurará la holganza o el descanso del período de descanso. 
Por eso, en cuanto mi esposa y mi yerno (que, con nuestra hija nos ha acompañado en el periplo) terminaron su jornada laboral, con el equipaje ya listo, salimos de nuestros respectivos domicilios, en nuestro vehículo (bien revisado, por cierto) en dirección a la ampurdanesa Roses, bien cercana a la frontera francesa, ya que habíamos prometido a nuestra hija y yerno que allí moran, que al menos pasaríamos la noche en su casa, antes de emprender nuestro Periplo.
Aunque llegamos a la localidad del norte de Cataluña alrededor de las 9 de la noche (y fuimos todo el trayecto por autopista de peaje, porque no había que demorar), cenamos de manera pronta y frugal, ya que el siguiente día debía ser el "asalto" a nuestro primer destino. 
Aconteció así que antes de la medianoche "cada quisqui" estaba ya acostado, porque a las 5 de la madrugada se debía tocar diana. 
Y así fue, porque a esa hora los cuatro viajeros eliminaron las legañas y se sobrepusieron al sueño, y con un rápido aseo salieron hacia la frontera de Francia, en la que ninguna dificultad ni trámite se presentó, por lo que se enfiló la autopista, primeramente denominada "La Catalane" y después "La Languedocienne".
La progresión por la autoruta resultó bastante cómoda, porque por la pronta hora el tráfico era normal, pero a partir de Nimes (ya casi las 9 de la mañana) el cúmulo de vehículos aumentó, tanto que sobrepasado Avignon, en el enlace con la autopista que sube de Marsella a París, el enjambre de coches se hizo tal que se produjo el atasco ("bouchon", que dicen los franceses) y  se impusieron la circulación muy lenta y la paciencia, pues la lluvia no quiso ser ajena al momento. 
Hasta sobrepasar la Valencia francesa (Valence) no se deshizo el "enredo", especialmente porque la autopista en dirección Grenoble y con destino a Ginebra registraba mucha menor afluencia.
Con lluvia intermitente y tráfico fluido pudimos llegar a la frontera suiza, junto a Geneve (Ginebra), en la que sufrimos la necesidad de gastar 40 Euros comprando la vignette que exige la nación helvética para las autopistas, y tras cruzar la
capital bordeando el siempre bello lago Leman, seguimos en dirección Lausanne pero en una nueva congestión, con tráfico muy lento, hasta desviar en dirección norte hacia Fribourg y Bern. 
Lo del tráfico en Suiza parece no tener arreglo,
porque cada vez que la autopista se acerca a una ciudad o la sobrepasa, la escasez de dos carriles y la enorme cantidad de coches, producen atascos y retenciones. 
Los sufrimos cerca de Berna, y cerca de Zurich, hasta liberarnos en dirección a Sankt Gallen, ya bordeando el lago Konstanz o Bodensee, que nos anunciaba la
proximidad de la frontera austriaca, que pasamos sin detenernos, aunque en la primera area de servicio hubimos de comprar la vignette austríaca, más barata porque era para solamente diez días. 
Por la autopista del Aarlberg fuimos adentrandonos hacia nuestro destino, pasando el largo túnel del
Vorarlberg (de peaje, y caro) y llegando a Pians sobre las siete de la tarde. 
Pudimos comprobar que Pians es un pequeño pueblo asentado sobre la montaña y diseminado en las laderas sobre el río Sanna, que fluye ruidoso por el centro. 
localizamos pronto la casa/apartamento de nuestro
destino, en la que nos atendió con simpatía su dueña. la bien dispuesta María Kaufman, que nos enseñó el coqueto apartamento en planta baja, con un amplio jardín exterior y nos facilitó unos abonos llamados "Silvretta Card", mediante los cuales se disfruta en la comarca Silvretta de múltiple ventajas, como transporte gratuito, remontes de montaña (telesillas y teleféricos también gratis) y varias ventajas más. 
Preparamos una frugal cena a base fiambres y charcutería y no tardamos en buscar la cama, porque habíamos acabado de recorrer 1.200 kilómetros casi de un tirón.
Pero ya estábamos en el Tirol. 
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA