THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

martes, 7 de enero de 2014

LA PIEL DE TORO: DEL CABO DE GATA, EN ESPAÑA, AL DE SAN VICENTE, EN PORTUGAL. (IV) DE LA COSTA DE LA LUZ HASTA EL ALGARVE PORTUGUÉS, CON DESTINO FINAL EN LAGOS



El Algarve (del árabe الغرب al-Garb, el oeste o el occidente) es la región más meridional de Portugal continental. Su capital es Faro. El Algarve es la región más visitada de Portugal. Más de 9 millones de turistas extranjeros visitan el Algarve todos los años.

Etimología

«Algarve» proviene de al-Garb (el Occidente, referido por antonomasia a garb al-Andalus (en árabe: غرب الأندلس), nombre que significa literalmente «el occidente de al-Andalus», y que correspondía con la zona más occidental de al-Ándalus, lo que actualmente es el sur de Portugal.

 

Historia

La región fue intensamente islamizada y aunque nunca tuvo la relevancia de la zona sur de al-Ándalus, fue el centro más importante de la cultura, ciencia y tecnología islámicas en tierras del actual Portugal. La ciudad de Silves fue su principal centro cultural, y con la caída del Emirato de Córdoba, ésta constituyó en 1027 la taifa de Silves, que ocupaba la parte oeste del actual Algarve, mientras que en el resto de la región se creó la taifa del Algarve.
La región fue absorbida por la Taifa de Sevilla, durante el reinado de al-Mutadid, rey que heredó la política expansionista de su padre Abú al-Qasim. En 1051 Sevilla se anexionó la taifa del Algarve y en 1063 la taifa de Silves. Tras la invasión almorávide se produjo una nueva
unión de al-Ándalus que terminó en 1145, cuando los reinos de taifas volvieron a resurgir. La taifa de Silves se extendió entonces al centro del Algarve mientras que el extremo oriental fue ocupado por la taifa de Huelva.
En 1150 se produjo una nueva unión de al-Ándalus bajo los almohades. Con la desintegración del imperio almohade la zona del actual Algarve formó parte de la taifa de Niebla, gobernada por Ibn Mahfot, donde permaneció hasta la conquista portuguesa. El rey Sancho I de Portugal conquistó efímeramente la ciudad de Silves en 1189 (de ella se decía que era diez veces mayor que Lisboa), pero no fue hasta 1249 cuando el rey Alfonso III de Portugal conquistó definitivamente el Algarve proclamándose entonces rey de Portugal y el Algarve.
Tras el tratado de Badajoz, en 1267, la posesión portuguesa del Algarve fue reconocida por el Reino de León y por el Reino de Castilla. El Reino del Algarve formó parte del reino de Portugal, lo que no supuso para la región ningún tipo de autonomía. El nombre oficial del reino fue frecuentemente llamado «Reino de Portugal y de los Algarves» o Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, pero nunca constituyó un reino separado de hecho, aunque sí lo fuera de derecho, conocido como Reino de Algarve. Con la proclamación de la república portuguesa en 1910 el reino del Algarve dejó de existir.
En 1807, cuando el general Junot dirigió la invasión del norte de Portugal, el Algarve fue ocupado por las tropas españolas de Manuel Godoy, que fueron expulsadas al año siguiente durante la rebelión de Olhão.

 

Geografía

El Algarve abarca 4960 km² y alberga una población aproximada de 420.429 habitantes de forma permanente (en 2007), lo cual arroja una media de 76 habitantes por km². La población se incrementa en alrededor de un millón de personas más en la temporada alta de verano, cuando se alcanza la mayor afluencia de turistas. El punto más alto se alcanza en el pico da Fóia, que se eleva 902 msnm y está situado en la Sierra de Monchique. Otros accidentes geográficos son la ría Formosa, que forma una reserva natural de 170 km², en la que se pueden observar cientos de especies de pájaros, y varias islas e isletas.
La longitud de su línea costera es de aproximadamente 155 km, cincuenta de los cuales se extienden desde el cabo de San Vicente (el punto más suroccidental de Europa) hacia el norte y el resto desde este mismo punto al este. La costa destaca por sus cuevas y grutas abiertas en la roca caliza, especialmente en los alrededores de Lagos, las cuales son accesibles en lanchas. Existen también muchas playas como la de Albufeira, Quarteira, Vilamoura, Praia da Rocha, Lagos, Armação de Pêra, Alvor, Monte Gordo, Tavira y Sagres.
El Algarve limita al norte con la región del Alentejo (subregiones del Alentejo Litoral y Bajo Alentejo), al sur y al oeste con el Océano Atlántico, y al este con el Río Guadiana, que marca la frontera con España. La capital de la región es Faro.
Además de ésta, también tienen categoría de ciudad las poblaciones de Albufeira, Lagoa, Lagos, Loulé, Olhão, Portimão, Silves, Tavira, Vila Real de Santo António y Quarteira.

 

Relieve

El relieve del Algarve está caracterizado por las suaves colinas atravesadas por valles. Las principales zonas montañosas son la sierra de Monchique y la sierra de Caldeirão.
Sierra de Monchique
En la sierra de Monchique, que se encuentra situada al oeste del Algarve, está el pico da Fóia que con 902 msnm es el punto más alto del Algarve y uno de los más destacados de Portugal. Debido al clima tropical sub-húmedo de la región, el mes de marzo tiene un promedio de precipitación anual de entre 1000 y 2000 mm, que combinado con temperaturas suaves, permite una rica y variada vegetación, entre ellos el roble de Monchique, la adelfeira, el castaño, el quejigo o el roble albar.
Sierra de Caldeirão
La sierra de Caldeirão está situada en el sector noreste del Algarve en la frontera entre la costa y las llanuras del Bajo Alentejo. Es parte de un antiguo macizo, está compuesto principalmente de pizarra-grauvaca, roca que origina suelos finos y poco fértiles. Su punto más alto se encuentra en el Bajo Alentejo, cerca de la frontera con el Algarve, y alcanza los 580 m de altitud, las localidades de Tavira y Loulé poseen varios puntos en los que se sobrepasa los 500 m. La sierra constituye una barrera para el paso de los vientos fríos del norte y la depresión del noroeste, contribuyendo a la existencia de un clima mediterráneo en la costa del Algarve, con bajas precipitaciones anuales y temperaturas suaves en invierno. Las máximas precipitaciones se alcanzan en el oeste, en las zonas altas del municipio de Loulé donde se alcanzan los 800 mm anuales, y van descendiendo a medida que nos acercamos al Guadiana, hasta llegar a precipitaciones inferiores a 500 mm anuales en el nordeste del Algarve.

 

Turismo

El Algarve dispone de bellísimas playas y paisajes naturales, siendo la más turística de las provincias portuguesas. Dos de los mayores complejos turísticos de Europa se encuentran en el Algarve: se trata de Vilamoura, junto a la playa de la Falésia (concelho de Loulé), y de

 

Agricultura

El higo, la almendra y la algarroba son productos agrícolas tradicionales dignos de mención. La producción de aguardiente de madroño e incluso de corteza, principalmente en las regiones del nordeste del Algarve, son otras manufacturas tradicionales.
( De Wikipedia y otras fuentes)
Coincidiendo con el Día de Nochebuena, nuestro propósito viajero era salir de Conil de la Frontera, llegar al aeropuerto de Sevilla para recoger a una pasajera (nuestra hija Katia que llegaría desde Valencia) y seguir viaje hasta nuestro destino final en el Algarve portugués, concretamente en la ciudad de Lagos.
Así pues, tomamos a media mañana la autovía A-4 en dirección Sevilla, sin continuar por la autopista de peaje (muy cara: 7’30 € por 35 kms), haciéndolo por la N-IV, que aun muy transitada permitía gozar del paisaje pleno de grandes cortijos, y bordear Xerez de la frontera, Cuervo y Los Palacios, hasta alcanzar una de las circulares de Sevilla que enlaza con la A-4, hasta el aeropuerto de San Pablo.
La escasez de gente en el aeropuerto –era mediodía— denotaba la celebración de la Nochebuena, aunque nos permitió una rápida salida en dirección a la autovía A-49, que era la vía de desplazamiento hacia el oeste, bordeando Bollullos Par del Condado, la propia Huelva capital, pasando por el norte de Cartaya, para llegar a la fronteriza Ayamonte, con bellas vistas sobre la otra orilla, la portuguesa de Vila Real de Santo
Antonio, y especialmente de la zona ancha –casi desembocadura— del río Guadiana, que hace de divisoria y frontera entre España y Portugal más de un centenar de kilómetros.
Antes de Huelva, resultó interesante reparar en el río Tinto, así denominado por el color rojizo de sus aguas, consecuencia de los yacimientos cupríferos que antaño se explotaban en sus zonas altas.
Y sobrepasado Ayamonte, al entrar en Portugal por la A-22, nos llegó la primera incidencia, porque aunque sabíamos que en el país luso casi todas las autovías y autopistas eran de peaje, no teníamos ni la más
remota idea sobre cómo funcionaba el llamado “portagem electrónico” (peaje electrónico).
Poco hubimos de esperar, porque en la primera área para obtener la viñeta o el registro de peaje, comprobamos después de muchos intentos con diferentes tarjetas de crédito que los aparatos no funcionaban. Al menos conseguimos por el interfono saber que debíamos detenernos en la primera área de servicio y allí pagar el peaje.
Lo que hicimos, aunque nos sorprendió que el peaje hubiera de ser para un trayecto concreto, especificando días de uso y matrícula del coche, y pagando una suma algo cara, porque para 135 kms. por tres días desembolsamos casi 21 Euros.
Lo más curioso de la autovía de peaje es que cada diez kilómetros más o
menos aparecían a la derecha unos paneles azules especificando el importe para cada clase de vehículos, y pocos metros después estaba emplazado sobre la autovía una especia de puente de vigas metálicas, en las que aparecían multitud de focos y cámaras, como para fotografiar cada vehículos en todas las direcciones. Y la suma de los peajes (taxas) era inclusive superior a lo que habíamos pagado de forma global en “pre-pagamento”.
Entre unas cosas y otras, advertimos al menos la ventaja de evitar detenciones para el pago, aunque el sistema tenía sus riesgos, porque si se introducían los datos de la tarjeta de crédito, a ella se iban cargando los importes sucesivos de cada tramo. Y si la eficacia en el funcionamiento de los instrumentos era la que habíamos experimentado a la entrada, más bien podía temerse un caos abusivo en cargos a la tarjeta.
Estaba lloviznando y soplaba fuerte ventarrón de frente (nos dirigíamos hacia el oeste), por lo que apenas si reparamos en las indicaciones ruteras de las poblaciones como Olhao, Faro, Vilamoura, Silves, etcétera, hasta que sobre las siete de la tarde, bajo una lluvia fuerte y racheada, llegamos a Lagos y comenzó la pequeña odisea de hallar el apartamento suite que teníamos reservado en Praia de Donna Anna,
pues aún anunciando se como situado antes de Praia da Ponta da Piedade, no era fácil adivinar el itinerario, y hasta el GPS se perdía en calles que no reconocía.
Por fin, y de casualidad, como casi siempre suele acontecer, hallamos nuestro edificio, pero allí se indicaba que la recepción o check-in era en otro lugar “a unos 200 metros”, pero sin plano o mapa indicador, lo que motivó que caminando nos choparamos y al fin hallaramos la oficina en la que se nos facilitó la documentación y llaves.
El acceso al edificio de apartamentos suite (de presencia señorial y en emplazamiento privilegiado, casi frente al mar) resultó accidentado, porque el garaje parecía estar concebido para bicicletas, tal era su estrechez y la dificultad de maniobra, y de ello quedó buena muestra en la chapa de nuestro automóvil y en una columna…
El apartamento era en verdad espléndido, y estaba ya absolutamente preparado, con la climatización en funcionamiento, todos los elementos de la cocina en perfecto estado, el amplio salón bien dispuesto, y hasta comprobamos que el baño bien dotado y con jacuzzi, ofrecía su piso térmico. Era al menos una compensación a los enojos producidos por la búsqueda del lugar y el acceso al garaje.
Pero…era Nochebuena, no había ningún alimento que echarse a la boca,
excepto unos croissants para el desayuno, por lo que hubimos de acercarnos al casco urbano de Lagos en búsqueda de la Cena de Nochebuena.
La noche estaba cerrada, con lluvia y fuerte viento, por lo que recorrer la zona de Lagos cerca de la Marina se convirtió en casi una pesadilla, pues las calles estaban vacías, y los restaurantes y bares todos cerrados. Por fin en una gasolinera se nos indicó alguna posibilidad y tuvimos la fortuna de hallar abierto un restaurante con buena pinta en el que, pese a ser tarde (8’45 pm) para Portugal pudimos acceder a una muy buena cena, regada de un buen vinho verde portugués, y que se compuso de una espetada de lulas y gambas (brocheta de calamares y gambas) un bacalhau ao modo algarvío (bacalao al estilo algarvío) y una salada de vegetais romaos (ensalada verde bien acompañada) que culminaron con una buena crema quemada y una copa de bagaço (aguardiente) portugués.
Habíamos conseguido no solamente alimentarnos bien, sino gozar de
delicias culinarias, así que retornamos a nuestro apartamento suite, en le que un cálido ambiente nos permitió visionar el programa navideño de la televisión portuguesa, mientras un licorcillo servía para nuestro brindis.
Estábamos celebrando la Nochebuena en Portugal, en el Algarve, en un magnífico alojamiento, con la mejor de las compañías posibles –la familia—y así el espíritu fue llenándose deseos efluvios de cariño y ternura que nos invaden en la Navidad, llevándonos al descanso más relajado y feliz.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA