THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

martes, 22 de marzo de 2011

Esta España nuestra: El Ampurdán (L’Empordá) y Rosas (Roses)

Pretendemos mediante este relato iniciar una nueva serie dedicada a las posibilidades de excursiones, viajes, visitas y experiencias en España, con el ánimo de que sirva para estimular los ánimos viajeros de quienes en nuestro país y en el extranjero pretenden conocer más y mejor “la piel de toro”. Animamos especialmente a comentar nuestras crónicas y a sugerirnos nuevos destinos.
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“El Ampurdán (Empordà en catalán) es una comarca histórica de Cataluña (España), situada en la provincia de Gerona. Coincide aproximadamente con los límites del antiguo condado de Ampurias. La comarca toma su nombre de la colonia griega de Ampurias (Emporion).
En la actualidad, la comarca histórica se halla dividida en dos comarcas administrativas: Alto y Bajo Ampurdán.
Geografía
El Empordà limita al norte con la sierra de la Albera, que compone las estribaciones más orientales de la cordillera pirenaica y que acaba en el mar en el Cabo de Creus. A esta parte montañosa se le conocía de forma tradicional como el Alto Ampurias mientras que la parte situada en el llano era conocida como el Baix Empordà. Esta llanura está dividida por el macizo del Montgrí y comprende al norte la llanura por la que discurren antes de desembocar en el mar los ríos Muga y Fluvià y al sur la parte conocida como "l'Empordanet", comprendido entre el mencionado macizo del Montgrí, la costa, el río Ter y al oeste el macizo de les Gavarres.
La capital de esta zona que hoy coincide con la comarca administrativa del Bajo Ampurdán tiene su capital en La Bisbal, mientras que la situada al norte, cuya capital histórica fue la villa de Castellón de Ampurias comprende la comarca administrativa del Alto Ampurdán y cuya capital actual es la ciudad de Figueras.
La costa
La costa del Ampurdán forma parte de la Costa Brava y comprende desde los acantilados y pequeñas playas que se encuentran al norte, entre la frontera francesa y el cabo de Creus y a la altura del macizo del Montgrí, frente al cual se encuentran las Islas Medas hasta largas playas de fina arena en la Bahía de Roses, que se extiende desde el cap de Creus al macizo del Montgrí, destacando en esta zona de Parque Natural de los 'Aiguamolls' y la playa de dunas de San Pedro Pescador. Al sur del macizo del Montgrí se encuentra la desembocadura del Ter y extensas playas como la de Pals hasta el cabo de Begur donde la costa vuelve a levantarse sobre el mar para formar acantilados y calas.
La tramontana
La presencia de la tramontana - un viento frío y turbulento del norte - es particularmente intensa en el Ampurdán, y son numerosas las referencias literarias y artísticas a este viento, que forma parte esencial de la caracterización literaria y simbólica de la comarca, a la que han contribuido decisivamente numerosos literatos y artistas, como Josep Pla o Salvador Dalí ambos nativos de la comarca. El poeta - también ampurdanés - Carles Fages de Climent escribió la oración al Cristo de la Tramontana, muy popular en el Empordà, que luego inspiraría un lienzo de su amigo Salvador Dalí, expuesto en el Teatro-Museo Dalí. También Gabriel García Márquez se refiere a la tramontana en Doce Cuentos Peregrinos.
Rosas
Rosas (en catalán y oficialmente Roses), es un municipio español de la comarca del Alto Ampurdán en la provincia de Gerona, Cataluña.
En poco más de medio siglo ha experimentado un rápido crecimiento debido al turismo, pasando de 2.703 habitantes (1950) a 12.991 habitantes en 2000 y a 19.463 en 2008.
Bandera de Roses
Está situada en la costa norte del Golfo de Rosas, al sur del cabo de Creus. Es un gran centro turístico, con urbanizaciones, hoteles y playas y dos puertos (pesquero y deportivo), y un lugar atractivo y de gran relieve dentro del sector septentrional de la Costa Brava. La costa del municipio de Rosas incluye una larga playa de arena y más hacia el este un gran número de calas, entre las cuales destacan Canyelles Petites, L'Almadrava, Cap Norfeu, Punta Falconera, Jóncols y Montjoi.
Aunque el turismo es la fuente principal de la economía, el sector primario también tiene presencia, con la agricultura (cultivo de olivo y viña), y también, aunque más reducida, la pesca, ya que Rosas tiene el puerto pesquero más destacado de la costa del norte de Cataluña.
Lugares de interés
Escudo de Roses
Iglesia parroquial Santa María: fue consagrada en 1796, construida sobre los restos del templo anterior del Monasterio de Santa María de Rosas, del que se conservan el ábside, el crucero, la cúpula románica y algún resto del claustro. La restauración del año 1853, obra del arquitecto Martí Sureda y Deulovol, fue en estilo neoclásico y comportó reformas en la nave, las capillas laterales y la fachada.

Ciudadela de Rosas, restos de la fortificación del siglo XVII que encerró la primitiva villa, junto con restos de las ciudadelas griega y romana, y vestigios medievales, acoge actualmente un interesante museo de interpretación.

Castillo de Bufalaranya documentado desde el siglo X.

Castillo de la Trinidad, fortificación del siglo XVI, (en reformas desde 2008).

Castrum visigoticum o ciudadela visigoda del Puig Rom.
La bahía de Roses
Mirador de Santa Rosa de Puig Rom, a 225 m de altitud, magnífica vista de la totalidad del golfo, de la llanura del Ampurdán, de las marismas (aiguamolls) y de las Islas Medas al fondo.

Conjunto megalítico de Rosas, recorrido por un amplio paraje natural que permite ver dólmenes y numerosos menhires, en la carretera de cala Montjoi.

Punta Falconera, paraje natural en un lugar inmejorable, con restos (búnqueres) de la Guerra Civil Española, en la puerta del golfo de Rosas.


 • El Bulli, restaurante en la cala Montjoi, tres estrellas en la Guía Michelin, dirigido por Ferran Adrià, y declarado el segundo mejor restaurante del mundo.
Fiestas
• Carnavales: una de las fiestas más importantes y famosas de la Costa Brava. Se celebra durante cinco días con diferentes actividades, aunque la principal son los desfiles de carrozas del viernes y domingo de Carnaval por la Avenida de Rhode, en los que se exhiben los disfraces más originales preparados para la ocasión. Se celebran en una fecha variable entre febrero y marzo.

Cala Montjoi
• Fiesta Mayor: Es en honor de la Virgen del Carmen, el 15 de agosto, y siempre están presentes la música clásica, las habaneras, las sardanas y los gigantes; hay una procesión de barcas y finaliza con fuegos artificiales que iluminan la bahía.
Situada en el extremo norte de la Costa Brava, en el golfo de Roses, la ciudad, adosada a los Pirineos, respira al ritmo del Mediterráneo.
Favorecida geográficamente por la proximidad de espacios naturales protegidos (el cabo de Creus y el macizo del Montgri), Roses extrae de su rico pasado las enseñanzas que le permiten un desarrollo armonioso entre el turismo y la vida local, respetando el medioambiente y a los hombres.
Edificada por los Griegos en 776 a. de C., la colonia comercial no ha dejado, desde entonces, de ser un centro de interés y un lugar clave de la Costa Brava. Aún hoy, se puede recorrer su historia a través de los vestigios de Roda la Griega o de la ciudad romana. Puerta de entrada a España, Roses fue fortificada luego por Carlos V.
Comercial y militar, Roses también fue espiritual y cultural. Puerto abierto al mundo, con mezcla de culturas religiones, en sus alrededores se encuentran numerosos monasterios e iglesias (en particular en el centro de la ciudad, la iglesia de Santa María).
Rica por su pasado, Roses se abrió definitivamente durante los años cincuenta para acoger al visitante de forma razonada, pensada, respetuosa con la tradición y ejemplar dentro del sector inmobiliario en España. En Roses conviven el puerto de pesca y el puerto deportivo.
El puerto
Paseo marítimo en Roses
El Puerto Deportivo de Roses está hecho a imagen y semejanza de la ciudad. Un cálido lugar de acogida donde, en medio de un paisaje que parece idéntico desde hace siglos, esperan un conjunto de prestaciones que ofrecen un máximo de confort y de seguridad. Agua, electricidad, ducha, combustible, vigilancia por ordenador, servicio completo de reciclaje de aceites, hidrocarburos y desechos domésticos, restaurante, Wi-Fi, etc.
Todas ellas prestaciones de alta calidad que permiten lanzarse al descubrimiento del país que se extiende en los alrededores de la ciudad, o bien aprovechar las incesantes animaciones culturales y festivas.
Los espacios naturales
La Costa Brava es mucho más que una sucesión de playas. Es un descubrimiento constante de universos desconocidos tales como el parque de Aiguamolls de l'Empordá (amplios pantanos protegidos) o el cabo de Creus, con sus caminos entre la tierra y el cielo, entre el mar y las montañas. Lagunas, calas, fauna y flora poco comunes, aguas cristalinas, vestigios megalíticos… un mundo que se abre al viajero que se toma el tiempo de contemplarlos. A partir de Roses, se le proponen numerosos itinerarios señalizados, cuyas distancias y dificultades varían según sus deseos.
Roses es, antes que nada, el placer del mar y la montaña.
Ocio y actividades recreativas
En Roses se ofrece una infinidad de posibilidades: deportes náuticos, submarinismo, kart, mini golf, pero también festivales en cualquier estación, desde el Carnaval hasta la semana de la gastronomía. Festivales de música clásica, de jazz… todas ellas manifestaciones que, según las estaciones, permiten pasar en Roses muy agradables momentos
Gastronomía
La gastronomía apela a los productos locales y, principalmente, al pescado. Uno de los manjares ineludibles de Roses es el Suquet de Peix, variedad de pescados con guarnición de patatas. Pero, más allá de los platos tradicionales, se encuentra en Roses lo mejor de la gastronomía en el restaurante El Bulli, donde Ferran Adrià propone platos fascinantes e innovadores.
En este mundo entre mar y montañas, la gastronomía local está a la altura de la naturaleza que la rodea, desde los vinos de carácter hasta la multiplicidad de gustos, sabores y colores.
Cabo de Creus
Faro en el cabo de Creus
El Cabo de Creus es el punto más oriental de la Península Ibérica, situado al norte del golfo de Rosas. Es un promontorio abrupto y rocoso de 67,2 m de altitud que se alza sobre el mar Mediterráneo en el nordeste de España, en la provincia de Gerona.
Está sujeto a la acción del oleaje, provocado fundamentalmente por la tramontana recibe  y los vientos de levante.
Geomorfológicamente, forma parte de las estribaciones de los Pirineos orientales, o Montes Alberes, que se adentran en el mar por el macizo del cabo de Creus. Sobre terrenos graníticos y esquistosos del ordovícico (paleozoico), presenta una vegetación dominante de matorrales y formaciones arbustivas. El cabo de Creus, en cuyo extremo se sitúa un faro, se encuentra en una pequeña península de carácter montañoso, cortada por numerosas entalladuras, a modo de pequeñas calas, orientadas en función de la estructura pizarrosa. En esta área se registran unas precipitaciones anuales que oscilan entre los 500 y 800 mm; se trata, por tanto, de un clima mediterráneo húmedo, caracterizado por la suavidad térmica y unas moderadas precipitaciones.
En el extremo oriental del cabo, a 87 m de altitud, se ubica un faro cuya señal lumínica tiene un alcance de 34 millas.
Fuente de inspiración artística
La fuerza del cabo de Creus en tanto que materia artística, plástica o literaria ha sido fuente de inspiración para escritores y artistas. El gran masturbador, de Salvador Dalí1 se inspira, según parece, en una roca de cala Cullaré. En su extenso poemario Somni de Cap de Creus ('Sueño de Cabo de Creus'), del poeta Carles Fages de Climent, publicado póstumamente (2003), recrea el tránsito desde paganismo difuso del Ampurdán grecolatino al cristianismo que construye iglesias sobre los fundamentos de los antiguos templos paganos. Eugenio d'Ors, J. V. Foix, Josep Maria de Sagarra o Josep Pla también cayeron bajo el influjo de la fascinación del paisaje mineral del cabo, poblado de formas fantásticas producto de la erosión del mar y el viento.
También ha sido fuente de inspiración para la música con autores y obras como: Jorge Alfredo Sarraute Sánchez: El faroner del Cap de Creus ('El farero del Cabo de Creus', 1989), Música per a cor ('Música para coro'), Rafael Cabrisas (letra) y Joaquim Gay (música): Cap de Creus (sardana), Manel Rius: Cap de Creus (sardana), Dacosta: Cap de Creus (popular).
El paraje fue uno de los escenarios del film The Light at the Edge of the World dirigido por Kevin Billington en 1971 y protagonizado por Yul Brynner y Kirk Douglas, una adaptación de la novela Le phare du bout du monde, de Julio Verne.
En el extremo del cabo, más allá del faro, fue construida una torre que tenía que representar el faro llamado del Fin del Mundo, en el archipiélago de Tierra del Fuego (Chile y Argentina), inspiración de la novela, y que fue demolida hace pocos años para restituir al paisaje su aspecto original.
Geografía e historia
Se encuentran restos de poblamientos den esta zona ya durante el periodo prehistórico. La zona está salpicada de diversos restos de dolmens. Durante la antigüedad los rodios fundaron Rosas cerca del istmo. Más al norte, ya en pleno cabo de Creus, se halla Cadaqués, y más al norte está, al final del cabo, el Puerto de la Selva.
Durante la época medieval se fundó el Monasterio de Sant Pere de Rodes. Bien entrado el siglo XX, se crea el Parque Natural, mientras que a principios del siglo XXI se declara ZEPIM.
En la cima del monte Pení se halla una estación de radar (Escuadrón de Vigilancia Aérea número 4, EVA-4) que pertenece al Ejército del Aire Español, construida por los Estados Unidos en el año 1959.
En julio de 2010 se recuperó definitivamente el paraje natural con la demolición de 400 apartamentos de la urbanización Club Méditerranée, construida en 1962 y deshabitada desde 2003.
(De Wikipedia y otras fuentes)

Hablar de la Costa Brava es referirse a una de las zonas más hermosas no solamente de España sino del mundo.
De la misma manera, hablar del Ampurdán es referirse a una de las partes más características y típicas de la región española de Cataluña.
Por eso, no es nada de extrañar que quien esto escribe haya estado siempre dispuesto a desplazarse desde su Valencia natal hasta dichos bellos comarca y lugares.
Cala de l'Almadrava
Si a ello se une el aliciente, no menor, de tener viviendo en Roses, en el atractivo barrio de Santa Margarida (casi junto a la playa de la bahía, y con los atractivos canales/embarcaderos en las proximidades) a la familia de una hija, bien se comprenderá que al viajero no le resultó nada difícil decidirse por desplazarse hasta allí.
Lo primero que hay que destacar es que el Ampurdán se presenta como una comarca principalmente agrícola, pese a que abundan los polígonos industriales, en los que se asientan fábricas y almacenes de distribución, aunque la predominancia del turismo se establece en las proximidades de la costa.
En ella, tal vez la más bella parte de la Costa Brava española, Roses viene a ser como la capitalita, brindando una preciosa vista de la bahía del mismo nombre y con un puerto en el que lujosos yates evidencian el nivel de turismo de calidad que frecuenta la zona, sin desdeñar la importancia del puerto pesquero, tal vez el principal de la zona.
Solamente hay un condicionante para disfrutar de Roses y sus alrededores: Que no sople la Tramontana, porque en ese caso, la sensación de incomodidad y desazón invade al visitante, hasta tal punto de vedarle las ganas de seguir gozando de la naturaleza.
En el caso del narrador, solamente hubo que sufrir un día de algún viento de Tramontana, pero fue suficiente, especialmente en el cabo de Creus, en el que en ocasiones había que asirse a las barandas para evitar alguna que otra sorpresa.
Pero por lo demás, hallarse en Roses es como encontrarse cerca de un paraíso, especialmente si se toma la carreterita que bordea la costa hasta la cala de l'Almadrava, y desde ahí se sigue uno de los múltiples senderos bien señalizados y registrados, principalmente el que siguiendo los riscos lleva hasta la cala Montjoi, amplia, bella y solitaria, en la que se halla instalada una base de buceo y una ciudad de vacaciones y donde puede verse el famoso restaurante El Bulli, de Ferrán Adriá, aunque parece próximo a cerrar.
Desde la cala Montjoi, por una carretera que cruza las cumbres y curvea por las montañas, se puede llegar a Cadaqués, preciosa villa que se guarece en la bonita cala del mismo nombre, paraíso de turismo selecto y de buena gastronomía, que invita a visitar sus angostas y típicas callejas que conducen hasta la iglesia situada en lo alto.
Una vez en Cadaqués resulta obligado desplazarse a Port Lligat para visitar el Museo de Dalí, y conocer el lugar en el que el genial artista se embelesaba de la naturaleza para crear sus formas oníricas; y después llegar al cabo de Creus, a través de un paisaje caprichoso de rocas basálticas, que recuerdan como a una zona volcánica.
La vista desde los miradores junto al faro es maravillosa, aunque ya se ha contado que si sopla el viento, la Tramontana, hay que extremar las cautelas para no salir volando.
Sirenita en el paseo
 marítimo de Roses
Después de tan linda excursión no está de más dedicar un día a pasear por la bahía de Roses, especialmente por su paseo marítimo ornado de palmeras, y en el que hay unos aceptables baretes y restaurantes para recrear la vista al tiempo de degustar una cerveza o algún refresco.
No olvido en el Ampurdán la ciudad de Figueres, (en el interior, a unos 15 Km. desde Roses), en la que se halla el Museo Dalí, pero a ello dedicaré otra crónica.
En resumen, el Ampurdán, y especialmente la Costa Brava y Roses son zonas y enclaves que el viajero no debe de perderse.
Inclusive, aunque sople la Tramontana…
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

miércoles, 16 de marzo de 2011

ARGENTINA VIVIDA (Experiencias viajeras de Cristina Serediak): DOMANDO LA RUTA 40: LA CUEVA DE LAS MANOS

Continúa la serie de interesantes relatos sobre viajes por Argentina con que honra este blog la Dra. Cristina Serediak

Otra linda sorpresa nos esperaba en la ruta 40.
Luego de transitar por El Maitén en la provincia de Chubut, esta ruta se aparta un poco de la Cordillera -que sin embargo siempre queda a la vista- para pasar Tecka y Gobernador Costa. Allí comienza el territorio de las mesetas patagónicas y de innumerables tranqueras de estancias, algunas abiertas al turismo.
Se pasa por los pueblos de Río Mayo y Perito Moreno y se llega a Bajo Caracoles. Son pueblos chicos con historias interesantes.
Cañadón del río Pinturas
En Bajo Caracoles tomamos un desvío también de ripio, pero ancho y bien mantenido. Luego de manejar unos 50 Km en la monotonía de la estepa patagónica, con la compañía de guanacos, choiques, zorros y el resto de la fauna lugareña, pasando varias curvas y subiendo algunas cuestas, logramos divisar el cañadón del Río Pinturas o de Los Colores que discurre encajonado entre altos barrancos (río Kolo Niyeu, voz original indígena).
El río da numerosas vueltas, y se presenta con pasto verde y pequeños árboles en sus orillas. Esto nos alegró el ánimo, después de manejar en un paisaje tan desértico.
Empezamos a bajar hasta el centro de interpretación. Es un edificio con un salón dedicado a la explicación de las características del lugar mediante métodos audiovisuales.
Entrada a la cueva
Ahí aprendimos que las cuevas estuvieron habitadas hace ya 9.000 años. Los dibujos de las mismas fueron plasmados utilizando diversos medios de aplicación (por boca, tubo, hisopo o aspersión). Los colores se obtuvieron mediante los minerales de la región: el negro, del bióxido de manganeso; el rojo, del ocre o la hematita y el blanco, de la cal o del hueso quemado y molido; como mordiente utilizaban orina animal.

El lugar está declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Este lugar permite a los investigadores interpretar aspectos de la vida prehistórica, ya que se describen tres épocas, que van desde el año 7.300 AC hasta 1.000 DC.
Las improntas de las manos
En cuatro cavidades profundas y contiguas se han contabilizado 829 improntas, casi todas de la mano izquierda, excepto 31, que son de la derecha y una de 6 dedos. Hay también guanacos, más de 215 figuras, en diversas escenas de caza con piedras atadas a un trenzado y utilizadas como boleadoras. Hay otros motivos naturalistas y abstractos. Inclusive representaron el paisaje que se ve en el barranco opuesto donde hay una pequeña quebrada para poder bajar al río.
Hay una imagen de la luna y nueve redondeles (¿representación didáctica de una gesta?) Se cree que antes de una cacería pedían protección colocando sus manos en esas piedras. También hay figuras de lagartijas, choiques, patas de puma y una impronta de un bailarín.
Detalle

Después de las explicaciones nos pusieron un casco para protección porque hay permanente desprendimiento de pequeños trozos de piedra, y comenzamos el sendero interpretativo. Los paredones tienen alrededor de 100 metros de altura y nosotros caminábamos por el sendero aproximadamente a la mitad. El viento y las inclemencias climáticas han teñido a las paredes con una vasta gama de colores brindándoles así un aspecto poco común; es algo digno de verse. Caminamos por dos horas viendo en esos muros, resguardados por aleros y cuevas, parte de la historia de los pueblos autóctonos de la zona. Estos frisos rupestres permiten ver la vida diaria de pueblos nómades en su mayoría, que buscaban agua y guanacos para subsistir, no olvidando la parte mágica y religiosa que ellos plasmaban en esas rocas.
CRISTINA SEREDIAK

sábado, 5 de marzo de 2011

ARGENTINA VIVIDA (Experiencias viajeras de Cristina Serediak): DOMANDO LA RUTA 40: GLACIAR PERITO MORENO

Nuevamente la Dra. Cristina Serediak nos obsequia con otro relato de sus viajes por su Argentina, que ilustra con sus propias fotografías.
Estamos otra vez en el Parque y Reserva Nacional Los Glaciares. Dejamos el pueblo de El Chaltén, bordeamos el lago Viedma y salimos en busca de la ruta 40. Todo este tramo la ruta es asfaltada. Siguiendo al sur unos 100 Km. nos encontramos con otro lago tan imponente como el anterior y es el lago Argentino. En el desvío nos dirigimos a la ciudad de El Calafate. Esta villa turística es la puerta de entrada a los grandes glaciares. Más de 350 glaciares, entre ellos el afamado glaciar Perito Moreno, lagos, bosques y una variada fauna integran este parque en esta zona de Santa Cruz, Patagonia Argentina. La ciudad es muy pintoresca con un paseo costanero, Bahía Redonda, museos, un sitio arqueológico, Punta Walichu y su arteria principal, la avenida del Libertador. La edificación característica es con techo a dos aguas. Posee gran cantidad de hoteles para todos los gustos, y un Casino.
A unos 80 Km. se encuentra la estrella de este lugar: el glaciar Perito Moreno. ¡Verlo es sentirse transportado a otra dimensión pues parece todo irreal! Escuchar su milenario silencio apenas interrumpido por lejanos crujidos y sentir en nuestro ser sus vibraciones nos imponen respeto y admiración, paz para el alma y alegría inmensa por tanta belleza! Todas las personas permanecen calladas al principio viendo algo tan majestuoso.
Es una masa de hielo de más de 60 metros de altura que penetra en el lago Argentino y desprende estruendosamente carámbanos en el canal de los Témpanos. A la distancia, el hielo continental aparece como si fuera un vasto mar interior, formado por una enorme masa helada de gran espesor que se eleva a 1.600 metros, de la que emergen altas cumbres empinadas. Para poder apreciarlo casi en su totalidad tenemos tres niveles de rampas, que se recorren admirando enfrente el glaciar. Hay excursiones que permiten navegar bien cerca del glaciar o inclusive caminar sobre su superficie. Otro interesante glaciar es el de Upsala, al que solamente se accede por navegación. Tiene un largo de 50 Km. y un ancho de 10 Km. En el centro de esta mole de hielo, puede observarse una franja de color oscuro (morrena), producto de los sedimentos-roca, arcilla, etc.-que han quedado atrapados dentro de este desde hace milenios. El color de los lagos es como lechoso, nada transparente. Se debe también a estos sedimentos que traen los glaciares.
Miles de años atrás, gran parte del parque nacional estuvo cubierto por glaciares. En su avance estos ríos de hielo erosionaron y dieron forma al paisaje, excavando en la montaña amplios valles de laderas abruptas. Pero un posterior cambio climático que incluía un aumento en la temperatura, causó la reducción de la superficie ocupada por el hielo, hasta alcanzar su estado actual. Cerca de El Calafate, camino al glaciar se encuentra el Museo del Hielo Patagónico, Glaciarium. Es un moderno edificio donde por métodos audiovisuales aprendemos todo lo relacionado al tema hielo.
Un fenómeno interesante ocurre antes de la salida del sol. Madrugando se ve como si las montañas se prendieran fuego por ese rayo de sol que pinta las laderas en su paso por el cielo. Es el llamado “rayo rojo”. Como moraleja les puedo decir que vale la pena conocer el lugar, comer la fruta llamada “calafate”, llenarnos el espíritu de glaciares, respirar este aire único , ver el agua lechosa de los lagos y sentir la presencia divina.
CRISTINA SEREDIAK