THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

jueves, 2 de septiembre de 2010

MIS PERIPLOS POR EUROPA (AÑO 2010) : LOS ALPES DE SABOYA Y SAINT JEAN DE MAURIENNNE

"Saboya (en francés Savoie y en arpitano Savouè d'Aval) es un departamento francés situado en la región de Ródano-Alpes.
El departamento de Saboya fue creado en el año 1860 cuando el antiguo Ducado de Saboya pasó a soberanía francesa y fue dividido en dos departamentos: Saboya y Alta Saboya.
Las principales ciudades son (datos del censo de 1999):
• Chambéry (55.786 habitantes, 113.457 en la aglomeración)
• Aix-les-Bains (25.732 habitantes, 40.278 en la aglomeración)
• Albertville (17.340 habitantes, 31.162 en la aglomeración)
La Alta Saboya (en francés Haute-Savoie, en arpitano Hiôta Savouè o Savouè d'Amont) es un departamento francés situado en la región de Ródano-Alpes. Su capital (o prefectura) es Annecy.
La Alta Saboya es un dinámico departamento, con una tasa de desempleo inferior a la media nacional, debido en gran parte a las posibilidades de empleo ofrecidas en la zona de Ginebra. Las principales zonas de trabajo de la Alta Saboya son:
• La zona fronteriza Annemasse-Ginebra
• La aglomeración de Annecy
• El valle del Arve (Cluses y Bonneville)
• La linea del Léman (Thonon-les-Bains y Evian-les-Bains)
Sobre su territorio s
e sitúa el macizo del Mont Blanc, sobre la frontera italiana, éste es el punto más alto de Europa, sin tener en cuenta los Urales. La altitud del departamento es de 1.160 msnm y posee una superficie de 4.388 km"
(El siempre imponente Mont Blanc...)

"Saint-Jean-de-Maurienne es una población y comuna francesa, en la región de Ródano-Alpes, departamento de Saboya, en el distrito y cantón de Saint-Jean-de-Maurienne.
El valle de Maurienne es el más meridional de los grandes valles transversales de Saboya. Cruzado por el río Arc, ofrece un paso sencillo entre Francia e Italia.
En el corazón del valle, donde el río Arvan se une al Arc, se abre un amplio espacio cuyas vertientes ofrecen toda la variedad de los paisajes alpinos, con el telón de fondo de las Agujas de’Aryes.
Allí se creó un pequeño burgo llamado Maurienne.
En el siglo VI el rey de Borgoña, Gontran, hijo menor de Clovis, conquistó toda la región, que quedó bajo la autoridad religiosa del obispo de Turín.
En aquellos tiempos, una mujer, de la cual los tiempos solamente han retenido el nombre de Tecla (Thècle), llevó desde Alejandría-Egipto, las reliquias de San Juan Bautista (tres dedos de la mano que, según la leyenda, bautizó a Cristo) y para albergar honrosamente la reliquia, Gontran constituyó la villa de Maurienne en sede episcopal, privando de ella a la vecina Turín.
Como capital de la diócesis, la villa fue dotandose de monumentos religiosos gracias a Conrad le Salique, fundador de la Casa de Saboya.
Maurienne desempeñó un gran rol en la ascensión de los príncipes de Saboya, porque su posición les convertía en “porteros de los Alpes”, y así surgió en 1771 la iglesia de Nôtre Dame, de estilo románico.
Entre los siglos XI y XVI se construyó la catedral de San Juan Bautista, de apreciable arquitectura."
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"El Túnel de Fréjus, o Túnel del Fréjus, (Tunnel du Fréjus en francés), es un túnel de carretera que une Francia e Italia, bajo la montaña de Fréjus, entre Modane y Bardonecchia.
Cuenta con una longitud de 12.895 metros, y está en servicio desde el 12 de julio de 1980. Tras el accidente del Túnel del Mont Blanc en 1999, la seguridad se ha visto fuertemente revisada desde comienzos de 2000. "
(De Wikipedia y otras fuentes de Internet)
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Este año, como casi todos, decidí ir a Ucrania, la tierra que me atrae y en la que tengo obligaciones contraídas por la vía conyugal y algunos deberes profesionales, y, después de comentarlo con mi esposa, decidimos viajar por carretera en nuestro propio coche, un híbrido de poco consumo y alto rendimiento.
Una vez más nuestros amigos y conocidos nos comentaron inquisitiva e irónicamente que si todavía nos gustaban los retos, pero para nosotros ello era como repetir pasadas experiencias viajeras (de las que hay constancia en este blog) y así, tras estudiar meticulosamente los posibles itinerarios desde Valencia hasta Kiev, decidimos hacer los 9.000 kilómetros del viaje --ida y vuelta, claro-- por una ruta diferente a la de años anteriores, que nos permitiera obtener nuevas visiones y experiencias, y conocer mejor otros lugares.
Por ello, aunque el camino más recomendable era desde Valencvia hasta Niza y Génova, para desde allí seguir hasta Verona, Padua, Venecia y Trieste, penentrando en Eslovenia y algo en Croacia, para pasar después -- a través de Hungría-- por las cercanías del lago Balaton, cruzar Budapest y llegar hasta la frontera de Ucrania por Zahony (en Hungría) y Chop (en Ucrania), decidimos evitar circular por las autopistas de la Costa Azul y alrededores de Niza y Génova, no solamente porque el calor mediaterráneo de esas zonas ya lo habíamos sufrido otros años, sino especialmente porque las cercanías de Niza y la ruta hasta Génova nos habían resultado muy incómodas, por la abundancia de tráfico, en años anteriores.
Y, bueno, de mañanita emprendimos el camino hacia Francia por la autopista AP-7, con parada en La Junquera, para tomar un café y repostar, evitando en lo posible pagar el carísimo combustible de Francia, más 1'45 Euros por litro de Eurosuper.
Tomando despues de Nimes la autopista hacia el Norte (l'Autoroute du Soleil), después de Montelimar desviamos por la autopista que lleva hasta Ginebra, vía Grenoble, y que recorre el valle del río Isère.
En el desvío de Annecy ya tomamos la autopista A-41, que cruzaba el departamento de Saboya en dirección a Italia.
Nada más penetrar en los valles alpinos por los que discurre la autopista, ya comprobamos que la temperatura no superaba los 18º C (¡habíamos dejado Valencia con 26 grados, a las 7 de la mañana!) y que las nubes iban ocupando las cimas de las montañas, que no podían verse.
De esta guisa, después de pasar los accesos a los puertos de la Madeleine y a La Croix de fer (tan sugerentes de épicas etapas del Tour de Francia), llegamos a un modesto hotelito situado unos kilómetros antes de St. Jean de Maurienne.
El cuentakilómetros indicaba ya 1.135 kilómetros de viaje, y en nuestro cuerpo --ascetismo de conductor-- dos "mini bocadillos" y unos buenos tragos de agua... Había hambre y algo de necesidad de estirar las piernas.
Y a ello fuimos, después de dejar nuestro equipaje transitorio (acostumbramos a llevar solamente tres bolsas de viaje, una de las cuales es para el "destino final", otra con la ropa para cada día del viaje, y una tercera con artículos de aseo y otras quincallerías) nos desplazamos a un rústico bar cercano al hotel, en medio de una especie de llovizna que en realidad era la humedad que desprendían las nubes que cada vez tapaban más las montaña.
(El bello valle de la Maurienne)
Una frugal cena, porque el cansancio nos empezaba a agredir, y tomamos la cama casi sin proponernoslo.
El despertar, a hora temprana, fue maravilloso. En cuanto subimos la persiana de la habitación se nos presentó con toda limpidez un precioso panorama de altas montañas que envolvían el valle, en el que los contrastes de verdes diferentes con ocres y amarillos, los rayos del sol tratando de penetrar por entre la tupida arboleda de los bosques y la esplendorosa luz casi del amanecer, brindaban y precioso espectáculo, que coreaban mil y un cantos de pajarillos y aves.
Un parco desayuno precedió al inicio de nuestro itinerario para este segundo día (pretendíamos ir desde St. Jean de Maurienne hasta Graz, en Austria, por todo el norte de Italia, como se narrará en otro post), que principió en la villa que es capitalidad del valle, coqueta, con un distinguido aire alpino --¿por que son siempre tan bellas las poblaciones situadas en zonas montañosas?- y en St. Jean de Maurienne visitamos sus monumentos principales, al principio comentados, entre los vestigios en las calles de los reclamos y publicidad del Tour de Francia, que precisamente había rendido etapa en esta población.
De ahí ya retomamos la autopista y nos dirigimos hasta el Túnel de Frejus, en el que había una pequeña congestión, porque, después de un aparatoso accidente ocurrido hace unos años, cuando ardieron dos camiones en su interior, solamente es permitido entrar al túnel 350 metros después de un camión y 150 metros después de un automóvil, conservando esa distancia hasta la salida, y a una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora.


 La entrada resulta "escalofriante", cuando por los 13 kilómetros del túnel se paga ya un peaje de ¡34 Euros!, y resulta bastante impresionante recorrer todo el túnel, con su silencio y solamente el rugido de los motores.
A la salida, ya en Italia (no existen ni vestigios de frontera) el sol alpino anunciaba una autopista que era todo curvas, con limitación de velocidad hasta 80 km/h., pero que presagiaba la larga jornada que nos esperaba.
Interesante la primera etapa, con su añadido matinal, del siguiente día, incluido el túnel.
Nos prometimos volver con más tiempo a la zona de Saboya y especialmente recorrer los altos y puertos de montaña.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA