THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Desde Ucrania: En los umbrales del Año nuevo “nuevo”, a la espera de la Navidad y del Año nuevo “viejo”

El Año nuevo viejo o Año viejo ortodoxo es una fiesta religiosa que se celebra en países dе tradición religiosa ortodoxa. La fiesta es por el inicio del año según el calendario juliano, que en los siglos XX y XXI es el 13 o 14 de enero.

En Rusia
Aunque la Rusia Soviética oficialmente adoptó el calendario gregoriano en 1918, la iglesia ortodoxa rusa continuó usando el calendario juliano. El año nuevo se hizo una festividad celebrada en ambos calendarios.
Al igual que en muchos países que usan el calendario gregoriano, el Año Nuevo en Rusia es una festividad pública, y es celebrada el primero de enero. En ese día se presenta alegre entretenimiento, juegos pirotécnicos y se preparan largas y elaboradas comidas.
El año nuevo en el calendario juliano se presenta aún formalmente y la tradición de celebrar la llegada de un nuevo año dos veces es disfrutada ampliamente.
En otros países
La tradición del Año nuevo viejo se ha seguido celebrando en Ucrania (Malanka), Bielorrusia, Georgia y los países integrantes de la antigua República Yugoslava, Bosnia y Herzegovina, la República de Macedonia, Montenegro y Serbia; ya que la iglesia ortodoxa serbia y la iglesia ortodoxa de Macedonia sigue celebrando sus fiestas y vacaciones acorde con el calendario juliano.
Generalmente no es tan festivo como el “verdadero año nuevo“, debido a que para algunos es una emotiva festividad familiar terminando el ciclo de festividades de año nuevo.
En el arte
La tradición del Año Nuevo Viejo ha sido mencionada en el arte ruso. El escritor de teatro Mijaíl Roshchin escribió en 1973 un drama-comedia llamado El Año Nuevo Viejo que estuvo en los escenarios de los teatros durante varios años. También lo adaptó para cine en televisión, lo representaban actores famosos y la música fue compuesta por Serguéi Nikitin con las poéticas letras de Borís Pasternak. La película se estrenó por Mosfilm studios en 1980.
Al adoptarse el cristianismo, el calendario bizantino empezó a sustituir al antiguo y pagano, que celebraba el 22 de marzo el primer día del año. A principios del siglo XV se adoptó formalmente el 1 de septiembre como el primer día del año, según calendario bizantino.
Malanka ucraniano
En el año 1699, según decreto de Pedro I, conocido como el Grande, la celebración del Año Nuevo se pasó al 1 de enero, según el nuevo calendario gregoriano. Sin embargo, la Iglesia Ortodoxa siguió usando el calendario juliano que hasta ahora tiene una diferencia de 13 días con el calendario gregoriano. A partir del 1 de marzo del 2100 esta diferencia será de 14 días. En el 2101 la Navidad y el Año Nuevo Viejo se celebrarán un día después.
En el año 1918, poco después de la Revolución, se “eliminó” esta diferencia de 13 días entre el calendario europeo y el ruso con la implementación oficial del calendario gregoriano. De esa manera aparecieron dos Años Nuevos“: según el calendario moderno y el antiguo.
Una canción popular es recordada por algunos abuelos ucranianos  cuando en época de festividades se reunían para cantar así: “….pon la mesa, prepara los manteles, que vendrán tres visitas a tu casa; la primera visita, del niño Dios; la segunda, de San Basilio (la festividad de los Reyes Magos en la tradición católica) y la tercera, año nuevo
(De Wikipedia y otras fuentes)
Fiel a la denominación de este blog (“De acá para acullá”), este año he venido hasta Ucrania, desde donde escribo, para celebrar las fiestas navideñas con parte de la familia y amigos, como ya hemos hecho mi esposa y yo varios años atrás.
Y he dicho “fiestas navideñas”, porque en este país, como en aquellos en los que es mayoritaria la religión ortodoxa cristiana, la Navidad se celebra el 7 de Enero, y el Año Nuevo, una semana después, el día 13 del mismo mes.
Pero como lo nuevo se ha ido imponiendo, cual se recoge en la información introductoria que incluyo en este post como antecedentes, al final se celebra más oficialmente el Año Nuevo el día 1 de Enero, es decir, antes que la Navidad, porque ésta no lo es hasta el siguiente día 7.
Curiosa circunstancia para más de uno, yo mismo incluido, que me permitió años atrás, en la región de los Cárpatos, concretamente en las ciudades de Yaremche y Kolomya, gozar de la celebración del Año nuevo “viejo”, en la que, por deferencia del entonces gobernador del oblast, el buen amigo Roman Tkach (incansable impulsor de la región), unos cuantos diplomáticos de otros países (Croacia, Hungría, Polonia, España –que tuve el honor de representar-, Rusia, Eslovaquia, y alguno más que no recuerdo) fuimos obsequiados con una bella celebración folklórica del Año Nuevo “viejo”, un 13 de enero.
Allí estaban congregados hombres de negocios de muchos países, en el Fórum de Negocios de los Cárpatos, y en las proximidades de Kolomya, un grupo de paisanos, jóvenes y viejos, nos deleitaron, en medio de la nevada, con las bellas imágenes de su aparición en procesión, con sus atavíos tradicionales de la etnia hutsul y sus cánticos llenos de dulzura y romanticismo. No faltó, claro está, una suculenta y abundante cena, regada con el mejor vodka, el magnífico “gorilka” ucraniano.
Fue una ocasión inolvidable que todos agradecimos grandemente al anfitrión.
Pues bien, desde aquellos recuerdos, hénos ahora aquí, en esta Ucrania cada vez más occidentalizada, con mayores y mejores supermercados, con más coches y con más confort, pero al propio tiempo con mayor inflación, mayor coste de la vida, mayor materialismo y mayores diferencias sociales.
En una Ucrania cuyo pueblo llano ha vuelto definitivamente la espalda a la clase política, representada por un Presidente corrupto y absolutista, que se ha puesto la democracia por montera, estableciendo una pseudo-democracia en la que priva el oficialismo, y cuyo Presidente, llamado Yanukovich, no ha parado mientes hasta encarcelar y conseguir su condena por siete años a quien fue primera ministra, Yulia Tymoshenko, una mujer ambiciosa e intrigante como la que más y nada deseable como dirigente, pero que también contribuyó a la democratización del país, bien que en oposición al sátrapa Yanukovich, que ahora le ha pasado factura y venganza.
Valga la anterior disquisición para poner de manifiesto que en esta amada por nosotros Ucrania, aunque se celebre el Año nuevo “nuevo”, es difícil que llegue de veras el Año nuevo “viejo”, con sus componentes paz y de armonía, de veracidad y de auténticos sentimientos.
Árbol en la Plaza de la Independencia, Kiev
De todas formas, permítaseme hacer justicia al pueblo llano, que, con más o menos dinero, se afana en celebrar estas fiestas en reuniones de familias y amigos, sin demasiado contenido religioso, pero practicando algo que tan necesario es a la humanidad entera: la Paz y la armonía.
Así pues, en los umbrales del “nuevo” Año, permítanme los lectores que envíe mis parabienes y mejores deseos de prosperidad y paz según las tradiciones del Año nuevo “viejo”, abriendo la puerta para que entre los hombres y entre los países brillen las constelaciones de la libertad y de la concordia.
Que lo nuevo llegue a viejo y que lo viejo sirva de fundamento a lo nuevo, es decir, que la paz de siempre se instale en el bienestar de ahora.
Éste es el ferviente deseo de
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

“Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir”.- Alberto Lleras Camargo (1906-1990) Político, periodista y diplomático colombiano.