THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

martes, 11 de agosto de 2015

ESTA ESPAÑA NUESTRA: TURISMO VACACIONAL 2015 CON EXPERIENCIAS FLUVIALES, DUERO, SIL Y MIÑO.- Y X, FERIA SABATINA EN A POBRA DE TRIVES, RESERVAS GASTRONÓMICAS Y ADIÓS CON “MORRIÑA”


Un mercadillo es un mercado ambulante que se instala generalmente al aire libre en uno o varios días determinados de la semana. Otros nombres alternativos son: mercado sobre ruedas, mercado al aire libre, mercado/feria de (las) pulgas, rastrillo, bazar, feria libre, zoco, pulguero, plaza, tianguis e incluso mercado de antigüedades, mercado persa, en los casos en los que en ellos se comercia con ese tipo de objetos.
Esta modalidad de «venta ambulante» tiene muy distintas formas dada la gran variabilidad de estos mercadillos (y los productos que ofrecen) alrededor del mundo.
Los mercadillos suelen situarse en lugares públicos o cedidos por el ayuntamiento de la localidad tales como plazas, avenidas, aparcamientos, etcétera.
Características generales
Los puestos suelen consistir en tenderetes que están formados por estructuras metálicas desmontables sobre los que se coloca un tablero a modo de mostrador. Sin embargo, también puede colocarse el género sobre mesas plegables o directamente en el suelo sobre mantas, cestas u otros recipientes. Los productos que se ponen a la venta son de lo más variado: productos alimenticios, prendas de vestir, productos para el hogar, plantas, abalorios, etc. Cada vendedor debe pedir su licencia de venta al ayuntamiento o delegación o municipio, pagar la tasa correspondiente y se le asigna un puesto determinado dentro del recinto.
Los mercadillos gozan de gran aceptación popular por su fama de chollo o regateo, ya que venden productos a menor precio que en los comercios tradicionales. Las razones son variadas:
  • Las tasas que pagan los vendedores por instalarse son menores que los comercios tradicionales.
  • No tienen que hacer frente a gastos fijos como luz, agua, alquiler de local, aunque pagan un vehículo, normalmente un furgón, y sus gastos como el gas-oil etc. Hoy en día también les obligan casi todos los ayuntamientos a contratar un seguro de responsabilidad civil, pagar las tasas de ocupación de vía pública y de
    basura industrial, estar dado de alta en el censo de Hacienda y en la Seguridad Social y estar al corriente de los pagos.
  • Suelen ser negocios unipersonales o familiares.
  • Los artículos puestos a la venta suelen consistir en restos de serie, productos con tara o productos fuera de temporada, antigüedades, excedentes de fabricación que se han comprado directamente a los fabricantes. También venden artículos como cualquier comercio establecido con menor margen de beneficio para atraer el mayor público posible
A veces, se denomina también mercadillos a los mercados estables con una pequeña superficie de venta.
(De Wikipedia)

La empanada gallega de zorza es un alimento muy típico en la cocina gallega, forma parte de una de sus identidades. Es una preparación culinaria que se ofrece en los municipios de Galicia en las ocasiones de fiesta. Suele prepararse con diversos contenidos en su interior, todos ellos procedentes de las costas y tierras gallegas. Se suele servir fría o caliente.
Se prepara la zorza preferiblemente el dia anterior, troceando la carne en tacos pequeños y adobándola con sal, ajo, perejil, pimentón dulce abundante, las demás especies, una pizca de aceite y un chisco de agua . Se hace el sofrito y al final se le añade la carne para que se haga un poco. Se deja enfriar y se procede a confeccionar la empanada.

El pulpo a la gallega (en gallego polbo á feira) es un plato tradicional de Galicia y básico en su gastronomía, aunque su consumo se ha generalizado por toda España. Se trata de un plato festivo elaborado con pulpo cocido entero (generalmente en ollas de cobre) que está presente en las fiestas, ferias y romerías de Galicia, El Bierzo (León) y Sanabria (Zamora) de ahí su nombre "á feira". La cocción se realiza tradicionalmente por las polbeiras (palabra que designa a las pulperas en gallego), suele servirse en la actualidad frecuentemente como tapa.
Características
El plato consiste en pulpo limpio de sus vísceras y que es cocido entero durante algún tiempo (preferiblemente en una olla de cobre) con el objeto de ablandar su carne, a veces es congelado unos días antes con el objeto de ablandar el nervio, otras es golpeado varias veces contra una superficie. Por regla general el "cocido" del pulpo se hace tres veces, es decir se introduce en agua hirviendo durante escasos segundos y se saca, así tres veces. A esta técnica se la denomina "asustar" y ayuda a que conserve su piel una vez que esté cocido. Luego se deja cocinar en el agua hirviendo durante una cantidad de tiempo determinada según el origen del pulpo y su peso.
El pulpo bien cocido conserva todavía su piel, por esta razón se le deja reposar al aire un cuarto de hora antes de ser servido. La operación de cocido sobre ollas de cobre es tradicional que sea hecha por mujeres al aire libre y que en lengua gallega se denominan polbeiras. En algunos pueblos se asigna un domingo de cada mes para las pulperas, sobre todo en la provincia de Orense, y ellas lo cocinan en la calle para la gente que quiera degustarlo. En la actualidad se suele congelar pues está más blando.
Servicio
Tras la cocción es cortado mediante unas tijeras en rodajas de un centímetro de grosor aproximadamente; es servido espolvoreado con pimentón en su superficie. Dicho pimentón es usualmente dulce pero también se lo mezcla con pimentón picante. En algunas ocasiones, también se acompaña de patatas cocidas con piel y presentadas enteras cortadas por la mitad (cachelo o cachelos en plural). En la comarca de Sanabria es tradicional servirlo acompañado de ajo. Es frecuente verlo servido caliente, recién hervido, puestas las rodajas sobre una tabla de madera mientras sobre el montón se le rocía con abundante aceite de oliva (mediante el empleo de una alcuza), pimentón y se vierten algunos granos de sal gorda.
Es frecuente que se sirva acompañado de diversos palillos para que los asistentes puedan asignarse las rodajas de pulpo y servirse de ellas a modo de tenedor. Suelen servirse con el pulpo diferentes vinos tintos.
Costumbres
Es típico esta preparación en los días de Feria (junto con la empanada). Existen ferias señaladas como la de la Ascensión en Santiago de Compostela (La Coruña), las de Froilán en Lugo. Si la feria es de gran tamaño se suele empezar a cocer el día antes. Las pulperas -es tradicional que sean mujeres- suelen trasladarse con sus ollas de cobre y suelen colocarse en los laterales de la feria. Cada una de las pulperas introduce y saca el pulpo mediante un gancho de hierro. Es costumbre que se cuezan varios pulpos al mismo tiempo.
(De Wikipedia)
Nuestro proyecto de estancia en el Pazo da Pena y en las tierras de Trives estaba llegando a su fin, y por eso decidimos dedicar el último día a la zona, evitando viajes y kilómetros (ya nos esperaba la vuelta a casa el siguiente día), y comenzamos por acudir a A Pobra de Trives, en la que se nos había anunciado una feria.
Acudimos a la capital de la comarca, pero hallamos el tradicional mercadillo, no demasiado grande, en el que se ofrecían a la venta casi las mismas cosas que en cualquier otro lugar de España, si exceptuamos algunos chorizos y quesos.
Dimos una sosegada vuelta por todos los tenderetes, y aún compramos algunas prendas de baratura, pero notamos en el ambiente una animación especial, y es que en la zona más del centro, donde está la mayoría de bares y cafeterías, había mucha gente en las terrazas, y en las cercanías de cada establecimiento había una “pulpeira”, con sus cazuelones puestos al fuego e hirviendo, y manipulando unas grandes piezas de pulpo, cuyo proceso de cocción y elaboración admiramos con gusto, comprobando cómo la mayoría del público en las terrazas compraba raciones del manjar, que degustaba en las propias mesas, e inclusive bastante gente acudía con recipientes para comprar y llevarse raciones del apreciado producto marino.
Era tiempo del aperitivo, pero llegamos a temer que el apetito para la comida se nos esfumara.
Concluido para nosotros el espectáculo “pulpeiro”, visitamos varios de los hornos y adquirimos un gran pan gallego tradicional (que se nos aseguró nos duraría fresco y en condiciones casi una semana), y también nos tentó –y compramos— una empanada gallega de zorza (véase la explicación que precede a este comentario), cuya duración se nos garantizó por la hornera.
Queríamos comprar las siempre deliciosas patatas gallegas (la cosecha acababa de ser recogida) pero en el Pazo se nos prometió que nos serían suministradas allí.
En fin, que llegó la hora de la comida y nos sentamos en el coqueto salón comedor del bar-restaurante “O Pilón”, en el que se nos ofreció un amplísimo menú, con más de diez posibilidades cada plato.
Optamos, respectivamente, por unos deliciosos callos gallegos (estos llevan garbanzos), ensalada especial, churrasco con patatas y croquetas de bacalao, con unos buenos profiteroles de postre y un carajillo (gallego, es decir, con aguardiente quemado) de remate.
Tras ello pensamos que era buena ocasión para volver al Pazo y descansar en una breve siesta, que se prolongó algo más de lo querido, pero no olvidamos acudir a una tienda en la propia Manzaneda en la que habíamos encargado un “queixo da mata” y en la que también compramos unos chorizos caseros, unos secos, para comer así, y otros para guisar.
De esta manera habíamos casi completado nuestras necesidades de compras alimentarias, por lo que retornados al Pazo tuvimos la oportunidad de charlar un buen rato con dos de los propietarios, que nos enseñaron los interesantes museos de carpintería, etnológico, de tejido y la bodega propia, lo que nos desveló que en la finca había sido puesto mucho más que un simple propósito de explotación hostelera y más bien se había aplicado un gran celo en la reconstrucción y mantenimiento según las tradiciones gallegas.
Aún nos quedó tiempo de conversar con otros huéspedes (una pareja de funcionarios de la ONU, con su simpática niña, que estaban gozando de una excedencia en Tuy y en Corrubedo), con quienes charlamos largamente sobre viajes y experiencias personales en otros lugares.
Llegó el ocaso, y con él nuestra parca colación, que consistió en un pequeño trozo de empanada regado con una fresca cerveza, para experimentar las últimas sensaciones de este viaje aspirando los aromas de la tierra cuando anochece.
El descanso fue amplio porque al siguiente día, sin madrugar en exceso, desayunamos bien, recibimos (sorpresa) el obsequio de una buena cantidad de patatas y pimientos ofrecidos por el dueño del Pazo y unas cositas de recuerdo que la buena de Isabel (administradora, gobernanta, relaciones públicas, y todo lo preciso en el Pazo), nos entregó con todo afecto.
La despedida fue tan afectuosa como repleta de “morriña” (ese sentimiento tan gallego de alegre tristeza por lo que se ha perdido o va a dejarse) y con nuestra promesa de perenne recuerdo y regreso algún día.
Habían sido unos días llenos de experiencias y bellas sensaciones, que si se escriben es para que alguien trate de revivirlas a su modo y manera.
Y si puede “perderse” en el Pazo da Pena (que es lo recomendable) mucho mejor.
Al filo de las once de la mañana enfilamos la carretera OU-533, que nos condujo hasta A Gudiña, punto en el que hicimos nuestra la A-52 en dirección a Benavente (no demasiado concurrida).
Ya en la A-6, dirección Madrid, un reparador café en Villardefrades nos permitió sobrepasar la capital y tomar un pedacito de empanada cerca de Perales de Tajuña, ya en la A-3, con bastante más tráfico, por la que viajamos con calma hasta el destino final, Valencia, nuestra casa, en la que, en medio de un calor que ya habíamos olvidado, entramos sobre las ocho de la tarde.
Había terminado este viaje vacacional a los ríos del noroeste de España. Nos quedaba el embrujo de sus riberas y sus aguas.
Empezaban ahora los recuerdos…
En total habíamos recorrido 3.600 kilómetros, de ellos unos 2.000 por tierras gallegas.
Muchos kilómetros, sí, pero todo había valido la pena (Pazo incluido)...
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

lunes, 10 de agosto de 2015

ESTA ESPAÑA NUESTRA: TURISMO VACACIONAL 2015 CON EXPERIENCIAS FLUVIALES, DUERO, SIL Y MIÑO.- IX LA RÍA DE VIGO Y DELICIAS DE PESCADO Y MARISCO

La ría de Vigo es la más profunda y meridional de las Rías Bajas de Galicia (España). Está situada al sur de la provincia de Pontevedra, y se extiende en dirección noreste en una longitud de 35 km, desde su bocana en cabo Silleiro hasta su punto más profundo en Arcade, y con una anchura máxima de 10 km en la boca, entre el cabo Home y el monte Ferro, que se angosta en el estrecho de Rande hasta los 600 metros. Su acceso occidental está protegido por las islas Cíes, que forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en su interior están las islas de Toralla y San Simón, y al norte limita con la península del Morrazo. En su extremo sur está situada la bahía de Bayona. Su fácil acceso, profundo calado y tranquilas aguas hacen de la ría de Vigo un refugio ideal para la navegación, y también para la práctica de los deportes náuticos
Desde el punto de vista medioambiental, es una bahía con una gran riqueza biológica debido a que en sus aguas afloran las corrientes de aguas profundas y frías procedentes del Norte, portando gran cantidad de nutrientes. Históricamente, la ría de Vigo ha sido zona propicia para la pesca y el marisqueo, aunque las condiciones actuales no sean las ideales, debido a la gran presión humana e industrial sobre la costa ribereña.
En su ribera se sitúa la ciudad de Vigo. También los municipios de Bayona, Nigrán, Redondela, Sotomayor, Vilaboa, Moaña y Cangas, con una población total de unos 420.000 habitantes.
Historia
El 23 de octubre de 1702, en aguas de la ría, se desarrolló la batalla de Rande, más exactamente al final de la ría, en la ensenada de San Simón.
Atractivos turísticos
Los principales atractivos turísticos del área de la ría son:
  • Deportes náuticos: puertos deportivos en Vigo, Cangas, Nigran,
    Redondela, Moaña y Baiona
  • Playas con todos los servicios situadas en aguas tranquilas;
  • Golf: 2 campos de 18 hoyos y uno de nueve en sus inmediaciones;
  • Parador Nacional "Conde de Gondomar", en Bayona, situado en el interior de una fortaleza medieval, tiene un entorno natural privilegiado y cómodas instalaciones;
  • Pazo los Escudos en Vigo: antiguo pazo gallego cuenta repartida entre sus jardines amurallados con la mayor colección de labra heráldica gallega;
  • Lugares con encanto acompañados de una sabrosa gastronomía basada en los productos del mar;
  • Facilidades hoteleras orientadas tanto al turismo como a los congresos o al visitante de negocios;
  • Campings dotados de todos los servicios y situados en las inmediaciones de la playa. Un camping situado en las Islas Cíes;
  • Corta distancia por autopista a Portugal (25 km) y a Santiago de Compostela (70 km).
(De Wikipedia)
...
Ostrea es un género de moluscos bivalvos marinos del orden Ostreoida, conocidos popularmente como ostras. Poseen dos valvas casi circulares y desiguales, y están consideradas como uno de los mariscos comestibles más apreciados. Incluye varias especies, siendo Ostrea edulis la más conocida. Algunas especies son capaces de producir perlas en el transcurso del tiempo, que se forman a partir de partículas que se sedimentan en la ostra (generalmente partículas de arena) formando con el tiempo una piedra preciosa.

Características

Las ostras son organismos filtradores que succionan el agua con el batir de cilios. La actividad alimentaria de las ostras es mayor cuando la temperatura del agua está sobre los 10 °C. Las ostras sanas consumen las algas y otros alimentos flotantes, llegando a filtrar cada una de ellas hasta cinco litros de agua por hora.

Ostras como alimento

El escritor satírico irlandés Jonathan Swift dijo que «el primer hombre que se atrevió a comer una ostra fue valiente», pero es posible que el consumo de ostras por los humanos pudiera llegar a la prehistoria, quizás por las evidencias de recolectores de ostras encontrados en todas las culturas cercanas al mar. Hay que pensar que las ostras pudieron haber sido una forma de alimento en las áreas costeras, y que junto con la industria pesquera pudieron haber sido una importante fuente de ingresos económicos.
Las ostras figuran entre los alimentos exóticos de muchas culturas, no obstante es un alimento de gusto adquirido ya que se necesita de algún entrenamiento antes de ser apreciado. Desde el punto de vista nutritivo es un alimento rico en zinc, uno de los nutrientes requeridos para la producción de la testosterona.
Captura y cultivo
Las ostras pueden capturarse en el fondo de los mares tomándolas de sus camas. En las aguas poco profundas se capturan a mano o con pequeños rastrillos. En aguas más profundas se emplean rastrillos con brazos más alargados para poder llegar al fondo. En algunas áreas se realiza de manera mecánica la recolección con una especie de dragado, esta operación aunque requiere de poca mano de obra y permite sacar mayor cantidad de ostras en un intervalo de menor tiempo, es cierto que daña considerablemente el fondo marino. Es por esta razón por la que desde el año 1965 se viene regulando la captura de ostras por dragado del fondo
marino. Sin embargo, existen también criaderos donde se cultivan logrando así tener ostras todo el año, incluso en las épocas de veda. En sectores de aguas marinas especialmente escogidas, protegidas de fuertes corrientes y alejadas de la contaminación de poblados cercanos, se emplazan los criaderos de ostras. Se anclan balsas de las cuales se cuelgan grandes racimos de ostras de cholga u otro tipo de conchas grandes. En estas conchas se adhieren las semillas de ostras, las cuales después de 3 años alcanzan el tamaño adecuado para ser cosechadas y comercializadas.
(De Wikipedia)

Almeja es el nombre con que comúnmente se conoce a varios moluscos bivalvos que viven enterrados en arenas o barros de las orillas de los ríos y mares.
(De Wikipedia)

Santiago de Arcade es una parroquia que se localiza en el ayuntamiento de Sotomayor, provincia de Pontevedra, Galicia, España.
Según datos del INE (2009) tiene una población de 4.540 habitantes. Esta población se distribuye en cinco núcleos:
  • Arcade de Arriba: 225 habitantes.
  • La Calle: 2.855 habitantes.
  • La Devesa: 638 habitantes.
  • La Xesteira - Feira: 620 habitantes.
  • El Conde: 202 habitantes.
Arcade y el río Verdugo
El río Verdugo tras recorrer los 41 km que tiene su cauce, desemboca en la ría de Vigo, entre los núcleos de población de Arcade y Puente Sampayo (en gallego, Pontesampaio) unidas por un hermoso puente medieval de origen romano. Otros puentes mucho más modernos cruzan el río Verdugo justo en su desembocadura: el puente de hierro del ferrocarril, del siglo XIX, el puente sobre el que discurre la carretera nacional (del siglo XX) y el nuevo puente de hierro para la línea de alta velocidad (construido en 2010).
Arcade y las ostras
Para muchos, el nombre de Arcade va ligado ineludiblemente al de sus ostras: las "ostras de Arcade", delicioso molusco apreciado ya en la época de los romanos y que en la actualidad es objeto de una activa exportación.
Apenas quedan ya bancos naturales de ostras; las que podemos tomar hoy día son producto del cultivo. No han nacido aquí, pero se han hecho aquí. Las crías pequeñas, lo que podríamos considerar la "simiente de la ostra", proceden de Francia o de Grecia. Pero es su cultivo en las aguas de la ría de Arcade, a lo largo de dos o tres años, lo que les da ese sabor especial, inconfundible y único que deleita los paladares más exigentes.
En cualquier restaurante de Arcade se pueden tomar ostras cualquier día del año. Pero al parecer, es a comienzos de la primavera cuando reúnen sus mejores condiciones. Por eso Arcade ha elegido el primer fin de semana de abril para celebrar su "Fiesta de la Ostra", pretexto para que miles y miles de personas se acerquen a la localidad y den testimonio fidedigno de la excelencia del producto.
(De Wikipedia)

Estar en Galicia, aunque fuera en el este, y no degustar el pescado y el marisco gallego hubiera resultado incomprensible e imperdonable.
De manera que ya en los últimos días de nuestro viaje vacacional del año 2015 decidimos (era de rigor) dedicar un día a las rías gallegas y al pescado y marisco.
Para ello nada mejor que aprovechar la A-52, que tomamos en A Gudiña, y dirigirnos por toda ella en dirección a Vigo, si bien al llegar al cruce de O Porriño salimos a la antigua carretera, la hoy todavía N-550, que seguimos en dirección norte, bordeando la incomparable ría de Vigo por su fondo u oeste, para llegar a Redondela y desde allí alcanzar Arcade.
Llegamos a esta “capital de las ostras” casi a la hora de comer, y nos dirigimos a la zona tradicional de buenos bares y restaurantes, la propia carretera que cruza el núcleo urbano, donde hallamos la sorpresa de que el que había sido nuestro establecimiento para degustar el pescado y marisco de la ría, el llamado “501”, estaba cerrado de forma definitiva.
Así que recorrimos los frentes de los otros restaurantes, decidiéndonos por  "O Bonsai", uno de los menos aparentes (suelen ser los mejores), en el que se nos ofreció un menú muy apropiado y una variada carta, aunque optamos por seguir nuestros deseos, y escogimos unas ostras como entrante, que estaban tan deliciosas como siempre (su sabor en Arcade, recién abiertas, constituye un manjar paradisíaco); unas almejas a la marinera, que al ser almejas gallegas (no la llamada chirla o tellina del Mediterráneo) tienen una textura y gusto especial; unas navajas de la ría a la plancha, otra maravilla de sabor; y como plato principal, bacalao (desalado) a la salsa de vieira y almejas, pues aunque el bacalao no era en principio uno de nuestros preferidos, la tentación de su elaboración con una salsa como la dicha, nos sedujo. A fe que acertamos, porque el plato fue uno de los manjares de pescado más extraordinarios que hemos degustado en los últimos tiempos.
Tan estupenda comida, regada con un buen vino albariño (que es especialmente apreciable y de la zona, pues por allí -- Cambados y ría de Arosa, especialmente-- se producen las uvas de las que proviene), fue un auténtico deleite, y la cerramos con un “carajillo” a la gallega, es decir, con aguardiente de orujo de vid quemado previamente.
Aclaro que prescindimos de otros muchos mariscos ofrecidos, como los bogavantes, las centollas, las nécoras, las cigalas; y de pescados como la merluza de Galicia, la lubina y el mero, porque preferimos no enfrascarnos en el pelado del marisco y nos llamó la atención el bacalao cocinado en la forma ofrecida.
En todo caso, después de la refección, lo mejor era descansar un rato junto a la ría, y nos dirigimos al cercano puerto de Arcade, pequeño pero bello, en el que, pese al calor, bajo la sombra de unos álamos respiramos con hondura el aroma de la ría, con ese “algo” especial que emana, fruto del plancton que albergan sus aguas y que es precisamente una de las causas principales de la calidad y sabor de sus mariscos y pescados.
Desde nuestro punto de relajación pudimos contemplar de nuevo la cercana isla de San Simón, otrora sanatorio anti-tuberculoso, más tarde prisión, y embelesarnos de los colores de las aguas, mezcla de turquesa y turmalina, con predominio del verde esmeralda.
Una vez más, sensaciones inolvidables.
Pero había que regresar al Pazo da Pena, y estábamos a más de doscientos kilómetros, por lo que emprendimos el retorno por la misma A-52 de la venida, y alcanzamos nuestra magnífica casa de residencia antes del anochecer, con tiempo para dar un corto paseo, comer algo muy ligero y alcanzar la cama, en medio de los recuerdos  del inigualable sabor de los productos consumidos a mediodía y de los incomparables paisajes re-encontrados. 
Y en el Pazo da Pena pasaron a descansar nuestros cuerpos mientras nuestras mentes se diluían entre repasaban tantos recuerdos frescos de las bellezas y sensaciones experimentadas en el día.
Por doquier, de acá para acullá, Galicia era y nos resultaba una tierra única y adorable.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

domingo, 9 de agosto de 2015

ESTA ESPAÑA NUESTRA: TURISMO VACACIONAL 2015 CON EXPERIENCIAS FLUVIALES, DUERO, SIL Y MIÑO.- VIII LA RIBEIRA SACRA, LOS CAÑONES DEL SIL Y MONFORTE DE LEMOS

La Ribeira Sacra es una zona que comprende las riberas del río Sil y del Miño. En la zona sur de la provincia de Lugo y el norte de la provincia de Orense, en Galicia, España.
El topónimo "Ribeira Sacra" podría proceder de la Edad Media y, en un principio, se pensó que el origen de su denominación estaría en el latín "Rivoira Sacrata" y que podría responder a la gran cantidad de monasterios y templos ubicados en los monumentales cañones y escarpadas laderas que jalonan la zona. Actualmente se pueden visitar 18 monasterios en los que cabe destacar el recientemente creado Parador de San Estevo de Ribas de Sil, en el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín (Orense) y el de Monforte de Lemos.
La génesis del Cañón del Sil no es fluvial sino tectónica. Su encajamiento se produjo en el Cuaternario y la morfología de su cauce se puede deber al hecho de discurrir por fracturas que partieron el terreno en bloques gigantescos al comenzar la basculación de la planicie, que se elevó por el Sur y por el Oeste. La acción erosiva de las aguas del Sil ahondó luego este barranco encajado en dirección Este-Oeste
La Ribeira Sacra es especialmente conocida por sus tesoros naturales y biológicos, constituyendo un vastísimo ecosistema de gran variedad y riqueza. Son de destacar los Cañones del Sil, por su espectacular paisajística. Esta es una zona en la que el río discurre encajonado a través de paisajes y montañas que han sido descritos como de enorme belleza; los cañones disponen de miradores habilitados para admirar su impactante monumentalidad.
“Ribeira Sacra”, como denominación de origen, es también conocida por la calidad de sus vinos, muy recurridos en la gastronomía gallega, a los que popularmente se conoce en la zona con el nombre genérico de mencía, debido a que son elaborados principalmente con la variante de uva mencía, aunque también se usa la variante godello. Las viñas, que se pueden contemplar siguiendo el curso del río, están dispuestas en un sistema de escalones de piedra, llamados socalcos, a lo largo de la ribera, y datan de la época romana. Los romanos ya tenían en gran aprecio estos caldos, que son afrutados y de gran presencia, ideales para disfrutar con carnes, y se decía, que una de las variantes de este vino, el Amandi (procedente de la zona del mismo nombre), se le hacía traer al César desde la Gallaecia romanizada.
Ayuntamientos de la Ribeira Sacra
A Pobra do Brollón · Baños de Molgas · Castro Caldelas · Chandrexa de Queixa · Chantada · Esgos · Maceda · Manzaneda · Monforte de Lemos · Montederramo · Nogueira de Ramuín · A Peroxa · A Teixeira · Pantón · Parada de Sil · Paradela · Pereiro de Aguiar · Portomarín · Quiroga · Ribas de Sil · Saviñao · Sober · Taboada
(De Wikipedia y otras fuentes)
En su tramo final antes de encontrarse con el Miño, el río Sil discurre a través de una espectacular garganta que marca la frontera física entre las provincias de Ourense y Lugo. Los Cañones del Sil, uno de los puntos de mayor valor natural de la llamada Ribeira Sacra, han sido protegidos como Lugar de Importancia Comunitaria quedando así integrado en la Red Natura 2000.
Los Cañones del Sil, un espacio de gran valor natural y paisajístico, han sido modelados durante siglos por efecto de la erosión de las aguas del Sil y, especialmente, la acción de determinados plegamientos tectónicos. A lo largo de sus 35 kilómetros, las paredes graníticas que conforman los Cañones del Sil llegan a alcanzar alturas de hasta 500 metros en sus puntos más elevados y, en ocasiones, se alzan de forma casi vertical en muros de roca desnuda. En otros tramos, estas laderas han sido modificadas en forma de terrazas que son aprovechadas para el cultivo de viñedos adscritos a la D.O. Ribeira Sacra. A lo largo de su recorrido quedan ubicados varios miradores desde donde puede contemplarse el paisaje que deja el río a su paso por esta espectacular garganta.
Algunos de ellos son los miradores del Duque, de Peña do Castelo o de los Balcones de Madrid. En los Cañones del Sil confluyen especies botánicas propias de clima atlántico y mediterráneo. Así, es posible encontrar en su terreno masas forestales de roble, castaño, pino, alcornoque, encina, madroño o sauce. Los mamíferos más representativos de su fauna son el jabalí, el lobo, el corzo, la jineta o el gato montés. Respecto a las aves que anidan en las paredes de los Cañones del Sil, destaca la presencia de águilas, milanos, cárabos o búhos reales.
Existen dos maneras de recorrer los Cañones del Sil. La primera de ella es hacerlo desde el agua, a bordo de alguna de las embarcaciones que realizan trayectos periódicos por el cauce del río Sil. La segunda es hacerlo a pie siguiendo alguno de los itinerarios que recorren la parte alta de sus paredes, acercándose hasta sus miradores y visitando el rico patrimonio cultural de la Ribeira Sacra.
Por el norte, el acceso a los Cañones del Sil puede hacerse desde Monforte de Lemos, tomando alguno de los desvíos que parten de la carretera N-120. Por el sur, la carretera OU-536 cuenta con varios desvíos que se dirigen al terreno protegido.
(Del blog “España fascinante”)
D.O. Ribeira Sacra
La zona de producción de la Denominación de Origen (D.O.) Ribeira Sacra abarca comarcas de gran tradición vitivinícola, que incluyen parroquias y lugares de 19 ayuntamientos, en las escarpadas y soleadas laderas situadas a lo largo de las ribeiras de los ríos Miño, Sil, y sus afluentes, en el sur de la provincia de Lugo y en el norte de Ourense.
Los viñedos crecen sobre bancales al lado de los ríos y bajo la tutela de bosques
y de ancestrales ermitas y monasterios románicos, que guardan la historia y el saber de esta tierra.
El área geográfica de esta denominación de origen se divide en cinco subzonas diferenciadas: Amandi, Chantada, Quiroga-Bibei, Ribeiras do Miño y Ribeiras do Sil, donde tradicionalmente, desde hace más de 2000 años, se elaboran excelentes vinos de una gran personalidad.
Características
La D.O. Ribeira Sacra está orientada fundamentalmente a la producción de vinos tintos, a pesar de que se elaboran también blancos muy interesantes. Es el Mencía, señorial variedad tinta, la más cultivada en la Ribeira Sacra, la cual da lugar a vinos de gran calidad, que sobresalen por sus aromas limpios, elegantes e intensos, con vinos jóvenes de gran calidad, afrutados y muy aromáticos.
En vinos blancos, cuya producción es menor, destacan los obtenidos de la variedad Godello; vinos frescos, afrutados y al mismo tiempo con una gran plenitud en boca, con aromas intensos propios de la variedad. La variedad Albariño da lugar a un vino fresco, agradable, manteniendo perfectamente sus características, con los matices peculiares que le confieren las riberas del Miño y Sil.
Variedades de uva
• Blancas: Godello, Albariño, Loureira, Treixadura, Dona Branca, Torrontés.
• Tintas: Mencía, Brancellao, Merenzao.
(Del blog “Cocina gallega”)
Monforte de Lemos es una ciudad y municipio situado al sur de la provincia de Lugo, en la Comunidad Autónoma de Galicia. Es la capital de la comarca de la Tierra de Lemos y de la Ribeira Sacra.
Vivió su mayor esplendor durante los siglos XVI y XVII como capital del Condado de Lemos
Situación
Monforte de Lemos se encuentra situada en un valle, entre los ríos Miño y Sil, siendo el río Cabe, afluente del Sil, el que pasa por la ciudad. Es el núcleo de la comarca conocida como Terra de Lemos, y capital de la zona conocida como Ribeira Sacra o Terras de Lemos.
Demografía 
El municipio, que tiene una superficie de 199,52 km²,7 cuenta según el padrón municipal para 2014 del INE con 19.201 habitantes y una densidad de 96,24 hab./km², estando dividido en 27 parroquias.
Del Paleolítico a los Romanos
La historia de Monforte de Lemos se remonta al paleolítico, y sus primeros habitantes conocidos fueron los Oestrimnios; en la llamada época "castrexa" o cultura de los castros, propia de las tribus célticas; la tribu que poblaba Monforte, era conocida como tribu de los Lemavos, y las primeras referencias escritas a ella, datan de los historiadores romanos Plinio y Estrabón. La palabra "lemos", que da nombre también a la comarca, conocida como Terra de Lemos, sería una voz de origen céltico que significa "tierra húmeda, tierra fértil" y parece entroncar con la raíz de la palabra gallega "lama", en español, "limo"; se cree que durante la prehistoria, Monforte, ahora valle, fue una gran laguna. Asimismo su río, el Cabe, ("chalibes"), era ya conocido por sus propiedades ferruginosas, y muy apreciado a la hora de templar las espadas de los guerreros célticos, que acudían de todos los confines para reconfortarse con sus excelentes propiedades.
De los romanos, cuyo vestigio ha quedado patente en la ciudad, proviene la palabra "Monforte", del latín "Mons-Fortis".
La población judía tuvo también gran importancia en la ciudad, contando con un barrio judío, en el cual, hasta la expulsión de los judíos de España en la Edad Media, por los Reyes Católicos, residieron importantes familias de esta etnia; así, el apellido "Lemos" de origen ibérica se relaciona también con descendientes de judíos monfortinos.
De la Edad Media a la Ilustración
Pero son la Edad Media junto con la Ilustración, dos de los períodos más relevantes en la historia de Monforte; se establece en el Monasterio de San Vicente del Pino, actualmente Parador de Turismo, la comunidad Benedictina.
Según un documento perdido del que se conservan citas anteriores, fue el 10 de abril de 1104 cuando el conde Fruela Díaz y su esposa, la condesa doña Estefanía Sánchez, mandan establecer una nueva población a los pies del Castro Dactonio, en terrenos donados por el abad del monasterio de San Vicente, dando también permiso para la celebración de ferias y mercados para el abastecimiento de la población.
Dos de las más grandes figuras a reseñar en la historia de la ciudad, son el Cardenal Rodrigo de Castro y Pedro Fernández de Castro y Andrade, séptimo Conde de Lemos. El primero es conocido como gran benefactor de la ciudad, y a él se debe el Colegio de Nuestra Señora de La Antigua, de estilo herreriano, uno de los grandes tesoros monumentales de Galicia; conocido como "el escorial gallego"; su plaza adquirió el nombre de "La Compañía"; y la Compañía no es otra que la la de Jesús, a la que el Cardenal encomendó esta fundación. Arquitectos Jesuitas trazaron el edificio y maestros jesuitas regentaron el colegio hasta 1767.
Edad Contemporánea
En 1883 el rey Alfonso XII inaugura la línea férrea entre Madrid y La Coruña. Monforte se convierte en un importante nudo ferroviario y de comunicaciones, debido a su situación geográfica, como entrada natural a Galicia. Dos años más tarde, en 1885, se le otorga, por decreto real, el título de "ciudad" a Monforte de Lemos, en agradecimiento por sus trabajos y esfuerzos para la llegada del ferrocarril.
Comienza una época de crecimiento social, económico y cultural, en el que la sociedad bulle, numerosas asociaciones políticas sociales y culturales, así como revistas y periódicos, aparecen en la vida Monfortina, que decae notablemente cuando la sede de los controles ferroviarios es transferida a Ourense, aunque últimamente parace surgir una revitalización por mor del turismo y de la industria.
(De Wikipedia y otras fuentes)
Para visitar los cañones del Sil caben dos posibilidades. O desplazarse hasta Nogueira de Ramuín, y en la parroquia de Santo Estevo tomar el catamarán desde la presa de Santo Estevo hacia el este; o bien ir por la OU-536 hasta Castro Caldelas y en este punto seguir hacia el norte por la OU-903 hasta Doade, ya provincia de Lugo, punto en el que existe otro embarcadero para el servicio de catamarán, en sentido opuesto, es decir, en dirección oeste.
En nuestro caso,  por no contar con toda la información precisa, nos dirigimos hasta Santo Estevo, y tras curvas y revueltas sin fin, llegamos al embarcadero.
Previamente, dos días antes habíamos sufrido la no demasiado buena organización de la agencia de viajes que gestiona el servicio de catamarán, que da una información a veces variable sobre los viajes confirmados y los posibles, y que para reservar obliga a reseñar datos de la tarjeta de crédito, aunque si el pago se efectúa fuera de las horas de oficina, la reserva queda sin confirmar y obliga a una posterior llamada telefónica, como aconteció en nuestro caso.
Sea como fuere, el caso es que accedimos al lugar del embarque, escaso en aparcamientos, y descendiendo casi a nivel del río hallamos una construcción con una especie de sala de espera y un bar de escueto montaje, en los que aguardaba una decena de personas, sin duda aspirantes a viajeros.
Diez minutos antes de la hora señalada apareció una guía en la entrada del embarcadero y ante la gente arremolinada (más de una cincuentena de personas) comenzó a “pasar lista” (sic, con nombres y apellidos) de quienes tenían reserva confirmada y pagada. Esta gente fue accediendo al catamarán, pequeño y con techo cerrado, que contaba con asientos para una treintena de pasajeros; y después entraron quienes no tenían reserva. Algo apretujado todo.
El catamarán era algo viejo y despedía un tufo a gas-oil que pugnaba con la pureza ecológica que demandaba el paraje, y fue adentrándose por los bellísimos e incomparables recodos del río, que brindaban unos reflejos multicolor y ofrecían sus riberas bien nutridas de vegetación, bien que muchas de las alturas quedaban sustraídas por la falta de visibilidad hacia arriba, por la cerrada cubierta de la nave.
La guía fue explicando detalles, aunque de manera bastante parca, por lo que hubimos de ir adivinando rincones y detalles, especialmente las plantaciones de los viñedos en los socalcos, con los carriles en medio de ellos para poder transportar personas y recolección. Algo impresionante y que ponía de manifiesto el ingenio y laboriosidad de las gentes de la zona.
Al cabo de cuarenta y cinco minutos el barquito  dio la vuelta y regresó a su punto de partida, ofreciéndose a nuestra vista nuevas figuras y paisajes.
De cualquier manera, la excursión y visita resultan imprescindibles, si bien lo aconsejable es completar la visita a los cañones con las vistas desde los miradores en lo alto, en las carreteras circundantes.
El regreso marcó la hora de la comida, y aunque con retraso nos dirigimos hacia Ourense, en cuyas afueras hallamos un barecito que ofrecía comidas, en una terraza bajo un parral, y allí comimos con placer unos filetes de la buena ternera gallega, con vino tinto de la zona.
Para completar la jornada seguimos por la OU-536 hasta enlazar en la capital con la N-120, que sigue la ladera este del río Miño, ya caudaloso después de la aportación de las aguas del Sil, y brinda nuevos y bellos panoramas, especialmente cuando cruza sobre la confluencia de ambos ríos en Os Peares, y se dirige ya hacia las tierras de Pantón, puerta de Monforte de Lemos.
Esta ciudad se nos presentó en una típica tarde de final de julio, muy calurosa y semi-desierta, con su monasterio (Parador de Turismo) en lo alto, hacia donde nos dirigimos para admirar la ciudad, y cuyo enclave desde luego resulta privilegiado.
Un refresco junto al parador y una vuelta por alguna de sus calles fueron el preámbulo de nuestro retorno por la LU-903, que nos ofreció bellísimos enclaves, especialmente de los abundantes viñedos en sus socalcos, y las bodegas y del propio Sil al fondo. Nos detuvimos en varios recodos para gozar de tanta belleza, hasta llegar a Doade, y cruzar el río, punto en el que vislumbramos el otro embarcadero antes comentado, en el que se hallaba una nave de mejor aspecto que la usada por nosotros por la mañana.
Ya en Castro Caldelas, la dirección hacia A Pobra de Trives por el puerto de Cerdeira nos brindó la oportunidad de tomar un refresco en un barete y comprar algunos de los dulces típicos.
Regresamos al Pazo da Pena para apenas si comer algo ligero y meternos en la cama, cuando comenzó un tormentazo que anuló el fluido eléctrico y produjo una torrencial lluvia, en la que confiamos para aliviar algo el calor.
Los resultados fueron que al siguiente día nos faltaba la luz y el agua caliente. Pero algo más de fresco sí que había.
Se había completado otra etapa de nuestro proyecto.
Ya habíamos recorrido los tres ríos que en un principio habían determinado nuestro viaje.
Y aun faltaban nuevas sensaciones y experiencias.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA