THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

martes, 13 de agosto de 2013

PERIPLO POR EUROPA 2013: (I) LA FRANCIA ANQUILOSADA Y LA ALEMANIA INCÓLUME.- Nüremberg, la ciudad que ancló la Justicia internacional, sin huellas del drama destructivo


Núremberg (en alemán: Nürnberg) es una ciudad en la región de Baviera, Alemania, a orillas del río Pegnitz en Franconia Central con 510 602 habitantes en el año 2010. La ciudad es conocida desde el año 1050 d. C. Se puede llegar a ella por vía fluvial, terrestre o aérea, ya que cuenta con un puerto y un aeropuerto internacional. Su casco histórico le confiere un atractivo especial, al estar rodeado por la muralla medieval construida en 1325. Esta muralla fue la tercera que se construyó debido al crecimiento de su población al paso de los años. En el casco histórico quedan restos parciales de la primera y la segunda muralla.
La ciudad de Núremberg es muy conocida, entre otras cosas, por su impresionante mercado navideño que durante las cuatro semanas en que tiene lugar es visitado por más de dos millones de personas de muchas partes del mundo. El nombre de Núremberg también se asocia a los juicios desarrollados contra los nazis al final de la Segunda Guerra Mundial.
Geografía
La superficie de la ciudad se acerca a los 186,4 km². Núremberg está rodeada por atractivos bosques y campos de cultivos, que en el año 2012 ocupaban el 16 % y el 22,2 % del territorio, respectivamente. Cuenta con grandes parques y bosques como el Wöhrder Wiese, el Wöhrder See, el Dutzenteich y el Reichswald.
El casco antiguo de la ciudad de Núremberg está dividido por el río Pegnitz, que hace que algunas de sus calles, sobre todo las más antiguas, tengan forma de canal con puentes y con algunas cuestas pequeñas. Desde sus inicios, la ciudad se constituyó en base a dos barrios conocidos como "San Sebaldo" y "San Lorenzo", por las
iglesias que se hallaban en ellos.
El río Pegnitz nace a casi 80 kilómetros al norte de la ciudad y después de recorrer el centro, discurre hacia la ciudad de Fürth junto
con el Rednitz. La ciudad antigua está rodeada por 5 kilómetros de murallas de piedra construidas en la

época medieval y que le confieren una característica especial. Sus cuatro torres y puertas principales (Laufer Tor, Frauen Tor, Spittlertor y Neutor) completan su característica medieval.
A pesar de que cerca del 90 % de la ciudad antigua fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de sus edificios antiguos fueron reconstruidos de acuerdo a los planos originales, con los restos que se pudieron recuperar.

Historia, Edad Media

El nombre de Núremberg (Norenberc) aparece escrito por primera vez en un documento del 16 de julio de 1050 en latín, que era el idioma oficial administrativo en el Sacro Imperio Romano Germánico. Se trata del llamado «Título de libertad de Sigena», mediante el cual el emperador Heinrich II concede el título de persona libre a la señora Sigena, quien era sierva de un noble local, de apellido Richolf. Según
las tradiciones y creencias populares, el patricio Richolf deseaba casarse con Sigena, mujer pobre sometida a servidumbre. Sólo una mujer libre podía dar a luz a personas libres. Por eso Richolf consigue del Emperador la libertad de Sigena, para poder casarse con ella y tener hijos libres.
Entre 1050 y 1571 la ciudad fue visitada periódicamente por los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, incluido el emperador Carlos V (Carlos I de España), en particular por tener que celebrarse allí los Reichstage, las Dietas Imperiales. La corte de los emperadores se reunió muchas veces en el Castillo de Núremberg. Las Dietas de Núremberg fueron una parte muy importante dentro de la estructura administrativa del imperio.
En 1219, Núremberg obtuvo el título de Ciudad Imperial Libre bajo el mandato de Federico II por lo cual sus ciudadanos solo debían pagar contribuciones

al Emperador. Las ciudades vecinas como Fürth o Bamberg, además de pagar contribuciones para el Emperador, también estaban obligadas a pagar contribuciones para los obispos y príncipes o condes regentes. Núremberg pronto se convirtió, al igual que Augsburgo, en una de las grandes ciudades comerciales en la
ruta desde Italia al norte de Alemania, hacia los estados hanseáticos, como también para los mercados en Asia, como China.
Ya desde el siglo XIV se producen en Núremberg instrumentos científicos de alta calidad y perfección como compases, globos terráqueos, astrolabios, cuadrantes, herramientas que contribuyeron al desarrollo de la cartografía en Europa. Martin Behaim construye en 1492 el globo terráqueo (aún sin el continente americano) gracias a la cooperación de diversos humanistas y científicos como Hieronymus Muenzer, Hartmann Schedel, Hans Glockengießer, Georg Glockendon y Ruprecht Kolberger.
El florecimiento cultural de Núremberg en los siglos XV y XVI convirtió a la ciudad en un centro importante del Renacimiento alemán. En 1525 Núremberg, tras las exposiciones teológicas de Martín Lutero, aceptó la Reforma luterana, y de esta forma en 1532 la religiosa Paz de Núremberg hizo que los luteranos obtuvieran importantes concesiones. Durante la Guerra de los Treinta Años, en 1632 se libró una batalla decisiva entre las tropas suecas de Gustavo II y los soldados de Wallenstein. Tras la guerra, la ciudad se sumergió en una profunda crisis económica.
1700-1900
A partir de 1702, con la empresa "Verlag Homann" propiedad de Johann Baptist Homann, Núremberg contó con una de las editoriales más grandes del mundo especializada en la impresión de mapas y
planos de ciudades. Núremberg se convirtió en un centro importante para el desarrollo de conocimientos matemáticos-astronómicos en Europa. En 1868, el compositor Richard Wagner escribió la ópera "Los maestros cantores de Núremberg" como homenaje a la ciudad, reflejando los principales caracteres y personajes del Núremberg de Alberto Durero y de los maestros de oficios como el legendario zapatero y poeta Hans Sachs.Después de muchas décadas de crecimiento económico e industrial, al comienzo del siglo XIX la ciudad experimentó una gran crisis económica. En 1806, con el Sacro Imperio Romano Germánico casi en estado de disolución, Núremberg pasó a formar parte de Baviera, perdiendo su carácter de ciudad libre imperial. El nuevo Estado Libre de Baviera se hizo cargo de las deudas. A partir de ese momento, la ciudad comenzó a disfrutar de un nuevo desarrollo económico. Probablemente, el momento de mayor esplendor para la ciudad en esta época fue el año 1835, cuando se construyó la primera línea de ferrocarril en Alemania, entre Núremberg y la vecina ciudad de Fürth.
Siglo XX
Por su importancia en el Imperio Romano de Occidente y por su significado histórico-cultural en el germanismo, en el siglo XX la ciudad fue elegida por Adolf Hitler como sede para los congresos del Partido Nazi (Reichsparteitag). Se consideraba a Núremberg como la "ciudad joya" o ciudad tesoro de Alemania.
La mayoría de la población de Núremberg, a diferencia de otras ciudades en Alemania, no se identificaba con la ideología y los ideales nazis. Pero el régimen y sus representantes locales hicieron todo lo posible para presentar a Núremberg ante el mundo, como "la ciudad más alemana" de todo el país y la más leal al partido Nazi.
A las concentraciones del Partido Nazi, celebradas anualmente entre 1927 y 1938 (ver Congresos de Núremberg) acudían cientos de miles de militantes y simpatizantes del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) de todo el país así como invitados especiales del
extranjero, como activistas nazis y representantes diplomáticos.
Las celebraciones realizadas en el Campo Zeppelín (así llamado porque en 1923 se realizaron pruebas aéreas en homenaje al pionero de la aviación alemana Ferdinand von Zeppelin) durante el congreso nazi de 1934 fueron rodadas por Leni Riefenstahl en su película propagandista “El triunfo de la voluntad”. En ese mismo año, el arquitecto del Tercer Reich, Albert Speer diseñó la tribuna, lugar desde el cual Adolfo Hitler ofrecía sus más importantes discursos para fortalecer el carácter antisemita de Alemania y el III Reich.
En Núremberg el régimen nazi construyó una réplica del Coliseo de Roma, para servir como sede de los congresos del Partido Nazi. Hoy ese edificio alberga al Centro de Documentación sobre la Historia de los Congresos del Partido Nazi. El edificio aún no estaba terminado cuando estalló la guerra, de tal forma que quedó inconcluso, y así se conserva en la actualidad. Los bloques de granito para la construcción de este coloso fueron trabajados por prisioneros de guerra y trabajadores forzados, y fueron transportados desde el Campo de concentración de Flossenbürg.
Muy cerca del Dokuzentrum se halla el Campo de Marte en el cual durante los días del congreso del Partido Nazi se practicaban simulacros de guerra, para fomentar el espíritu beligerante de los miles de asistentes. Como parte del área utilizada por los nazis para sus congresos existe la tribuna, desde donde Adolf Hitler hacía sus
discursos. Todo el área de los congresos del Partido Nazi puede visitarse a pie. En toda la zona del área de congresos del Partido Nazi existen paneles informativos sobre dichas edificaciones.

Junto a Berlín, Essen, Düsseldorf, Hamburgo y Múnich, Núremberg fue una de las ciudades alemanas que sufrió mayores destrucciones por los bombardeos de los Aliados durante la guerra, posiblemente solamente superada por Dresde. Los bombardeos se realizaron entre 1943 y 1945, siendo uno de los más graves el del 2 de enero de 1945 donde perecieron 6 000 civiles, 100 000 quedaron sin hogar y el 90 % de la ciudad medieval quedó destruida en una hora.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, de 1945 a 1946, la Sala 600 del Palacio de Justicia de Núremberg fue escenario de los Juicios de Núremberg contra los líderes nazis, que culminaron con la condena de algunos de ellos. Se juzgó inicialmente a funcionarios del partido y del gobierno nazis. Posteriormente se juzgó a médicos, jueces, industriales que apoyaron la política de los nazis.
Economía
Núremberg cuenta con una larga tradición artesanal y comercial desde la Edad Media. En 2012 la ciudad se ubica entre los centros líderes de alta tecnología en Europa. Sus campos fuertes se centran en la tecnología informática y en el desarrollo de soluciones técnicas en las áreas de transporte, energía y técnica para la medicina.
Desde el siglo XVII artesanos producían lápices, lapiceros y bolígrafos en Núremberg, que en los tiempos modernos se asocian a marcas como Faber-Castell, que produce más de 1 800 millones de lápices al año.
Gastronomía
En Núremberg son muy conocidas las salchichas pequeñas denominadas Nürnberger Rostbratwurst elaboradas por primera vez en los años 1300. Estas salchichas se preparan con carne de cerdo, tocino, sal, pimienta y orégano. Después de ser asadas a la parrilla se ofrecen dentro de un pan. Pueden adquirirse con facilidad en los puestos callejeros y en los restaurantes alrededor de la plaza central (Hauptmarkt).
En la ciudad se puede disfrutar además de la cocina tradicional de Franconia Central y de Alemania, comida italiana, turca, china, española, francesa, peruana, colombiana, japonesa, entre otras. Si se desea disfrutar la comida y la cerveza regional puede visitarse la
cerveceria antigua Barfüßer, en la calle Hallplatz . También son muy típicos en Núremberg los llamados "Biergarten", o jardines de cerveza, restaurantes que ofrecen cerveza y comida en una terraza o jardín, en los meses de primavera y verano principalmente. 
Cultura
El castillo imperial de Núremberg, de la época medieval, sobresale en la ciudad antigua, rodeada de 5 kilómetros de murallas con cerca de ochenta torreones y torres. Núremberg fue la ciudad donde nació el máximo pintor del Renacimiento en Alemania, Alberto Durero, pasó la mayor parte de su vida y murió. Cerca del castillo imperial se ubica la casa de Alberto Durero, que hoy, convertida en Museo, recibe a visitantes de todo el mundo

La ciudad de Núremberg mantiene una oferta cultural muy amplia durante todo el año, a través de los diversos centros culturales comunales que financia y mediante grandes eventos tanto públicos como privados. Además de la Casa de la Ópera y la Meistersingerhalle, se cuenta con salas para grandes eventos como la Frankenhalle.
Núremberg fue la ciudad de los torneos de canto medievales (inmortalizada en la ópera de Richard Wagner Los maestros cantores de Núremberg). En esta época moderna el departamento de cultura de la Municipalidad presenta cada verano, el último fin de semana de julio, el Bardentreffen, un encuentro de músicos famosos de muchas regiones del mundo, que ofrecen conciertos gratuitos en diversos escenarios de la ciudad antigua.
(De Wikipedia y otras fuentes)

Casa de Durero
Después de un verano –el pasado— sin el ya acostumbrado periplo europeo, especialmente por motivos de obligaciones profesionales, este año he vuelto a gozar de la oportunidad y del placer de tomar el volante de mi vehículo híbrido y peregrinar por Europa hasta la Ucrania de mis afectos.
Se trataba de un viaje que se anunciaba algo arduo, porque disponíamos mi esposa y yo de relativamente pocos días, para cruzar toda Europa hacia el Este, y alcanzar Ucrania, llegando hasta Kiev.
Pero finalmente el periplo se realizó, y a la vuelta, con los recuerdos todavía recientes, bueno es configurar unas cuantas crónicas viajeras que contribuyan a difundir los placeres de los viajes, y especialmente el gozo de ir conociendo más en profundidad diferentes naciones,pueblos,costumbres,paisajes,gastronomías.
Diré, para comenzar, que el arranque lo hicimos desde Roses, la entrañable y bella localidad del Ampurdán, en la que el mar y el cielo se funden en delicioso paisaje adobado de montañas, calas, acantilados, bajo el sol mediterráneo orlado de pinos.
Allí, en Roses, mora una de nuestras hijas con su familia, y allí hicimos una “parada técnica”, para saludarles, pernoctar y tomar impulso para los audaces saltos automovilísticos que nos habíamos propuesto acometer.
Después de una noche de mal dormir por el calor y por los afanípteros (vulgo mosquitos) que nos acribillaron, emprendimos la primera etapa, prevista para unos 1.500 kilómetros, hasta Nüremberg, en Alemania.

El transcurso por Francia podría resultar hasta agradable, por las autopistas del Sur (la Languedocienne) y hacia el Norte (Autoroute du Soleil), de no ser por tres factores de incomodidad: la multiplicidad de detenciones obligadas por los peajes –-tomar ticket, pagar--; del mucho tráfico con vehículos de todas las procedencias, cada cual circulando a su manera, y muy pocos dejando libre la banda izquierda de la autopista; y, en fin, el caro coste del peaje y del carburante.
Pese a todo, en unas tres horas puede alcanzarse la cercanía de Lyon (después de unas cuantas aglomeraciones, atascos) y bordear la ciudad del Ródano, por la autopista que circunvala por las proximidades del aeropuerto de St. Exupery, la comarca del Bresse, y llega a Dole, punto en el que se toma la autovía hacia el Este, dirección Estrasburgo y Alemania, bastante más despejada; de manera que en unas seis o siete horas se llega a Mulhouse, se cruza el Rin por la inexistente frontera, y en Alemania se circula por la autopista hacia Karlsruhe, para desviar ya hacia el Nordeste, bordeando Heidelberg y Stuttgart, hasta llegar a Nüremberg, a las, más o menos, diez horas de viaje.
En este punto, hago un inciso, para comentar que en Francia todo parece bien menos los franceses y menos cuando conducen (decía Sir Winston Churchill que “todas las generalidades son falsas, inclusive ésta misma”; y yo lo comparto), porque para algunos que siguen las reglas de la prudencia y de la ortodoxia, otros se creen o dueños de la autopista, tratando mediante destellos continuos de luz abrirse paso entre el congestionado tráfico, o pretenden circular “a lo solitario”, no respetando las esperas en los peajes, burlando las señales de ceder el paso, y cosas así.
Bastantes de ellos son así, y como viven en su país, pues, simplemente, hay que dejar nota de lo poco grata que resulta en ocasiones su conducta.
La entrada en Alemania, por Mulheim, permite acceder a la autopista saturadísima que proviene de Basilea, en Suiza, cargada de camiones a más no poder, y que ralentiza la circulación hasta crear congestiones importantes en la propia autopista, aunque pasada la deliciosa ciudad de Freiburg im Breisgau, la conducción de torna más cómoda, y a ello contribuyen los amplios tramos sin límite de velocidad, que permiten prosperar en el viaje de manera notable.
Al anochecer entramos en Núremberg, y como nuestro alojamiento era en el mismo centro de la ciudad, hallamos un bullicio propio de un sábado, con actuaciones callejeras de diversos conjuntos musicales y solistas, que parece son tradicionales cada año, y mucha gente tratando de soportar el gran calor (casi cuarenta grados) mediante tentadoras cervezas alemanas en jarra.
Nüremberg, con todas sus reminiscencias (que pueden revisarse en la información que precede a este comentario), en modo alguno permite adivinar en su estado actual aquella ciudad destrozada por los bombardeos en la atroz última Gran Guerra, ni menos reconstruir las visiones de películas como “Vencedores o Vencidos”, con las sesiones del Tribunal Internacional contra los jerifaltes nazis.
Nadie diría que allí pasó lo que pasó, porque la ciudad brilla nueva, viva y esplendorosa, como una buena muestra de la Baviera alemana, y mostrando la sorprendente y nunca bien ponderada capacidad de regeneración de Alemania.
Y especialmente, la generosa simpatía y hospitalidad de las gentes no deja de contrastar con la habitual adustez y a veces hosquedad de tantos y tantos ciudadanos galos.
Pero, en fin, uno de los más apreciables valores de los viajes es que,

conociendo, se puede comparar y analizar los aspectos positivos y los que no son tanto, en las diferentes naciones.
Por nuestra parte, antes de comenzar la siguiente etapa, tras un reparador sueño, gozamos degustando en el desayuno unos “pretzel” y unos deliciosos panecillos de Baviera.
Que falta iba a hacernos buen alimento para la siguiente etapa.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA