THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

jueves, 9 de septiembre de 2010

MIS PERIPLOS POR EUROPA (AÑO 2010) : DE GRAZ, EN AUSTRIA, HASTA UCRANIA, POR EL LAGO BALATON Y LA GRAN LLANURA HÚNGARA

El lago Balaton (en húngaro Balaton; en alemán Plattensee; en eslovaco Blatenské jazero, con el significado de "lago fangoso", el origen más probable del nombre) es un lago situado en el interior de Hungría, a unos 100 km de Budapest. Es el mayor lago de Europa Central, y es uno de los mayores lagos de agua dulce de Europa. Posee forma alargada, midiendo 79 km de largo y una máxima de 14 km de anchura, con una superficie de 594 km² y una profundidad media de 3 metros.
Conocido como el parque de la nación, el Balaton está dividido en dos orillas que difieren entre sí: en el margen sur se alza la zona turística con altos hoteles y minúsculas playas, y en el norte se hallan más poblaciones históricas y lugares de interés, senderos de montaña, mejor vino y mucha menos ostentación. Se considera como el "mar interior" húngaro y es el principal destino del turismo doméstico.
La temporada alta turística comienza en junio y termina a finales de agosto. La temperatura media del agua es de 25° C, lo cual hace el baño en sus aguas muy agradable. Otras atracciones turísticas son la nave
gación, pesca y otros deportes acuáticos, al igual que visitar el área rural y las colinas de los alrededores; existen viñedos en la zona al norte y la vida nocturna está más desarrollada en su orilla sur. La Península de Tihany es un distrito histórico.
Los principales lugares turísticos son: Badacsony - Balatonalmádi - Balatonboglár - Balatonfüred - Balatonlelle - Fonyód - Keszthely - Siófok - Tihany - Vonyarcvashegy

La región del Balatón ha sido un lugar de recreo por lo menos desde la época de los romanos. Desde el siglo XVIII las clases acomodadas han venido construyendo sus balnearios y villas en la orillas del lago.
Sería a partir del período comunista de posguerra cuando la región se abriría a un turismo más popular. En la época del Telón de Acero el lago Balatón se transformó en un destino turístico muy popular entre los paises del Este, especialmente para los habitantes de la Alemania Oriental y de ello hoy en día quedan algunos bloques de hoteles construídos al mas puro estilo comunista que hoy en día se han modernizado en resorts

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Keszthely (en húngaro: [ˈkɛst.hɛj];en esloveno: Blatenski Kostel)es una ciudad húngara de 21,100 habitantes situada en la costa oeste del lago Balaton.
Se piensa que fue fundada como mínimo en tiempos de los romanos
(Keszthely culture of Romance pannonian language), aunque la primera evidencia histórica data de un documento de 1241, desde cuya fecha ha venido siendo una ciudad comercial.
Uno de sus principales atractivos turísticos es el palacio Festetics, que fue construido de 1745, de estilo barroco.
El Museo del Balaton ofrece exposiciones geológicas y de arquitectura y presenta la historia del lago Balaton.
En Kestzhely tiene su sede la Facultad de Agricultura de la Universidad de Pnionia.
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(Paisaje de la Llanura Panonia - Granja de la Hortobágy Puszta, Hungría)
La Gran Alföld, Alföld, o Gran Llanura Húngara (húngaro:
Alföld o Nagyalföld, eslovaco: Veľká dunajská kotlina, rumano: Câmpia Tisei, serbio y croata: simplemente Panonski basen o Панонски басен - Llanura Panonia) es una llanura/cuenca que ocupa la parte sur y este de Hungría, algunas partes del este de Eslovaquia (Východoslovenská nížina - Tierras Bajas de Eslovaquia Oriental), suroeste de Ucrania (Zakarpats'ka nyzovyna - Tierras Bajas Transcarpatianas), oeste de Rumania (varios nombres), norte de Serbia, y este de Croacia (varios nombres). Es la parte más grande de la Llanura Panónica.
Sus fronteras son los Cárpatos al norte y al este, las Montañas Transdanubianas y las montañas croatas al sureste, y aproximadamente al sur , el río Sava .
Su territorio dentro de Hungría es de 52.000 km² y comprende approx. el 56% del país. Su territorio total es de 100.000 km².
Los más importantes escritores húngaros, inspirados y relacionados con el Alföld son Ferenc Móra y Zsigmond Móricz así como los poetas Sándor Petőfi y Gyula Juhász.
Entre los científicos húngaros nacidos en Alföld se hallan el físico Zoltán Bay , el químico y János Irinyi , el inventor de la máquina silenciosa, el farmacólogo János Kabay , el físico y farmacéutico Gábor Kátai y el físico y neumólogo Frigyes Korányi .
El más importante río de Alföld es el Tisza.
Las notables ciudades y pueblos con baños medicinales son Berekfürdő, Cserkeszőlő, Gyula, Hajdúszoboszló, Szentes y Szolnok.
Entre los festivales culturales y programas característicos de la región están el Csángófesztivál (Festival Csángó) de Jászberény, el Cseresznyefesztivál (Festival de las cerezas) de Nagykörű, el Gulyásfesztivál (Festival del Gulash) de Szolnok, el Hídi Vásár (Puente Blanco) de Hortobágy, el Hunn
iális en Ópusztaszer, el Szabadtéri Játékok (Juegos al aire libre) de Szeged, el Várjátékok (Juegos del Castillo) de Gyula, el Virágkarnevál (Carnaval de las Flores) de Debrecen y el Festival de la Sopa de Pescador de Baja.
(De Wikipedia y otros sites de Internet)
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Como el día se adivinaba con posibles dificultades y retrasos, especialmente porque había que dejar el territorio Schengen, al salir de Hungría para entrar en Ucrania, y nuestro propósito era llegar a pernoctar en Ivano-Frankivk, la ucraniana capital de Precarpatia, no recorrimos demasiado de la ciudad de Graz, limitandonos a visitar un mercado en las cercanías de nuestro hotel, a desayunar unos sabrosos panecillos y pastelillos (caros, por demás) y a comprar en un supermercado un buen pan autríaco, junto con algo de charcutería, que nos permitieran tomar unos bocadillos en algún punto de la ruta, ya que contabamos con una neverita portatil conectada a la electricidad del coche, lo que permitía disponer en todo momento de bebida fresca.
El recorrido desde Graz hacia la frontera húngara, después de unos veinticinco kilómetros de buena autopista, discurría por una carretera normal, pero con muchísimo tráfico (especialmente camiones), en medio de un bello paisaje entre montañas, que dirigía hasta Rabafüzes, punto de entrada en Hungría. (Yo mismo pude comprobar que la pestosa frontera por la que pasé este punto en al año 1.996, se había convertido en nada, pues ni un policía o control se hallaba a la vista.
Penetramos en Hungría y a los pocos kilómetros --siempre circulando por carretera normal --aunque con muy buen firme-- nos detuvimos en un pueblecito para compra la Matrica o Vignette, que es obligatorio adquirir en Hungría para circular por autopista (aunque confieso que nunca me ha sido requerida), y que para tres días nos costó el equivalente a 8 Euros. Y aprovechamos para cambiar algo de dinero en Euros por los Forints o Florines húngaros.
Las cuentas nos sorprendieron, porque entregamos 40 Euros, y se nos cambiaron (se trataba de una tienda, no de un banco, por lo que el curso del cambio debió de ser bastante peor) por ¡10.000 Forints!, es decir, 250 Forints por cada Euro.
Pasado el mediodía, un cierto apetito nos comenzaba a acuciar, por lo que aprovechamos el paso por un pequeño lago cerca de Zalaszentmihaly, en la carretera secundaria nº 75, para sacar nuestras preciadas compras de sustento adquiridas en Austria, y, bajo unos frondosos tilos, comer con fruición unos deliciosos bocadillos.
Tras un corto paseo para desentumecer las piernas, ya nos dirigimos hacia Kestzhely, la capital del lago Balaton, que para mí tenía los recuerdos de la estancia durante una semana en el año 1976, cuando Hungría estaba muy en ciernes de la moderna nación en que poco a poco va convirtiéndose. Visitamos el lago, paseamos en torno a él, nos hicimos unas fotos frente a los tradicinales balnearios, visitamos el Palacio de los Condes Festetics (véase reseña en la introducción de este post) y bordeando el lago por el sur, alcanzamos su costa Este, donde comenzó la autopista M-7, con muy poco tráfico, aunque abundante control policial mediante radares (la velocidad máxima para circular por autopista en Hungría es de 130 kms/h), de forma que antes de las cinco de la tarde nos hallábamos en las cercanías de Budapest.
Y ahí empezó nuestra zozobra, porque la circunvalación que dicen existe no estaba habilitada y el navegador nos dirigió por el centro de la capital, que se hallaba, toda ella, en obras. Congestiones y atascos que nos entretuvieron más de una hora. ¡Y estábamos a 300 y pico kilómetros de la frontera de Ucrania por Zahony!
Una vez escapados de la odiosa retención, el recorrido hacia Ucrania por la autopista M-3, hacia el nordeste, fue bastante cómodo, aunque con la continua anécdota de que nuestro navegador ni siquiera tenía controlada la autopista, de forma que continuamente nos indicaba giros y salidas que eran imposibles.
Los últimos 50 kilómetros antes de Ucrania, por la carretera 4 (ya no autopista) resultaron bastante cómodos, por lo que llegamos a la frontera de Zahony poco antes de las 7 de la tarde.
Los trámites fronterizos y aduaneros de salida de Hungría fueron cortos, por lo que al cruzar el puente sobre el río Tizsa --divisoria fronteriza-- nos prometíamos un rápido progreso por laa frontera y aduana ucraniana.
(El puente sobre el Tizsa, entre Zahony y Chop, la frontera Hungría-Ucrania)
No había ciertamente en la entrada a Ucrania demasiados coches a la espera, unos treinta, pero la pérdida de cuarenta y cinco minutos resultó inevitable, de manera que eran las 19'45 horas Gmt. cuando penetrabamos en Ucrania, y ya sabíamos que en este país el reloj señala una hora más que en el resto de Europa occidental (excluidos Reino Unido, Portugal, Canarias, Madeira y Azores), de forma que, al tiempo que nos anochecía --era un 4 de agosto, pero estabamos ya a unos 3.000 kms. de España, hacia el Este-- nos percatamos de que nuestro propósito de llegar a pernoctar hasta Ivano-Frankivsk, podía ser una aventura.
Nuestros amigos nos esperaban para cenar en el complejo turístico de uno de ellos en el que siempre nos alojamos, pero hubimos de convencerles de que por lo menos íbamos a demorar unas tres horas y media.
Fue un error por nuestra parte continuar el viaje, y bien pudimos (y debimos) quedarnos a dormir en cualquiera de los coquetos hotelitos que hay en Uzhgorod o en Mukachevo, pero nuestra audacia nos llevó a adentrarnos, ya de noche, en las llamadas carreteras ucranianas, que en muchos tramos son cual barrancos asfaltados, con muchísimas curvas, camiones a los que resulta imposible adelantar, líneas continuas en el centro de la calzada de más de cinco kilómetros en ocasiones, y muy mala visibilidad, pues las pinturas de arcenes --si los había- eran tenues y los "ojos de gato" y salva-raíles no estaban en casi ninguna parte.
Pero ya nos habíamos hecho el ánimo, y cuando era casi la medianoche ucraniana, comprobamos que aún nos faltaban 150 kilómetros hasta el destino, lo que implicaba, por el estado de la carretera, un viaje de al menos dos horas más.
Progresando como podíamos, superando el cansancio después de tantas horas al volante (nuestras posaderas semejaban piedras y nos dolían), pasado el cruce de Striy en la carretera ucraniana M-50 (de la frontera de Chop hasta Lviv), cruzamos Dolyna y llegamos a Kalush, poblaciones conocidas, pero en ésta última, la falta de indicaciones, nos llevó a confundirnos de carretera y nos adentramos por una vía en mucho peor estado, sin indicación alguna, hasta que después de unos 40 kilómetros, se anunció la proximidad del río Dniéster, pero con un gran anuncio en reflectante advertía del peligro de que el puente sobre el río ¡estaba cortado!. ¡Menos mal, porque por poco navegamos esa noche por el sombrío Dniéster!
Vuelta atrás, hasta el cruce de Kalush en el que nos habíamos confundido, donde comprobamos lo fácil que era irse por la ruta equivocada, aunque como solamente nos faltaban 25 kilómetros para el destino final, aún los recorrimos con resignación, llegando a nuestro hotel ¡a las 3 de la madrugada!
El dueño del hotel, nuestro gran amigo Yaroslav, había organizado que se nos diera algo de cena a nuestra llegada, y allí estaba luchando contra el sueño la encargada, que nos preparó un plato de fiambres y charcutería, con unas cervezas, y todo lo engullimos con voracidad, para meternos en la cama casi inmediatamente.La gran llanura húngara nos había llevado a la "gran aventura carreteril ucraniana".
Mi esposa y yo nos conjuramos para no repetir la osadía nocturna, aunque... conociéndonos... ¡Experiencias viajeras!
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

lunes, 6 de septiembre de 2010

MIS PERIPLOS POR EUROPA (AÑO 2010) : NORTE DE ITALIA Y GRAZ, EN AUSTRIA

"Graz, ciudad austríaca, capital del estado de Estiria (en alemán, Steiermark). Con una población de 250.099 habitantes, es la segunda ciudad del país. Ciudad universitaria por excelencia, fue nombrada capital europea de la cultura en el año 2003.
Graz está situada a orillas del río Mur al sureste de Austria. Se encuentra a 189 kilómetros de Viena, la capital de país.

La primera mención de la ciudad apareció en un documento escrito por del margrave de Estiria Leopoldo I. En la actualidad no se dispone del original aunque existe una copia del siglo XV.
El último representante de la dinastía Otakar fue Otakar IV de Estiria, margrave de Estiria y duque desde 1180. Otakar no tenía descendencia y había contraído la lepra. En el año 1186 Otakar se reunió con el duque Leopoldo V, de la Casa de Babenberg, en la localidad de Enns donde firmaron el Pacto de Georgenberger mediante el cual Otokar designaba a los Babenberg como sucesores.
En 1379 Graz se convierte en la residencia de los Habsburgo al ser nombrada capital de la Austria interna (en alemán
Innerösterreich), territorio que comprendía Estiria, Carintia, Carniola y algunas posesiones en Italia. La estancia de la familia imperial se prolongó hasta 1619.
El 10 de abril de 1797, las tropas francesas hicieron su entrada en Graz por primera vez. Dos días más tarde, Napoleón llegó a Graz, donde permaneció unos días hasta su marcha a Göss, cerca de Leoben. El 14 de noviembre de 1805, el ejército francés, al mando del general Marmont, invadió la ciudad por segunda vez. La ocupación finalizó el 11 de enero de 1806 con la retirada de las tropas galas. El 30 de mayo de 1809 se produjo la tercera incursión de la legión francesa, esta vez bajo las órdenes de MacDonald. El 4 de enero de 1810 los franceses abandonaron Graz definitivamente.
Durante la Segunda Guerra Mundial el 16 % de los edificios fueron destruidos y 1.788 personas perdieron la vida como consecuencia de la ofensiva. El casco histórico no se vio afectado por los ataques, a excepción de la Tummelplatz. La estación central y las plantas industriales del sur y el oeste de la ciudad fueron los objetivos de los bombardeos.
En los años posteriores a la proclamación de la independencia del país en 1955, se produjeron muchos de los cambios que conformaron la imagen actual de la ciudad.
En el plano cult
ural destaca la creación de varios festivales. En 1968 se celebró la primera edición del steirische herbst, el festival de arte contemporáneo más antiguo de Europa. En 1985 se inauguró el Styriarte, festival dedicado a la música clásica. Ambos festivales se celebran cada año y son de gran importancia para la capital de Estiria .
La fisionomía de Graz va a experimentar sucesivas modificaciones y ampliaciones. Así pues, se construyeron nuevos puentes y en 1972 se abrió la primera zona peatonal. A finales de los años 80 tiene lugar un importante crecimiento de la zona sureste. En 1988, Puntigam fue considerado como distrito independiente de Straßgang, quedando establecidos los diecisiete distritos en los que se divide Graz hoy en día.
En 1993 la ciudad recibió un premio de la organización ecologista Greenpeace. Ese mismo año organizó el Mes de la cultura europeo por encargo de la Unión Europea.
El casco antiguo de Graz fue decla
rado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999.
• A orillas del río Mur se encuentra un colina llamada Schlossberg, que tiene una altura de 475 metros. Hace más de 1.000 años se construyó un castillo que dio el nombre a la ciudad (que se deriva de la palabra eslovena gradec, que significa "pequeño castillo"). Desde el año 1125 la colina albergó una impresionante fortaleza. En 1809 Napoleón ordenó destruirla. En dicha colina se edificó en 1560 la Torre del reloj, uno de los símbolos de la ciudad.
• Entre las diferentes calles que forman parte del distrito Innere Stadt destaca la calle Sporgasse. La calle es más antigua que la ciudad ya que fueron los romanos los primeros que trazaron una vía que i
ba desde el valle del río Mur hasta la ciudad romana de Savaria (actual Szombately, en Hungría). Los artesanos que trabajaban en esta calle son los que dieron el nombre a la calle. En la actualidad, la Sporgasse es una calle dedicada al comercio.
Los monumentos más visitados se encuentran fuera del casco histórico. El más destacado es el castillo o palacio de Eggenberg (Schloss Eggenberg), al oeste de la ciudad. Este lugar es visitado anualmente por más de un millón de personas. De estilo barroco, es el palacio más importante de Estiria. Fue construido en el siglo XVII siguiendo los planos de Giovanni Pietro de Pomis, quien se inspiró en el Monasterio de El Escorial para diseñar el castillo. Fue propiedad de la familia Eggenberg. En la segunda mitad del siglo XVIII, los condes de Herberstein transformaron el antiguo teatro en una iglesia de estilo barroco. El interior está decorado con pinturas del pintor Hans Adam Weissenkircher. En las paredes se pueden ver los signos del zodiaco. Cuenta con 365 ventanas como símbolo de los días del año.
No lejos de allí se encuentra las ruinas del castillo de Gösting. Este castillo controlaba el valle del río Mur, al norte de Graz. En 1723 un rayo destrozó el castillo, que no volvió a ser reconstruido. En su lugar, los condes de Attems mandaron construir, al pie de la montaña, el castillo de Neugösting, el cual se convirtió en residencia de la familia.
Buena parte de las iglesias se sitúan fuera del casco urbano. Entre ellas destaca la iglesia del Sagrado Corazón. Esta iglesia es la más grande de Graz. Otras iglesias relevantes son la iglesia de San Leonardo y la iglesia de Marigrün. Al noreste de la ciudad se puede visitar la Basílica de Mariatrost, perteneciente al distrito del mismo nombre, uno de los lugares de peregrinación más importantes de Estiria.
La ciudad ofrece una amplia variedad de exposiciones. Destacan:
• Museo provincial Joanneum: es uno de los más antiguos e importantes de Austria.Su colección incluye objetos de diversas áreas como la Mineralogía, Botánica, la Geología, la Paleontología o la Zoología.
• Kunsthaus Graz: museo de arte contemporáneo que fue construido en 2003.
• Museo de la percepción
• Museo Johann Puch: posee una colección de más de 500 coches antiguos de la antigua fábrica Puch.
• Museo diocesano
• Museo aeronáutico
• Museo del juguete
• Museo del crimen: En 1912 Hans Gross abrió el primer instituto criminológico del mundo. Su afán por desarrollar la disciplina de la criminología le llevó a clasificar una gran cantidad de objetos en 32 categorías diferentes. Muchos de estos objetos están expuestos en este museo tan peculiar."
(Información obtenida en diversos sites de Internet)
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La Autostrada A4 (llamada también Serenissima) es una autopista italiana que atraviesa de oeste a este toda la llanura padana, partiendo de Turín, pasando por Milán y finalizando en Sistiana (en cercanías de la ciudad de Trieste), desde donde continua hacia Trieste con el nombre de Raccordo Autostradale RA13.
Tiene numerosas interconexiones con otras autopistas y posee en casi todo el tramo Turín-Venecia 3 carriles por sentido de circulación más un carril de emergencia (excepto de pocos tramos que conciden con el paso sobre ríos). Asimismo en el tramo posee un tramo de 4 carriles por sentido entre Milano-Este y Bérgamo.
Pues bien. Después de cruzar el túnel de Frejus, la autopista, toda ella "una curva", pero pasando cerca de bellos paisajes alpinos, llegaba hasta las inmediaciones de Torino, donde conectamos con la Autostrada A4.
Esta autopista, más que una vía de circulación rápida, es un borbotón continuo de automóviles, autobuses y camiones, con atascos y retenciones sucesivos en las proximidades de las grandes ciudades, como Milano, Bérgamo, Verona, Padova, y especialmente Venecia.
Las áreas de servicio, bastante cutres y nada bien dotadas, estaban repletas, y tomar un café llegaba a ser una aventura.
Por la autopista circulaban, además de los italianos, muchos coches y camiones de Austria, Alemania, Eslovenia, Croacia, Serbia, Rumanía y Bulgaria, amén de algunos españoles, y cada cual "a su estilo", de manera que era una auténtica pesadilla sobrepasar esa intensa circulación, ya que especialmente los rumanos, adelantaban por la derecha, luego por la izquierda, después se paraban inopinadamente. Todo un peligro, que requería la máxima tensión.
Menos mal que después de Padova, en las proximidades de Mestre, se ha construido una autopista de circunvalación que evita acercarse más a Venecia, y permite ya marchar hacia Treviso y Udine, vislumbrando al frente los Dolomitas en su parte oriental, que preludian la entrada en Austria.
El acceso a Austria desde Udine es por un paisaje tan bello como la mayoría de este país: grandes bosques, verdes valles, "tapices" verdes en las montañas, pequeñas poblaciones con casas orladas de flores, iglesuelas... ¡de cuento de hadas!
Y por la autopista de entrada en Austria, después de nueve horas de continua conducción (solamente dos paradas de quince minutos para tomar un mini bocadillo, beber agiua, tomar un café y "desbeber"), llegamos finalmente a Graz, no demasiado exhaustos, y como el hotelito reservado estaba no demasiado en el centro de la capital, pudimos pronto llegar a la habitación, refrescarnos algo, y salir a una bonita plaza en las proximidades, en la que un típico y bastante barato restaurante al uso nos brindó una magníficas cervezas "von fass" (de barril) y unos "schnitzel" deliciosos.
¡Y a descansar! Porque el día siguiente se presentaba especialmente complicado, como se narrará en el siguiente post.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
Nota.- No es que nos olvidasemos o prescindiésemos en este viaje de todas las maravillas del Norte de Italia, sino que ya eran bien conocidas de viajes anteriores las ciudades de Milano, Bérgamo, Verona, Bologna, Padova y Venecia.

jueves, 2 de septiembre de 2010

MIS PERIPLOS POR EUROPA (AÑO 2010) : LOS ALPES DE SABOYA Y SAINT JEAN DE MAURIENNNE

"Saboya (en francés Savoie y en arpitano Savouè d'Aval) es un departamento francés situado en la región de Ródano-Alpes.
El departamento de Saboya fue creado en el año 1860 cuando el antiguo Ducado de Saboya pasó a soberanía francesa y fue dividido en dos departamentos: Saboya y Alta Saboya.
Las principales ciudades son (datos del censo de 1999):
• Chambéry (55.786 habitantes, 113.457 en la aglomeración)
• Aix-les-Bains (25.732 habitantes, 40.278 en la aglomeración)
• Albertville (17.340 habitantes, 31.162 en la aglomeración)
La Alta Saboya (en francés Haute-Savoie, en arpitano Hiôta Savouè o Savouè d'Amont) es un departamento francés situado en la región de Ródano-Alpes. Su capital (o prefectura) es Annecy.
La Alta Saboya es un dinámico departamento, con una tasa de desempleo inferior a la media nacional, debido en gran parte a las posibilidades de empleo ofrecidas en la zona de Ginebra. Las principales zonas de trabajo de la Alta Saboya son:
• La zona fronteriza Annemasse-Ginebra
• La aglomeración de Annecy
• El valle del Arve (Cluses y Bonneville)
• La linea del Léman (Thonon-les-Bains y Evian-les-Bains)
Sobre su territorio s
e sitúa el macizo del Mont Blanc, sobre la frontera italiana, éste es el punto más alto de Europa, sin tener en cuenta los Urales. La altitud del departamento es de 1.160 msnm y posee una superficie de 4.388 km"
(El siempre imponente Mont Blanc...)

"Saint-Jean-de-Maurienne es una población y comuna francesa, en la región de Ródano-Alpes, departamento de Saboya, en el distrito y cantón de Saint-Jean-de-Maurienne.
El valle de Maurienne es el más meridional de los grandes valles transversales de Saboya. Cruzado por el río Arc, ofrece un paso sencillo entre Francia e Italia.
En el corazón del valle, donde el río Arvan se une al Arc, se abre un amplio espacio cuyas vertientes ofrecen toda la variedad de los paisajes alpinos, con el telón de fondo de las Agujas de’Aryes.
Allí se creó un pequeño burgo llamado Maurienne.
En el siglo VI el rey de Borgoña, Gontran, hijo menor de Clovis, conquistó toda la región, que quedó bajo la autoridad religiosa del obispo de Turín.
En aquellos tiempos, una mujer, de la cual los tiempos solamente han retenido el nombre de Tecla (Thècle), llevó desde Alejandría-Egipto, las reliquias de San Juan Bautista (tres dedos de la mano que, según la leyenda, bautizó a Cristo) y para albergar honrosamente la reliquia, Gontran constituyó la villa de Maurienne en sede episcopal, privando de ella a la vecina Turín.
Como capital de la diócesis, la villa fue dotandose de monumentos religiosos gracias a Conrad le Salique, fundador de la Casa de Saboya.
Maurienne desempeñó un gran rol en la ascensión de los príncipes de Saboya, porque su posición les convertía en “porteros de los Alpes”, y así surgió en 1771 la iglesia de Nôtre Dame, de estilo románico.
Entre los siglos XI y XVI se construyó la catedral de San Juan Bautista, de apreciable arquitectura."
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"El Túnel de Fréjus, o Túnel del Fréjus, (Tunnel du Fréjus en francés), es un túnel de carretera que une Francia e Italia, bajo la montaña de Fréjus, entre Modane y Bardonecchia.
Cuenta con una longitud de 12.895 metros, y está en servicio desde el 12 de julio de 1980. Tras el accidente del Túnel del Mont Blanc en 1999, la seguridad se ha visto fuertemente revisada desde comienzos de 2000. "
(De Wikipedia y otras fuentes de Internet)
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Este año, como casi todos, decidí ir a Ucrania, la tierra que me atrae y en la que tengo obligaciones contraídas por la vía conyugal y algunos deberes profesionales, y, después de comentarlo con mi esposa, decidimos viajar por carretera en nuestro propio coche, un híbrido de poco consumo y alto rendimiento.
Una vez más nuestros amigos y conocidos nos comentaron inquisitiva e irónicamente que si todavía nos gustaban los retos, pero para nosotros ello era como repetir pasadas experiencias viajeras (de las que hay constancia en este blog) y así, tras estudiar meticulosamente los posibles itinerarios desde Valencia hasta Kiev, decidimos hacer los 9.000 kilómetros del viaje --ida y vuelta, claro-- por una ruta diferente a la de años anteriores, que nos permitiera obtener nuevas visiones y experiencias, y conocer mejor otros lugares.
Por ello, aunque el camino más recomendable era desde Valencvia hasta Niza y Génova, para desde allí seguir hasta Verona, Padua, Venecia y Trieste, penentrando en Eslovenia y algo en Croacia, para pasar después -- a través de Hungría-- por las cercanías del lago Balaton, cruzar Budapest y llegar hasta la frontera de Ucrania por Zahony (en Hungría) y Chop (en Ucrania), decidimos evitar circular por las autopistas de la Costa Azul y alrededores de Niza y Génova, no solamente porque el calor mediaterráneo de esas zonas ya lo habíamos sufrido otros años, sino especialmente porque las cercanías de Niza y la ruta hasta Génova nos habían resultado muy incómodas, por la abundancia de tráfico, en años anteriores.
Y, bueno, de mañanita emprendimos el camino hacia Francia por la autopista AP-7, con parada en La Junquera, para tomar un café y repostar, evitando en lo posible pagar el carísimo combustible de Francia, más 1'45 Euros por litro de Eurosuper.
Tomando despues de Nimes la autopista hacia el Norte (l'Autoroute du Soleil), después de Montelimar desviamos por la autopista que lleva hasta Ginebra, vía Grenoble, y que recorre el valle del río Isère.
En el desvío de Annecy ya tomamos la autopista A-41, que cruzaba el departamento de Saboya en dirección a Italia.
Nada más penetrar en los valles alpinos por los que discurre la autopista, ya comprobamos que la temperatura no superaba los 18º C (¡habíamos dejado Valencia con 26 grados, a las 7 de la mañana!) y que las nubes iban ocupando las cimas de las montañas, que no podían verse.
De esta guisa, después de pasar los accesos a los puertos de la Madeleine y a La Croix de fer (tan sugerentes de épicas etapas del Tour de Francia), llegamos a un modesto hotelito situado unos kilómetros antes de St. Jean de Maurienne.
El cuentakilómetros indicaba ya 1.135 kilómetros de viaje, y en nuestro cuerpo --ascetismo de conductor-- dos "mini bocadillos" y unos buenos tragos de agua... Había hambre y algo de necesidad de estirar las piernas.
Y a ello fuimos, después de dejar nuestro equipaje transitorio (acostumbramos a llevar solamente tres bolsas de viaje, una de las cuales es para el "destino final", otra con la ropa para cada día del viaje, y una tercera con artículos de aseo y otras quincallerías) nos desplazamos a un rústico bar cercano al hotel, en medio de una especie de llovizna que en realidad era la humedad que desprendían las nubes que cada vez tapaban más las montaña.
(El bello valle de la Maurienne)
Una frugal cena, porque el cansancio nos empezaba a agredir, y tomamos la cama casi sin proponernoslo.
El despertar, a hora temprana, fue maravilloso. En cuanto subimos la persiana de la habitación se nos presentó con toda limpidez un precioso panorama de altas montañas que envolvían el valle, en el que los contrastes de verdes diferentes con ocres y amarillos, los rayos del sol tratando de penetrar por entre la tupida arboleda de los bosques y la esplendorosa luz casi del amanecer, brindaban y precioso espectáculo, que coreaban mil y un cantos de pajarillos y aves.
Un parco desayuno precedió al inicio de nuestro itinerario para este segundo día (pretendíamos ir desde St. Jean de Maurienne hasta Graz, en Austria, por todo el norte de Italia, como se narrará en otro post), que principió en la villa que es capitalidad del valle, coqueta, con un distinguido aire alpino --¿por que son siempre tan bellas las poblaciones situadas en zonas montañosas?- y en St. Jean de Maurienne visitamos sus monumentos principales, al principio comentados, entre los vestigios en las calles de los reclamos y publicidad del Tour de Francia, que precisamente había rendido etapa en esta población.
De ahí ya retomamos la autopista y nos dirigimos hasta el Túnel de Frejus, en el que había una pequeña congestión, porque, después de un aparatoso accidente ocurrido hace unos años, cuando ardieron dos camiones en su interior, solamente es permitido entrar al túnel 350 metros después de un camión y 150 metros después de un automóvil, conservando esa distancia hasta la salida, y a una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora.


 La entrada resulta "escalofriante", cuando por los 13 kilómetros del túnel se paga ya un peaje de ¡34 Euros!, y resulta bastante impresionante recorrer todo el túnel, con su silencio y solamente el rugido de los motores.
A la salida, ya en Italia (no existen ni vestigios de frontera) el sol alpino anunciaba una autopista que era todo curvas, con limitación de velocidad hasta 80 km/h., pero que presagiaba la larga jornada que nos esperaba.
Interesante la primera etapa, con su añadido matinal, del siguiente día, incluido el túnel.
Nos prometimos volver con más tiempo a la zona de Saboya y especialmente recorrer los altos y puertos de montaña.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

martes, 31 de agosto de 2010

VIAJES A RUSIA: LA REPÚBLICA DE KARELIA (II), KONDOPOGA, EL LAGO LADOGA Y LA ISLA VALAAM

Como ya publiqué antes de las vacaciones de agosto la primera parte de mis impresiones sobre la República rusa de Karelia, al comenzar septiembre, con carácter previo a narrar las experiencias viajeras del pasado mes, me decido por terminar el relato sobre Karelia y sus atractivos. Con el ánimo de volver sobre el tema, ampliándolo, más adelante.
"Petrozavodsk es la capital de Karelia y el principal centro industrial, cultural y científico de la república. Cuenta con alrededor de 226.000 habitantes.
Bajo el reinado de Pedro el Grande se construyeron una fundición de acero y una factoría de fabricación de cañones en las orillas del lago Onego, en 1703. Alrededor de la factoría llamada
Petrovskaya sloboda, se desarrolló el asentamiento de la población.
En 1777, durante el reinado de Catalina la Grande (la primera extranjera ocupando el trono de Rusia), la población alcanzó el estatus de ciudad, y pasó a llamarse Petrozavodsk.

...
Kondopoga (en ruso,
Кондопога; en finlandés, Kontupohja; en karelio, Kondupohju) es una ciudad de la República de Karelia, situada en la costa del golfo de Kondopoga, cerca de la boca del río Suna y de la reserva natural de Kivach, a unos 54 kilómetros de la capital de la república, Petrozavodsk. Se halla emplazada en el curso del ferrocarril Moscú-Murmansk, y cuenta con un colegio médico y servicios de manufacturas, y factorías de materiales de construcción, transformación de madera y fabricación de papel. Su población, según el censo de 2.002 era de 34.863 habitantes. Cuenta con la joya arquitectónica de la llamada Iglesia de la Dormición (Успенская церковь), un monumento singular de arquitectura rusa, construido en 1774, con una techumbre de cuatro vertientes, de 42 metros de altura, sobre una gran columna central, con espacios adyacentes para el recetario y el altar mayor, cubierto por una techumbre de madera. "
(De Wikipedia)
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"Valaam, también históricamente conocida en finés por el nombre de Valamo, es un archipiélago en la zona norte de lago Ladoga, lindando con la República de Karelia, en la federación Rusa.
Su total extensión, con sus más de cincuenta islas, es de 36 km.2.
La mayor isla es también llamada Valaam, y es la mejor conocida desde el siglo XIV, por el Monasterio Valaam y su belleza natural.
La denominación de la isla, del vocablo finés ugrico
Valamo, significa lo alto, montaña, tierra.
El clima y las características naturales de la isla son singulares a causa de su situación en el lago Ladoga. La primavera comienza a finales de marzo y el típico verano de Valaam tiene días con temperaturas entre 30 y 35ºC. La diferencia de temperatura en julio suele ser de 15ºC. El invierno y la nieve llegan a primeros de diciembre. A mediados de febrero es posible atravesar sobre el hielo

hasta la ciudad de Sortavala, a unos 42 kilómetros. La temperatura es de una media de -8ºC en febrero.
La isla está habitada de manera permanente por monjes y familias. En 1999 los residentes en la isla principal eran sobre unos 600, incluyendo el personal militar, los trabajadores de hostelería, los guías y los monjes.
Durante el verano, la isla principal es visitable mediante barcos de salen de San Petersburgo por la noche y llegan a la isla la mañana siguiente."
(De Wikipedia)
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"El lago de Ladoga (en ruso: Ладожское озеро (Ládozhskoye Ózero), en finés: Laatokka) es un lago de agua dulce situado en Karelia y el óblast de Leningrado, cerca de la frontera con Finlandia. Con un área de 17.700 km², es el mayor lago de Europa y el 15º en el mundo. En su interior se encuentran 660 islas con una superficie de 435 km². La mayoría de estas islas están situadas cerca de la costa noroeste, incluyendo las famosas islas Valaam. El lago desemboca en el Golfo de Finlandia (Mar Báltico) a través del río Nevá.
El área de su cuenca es de 276.000 km². Esta cuenca incluye unos 50.000 lagos y 3.500 ríos con una longitud superior a los 10 km. El 85% del agua del lago proviene de sus tres principales afluentes:
• río Svir, proviniente desde el sur-este del lago Onega, con una longitud de 224 km y una cuenca de 83.200 km²;
• río Vuoksi, proveniente desde el oeste desde el lago Saimaa en Finlandia, con una longitud de 162 km y una cuenca de 52.400 km²;
• río Vóljov, proveniente desde el sur, desde el lago Ilmen, con una longitud de 224 km y una cuenca de 80.200 km²;
Otros afluentes de importancia son los ríos Olonka y Syas (260 km y una cuenca de 7.330 km²).
El lago Ladoga tiene su propia especie endémica de foca anillada, llamada foca del Ladoga. "
(De Wikipedia)
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Viajar por Karelia constituye toda una delicia, especialmente si se cuenta (como nos ocurrió a mi esposa y a mí) con "guías nativos", cual fueron nuestro sobrino Sasha y su esposa Elena, quienes, además de acompañarnos en el "recorrido" por la mucha familia que mi esposa tenía en la zona (sin conocer hasta entonces a muchos de ellos), porque su madre era de origen ruso, como las madres de las primas con las que nos reunimos, nos llevaron "de la mano" a gozar de parajes naturales, bosques, ríos, cascadas, lagos grandes y pequeños, monasterios...
Imposible narrarlo todo, ya que en Karelia se vive una sucesión de emociones en parajes subyugantes.
Así, por ejemplo, fuimos de excursión desde Kondopoga hasta el lago Ladoga, por unas carreteras que llegamos a maldecir por lo bacheadas y onduladas que estaban, pero que compensaron todo lo sufrido, ya que llegar al lago, visionar sus contraluces y colorido, embarcarse en un jet foil y llegar a la isla Valaam, fue algo maravilloso.
La visión de esta isla se agranda cuando se asciende a su principal monasterio, de imponente presencia, y en el que unos monjes jóvenes ya se ofrecieron de entrada para interpretarnos unas cantatas de estilo similar al gregoriano.
Y en el interior del templo, la riqueza y belleza de los iconos y frescos murales llega a ser impresionante.
Después de este monasterio, otra capilla, y otra iglesia, yendo por caminos a lo alto del acantilado, orlado de pinos y con las límpidas aguas abajo, ofreciendo mil rayos, colores y contraluces.
Y tras esta isla, otras más pequeñas (omito nombres) en las que monasterios e iglesias se repiten hasta crear al visitante una sensación de saciedad de tanta arquitectura e imaginería religiosa.
Todo ello rematado con una refección (comida) en un monasterio, de austeridad monacal, con una sopa, unos Varenycky (algo así como unos raviolli) y unas frutas, regado con zumos de frutas naturales.
Otro atractivo lo constituyó la capital, Petrozavodsk, a orilla del lago Onego, con sus monumentos y estatuas a los zares, y todo ello en la ribera del lago.
Y en Kondopoga, la Iglesia de la Dormición es un sorprendente vestigio de arquitectura en madera.
Claro, que lo mejor llegó el último día de nuestra estancia, cuando a nuestra iniciativa se reunió toda la familia (más de cuarenta personas) en torno a la mesa, y allí compartimos afectos, recuerdos, expectativas, en definitiva, todos nos sentimos unidos, hasta la
próxima ocasión, en medio de la alegre compañía del vodka y del coñac, que dotaron de mayor vigor y énfasis las palabras de recuerdo, de brindis, de ofrecimiento y en definitiva constituyeron un "hasta siempre".
Fue un encuentro emocionante e inolvidable, que adornó aún más las remembranzas de Karelia en nuestra mente.
Volveremos, sin duda...
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

miércoles, 28 de julio de 2010

HASTA SEPTIEMBRE...

"El arte del descanso es una parte del arte de trabajar"
John Ernst Steinbeck (1902-1968) Escritor estadounidense. Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1.962
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"Agosto es el octavo mes del año en el calendario gregoriano y tiene 31 días. Se le puso este nombre en honor del emperador romano Augusto Octavio (Augustus Octavius). En el antiguo calendario romano, el año comenzaba en marzo y el sexto mes se llamaba Sextilis pero, en el año 24 antes de nuestra era, Octavio Augusto decidió darle su nombre y desde entonces Sextilis se llamó Augustus. Octavio imitaba así al ya fallecido Julio César quien, veintiún años antes, había hecho lo mismo con el quinto mes, hasta entonces llamado Quinctilis y que con él pasó a llamarse Iulius en homenaje a la familia Iulia, a la que pertenecía.
Pero dar su nombre a Sextilis le pareció poco a Octavio, quien consideraba que aún no había alcanzado la misma gloria que Julio César, ya que Iulius tenía 31 días y Augustus, sólo 29. Por esa razón, el emperador alteró la duración de varios meses, quitando y poniendo días, hasta lograr que ‘su’ mes tuviera 31 días. Es por eso que aún hoy, dos mil años después, julio y agosto tienen 31 días cada uno.
Fue elegido este mes para honrar al emperador porque en él venció a Cleopatra y Marco Antonio y entró triunfador en Roma.
Agosto comienza (astrológicamente) con el signo de Leo y termina en Virgo.
En Irlanda, el mes de agosto se llama Lúnasa (del antiguo irlandés Lughnasadh) y toma su nombre del dios Lugh. El primer Lunes de Agosto es uno de los días festivos nacionales en la República de Irlanda."
(De Wikipedia)
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Con los calores, que aprietan, llega el mes de Agosto, mes vacacional por excelencia, a cuyas holganzas no renuncia el autor de este blog.
Por eso, este simple comentario lo es para desear a todo el mundo unas felices vacaciones y un placentero descanso que permita recuperar fuerzas y energías mentales para acometer con bríos e ilusión la nueva etapa que arranca en Septiembre.
Y como decían los inolvidables Tip y Coll, "En Septiembre, hablaremos del Gobierno".
¡Felices vacaciones!
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

martes, 13 de julio de 2010

VIAJES A RUSIA: LA REPÚBLICA DE KARELIA (I)

"Carelia (o Karelia) es un área geográfica situada en el noreste de Europa, que en la actualidad está dividida entre Finlandia (regiones de Carelia del Norte y Carelia del Sur) y Rusia (República de Carelia y Oblast de Leningrado).
En los idiomas carelio, finés y estonio, Carelia se llama
Karjala (pronúnciase: Káryala); en ruso Карелия (Kareliya), y en sueco Karelen. La etimología deriva de la palabra "karja" que significa "ganado, manada, grupo de gente." El prefijo -la designa una "tierra" y es común en topónimos (p. ej., "Kalevala").

Históricamente, partes de Carelia han pertenecido a Suecia, Novgorod y Rusia, y administrativamente nunca han formado un área unida.
Historia

Suecia y la República de Novgorod lucharon por Carelia e Ingria en el siglo XIII. El Tratado de Nöteborg en 1323 dividió Carelia entre las dos. Víborg (en carelio: Viipuri) se convirtió en la capital de la nueva provincia sueca.
Durante el período del Imperio sueco se estableció el lago Ladoga y el río Sestra en el istmo de Aunis como frontera entre Rusia y Suecia.
El Tratado de Nystad de 1721, entre el Imperio ruso y Suecia, concedía la mayor parte de Carelia a Rusia. En una guerra de revancha, la Guerra de los Sombreros, los rusos lograron avanzar sus posiciones dominando casi la totalidad del territorio.
Tras la conquista de Finlandia por Rusia en la Guerra de Finlandia, partes de las provincias cedidas (Antigua Finlandia) se incorporaron al Gran Ducado de Finlandia. En 1917 Finlandia alcanzó la independencia y la frontera se confirmó mediante el Tratado de Ta
rtu de 1920.
Tras el final de la Guerra Civil Rusa, y el establecimiento de la Unión Soviética en 1922, la parte rusa de Carelia se convirtió en la República Autónoma Carelia en 1923.
En 1939 la Unión Soviética atacó Finlandia, dando comienzo a la Guerra de Invierno. Los fineses combatieron con bastante éxito en el norte de Carelia, logrando penetrar la Carelia Blanca. Pero en el istmo de Carelia (o istmo de Aunis), las tropas rusas penetraron las defensas finlandesas. En la Paz de Moscú la mayor parte de la Carelia finlandesa fue entregada a la URSS. Más de 400.000 personas, casi el total de la población de Viipuri (Víborg), huyó y tuvo que ser realojada.
En 1941 aprovechando el ataque del llamado Tercer Reich a la URSS, Carelia fue reconquistada durante tres años (1941–1944) en la Guerra de Continuación, en los que también Carelia Oriental fue ocupada por los finlandeses.
Al concluir la Segunda Guerra Mundial en 1945 la casi totalidad de Carelia fue reincorporada a la URSS e incluida en la República Socialista Soviética de Rusia con el nombre de República Autónoma de Carelia teniendo por capital a la ciudad de Petrozadovsk.
El pequeño sector de Carelia que ha quedado en posesión de Finlandia pertenece a las provincias de Finlandia Oriental y Finlandia Meridional, y las regiones de Carelia del Norte y Carelia del Sur. Las ciudades más importantes en la parte finlandesa de Carelia son Lappeenranta, Joensuu e Imatra.
Características

La República de Karelia tiene una población de 707.000 habitantes. Su territorio ocupa 172.400 km². A efectos comparativos su superficie es similar a la de Uruguay.
Su única frontera internacional es al oeste con Finlandia. También limita al norte con el Oblast de Múrmansk, al este con el Oblast de Arjánguelsk, al sudeste con el Oblast de Vologda y al sur con el Oblast de Leningrado.
La región, muy llana y de relieve glaciar, cuenta con gran abundancia de lagos (entre los que se destacan el Ladoga y el Onega) y bosques de coníferas.
Su economía se basa en la explotación forestal, la pesca, el aprovechamiento de canteras de granito y mármol y la energía hidroeléctrica.
El nombre del país deriva de la población finesa de los carelios que lo habitó mayoritariamente hasta 1939; hacia 1920 y hasta 1939 la región del istmo de Aunis donde se encuentra Vyborg/Viipuri perteneció a Finlandia. Tras la invasión por parte de la URSS estaliniana, casi la totalidad de la población (unas 400.000 personas) se refugió en la vecina Finlandia, en la actualidad la mayor parte de los habitantes es de origen ruso.

(Diversas publicaciones en Wikipedia)

Nuestra visita a la República de Karelia fue una continuación de nuestra estancia en San Petersburgo, pues en esta capital nos recogió nuestro sobrino Sasha (Alexander) con su esposa Anna, residentes en Karelia, concretamente en Kondopoga; y después de pernoctar en su casa, un adecuado apartamento cerca del río Fontanka, en el caso urbano de Píter (que así llaman los de la región a S. Petersburgo), salimos hacia nuestro destino en la república kareliana.
La carretera desde San Petersburgo es muy similar a las de los países de la exURSS, especialmente a las de Rusia y Ucrania. Hay tramos nuevos buenísimos, en los que la gente corre que se las pela si tiene coche moderno, y otros tramos llenos de baches (los pot hole británicos), rugosidades, cruces mal señalizados, cuestas en las que vetustos camiones crean interminables colas y zonas modernas de aparcamiento de grandes camiones que se dirigen casi todos desde Moscú a Murmansk. Hay que ser de una pasta especial para conducir por esas carreteras, y hay que tener una especial habilidad para no ser detectado por los muchos radares manuales con que la policía controla determinadas zonas y para no destrozar la suspensión del vehículo.
(Karelia, su situación y sus lagos)
El trayecto desde San Petersburgo hasta Kondopoga es de unos 475 kms. y transcurre bordeando por el sur el lago Ladoga, hasta llegar a cruce de Volkov, población en la que existe un bonito monasterio llamado Skurina Gorka, con unas preciosas vistas sobre el río Volkhov, que es de mucha anchura en el lugar, por existir una presa para una estación eléctrica.
Retornando a la carretera principal (la E-105) se sigue bordeando el Ladoga hasta llegar a Lodeynole Pole, cruzar el río Svir y penetrar en la República Autónoma de Karelia, según anuncia un arco sobre la carretera.
En un principio, Karelia semeja similar al Oblast (región) de Leningrado por el que habíamos circulado desde San Petersburgo, pero poco a poco la carretera, con grandes rectas, va penetrando en unos tupidos bosques de abedules que flanquean la ruta casi hasta el infinito.
A todo esto, a ambos lados de la carretera, en las zonas libres de bosques, van apareciendo lagos de gran belleza y poblaciones como Svyatozhero, con un magnificente monasterio junto a un gran y precioso lago, y Pryazha, alcanzándose a la altura de Petrozavodsk –la capital de la república— la costa del lago Onega.
Desde la capital hasta Kondopoga, nuestro destino, unos 50 kilómetros (algo menos de una hora de viaje, porque la carretera era muy medianeja), el paisaje boscoso llega a ser bellísimo.
La estancia en Kondopoga resultó confortable, pues nuestro sobrino nos alojó en su casa y nos atendió con todo afecto, junto con su familia, recordando siempre que cuando ellos habían estado en España –en Port-Saplaya-Valencia— habían recibido las lógicas atenciones por nuestra parte.
(Calle en la zona)

Después de un buen descanso, el siguiente día comenzó el periplo “familiar”, pues había que ir saludando a las “primas” de mi esposa (mucho mayores que ella, pero ciertamente primas hermanas, por ser hijas de hermanas de su madre), con la delicia de una abundantísima comida casera, en la que abundaban las especialidades de todo tipo (que no voy a detallar) y mucho vodka también.
Como realmente la costumbre en Rusia, y en tantos otros países, es la de hacer una comida fuerte al día, esos banquetes pantagruélicos nos venían muy bien para evitar más excesos por la noche.
Otro día fuimos invitados por otra sobrina a visitar el palacio de la Música de Kondopoga, una magnífica construcción financiada por la factoría de pasta de papel que constituye la principal actividad de la zona (tal vez como desagravio por la indudable contaminación), en cuyo palacio se nos ofreció un concierto de órgano y piezas
Palacio música Kondopoga
operísticas, por parte de varios re-sobrinos que habían estudiado estas especialidades y que formaban parte de la afamada orquesta y del renombrado coro de la población.
Y aún hubo otras comidas, todas con muchos pelmenys, kotelettes, dulces, pasteles, especialidades de la región, y vodka, vodka, vodka.
Al norte de Kondopoga se nos llevó a visitar unos hermosísimos parques naturales, con bosques inmensos, ríos, cascadas y lagos que nos parecieron una auténtica maravilla, sorprendiéndonos la abundancia de turistas de Rusia y de la vecina Finlandia.
Esta primera fase de nuestra estancia en Karelia estaba resultando, ciertamente, muy atractiva e interesante.
Y todavía nos faltaba lo mejor…
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

martes, 6 de julio de 2010

VIAJES POR RUSIA: SAN PETERSBURGO (II)

"Hay muchos museos en San Petersburgo. Los más destacados son el Museo del Hermitage y el Museo Ruso.
El Centro histórico de San Petersburgo fue designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En la arquitectura se nota la influencia italiana en el siglo XVIII, y en menor medida la francesa. Las celebraciones del tricentenario de la ciudad, en 2003, coincidieron con una cumbre del G8.
(Estatua del zar Pedro I, junto al Hermitage y frente al río Neva)Esta ciudad cuenta con innumerables muestras de arquitectura barroca y neoclásica, numerosos templos que, aunque en la era soviética fueron empleados como almacenes, se conservan fantásticamente, por ejemplo, la catedral de San Isaac, museo desde 1931, famosa por su cúpula dorada, que se alza entre edificios señoriales sobre el río Neva.
Se puede mencionar, entre muchos otros, los siguientes edificios o monumentos:
• la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo;
• la Catedral de San Isaac;
• la Catedral de la Santa Trinidad de San Petersburgo;
• el Monasterio de Alejandro Nevski;
• el Monumento a la Tercera Internacional;
• el monumento a Anatoli Sobchak, el primer alcalde de Leningrado moderno, inaugurado el 12 de junio de 2006.
Entre los conjuntos monumentales ubicados en los alrededores de la ciudad se destacan el Palacio Pávlovsk, el Palacio Peterhof, Tsárskoye Seló y el Palacio Konstantínovski.”
(De Wikipedia)


Recorrer San Petersburgo (lo esencial) a pie, guiados por nuestro sobrino Viktor, fue una muy grata experiencia, pese a que el itinerario, de unos 20 kilómetros, más o menos, resultara pesado por el calor y cansado por nuestra cierta falta de hábito.
Comenzamos por desplazarnos desde Nevskiy Prospekt (la preciosa avenida del Neva), de estilo europeo de finales del siglo XIX y principios del XX, bordeada de joyas arquitectónicas tan bellas como la Basílica catedral de la Virgen de Kazan (foto a la izquierda); la maravillosa iglesia de San Salvador de la Sangre Derramada --una basílica de formas bizantinas, con policromías y mosaicos multicolores (muy al estilo de la catedral de Moscú), que en cada una de sus fachadas ofrece impresionantes, por lo bellas, composiciones artísticas y arquitectónicas, en cuya catedral fue asesinado precisamente el zar Alejandro II--, y que se destaca al fondo del canal Griboyedova; los diversos museos y palacios, el mercado, etcétera.
(Basílica del Salvador de la Sangre Derramada)
Tomamos después el metro (bellas estaciones y buen servicio, como en tantas ciudades exsoviéticas) para desplazarnos hacia el Este, donde visitamos el palacio en el que Lenin estableció su primer gobierno, los monasterios del alrededor, y en un trolebús atestado de gente (tan atentos con nosotros, por nuestra pinta de turistas, que nos cedían el asiento) retornamos al centro, para seguir visitando más palacios y monasterios, a los que no me refiero en concreto, porque ya al principio se inserta una reseña de ellos.
Pero la mayor y más impresionante experiencia la constituyó la visita al Museo Hermitage.
No voy a extenderme en narraciones concretas sobre la extraordinaria belleza de sus contenidos, de sus salas de pinturas, de sus salas de esculturas, de sus salas de metales y minerales preciosos.
(Collage que recoge la torre de la catedral de San Isaac, silueta de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, Plaza del Palacio de Invierno con el obelisco, fachada del Palacio de Invierno, Fuentes del palacio de Verano en Petergof y vista nocturna de la Avenida Nevskyi)
Nuestro guía y pariente nos informó que si nos deteníamos solamente treinta segundos delante de cada una de las obras de arte, precisaríamos ¡nueve meses! para recorrer todo el museo. Así que le rogamos que nos dirigiera a las salas de los pintores españoles, flamencos e impresionistas, en las que nos hartamos de contemplar tantas y tantas obras maestras, para llegar después a la famosa escalera del palacio en la que Lenin protagonizó en 1917 el asalto para derribar la monarquía zarista e instaurar el comunismo.
Y seguimos por las salas del ámbar, y de la malaquita, y de la plata, y del oro. Y por la galería de los retratos de los zares, de los generales, de las zarinas, las pinturas sobre las batallas… Inenarrable…
Emocionados por la impresión de lo visitado (habíamos empleado ocho horas en contemplar, “al trote”, apenas si una pequeña parte del museo), quedamos emplazados para volver el siguiente día, si era posible, que no lo fue, porque hubimos de salir ya hacia la República de Karelia, al norte.
(Vista nocturna del Hermitage desde el río Neva)
Nos quedamos algo frustrados por no haber podido visitar más el Hermitage y la ciudad, pero satisfechos, porque habíamos alcanzado la decisión de que habíamos de volver, y con mucho más tiempo.
Probablemente habré omitido la mayor parte de los palacios y lugares que visitamos, aunque sí destaco la bella experiencia que nos supuso el siguiente día dar un paseo de más de tres horas por los canales y ríos de San Petersburgo, que nos permitió contemplar más y más palacios y monumentos y parques, y convencernos de que esta ciudad es llamada, con razón, la de los mil canales.
(Fortaleza de San Pedro y San Pablo)
Obvio es que San Petersburgo es la ciudad a la que siempre hay que volver, porque además sus gentes son amables, serviciales y saben que el turismo es una de sus fuentes de ingresos.
Yo comenté con mi esposa que de entre las muchas ciudades europeas que habíamos visitado, San Petersburgo quedaba situada entre las primeras en belleza e interés.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

lunes, 5 de julio de 2010

VIAJES A RUSIA: SAN PETERSBURGO (I)

"San Petersburgo (en ruso: Санкт-Петербург, es la segunda ciudad en importancia de Rusia, con 4.600.310 habitantes (2010) y un área metropolitana de 5,85 millones. Está enclavada en la Región de Leningrado, nombre que compartía con la ciudad durante la época soviética (1924–1991). Los otros nombres de la ciudad fueron Petrogrado (Петроград, 1914–1924) y Leningrado (Ленинград, 1924–1991).
Fue fundada por el zar Pedro el Grande el 16 de mayo de 1703 con la intención de convertirla en la "ventana de Rusia hacia el mundo occidental". A partir de entonces se convirtió en capital del imperio ruso durante más de doscientos años hasta que tras la revolución rusa la capital del país regresó a Moscú.
Actualmente San Petersburgo es la segunda ciudad más grande de la Federación Rusa y una de las ciudades más grandes de Europa. El centro de la ciudad es considerado por la Unesco, patrimonio de la humanidad. San Petersburgo es además sede de la corte constitucional de Rusia.
EtimologíaEl nombre de San Petersburgo es de origen alemán, y significa "ciudad de San Pedro". Pedro el Grande la nombró así en honor a su santo patrono, rechazando el de Petrograd, que, en su honor, quisieron darle sus súbditos alemanes, que había contratado para construir y trabajar en los astilleros y la ciudad. Coloquialmente los peterburgueses y rusos en general llaman a esta metrópolis Peterburg o de manera aún más familiar Píter.
HistoriaFue fundada por el zar Pedro el Grande el 16 de mayo de 1703 con el propósito de deslocalizar la capital, y de hecho fue capital de Rusia de 1712 a 1918. Por ello y por su ubicación geográfica le dio el sobrenombre de "La ventana a Europa". Pedro había vivido y estudiado en los Países Bajos por algún tiempo, por eso decidió bautizar su nueva ciudad con un nombre derivado del holandés "Sint Pietersburg": Sankt Piterburj; pero pronto se germanizó a Sankt Petersburg.
Anteriormente en la misma desembocadura del Neva los suecos tenían una fortaleza llamada Nyenskans ("Nevanlinna" en finés) y un arrabal llamado Nyen. Todo el entorno geográfico de la desembocadura del Río Neva estaba ocupado por marismas antes de la construcción de la ciudad.
A fines del siglo XVII, Rusia veía estancado su crecimiento económico por no tener salida al mar. El sueño del joven zar, Pedro el Grande, era corregir la situación abriendo una “ventana a Europa”. Dado que no podía hacerlo por el sur, pues el Imperio otomano impedía el acceso al mar Negro, apuntó en dirección contraria, a un territorio de Suecia cercano al Báltico. A fin de materializar sus aspiraciones, en agosto de 1700 declaró la guerra a los suecos, quienes al principio lograron repeler sus ataques. Pero él no se dio por vencido, y en noviembre de 1702 les hizo retirarse del Ladoga, el mayor lago de Europa, que está unido por el Neva al Báltico, del cual dista unos 60 kilómetros. Aunque los suecos se atrincheraron en una fortaleza insular situada cerca del punto donde el río sale del lago, Pedro logró tomar aquella plaza militar y le cambió el nombre a Shlissel’burg.
Posteriormente, una guarnición sueca defendió el fortín de Nienshants, cerca de la desembocadura del Neva. Rusia la derrotó en mayo de 1703 y asumió el control entero del delta. Sin demora, Pedro comenzó a construir una ciudadela en la cercana isla de Zayachy para controlar la boca del río. Así, el 16 de mayo de 1703 —hace poco más de tres siglos— puso la primera piedra de lo que hoy se conoce como la Fortaleza de Pedro y Pablo. Esta es la fecha aceptada de la fundación de San Petersburgo, llamada así en honor del apóstol Pedro, santo patrón del zar.
La construcción de la ciudad bajo condiciones climáticas adversas produjo una intensa mortalidad entre los trabajadores y requirió un continuo aporte de nuevos obreros. Dado que el poblamiento de la región era escaso, Pedro el Grande utilizó su prerrogativa de zar para atraer forzosamente a siervos trabajadores de todas partes del país. Una cuota anual de 40.000 siervos llegaba a la ciudad equipados con sus herramientas y sus propios suministros de comida. Habitualmente recorrían cientos de kilómetros a pie en filas, escoltados por guardas que, para evitar las deserciones, no dudaban en usar la violencia física. Como consecuencia de su exposición al clima, las deficientes condiciones higiénicas y las enfermedades, la mortalidad durante estos primeros años fue muy elevada, llegando a perecer año tras año hasta el 50% de los trabajadores que llegaban.
Dado que la construcción de la ciudad comenzó en tiempo de guerra, el primer edificio nuevo de la ciudad fue un fuerte militar que se llamaría Fortaleza de San Pedro y San Pablo y que se levanta aún sobre la isla de Zaiachiy en la ribera derecha del río Neva. Los diseñadores de la nueva fortaleza eran ingenieros alemanes invitados por el propio Zar, pero la mayor parte de la mano de obra la pusieron los siervos rusos. Así como las labores de drenaje de los alrededores del río y los palacios y otros edificios de piedra de las afueras (...) que era la ciudad más artificial del mundo, diseñada para convertirse en la capital de Rusia. Podríamos hacer una comparación con Brasilia, Brasil, diseñada para un propósito similar pero en otra época y en otro estilo. Otra ciudad con relativo paralelismo es Venecia, en la cual se inspiró también el zar Pedro, que prohibió los puentes permanentes sobre el Neva para que se asemejase al Gran Canal y fomentó la construcción de canales en las calles siguiendo el patrón de Ámsterdam.
Desarrollo como capital
Pese a los inconvenientes de su ubicación en el lejano norte —en la misma latitud que hoy ocupa Anchorage (Alaska) —, el zar siguió adelante con su empresa. Trajo la madera de la región del Ladoga y de Novgorod. Las piedras para las edificaciones las obtuvo de diversos modos. Uno de ellos fue establecer que todo ruso que introdujera productos comerciales en la localidad aportara unas cuantas a modo de cuota. Además, prohibió hacer viviendas de este material, primero en Moscú y luego en el resto de su imperio, lo que indujo a los albañiles desempleados a mudarse a la nueva población. Según la
Bol’shaya Sovyetskaya Entsiklopedia (La gran enciclopedia soviética), los trabajos marcharon “a un ritmo vertiginoso para la época”. No tardaron en aparecer canales de drenaje, pilotes, calles, casas, iglesias, hospitales y oficinas del gobierno. El mismo año de la fundación se iniciaron las obras de un astillero, conocido como el Almirantazgo, que llegaría a ser el cuartel general de la armada rusa.
En 1710 se comenzó el Palacio de Verano, residencia estival de los zares. En 1712, la capitalidad pasó de Moscú a San Petersburgo, y con ella muchas dependencias oficiales. El primer palacio de piedra, construido en 1714 y aún en pie, tenía por ocupante a Aleksandr Menšikov, primer gobernador de la zona. Aquel mismo año se colocaron en la Fortaleza de Pedro y Pablo los cimientos de la catedral de igual nombre, cuya imponente aguja dorada se distingue en la silueta urbana. También se erigió a orillas del Neva el Palacio de Invierno, que fue reedificado en diversas ocasiones. Más tarde se levantó en su lugar el actual, que cuenta con unas mil cien habitaciones y que hoy forma parte de un céntrico museo estatal, el famosísimo Hermitage.
En su primer decenio, San Petersburgo registró un asombroso crecimiento, al grado de estimarse en 34.500 el número de edificios existentes en 1714. Siguieron añadiéndose palacios e inmensas construcciones, muchas de las cuales evidencian el gran influjo de la religión en la historia de Rusia.
Entre ellas figura la catedral de Kazán, con su columnata frontal en semicírculo. Su imponente presencia contribuye a que la arteria más famosa de la ciudad, la Nevskij Prospekt, sea considerada una de las más grandiosas avenidas del mundo. De fecha posterior es la catedral de san Isaac, edificada sobre 24.000 pilotes hundidos en suelo pantanoso y que ostenta una enorme cúpula revestida de 100 kilos de oro puro.
La arquitectura también avanzó a pasos agigantados en el extrarradio. Así, en 1714 se empezó a edificar una residencia para el zar, el Gran Palacio, en Petergof (hoy Petrodvoriets). Al mismo tiempo, en la cercana localidad de Tsárskoie Seló (hoy Pushkin) se construía el suntuoso Palacio de Catalina, la esposa de Pedro el Grande. En la segunda mitad del siglo XVIII vieron la luz otras dos lujosas mansiones en las afueras: Pavlovsk y Gátchina.
Realzaban la belleza de la nueva capital los centenares de puentes que cruzaban los brazos fluviales y los múltiples canales, los cuales le han ganado el apelativo de “Venecia del norte”. Arquitectos franceses, alemanes e italianos colaboraron con colegas rusos de gran talento para producir “uno de los núcleos urbanos más espléndidos y armoniosos de Europa” (The Encyclopædia Britannica).
Siglos XIX y XX
La abolición de la servidumbre en 1861 por parte del Zar Alejandro II de Rusia provocó una fuerte corriente de inmigrantes pobres provinientes de todas las partes del país. La mano de obra barata permitió un intenso incremento de la industria en la segunda mitad del siglo XIX y San Petersburgo se convirtió en uno de los ejes industriales más grandes de Europa. En consecuencia, surgieron a su vez los movimientos obreros radicales. De hecho, los socialistas fueron responsables de un gran número de asesinatos, entre ellos el del propio zar Alejandro II en 1881.
La revolución de 1905 tras la derrota en la guerra ruso-japonesa comenzó en San Petersburgo y se extendió rápidamente por otras provincias. Como consecuencia el Zar Nicolás II autorizó la creación del primer parlamento ruso o Duma.
Durante la Primera Guerra Mundial, se decidió que San Petersburgo era un nombre demasiado germánico para la ciudad y se le cambió por el de Petrogrado el 31 de agosto de 1914.
En 1917 San Petersburgo vio los primeros movimientos de la Revolución rusa. En primer lugar se destituyó al zar Nicolás II de su cargo y se colocó en la ciudad un gobierno provisional. En octubre una segunda fase de la revolución hizo que el poder pasase a los Soviets y fue formado el primer gobierno soviético de bolcheviques y socialistas revolucionarios (SR) de izquierda. El líder bolchevique Lenin decidió trasladar la sede del gobierno de San Petersburgo a Moscú, por estar más alejada de los frentes de la Guerra Mundial y de los núcleos antirrevolucionarios. Moscú se convirtió en capital desde entonces hasta el día de hoy.
En 1924, tras la muerte de Lenin, San Petersburgo tomó el nombre de "Leningrado" en su honor.
La pérdida de la capitalidad trajo un descenso poblacional a la ciudad, que se redujo a un tercio de lo que era en 1915.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Leningrado fue sitiada por las fuerzas armadas de la Alemania Nazi (Wehrmacht) desde el 8 de septiembre de 1941 hasta el 27 de enero de 1944, un total de 29 meses. Por orden de Adolf Hitler, la ciudad era constantemente bombardeada y sistemáticamente privada de sus suministros. Se calcula que este asedio produjo la muerte de más de 1.500.000 de personas, de las cuales cerca de 1.000.000 eran civiles. El 1 de mayo de 1945 (oficialmente el 8 de mayo de 1965) le fue otorgado a la ciudad el título de Ciudad Heroica.
Tras la guerra la ciudad sufrió la época de las purgas de los dirigentes soviéticos.
Después del colapso de la Unión Soviética el 12 de junio de 1991, el 54% de la población decidió restaurar el antiguo nombre de la ciudad, los de 39 calles emblemáticas y los de seis puentes. Tres meses después también se recuperó el escudo concedido a la ciudad por la emperatriz Catalina la Grande en 1780.
Geografía
San Petersburgo tiene acceso al mar Báltico por la desembocadura del río Neva y es el único puerto de Rusia en el Báltico además del enclave de Kaliningrado. Debido a su ubicación geográfica, a casi 60º latitud norte, entre finales de mayo hasta mediados de julio los días son muy largos y por la noche el cielo no se pone completamente negro, es un fenómeno popularmente conocido como Noches blancas y es especialmente visible en los días despejados y ha sido objeto del cine y la literatura."
(De Wikipedia)

Mi estancia en San Petersburgo fue en el año 2.007.
Me hallaba en Kiev, capital de Ucrania, con mi familia (esposa y dos hijos ucranianos), cuyos antepasados –la madre de mi esposa— eran de origen ruso. Y en la región de Leningrado (capital San Petersburgo) aún residían primas y primos hermanos de mi mujer, y una buena cantidad de sobrinos y descendientes de estos.
Así que nos hicimos el ánimo (quien me conozca sabe que no me cuesta nada ponerme en viaje) y organizamos el desplazamiento a la “ciudad de los zares”.
Viajamos en vuelo de “Aero-Svit”, segunda línea aérea ucraniana, desde el aeropuerto de Boryspil, el internacional de Kiev, hasta el de Pulkovo, en San Petersburgo. Vuelo de menos de dos horas en un avión Boeing 357, con los standards de cualquier vuelo europeo.
Durante el viaje tuve el placer de contemplar desde varios miles de metros de altitud la infinidad de zonas lacustres insertadas como manchas plateadas en el terreno, pues la ruta de la aeronave seguía desde Kiev, por encima de Chernóbil (de infausto recuerdo por el espantoso accidente nuclear), cruzando Bielorrusia, y adentrándose en Rusia por el Sur de la región de Leningrado.
La primera sorpresa, en contraste con lo que acontecía usualmente al arribar al aeropuerto Boryspil, de Kiev, fue la buena organización del aeropuerto ruso Pulkovo, no solamente nuevo y limpio, sino con un ágil sistema de control de pasaportes y visados, y un no menos ágil sistema de aduana (prácticamente control inexistente), de forma que quince minutos después de la llegada ya estábamos en el exterior, donde nos esperaba un muy buen amigo, que nos traslado en su coche hasta el hotel que él mismo nos había reservado en la Avenida Moskovskaya; un remodelado hotel, confortable y no demasiado caro.
Se nos propuso descansar un rato, porque habíamos madrugado bastante para tomar el vuelo, pero como nos acuciaba la curiosidad y las ganas de conocer, al cabo de una media hora, salimos a la calle.
El aspecto de las calles y avenidas de San Petersburgo no difería demasiado de las de Kiev, en Ucrania, es decir, las avenidas principales bastante limpias y cuidadas, con comercios, bancos y edificios bastante restaurados, surcadas por tranvías algo vetustos, en contraste con las calles paralelas, con dignos edificios, pero menor presencia de comercios y algo más de suciedad y peor infraestructura en aceras y cruces.
No obstante, saliendo a la avenida Moskovsky (la Moskovsky Prospekt), previo el cambio de Euros por rublos (algo así como 33 rublos por un euro, eso sí, con control del pasaporte y relleno de varios formularios), tomamos el metro en la estación de Elektrosyla, en dirección a la Fortaleza de Pedro y Pablo, al otro lado del río Neva.
Como ya era tiempo de la comida, entramos en una especie de “burger”, donde mal comimos una especie de bocadillos con tomate y unas cervezas, que nos costaron al cambio (éramos cuatro personas) ¡70 Euros! (Presagio de la carestía imperante en San Petersburgo).
La Fortaleza de San Pedro y San Pablo (de la que se encontrará reseña en otro lugar de este post) destaca junto el río, amplísimo brazo del río, por su torre y sus murallas, rodeadas por un brazo del río a modo de foso. Desde ella, la vista del centro de la capital es majestuosa, con las siluetas de todos los monumentos recortándose a lo lejos.
Hacía calorcillo, unos 22 grados, por lo que, ante el cansancio que notábamos por el madrugón y el viaje, optamos por dirigirnos a casa de uno de los sobrinos, Víktor (¡de casi la misma edad que su tía, mi esposa!) y que nos recibió con la típica fría hospitalidad rusa, es decir, correctísima atención pero sin grandes efusiones, aunque en cuanto nos sentamos para cenar las especialidades preparadas por el ama de casa, bien regadas con buen vodka ruso, aquella aparente frialdad inicial se tornó una entrañable reunión de reencuentro entre familiares que estaban sin verse, y sin casi contactos, más de quince años.
Bien disfrutamos el encuentro, la cena y la reunión, y concretamos que dos días después, Víktor nos acompañaría como guía en una visita por los principales monumentos de Piter, especialmente el muso Hermitage.
El sueño nos invadió en cuanto dejamos caer nuestros cuerpos sobre la cama del hotel.
Las sensaciones eran buenas y prometedoras: Parecía que San Petersburgo era una ciudad muy interesante.

El segundo día de nuestra estancia fuimos acompañados por nuestro buen amigo Igor, quien junto con su mujer, hijos y nuera nos llevaron en su buen automóvil Chrysler hasta Petergof (donde se halla el Palacio de Verano del zar Pedro, denominado Petrodvoriest), un suntuoso palacio rodeado de bellos jardines, y con múltiples avenidas y fuentes, de entre las que destaca la del tablero de ajedrez, o el árbol irrigante, o las fuentes de los dorados, todo ello muy al estilo de Versalles (tal vez más parecido aún al palacio Linderhoff, de Luis II, en Baviera); para seguir por el suntuoso palacio de Catalina, la esposa de Pedro el Grande.
Ya de regreso al centro de la ciudad, fue obligada una visita a la catedral de San Isaac, desde cuya cúpula es una maravilla contemplar San Petersburgo, con los edificios del Almirantazgo, la bella calle Nevsky, el río Neva en toda su amplitud, las estatuas de los distintos zares, etcétera.
Por la noche aún hubo tiempo para salir a dar un paseo por las orilla del Neva, con otros sobrinos, Sasha (Alejandro), que vivían en Karelia, la república autónoma rusa situada al norte de San Petersburgo, a donde proyectabamos desplazarnos cuando acabara nuestra visita a Piter.
Sobre las vistas nocturnas de la ciudad hay que recomendar, claro, un paseo por las riberas del río para contemplar los diversos edificios y palacios iluminados, e inclusive el crucero “Aurora”, anclado cerca de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, que se mantiene como monumento e icono del inicio de la revolución soviética.
El día había resultado tan interesante que en nuestro hotel no pudimos menos que comentar con cierta sorpresa que estabamos en una bellísima capital, con monumentos excepcionales y de un corte muy europeo.
Las experiencias de los dos siguientes días merecen ser narradas en otros posts.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA