Alicante (en valenciano y cooficialmente Alacant) es una ciudad y municipio español, capital de la provincia homónima, una de las tres que conforman la Comunidad Valenciana. Es ciudad portuaria situada en la costa mediterránea. Por su población, de 335.052 habitantes (INE 2013), es el segundo municipio de la Comunidad Valenciana más poblado y el undécimo de España. Forma una conurbación de 452.462 habitantes con muchas de las localidades de la comarca del Campo de Alicante: San Vicente del Raspeig, San Juan de Alicante, Muchamiel y Campello. Estadísticamente se asocia también al área metropolitana de Alicante-Elche, que cuenta con 757.443 habitantes.
Toponimia
El primer topónimo que se conoce, en
relación con Alicante, es el griego de Akra Leuké (Ἂκρα Λευκῆ, Akra Leukḗ o Λευκῆ Ἂκρα, Leukḗ Akra, «promontorio blanco»), referido a
una factoría o asentamiento cartaginense anterior. Se cree que se
trata del mismo lugar al que las primeras fuentes romanas denominan Castrum Album
(«fortaleza blanca»). Parece clara la relación etimológica entre Akra Leuké y
la posterior denominación latina de Lucentum o Leukante,
relacionada con el Tossal de Manises. Con la llegada de los árabes, esta denominación
evolucionó a medina Laqant o al-Laqant (en árabe لَقَنْت o ألَلَقَنْت), denominación que se retuvo en la forma valenciana Alacant y que se castellanizó en Alicante.
Ubicación
La ciudad se halla a orillas del Mediterráneo, en una planicie sorteada
por una serie de colinas y elevaciones. El monte Benacantil, con
169 m de altura, sobre el que se asienta el Castillo de Santa Bárbara, domina la fachada urbana y constituye la imagen más característica de la urbe. En ésta se encuentra también el Tossal, donde se asienta el castillo de San Fernando, la sierra de San Julián o Serra Grossa, las lomas del Garbinet y el Tossal de Manises. Al sur de la ciudad hay una zona pantanosa, el saladar de Agua Amarga.
169 m de altura, sobre el que se asienta el Castillo de Santa Bárbara, domina la fachada urbana y constituye la imagen más característica de la urbe. En ésta se encuentra también el Tossal, donde se asienta el castillo de San Fernando, la sierra de San Julián o Serra Grossa, las lomas del Garbinet y el Tossal de Manises. Al sur de la ciudad hay una zona pantanosa, el saladar de Agua Amarga.
Hay un gran desnivel dentro de la
misma ciudad: mientras que el ayuntamiento está a 0 m y se toma como
referencia para medir la altura de cualquier punto de España, hay barrios al mismo nivel, como la
Playa de San Juan, otros a más altura como el Pla del Bon Repós y San Blas a
30 m, Los Ángeles a 75 m, o la Ciudad Jardín del General Marvá y
Virgen del Remedio a más de 80 metros.
El término municipal abarca poco más
de 200 km² y destaca como máxima elevación los 1.208 m del Cabezón
de Oro..
Destaca también la isla de Tabarca, frente al cabo
de Santa Pola
y que forma parte del municipio.
Clima
Alicante cuenta con un clima
mediterráneo
árido (Bsh según la Clasificación
climática de Köppen),
con temperaturas suaves a lo largo del año y lluvias escasas, concentradas en
los periodos equinocciales. Las temperaturas oscilan entre los 17,0 °C y
6,3 °C de enero y los 30,8 °C y 21,2 °C de agosto, siendo la
temperatura media anual de 18,3 °C.
Historia Prehistoria y Edad Antigua
Los orígenes del asentamiento urbano
en la huerta y alrededores de Alicante se remontan a la aparición de poblados íberos que datan del siglo III
a.C, en estrecha relación con factorías comerciales griegas, principalmente la de los
Baños de la Reina en El Campello.
En el 201 a. C. los romanos capturan la ciudad íbera
del cercano Tossal de Manises conocida como Leukante o Leukanto (Lucentum
es una latinización del nombre original que sólo existió en los mapas romanos)
que contaba con un aceptable puerto marítimo-fluvial en la desembocadura del
Barranco de Orgegia.
Edad Media Dominio islámico
Entre el 718 y el 4 de diciembre de 1248 la ciudad cae bajo dominio islámico, pasando a
llamarse Medina Laqant o Al-Laqant
(obsérvese que el topónimo valenciano es Alacant). Durante este periodo,
la ciudad siguió los destinos de Al-Ándalus y tras el desmembramiento
del Califato
de Córdoba
perteneció a las Taifas de Denia y Almería.
Reconquista cristiana
En virtud del Tratado de Cazola (Soria, 1179) entre Alfonso
VII de Castilla
y Alfonso
II de Aragón,
la frontera meridional de Aragón se fijaba en la línea que une Biar, Castalla, Jijona y Calpe. Por lo tanto Alicante pertenecía a la zona de
expansión castellana. En el año 1243, el gobernante musulmán de la Taifa de Murcia, Muhamad
ben Hud,
firmó el Tratado
de Alcaraz
con el infante Don Alfonso, que después se convertiría en el rey Alfonso
X el Sabio,
por el cual el reino musulmán de Murcia se ponía bajo protectorado
castellano,...con la cibdad de Murcia e todos sus castillos desde Alicante
fasta Lorca e fasta Chinchilla...
Corona de Castilla (1248-1296)
Desde el principio, Alfonso X el
Sabio intentó establecer en Alicante un grupo de cristianos numeroso dada la
importancia militar y mercantil de la villa, pero el proceso repoblador fue
lento y se prolongó a lo largo de todo el siglo XIII. Los repobladores
cristianos, principalmente castellanos y leoneses, recibieron todo tipo de
privilegios y franquicias para facilitar su asentamiento. En agosto de 1252 Alfonso X otorgó a la ciudad el
Fuero Real, muy parecido al de
Córdoba.
Córdoba.
Entre 1264 y 1266 Alicante estuvo inmersa en una rebelión mudéjar que se extendió por casi
todo el Reino de Murcia; el rey castellano, empleado entonces en el asedio de Niebla, solicitó ayuda a su suegro
Jaime
I de Aragón
para sofocarla. Éste intervino rápidamente y redujo todas las ciudades
rebeladas a la aceptación de la soberanía castellana.
Corona de Aragón (1296-1707)
Debido a una crisis dinástica por la
sucesión de Sancho
IV el Bravo,
el infante Alfonso de la Cerda, un aspirante ilegítimo a la Corona de Castilla,
pidió ayuda a Jaime
II de Aragón
a cambio de donarle, en caso de conseguir la Corona, el Reino de Murcia, según
los acuerdos secretos de Calatayud (1289), Ariza (enero de 1296) y Serón
(febrero de 1296). Aprovechando la situación, Jaime II procedió a la conquista
del Reino de Murcia.
Alicante fue conquistada el 22 de
abril de 1296, a pesar de la resistencia
del alcaide del castillo Nicolás Peris, terminando con la
soberanía castellana. Jaime
II
respetó los privilegios e instituciones anteriores aunque adaptándolas a la
nueva situación política, particularmente después de la incorporación de
Alicante, y el resto de comarcas limítrofes al Reino de Valencia mediante la modificación de
lo fijado en el Tratado de Almizra (Sentencia
Arbitral de Torrellas,
1304 y Tratado de Elche, 1305).
Durante el siglo XV Alicante continuó creciendo
y una próspera
agricultura orientada hacia la exportación (vino, frutos secos, esparto) impulsó un notable desarrollo del puerto y una clase media que controlaba el gobierno municipal. La población continuó en aumento y este progreso sirvió de justificación a Fernando el Católico para otorgarle el título de ciudad en 1490.
agricultura orientada hacia la exportación (vino, frutos secos, esparto) impulsó un notable desarrollo del puerto y una clase media que controlaba el gobierno municipal. La población continuó en aumento y este progreso sirvió de justificación a Fernando el Católico para otorgarle el título de ciudad en 1490.
Edad Moderna
En 1510 Alicante era la quinta ciudad del Reino
de Valencia.
Desde la obtención del título de ciudad el desarrollo institucional, económico
y demográfico de Alicante fue palpable. El puerto se convirtió durante la Edad
Moderna en el más importante del Reino de Valencia y propició el asentamiento
de colonias de comerciantes extranjeros que imprimieron un gran dinamismo al
tráfico mercantil. La construcción del embalse de Tibi a finales del siglo XVI permitió asegurar la
producción de la huerta cercana a la ciudad, cuyo producto principal era la
uva, y por consiguiente el vino, junto con la barrilla, el esparto y los frutos
secos. El puerto además se convirtió en punto de salida de los productos de La Mancha y en un eficaz
redistribuidor de algunos productos coloniales y de salazones llegados del
norte de Europa.
Patrimonio
- Basílica de Santa María (ss. XIV–XVI). Construida en estilo gótico, fue levantada sobre la antigua Mezquita Mayor y se trata del templo más antiguo de la ciudad. Destacan su altar mayor, de estilo rococó, y su portada, de estilo barroco, del siglo XVIII.
- Concatedral de San Nicolás de Bari (ss. XV–XVII). Edificada también sobre los restos de otra mezquita, es de estilo renacentista herreriano. Sobria en su aspecto exterior, su construcción se realizó entre 1616 y 1662, aunque su claustro, más antiguo, data del siglo XV. Fue elevada a concatedral en 1959, aunque la sede catedralicia es la Santa Iglesia Catedral del Salvador de Orihuela.
- Monasterio de la Santa Faz (s. XV). Situado 5 km al norte del casco urbano, es de estilo barroco. Cada año, el segundo jueves después de Semana Santa se realiza una multitudinaria peregrinación que parte desde San Nicolás hasta este monasterio.
- Casa de La Asegurada (s. XVII). Construcción civil más antigua de la ciudad, fue edificada en 1685 en estilo barroco. Se encuentra en la misma plaza que la basílica de Santa María y actualmente alberga al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante.
- Casa consistorial de Alicante (s. XVIII). Punto de referencia para la medición de la altitud sobre el nivel del mar de cualquier punto de España, se trata de una arquitectura civil barroca.
- Palacio Gravina (s. XVIII). Construido entre 1748 y 1808 como palacio del Conde de Lumiares, actualmente alberga al Museo de Bellas Artes Gravina, dedicado a la pintura y escultura regionales de los siglos XVI a principios del XX.
- Palacio Maisonnave-Archivo Municipal (s. XVIII). Casa palaciega situada en el casco antiguo, en la planta baja se han encontrado restos de una necrópolis tardorromana.
- Castillo de Santa Bárbara (ss. XIV–XVIII). Situado en la parte más alta del monte Benacantil, domina toda la Huerta de Alicante y desde él se divisa la isla de Tabarca. Antiguo castillo árabe, fue reconstruido por los cristianos y consta de tres recintos de los siglos XIV, XVI y XVIII.
- Castillo de San Fernando (s. XIX). Fue construido en 1813 para defender la ciudad de la invasión napoleónica.
- Isla de Tabarca. Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1964. Destacan la muralla con sus tres puertas, la Iglesia de San Pedro y San Pablo, la Casa del Gobernador, la Torre de San José y el faro.
Fiestas
Las Hogueras
de Alicante (fogueres en valenciano) son las
fiestas mayores y oficiales de Alicante, declaradas de Interés Turístico
Internacional desde 1984, siendo sus
orígenes muy remotos ya que la costumbre de quemar objetos, bailando en torno a
una hoguera con la llegada del solsticio
de verano, se pierde en la noche de los tiempos.
Es una romería de ocho
kilómetros, con cinco siglos de antigüedad, que comienza en la Concatedral de
San Nicolás (la religiosa) o el Ayuntamiento (cívica) y termina en el Monasterio de la Santa Faz, donde se
venera un relicario que contiene un trozo de tela con las marcas de la faz de
Cristo. Se celebra el segundo jueves después de Semana Santa, y suelen
participar más de 300.000 personas, siendo la segunda romería más importante de
España, por detrás de la del Rocío.
(De Wikipedia y otras fuentes)
…
En contra
de la costumbre, ya casi tradición, de mi esposa y yo mismo, de viajar en las
fiestas navideñas, sustrayéndonos un poco a la algarabía que suele formarse en
las familias con motivo de esas celebraciones, las pasadas Navidades decidimos
aprovecharlas para descansar, eso sí, fuera de nuestro “hábitat” cotidiano.
Y así,
decidimos finalmente desplazarnos hasta Alicante, en la que la hospitalidad de
nuestra entrañable amiga “de siempre”, Esther, nos brindó la posibilidad de
vivir como en nuestra casa aprovechando la suya, que es un magnífico piso a
espaldas del palacio de la Diputación Provincial, en pleno centro urbano.
Acudimos a
Alicante con unos días antes de la Navidad, lo que nos permitió, por una parte,
conceder la oportuna relajación a nuestras mentes, y por otra planificar lo que
pretendíamos fuese una celebración íntima y tranquila con nuestra amiga Esther.
Para
comenzar, el paseo desde nuestro alojamiento hasta la
Explanada de España y el puerto de Alicante se reveló como una delicia, no ya solamente por la primaveral temperatura (ahí es nada pasear a finales de diciembre con un sol magnífico, a más de veinte grados), porque recorrer la Rambla de Mendez Nuñez, la Avenida de Federico Soto y llegar al borde del mar, deambulando junto al puerto visionando los yates y embarcaciones de recreo, para llegar hasta la playa del Postiguet, es todo un lujo.
Explanada de España y el puerto de Alicante se reveló como una delicia, no ya solamente por la primaveral temperatura (ahí es nada pasear a finales de diciembre con un sol magnífico, a más de veinte grados), porque recorrer la Rambla de Mendez Nuñez, la Avenida de Federico Soto y llegar al borde del mar, deambulando junto al puerto visionando los yates y embarcaciones de recreo, para llegar hasta la playa del Postiguet, es todo un lujo.
Eso es lo
que repetimos cada mañana, descubriendo paulatinamente los diferentes rincones
de esta acogedora ciudad que es Alicante.
Al propio
tiempo, pudimos gozar de la planificación de nuestras diarias comidas, y
especialmente adquirir los productos para la cena de Nochebuena y comida de
Navidad.
El Mercado
Central nos obsequió con una gran variedad de pescado fresco, y acabamos
optando por unas lubinas que cocinamos “a la
espalda”, con gran delicia, en la Nochebuena.
espalda”, con gran delicia, en la Nochebuena.
Para la
Navidad nos decantamos por una pierna de cordero al horno, como plato
principal, y pudimos comprar en el mismo mercado una magnífica pieza de carne,
que pusimos a marinar con la suficiente antelación.
Para
acompañar nuestros yantares no pudieron faltar ni los mariscos ni el buen
jamón, ni unos magníficos vinos “reserva” que nuestra amiga Esther tenía
reservados ya muchos años.
Por tanto,
la Nochebuena y la Navidad fueron suculentas en la comida y tranquilas en la
convivencia, aprovechando al máximo el sosiego que se respiraba en el amplio y
bien dotado piso que nos alojaba.
Para rematar
nuestra estancia nos decidimos a tomar el coche por fin
y nos desplazamos hasta Santa Pola, esa bella población que es sinónimo de mar y buena comida, y tras dar un paseo prolongado por la orilla del mar y el puerto, hallamos un bar restaurante regentado por unos gallegos, de Lugo para más señas, “Rincón dos Lunas”, donde por un precio más que módico disfrutamos de unos buenos entrantes de mariscos y unos arroces de rape y almejas ( en paella) que estaban deliciosos.
y nos desplazamos hasta Santa Pola, esa bella población que es sinónimo de mar y buena comida, y tras dar un paseo prolongado por la orilla del mar y el puerto, hallamos un bar restaurante regentado por unos gallegos, de Lugo para más señas, “Rincón dos Lunas”, donde por un precio más que módico disfrutamos de unos buenos entrantes de mariscos y unos arroces de rape y almejas ( en paella) que estaban deliciosos.
Fue un
magnífico colofón a unos días de sosiego y descanso en la bella ciudad de
Alicante, que bien merece ser visitada.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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