Anna es una localidad y municipio español situado en la parte suroriental de la comarca del Canal de Navarrés, en la provincia de Valencia, Comunidad Valenciana. Limita con los municipios de Chella, Cotes, Sellent, Estubeny, Llanera
de Ranes, Játiva y Enguera
Historia
El origen de Anna es anterior a
la etapa musulmana, aunque las primeras referencias
documentales son de mediados del siglo
XIII. El 22 de septiembre de 1244, Jaime I el Conquistador donó la villa de Anna a la Orden de Santiago en recompensa a la ayuda
prestada en el cerco de Biar. En 1332 tuvo lugar la rebelión de la
aljama sarracena de Anna, debido al embargo de ciertos bienes de éstos por
parte del comendador Montalván. Alfonso el Benigno absolvió a los sarracenos con el fin de frenar el proceso
de despoblación que estaba sufriendo el lugar. Años más tarde, la villa pasó a
manos de Pedro de Vilanova y, posteriormente, a los Borja. El Rey
de España, Felipe III creó en 1604 el Condado
de Anna en la persona de Fernando Pujades y Borja., y que finalmente perteneció a
los Condes de Cervellón.
repoblada con
cristianos de Enguera y de otros lugares. Actualmente es uno de los
pueblos más prósperos de la Canal gracias al desarrollo industrial
experimentado en los últimos años. El origen del topónimo de la Villa tiene sus
raíces en el vocablo árabe Yanna, tal y como podemos encontrarlo en el Qur’án.
De las distintas acepciones que posee nos centraremos en las que hacen
referencia a la relación de la palabra con el territorio; de esta manera y sin
abandonar las otras variantes, que por otra parte nos llevarían a conclusiones
similares, nos encontramos una acepción que utiliza el término como huerto o
jardín, de la voz latina ‘orti’ que los árabes adaptaron como ‘al-Yanna’,
Alamedilla=‘la huerta’. Esta acepción explicaría la presencia de restos
arqueológicos de la época romana en el entorno y el paraje en el que se fundó
la ciudad, en la Alameda, junto a la primitiva fortificación o castillo.
Geografía
Ocupa la parte más baja y ancha
de la comarca del Canal de Navarrés, enclave privilegiado en el que
afloran gran cantidad de aguas del acuífero del Macizo
de Caroche, que son recogidas por el río
Sellent. Anna destaca por sus múltiples fuentes y abundancia de agua a la que debe
el origen del propio topónimo de la localidad, Yanna.
Se accede a este pueblo, desde Valencia, a través de la A-7 tomando luego la CV-590 para acceder finalmente por la CV-580.
Economía
Tradicionalmente, Anna ha sido un
pueblo eminentemente agrícola, con grandes extensiones de olivos, de naranjos y de cultivos de regadío. El
ganado lanar y bovino ha tenido, igualmente, cierta importancia.
El sector turístico va abriéndose
camino sobre todo por la reciente promoción del turismo rural y el atractivo
que supone el lago de "La Albufera".
Monumentos
- Iglesia parroquial. Está dedicada a la Inmaculada Concepción y data de principios del siglo XVI. Destacan en ella varios retablos de madera, en especial el del Altar Mayor, donde se halla la titular, es de inspiración barroca y sustituye al original elaborado en 1702 por Miguel Aguilar. Del primitivo altar quedan unas pocas tablas que están integradas en el actual. En el Sagrario sobresale un lienzo de la escuela de Ribera.
- Ermita del Cristo de la Providencia. Es una de las más bellas de la Comunidad Valenciana. De planta cruciforme y coronada con cúpula, fue construida a mediados del XVIII (tras el terremoto de 1748). Destacan dos piezas repujadas de cobre de gran patetismo y dos pinturas inspiradas en obras de Rafael y Rubens.
- Palacio de los Condes de Cervellón. La primera referencia escrita que se tiene sobre este edificio, data del 2 de septiembre de 1244 en la carta de donación que hace el rey Jaime I de la Villa de Anna y su castillo a la Orden de Santiago. La primera modificación conocida data de los inicios del siglo XVII, tras conceder el rey Felipe III el 3 de mayo de 1604 a la villa de Anna el título de condado para Fernando Pujades de Borja. El conjunto sufrió otras dos remodelaciones significativas antes de las intervenciones de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI; la primera data de finales del siglo XVII, tras un incendio y la segunda en 1885. Desde 1748, ya hay referencias de un oratorio situado en la primera planta del edificio donde se encontraba la capilla de Santa Ana; la ubicación de este oratorio se modificó en tres ocasiones y, actualmente después de varios años de reforma, ha sufrido un cambio drástico de su forma original y actualmente es un palacio totalmente nuevo con estética árabe y acabados manuales totalmente detallados. También se expone un museo con herramientas y útiles fruto de donaciones voluntarias que va desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. En 1987 fue comprado por el Ayuntamiento a la familia Trénor, propietarios del palacio desde 1890. Está abierto al público los fines de semana.
Lugares de
interés
- La Albufereta. Aproximadamente a 1 km al suroeste de Anna y a una altitud de 195 m. sobre el nivel del mar, se encuentra el pequeño lago de origen natural llamado "La Albufereta de Anna". Era antes un pantano con barro y difícil de transitar por él hasta que a principios de siglo XX se limpió todo. Mide unos 180 m. de este a oeste y 300 m. de norte a sur, siendo su profundidad de unos 5 m., estando rodeado de sauces y chopos. De su fondo brotan grandes manantiales de agua sucia, abundando numerosos ullals (ojos, manantiales) que lo alimentan continuamente. El agua de la laguna procede de nacimientos de Anna (pozos artesianos), que afloran aquí por ser una pequeña depresión que corta el nivel freático de la zona.
- Gorgo de la Escalera. En él,
el río ha creado un
- Gorgo Catalán. Recoge las aguas que nacen en la Sierra de Enguera, paraje próximo a la Fuente Negra y que por medio de una cascada, vienen a dar en este hermoso gorgo. Está formado por un estanque muy profundo que suele utilizarse como lugar habitual de baño. Sobre su profundidad, se desconoce cuál es; se sabe que es muy hondo, se quiso vaciar una vez para comprobar su profundidad pero era muy hondo como para vaciarlo del todo, todavía hoy se desconoce su profundidad.
- La Fuente Negra. De abundante agua que emana, en sus proximidades, a flor de tierra. Está lleno de frondosa vegetación que ha nacido a su amparo.
Fiestas locales
- San Antonio Abad. Patrón de Anna. Se celebran durante la tercera semana de enero; con el reparto de panes benditos con un pequeño obsequio por parte de los festeros por la tarde y por la noche la tradicional hoguera en la Plaza de la Iglesia y la Cabalgata del "Abanderado" montado a caballo repartiendo dulces y juguetes (domingo).
- Fiestas de las Eras. Se celebran dependiendo del calendario, siempre la semana anterior al primer lunes de agosto. Son las fiestas más destacadas después de las Patronales
- Fiestas Patronales. En honor al Santísimo Cristo de la Providencia, son las fiestas mayores del pueblo. Dan comienzo el 13 de septiembre con la bajada de Cristo desde su ermita a la Iglesia Parroquial y concluyen a finales de mes. En este periodo festivo hay tres grupos de actividades: La parte institucional en con la presentación de la reina de las fiestas. La semana de "moros y cristianos" que se celebra a principio de la tercera semana de septiembre. En esta semana destacan: Las embajadas en la plaza de la Alameda junto al Palacio, "la entrá falsa" celebrada viernes con disfraces en un tono irónico y "la entrá de moros y cristianos" celebrada sábado sobre las 22:30 de la noche. Por último destacar los actos religiosos, que se inician el 13 con la bajada del cristo y se prolongan desde el 14 al 20 con la celebración del septenario .Los actos centrales de la fiesta se celebran los días 20,21 y 22 de septiembre en los que se solemnizan diversos actos litúrgicos, culturales y populares.
Entre los platos típicos de la
cocina de Anna destacan: "cazuela de arroz
al horno", "cazuela de arroz con judías y nabos", "arroz caldoso en nabos", longanizas de Pascua,
chorizos de ajo, tortas de pimiento y tomate, tortas de tocino y embutido
(usuales en las tardes de vaquillas en Fiestas Patronales), tortas de sal.
Entre los dulces destacan:
"tortas sainosas" de Carnaval; "monas de Pascua"; "hogazas" con nueces, almendras,
cacahuetes y pasas; turrón casero de almendras, cacahuete y
miel, pasteles
de boniato.
(De Wikipedia y otras fuentes)
…
Después de las jornadas festivas
con motivo de la Semana Santa y de la Pascua, había llegado el tiempo de
retomar las excursiones andarinas a zonas de la Comunidad Valenciana que
ofrecieran atractivo turístico y paisajístico.
Así, fue fácil sumarse a la
iniciativa de nuestros buenos amigos Ludmila y Paco, habituales del senderismo
y de las excursiones, y nos desplazamos a la Canal de Navarrés, a unos 50
kilómetros de Valencia.
Allí, a la entrada de la
población de Anna (nuestro principal objetivo) nos desviamos hacia la Albufera,
bonito y cuidado lugar en torno al lago, que orlan frondoso árboles al murmullo
de los manantiales y el agua que discurre, y donde se han dispuesto unas cuantas
meses de obra para pic-nic, además de los varios restaurantes en su interior.
Hay que pagar una entrada de dos
euros por persona (aunque si la visita es por corto tiempo a la salida se
reintegra la mitad, y no se sabe si esto es iniciativa del controlador de
acceso o hábito consolidado).
El paraje merece la pena ser
visitado por la fragancia que se respira, la belleza de las aguas con variopintos
reflejos, los patos nadando y volando y la posibilidad de unas barquichuelas
para dar una vuelta.
De todas maneras, salvo que se
pretenda permanecer para consumir comidas o que la gente infantil juegue, con
un par de horas de visita hay suficiente.
Desde la Albufera nos dirigimos a
la población de Anna, y tras preguntas a varios vecinos (las indicaciones no
eran demasiado exactas en las calles) llegamos al Gorgo del Catalán, en el que
un manantial de abundantes aguas vierte en el lago que está habilitado para
piscina y del que se dice que no se conoce su fondo. Desde allí, por una senda algo
escarpada se puede llegar a la Fuente Negra, en la altura, que es un bonito
rincón.
Se nos había recomendado visitar
el Gorgo de la Escalera, pese a advertírsenos de los más de ciento treinta
escalones que hay que bajar/subir, y allí nos dirigimos (está cerca de la
población) hallando unas bonitas cascadas de aguas limpias y trasparentes que
terminan en una escarpadura apropiada para el llamado trecking. Bello paisaje,
en el que lo menos era descalzarse y gozar en los pies de la frescura de las
límpidas aguas.
Pese al esfuerzo que supuso el
descenso (más aún el ascenso) la visita compensó con creces el acaloramiento consecuencia del ejercicio y de la ya notable temperatura ambiental.
Estaba llegando la hora de comer,
y las féminas preguntaron a un matrimonio ya de cierta edad de un chaletito
próximo sobre posibles establecimientos. Se nos recomendó “El Musical”, frente
al palacio de Cervellón, un bar normal en el que se nos sirvió un menú de calidad
razonable a precio asequible, que tomamos en la terracita callejera frente al
bar.
Cuando contemplábamos el palacio
de Cervellón, majestuoso, una expedición de un centenar de personas acudió a
sus puertas y comprobamos que
una guía iba explicando pormenores, por lo que decidimos aguardar el momento para incorporarnos a otra visita.
una guía iba explicando pormenores, por lo que decidimos aguardar el momento para incorporarnos a otra visita.
Nos recibió una joven y
voluntariosa guía, de nombre Ana, (en prácticas como experta en turismo) que nos acompañó por
todas las estancias del remodelado palacio, explicándonos con profesionalidad los pormenores de su
historia y de su reconstrucción, aunque ésta no se corresponde con la
originaria configuración, porque en la práctica el palacio llegó a estar casi
totalmente derruido.
Es muy llamativo y bello el patio con
fuentes de clara inspiración árabe; la sala de celebraciones (vacía) pero con bellos
mosaicos y tallas de hechuras arábigas, al parecer confeccionadas “in situ” por
unas cuadrillas de artesanos del norte de África.
Interesante también la capilla,
con algún detalle de la época de los Borja y la torre de la guardia, que
permite una vista preciosa desde la altura.
En conjunto, este palacio de
Cervellón merece ser
visitado porque ofrece bonitos detalles artesanales y algunos recuerdos de tiempos pasados.
visitado porque ofrece bonitos detalles artesanales y algunos recuerdos de tiempos pasados.
Es de agradecer el interés y buen
hacer de la guía, Ana (si no recuerdo mal), a quien hay que elogiar por su profesionalidad. Aunque se echa de menos una mayor
promoción de la población y del palacio.
En resumen, entre los “gorgos”,
la albufereta y el palacio caminamos algo, respiramos aire puro, gozamos de
bellos paisajes y completamos una jornada festiva de solaz y esparcimiento.
Una vez más el “Paso a Paso” se revelaba
como una manera asequible de ocupar el festivo y expansionar el físico,
adquiriendo un poco más de cultura.
Seguiremos.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
Hola ángel! Me alegra un montón que me hayas mencionado en tu blog, y si, recuerdas bien, me llamo Ana. Espero que os gustase la visita y ojalá nos volvamos a ver pronto.
ResponderEliminarUna vez más, muchísimas gracias por mencionarme.