"Silvretta es una cadena montañosa de los Alpes del Este . Comparte con Austria los estados federales Tirol y Vorarlberg y se integra en Suiza y en el cantón de los Grisones . En la parte superior de Dreiländerspitze se unen las áreas de Tirol, Vorarlberg y de los Grisones juntos. El Silvretta tiene
muchas cumbres de tres mil metros de altura . Especialmente en el lado norte, en Austria y en Suiza, al norte de Flüelapass Hay una serie de grandes y pequeños glaciares . Por lo tanto, la zona también se llama "Silvretta azul".
(De Wikipedia y otras fuentes)
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Pasado el paréntesis del domingo, que nos resultó muy útil para descansar, el siguiente día hubimos de recorrer con detenimiento los supermercados austriacos en la zona (similares a los de Alemania), en los que nos proveímos de las bebidas (especialmente cerveza) y productos convenientes para nuestra vida diaria, y especialmente para los picnic o comiditas que deberíamos hacer durante las,excursiones.
Nuestro frigorífico acogió varios patés y charcutería típica de la zona, incluyendo los por nosotros tan apreciados pfifferlinge, que nos iban a propiciar varios deliciosos platos en los siguientes días.
Como teníamos gran interés en penetrar activamente en la comarca Silvretta, tomamos nuestro coche y seguimos la carretera que bordea el río Sanna hasta llegar a See, la primera población y complejo turístico
En el camino seguimos deleitándonos de las bellezas del valle que crea el río, con las laderas de un verde precioso, de diferentes tonalidad, en las que aparecen como sembradas desde las alturas esas bellas casas tirolesas, de balconadas de madera ornadas de coloristas flores, y esos tejados de color marrón, con vertientes que denotan su utilidad en las nevadas invernales.
En See tratamos de tomar el telecabina que dirige a
las alturas, pero la hora ya era un poco tardía, puesto que a las cuatro de la tarde había que volver, y por ello decidimos seguir hasta la vecina Kappl, en una altura apreciable sobre la carretera, que presentaba una apariencia mucho más turística, porque predominaban los hoteles y residencias del estilo tirolés, en unas callecitas empinadas pero muy cuidadas, por las que (ésa fue nuestra sorpresa, que se incrementaría en días sucesivos) deambulaba una cantidad inusual de familias encabezadas por rabinos judíos, con su inconfundible trenzado a ambos lados de la cara, sus levitas o chaquetas negras, sus sobreros peculiares, con sus mujeres que también vestían bastante de negro, más una prole de críos.
También nos llamó la atención que de quienes paseaban por esta y otras zonas, la mayor parte eran parejas de bastante edad, pese a lo cual sus pantalones cortos y sus bastones de caminar denotaban que practicaban bien el senderismo, o el ahora llamado hiking.
Después de estas primeras impresiones ya obtuvimos folletos e información adecuada para planificar nuevas andanzas en los días sucesivos.
El regreso a nuestra casa/apartamento, junto al río, marcó nuestra deliciosa cena con unos pfifferlinge a la crema y charcutería variada de la región, siempre bañada con unas cervezas austriacas que nada tenían que envidiar a las alemanas.
Se había consumido nuestro primer día activo y ya estaba planificado el resto de la semana.
Desde luego, Silvretta era un entorno precioso.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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