Tan fue así que hasta
despertamos más tarde de lo habitual, y tras deleitarnos oteando por el balcón
la verde campiña gallega, una vez refrescados en la ducha, accedimos al salón
en planta baja, para desayunar.
El desayuno fue servido
con prontitud y esmero, y, además con simpatía de la camarera, y pudimos
degustar frutas variadas, bollería (incluyendo la famosa bica, bizcocho típico de Galicia elaborado con nata), tostadas de pan gallego, con variedad de mermeladas,
mantequilla y miel; y un gran café con leche.
En el salón había cinco
o seis familias (alguna numerosa, de personas de origen alemán) y varios niños
revoltosillos que invitaban a juguetear con ellos.
Después del primer
yantar del día salimos al jardín y nos sentamos debajo del cobertizo cercano al
hórreo, no solamente para gozar del aroma de hierba verde sino también
contemplar la bonita propiedad en la que nos hospedábamos.
Pese a todo, comprobamos
que la conexión Wifi a Internet era bastante deficiente, por lo que, al cabo de un
rato, y tras iniciar la lectura en libros que habíamos llevado con nosotros,
decidimos hacer la primera escapada por la zona, que deseábamos fuera corta en
kilometraje, para neutralizar los largos periplos de días precedentes.
Por fin pensamos en
desplazarnos por la comarca de El Barbanza, a la que nos conducía la flamante y
cómoda autovía A-11, y en la que Rianxo era la localidad más próxima, en la ría
de Arousa.
(El Barbanza (en gallego y oficialmente A Barbanza, aunque para sus vecinos es más conocida como O Barbanza[es una comarca gallega, situada en la orilla Norte de la ría de Arosa. Está formada por parte de la sierra homónima que da abrigo a la zona costera que marca el comienzo de la ría. Pertenecen a la comarca del Barbanza los siguientes municipios: Boiro, Pobra do Caramiñal, Rianxo y Ribeira
Población:68.199 habitantes (INE 2013).
La fotografía del Barbanza se resume en un accidentado
relieve que desciende vertiginosamente hacia la costa. Sus máximas alturas: el
Iroite (685 metros) altitud pertenece a Boiro y a Lousame (perteneciente a
la Comarca de Noya), Alto de Barazal (640 metros),
Barbanza (667 metros) y Os Forcados de A Curota (618 metros) se separan de la
orilla del mar apenas 6 kilómetros)
La villa de Rianxo nos
apareció coqueta, con un paseo marítimo que ofrecía vistas al otro lado, y que
emanaba ese inconfundible aroma de las rías gallegas, mezcla del olor del
plancton y del mar.
(Rianjo
(Rianxo en gallego y oficialmente), es un municipio español, situado en el sur de la provincia de La
Coruña, en la comunidad autónoma de Galicia.
Limita al norte con los municipios
de Lousame y Rois,
al oeste con Boiro, al este con Dodro y Catoira (provincia de
Pontevedra) a través del puente sobre el río Ulla, y al sur con la ría de Arosa. Se sitúa a menos de 50 km
de Santiago de
Compostela y a 150 km de la capital de provincia gallega más
lejana: Orense.
En 2011 tenía una población de
11.780 habitantes distribuidos en sus 91 localidades, agrupadas en las 6
parroquias en las que se divide el municipio. Su capital y localidad más
poblada es la villa de Rianjo.
Rianjo proviene seguramente del latín rivus angulus, 'la curvatura del río' (Rivu(m) Ángulu(m) > Riv'ang'lo > Rianjo) dada la forma que describe la ría a su paso por la localidad. Sin embargo, también se postula que proceda de rivis amplus, 'río ancho'.
Relieve
Rianjo presenta un relieve
caracterizado por la suavidad de sus redondeadas formas. En el municipio se
distinguen dos bloques montañosos entre los que se forma un extenso valle
excavado por el río Te.
Las cimas más elevadas se encuentran
hacia el norte en el pliegue occidental; mientras que el oriental presenta un
relieve más modesto debido a la presencia cercana al Ulla. Entre las cimas de Rianjo cabe destacar
el monte Palleiro con 130 metros, El monte de la Muralla con 674 metros, el
monte Treito con 624 metros o el monte Pedride con 604 metros.
Hidrografía
A excepción del río Ulla, los ríos
que integran la red hidrográfica de Rianjo son poco abundantes y de escaso
caudal. El río Te nace y muere en el municipio dejando a su paso fuentes
naturales de agua potable. La costa en la que desembocan el Ulla y el Te se
dibuja entre playas y acantilados de gran belleza.
Vegetación
El relieve del municipio incide en la
vegetación encontrando las zonas más fértiles en la zona baja del valle.
En las laderas de la sierra se dan
grandes extensiones de arboleda, sobre todo pino y eucalipto, que conforman
bosque más o menos frondosos.
Por el contrario las zonas más
elevadas, de constitución granítica, están desprovistas de vegetación. Además
debido a la disposición y altitud del terreno, la vegetación se ve condicionada
por la proximidad al mar, encontrando variadas y diferentes especies según nos
situemos en la cercanía de la ría, en la desembocadura de un río, en las
riberas fluviales o en el interior.
Prehistoria
Existen pruebas que demuestran que el
actual territorio de Rianjo ya estaba poblado en el Neolítico, 4000 años a. C. En las laderas del
monte Lioira, entre las parroquias de Leiro y Asados, se
encuentra una Necrópolis megalítica con más de 20 túmulos. En la localidad de alto de
Burés han aparecido 8 mámoas y en O Campiño
El declive de la cultura megalítica
comienza a finales del III milenio a. C. dejando paso a la Edad del Bronce, de la que se conserva en
Rianjo varios vestigios; entre ellos, unos puñales de espeto encontrados en el
monte Lioira, y un cuenco de lámina de oro con decoración astral encontrado en la
playa de Leiro. De la edad de bronce también se encuentran en la parroquia
de Isorna varios
grabados y petroglifos.
Edad Antigua[
La cultura castreña se desarrolla
desde el final de la Edad de Bronce hasta el siglo VI. De esta época se
conservan al menos 10 castros, abandonados con la llegada de los romanos.
La conquista romana de Galicia fue más prolongada que en resto
de la península debido a su situación geográfica y a su accidentada geografía.
La presencia de los romanos en Rianjo queda demostrada por la Via per Loca
Maritima de Caldas de Betanzos cuyo recorrido discurre por Rianjo, bordeando la
orilla derecha del Ulla.
Edad Media
Rianjo se encuentra muy próximo
a Santiago de
Compostela, justo en frente de las torres del Oeste en Catoira, en la otra orilla del río Ulla. El
Ulla es un río navegable para barcos de poco calado hasta Iria, por lo que Rianjo tuvo que soportar las
continuas incursiones de los normandos, que se produjeron entre los siglos IX y
XI, que pretendían llegar desde Iria a Compostela.
En el año 934, la villa de Rianjo y
todas sus posesiones son transferidas a Santiago como privilegio otorgado por
el rey Ramiro II. Un
siglo más tarde, en 1057, Alonso V y el obispo Hermenegildo confirmaban la
jurisdicción compostelana sobre Rianjo. En el siglo XI, fecha en que comienza
el feudalismo en Galicia, Rianjo se
convierte en la cabeza de la jurisdicción eclesiástica ejercida por la Mitra
Compostelana que cobraba diezmos de mar y otras rentas a los rianxeiros. El
apogeo compostelano continúa a lo largo de los siglos XII y XIII, dejando una
profunda huella en Rianjo.
El primer señor de Rianjo fue el
almirante Paio Gómez de Soutomaior, conocido como Paio Gómez Chariño.
Chariño tomó parte en la conquista de Sevilla como quinto almirante de Castilla al
mando de las naves gallegas. Era además un reconocido poeta y trobador. Fue
asesinado en 1295 y enterrado en San Francisco de Pontevedra. Entre sus
propiedades cabe mencionar el pazo Martelo, hoy reconvertido en la biblioteca
municipal, y la torre-fortaleza de la desembocadura del río Te,
de la que solo quedan los cimientos.
El señorío de Rianjo estará en Manos
de los Chariño hasta después de las Revueltas Irmandiñas del siglo XV. Tras largos pleitos, se otorgará de
nuevo el señorío a la Mitra Compostelana en 1532.
Edad Moderna
La Mitra Compostelana ejerce su
jurisdicción en Rianjo desde 1532, hasta bien entrado el 1814. Durante esta
época y al abrigo de la Mitra surgen los linajes más ilustres de Rianjo: los
Torrado y la familia Bastón cuyas posesiones a día de hoy forman parte del
patrimonio artístico de Rianjo.
También en siglo XVI, concretamente
entre 1580 y 1590 tiene lugar una oleada de peste que devastó la región,
llegando incluso a diezmar la población.
Edad Contemporánea
La parte final del siglo XIX y los
comienzos de XX se caracterizan en Rianjo por la presencia de un activo
movimiento cultural y político. Rianjo es cuna de nombres tan importantes para
la cultura gallega como Castelao, Rafael
Dieste, Manuel Antonio, Brea Segade, Eduardo Dieste, Xosé Arcos,
entre otros. Todos ellos estaban fuertemente vinculados al galeguismo movimiento integrado en
las Irmandades da Fala y
estrechamente relacionado con la corriente populista As Ligas Agrarias.
Con Castelao a la cabeza, fundan la
revista El babero municipal, publicación que trataba de fomentar la
unión de la juventud rianxeira y que se editó de 1910 a 1914. Casi todos los intelectuales locales dejan Rianjo por
motivos políticos, exiliándose durante la Guerra Civil o la Posguerra en Sudamérica.) De Wikipedia
Por el paseo marítimo
hicimos un corto paseo, visitando el puertecito y nos sentamos en una
pulpería-restaurante no demasiado concurrida. Como ya era el tiempo de la
comida, aunque nuestro apetito no era mucho (por el buen desayuno) nos
atrevimos a comer un polbo a feira y un plato de xoubas, que de esta
guisa denominan los gallegos las sardinas.
Al cabo de un rato
retornamos a nuestro “hogar” de esos días, y en A Casa encargamos para
la noche una cena tipo aperitivo, yéndonos a descansar a la habitación.
Poca siesta dormimos, aunque aprovechamos para revisar noticias vía Internet, y a eso de las nueve de la tarde (en Galicia anochece casi una hora después que en Valencia) nos personamos en el salón-comedor, en el que se nos sirvió una gran tortilla de patatas a la gallega (es decir, muy poco seca, con el huevo casi fluido) que era muy sabrosa, en buena parte por la especial calidad y textura de las patatas y un trozo de empanada de bacalao (otra joya gastronómica de la región), que regamos con un buen vino albariño.
De tal manera quedamos saciados, que solicitamos nos guardaran para el siguiente día las mitades sobrantes, así como el vino, y nos marchamos a nuestra comodísima y tranquila habitación, desde cuya balconada de granito contemplamos la belleza del ocaso en El Barbanza.
Primer día, y primera
relajación.
Los airiños galegos
ya comenzaban a desplegar su embrujo.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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