THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

martes, 15 de febrero de 2011

UNA DE LAS MARAVILLAS DEL UNIVERSO: Las cataratas del Niágara, en EE.UU. y Canadá

Las cataratas del Niágara (en inglés: Niágara Falls) son un pequeño grupo de cascadas situadas en el río Niágara en la zona oriental de América del Norte, en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá. Situadas a unos 236 metros sobre el nivel del mar, su caída es de aproximadamente 52 metros.
Comprenden tres cataratas: las «cataratas canadienses» (Ontario), las «lupas americanas» (Nueva York) y las más pequeñas, las «cataratas Velo de Novia». Aunque no tienen una gran altura, son muy amplias, y son las más voluminosas de América del Norte, por pasar por ellas toda el agua de los Grandes Lagos.
Desde que fueron descubiertas por los colonizadores europeos se han hecho muy populares, no sólo por su belleza sino también por ser una fuente de energía y un desafiante proyecto de conservación medioambiental. Son un lugar de turismo compartido por las ciudades de Niágara Falls (Nueva York) y Niágara Falls (Ontario).
Origen
Las raíces históricas de las cataratas del Niágara se encuentran en la glaciación, la cual culminó hace unos 10.000 años. Tanto la región de los Grandes Lagos de Norteamérica como el Río Niágara son efectos de esta glaciación continental. Fue un enorme glaciar que avanzó sobre el área oriental de Canadá como una gran excavadora moliendo rocas y suelo, removiéndolos y profundizando algunos canales de ríos hasta convertirlos en lagos. De esta manera, aquel pequeño río se convirtió en las cataratas más conocidas del mundo.
Entorno histórico
El nombre «Niágara» es originario de una palabra iroquesa que significa «trueno de agua». Los habitantes originarios de la región eran los ongiara, una tribu iroquesa llamada los neutrales por los conquistadores franceses, quienes encontraron en ellos ayuda como mediadores de disputas con otras tribus.
Existe controversia sobre quién fue el primer europeo en dar una descripción escrita sobre las cataratas. La zona fue visitada por Samuel de Champlain en 1604. Miembros de su grupo le informaron de la existencia de unas cataratas espectaculares, que fueron mencionadas en su diario de viaje, pero nunca vistas por él. Algunos afirman que el naturalista Pehr Kalm hizo la primera descripción de las cataratas durante una expedición al área a comienzos del siglo XVIII. Sin embargo, la mayoría de los historiadores concuerdan en que el padre Louis Hennepin las observó y describió mucho antes, en 1677, después de haber viajado a la zona con el explorador René Robert Cavelier de La Salle. Hennepin también fue el primero en describir las cataratas de San Antonio en Minnesota.
Durante el siglo XIX el turismo las popularizó y era el área más industrializada a mitad de siglo. La demanda por observarlas hizo que en 1848 se construyera un puente para peatones y luego el Puente de Suspensión del Niágara de Charles Ellet. Éste fue reemplazado por el Puente de Suspensión de las Cataratas del Niágara de John Augustus Roebling en 1855. En 1886 Leffert Buck reemplazó el puente de Roebling, construido en madera y piedra, por uno en donde predomina el acero, que aún hoy día lleva una línea férrea sobre las cataratas. El primer puente de acero cercano a las cataratas fue completado en 1897, hoy conocido como Whirlpool Rapids Bridge. Tiene paso para vehículos, trenes y peatones entre Canadá y los Estados Unidos justo por debajo de las cataratas. En 1941 se completó el tercer paso con el puente Rainbow Bridge, que permite el tránsito de vehículos y de peatones.
Especialmente después de la Primera Guerra Mundial, el turismo tuvo un crecimiento explosivo, ya que los automóviles hacían la llegada hasta las cataratas mucho más fácil. La historia de las cataratas del Niágara en el siglo XX es en gran parte la de los esfuerzos tendientes a aprovechar la energía de las cataratas para producir energía hidráulica y controlar el crecimiento descontrolado tanto del lado norteamericano como canadiense, que amenazan la belleza natural del lugar.
Impacto sobre la industria y el comercio
Las cataratas fueron tempranamente reconocidas como una fuente potencial de energía. El primer esfuerzo conocido para su aprovechamiento fue en 1759, cuando Daniel Joncairs construyó un pequeño canal sobre las cataratas para proveer de energía a su aserradero. Augustus y Peter Porter compraron esta área y todas las cataratas norteamericanas en 1805 al gobierno de Nueva York y alargaron el canal para proveer de energía hidráulica a su molino harinero y curtiduría. En 1853, la compañía Niágara Falls Hydraulic Power and Mining Company fue contratada para construir canales que serían utilizados en la generación de electricidad. En 1881, bajo el mando de Jacob Schoellkopf fueron capaces de producir suficiente corriente continua como para iluminar las cataratas y los poblados cercanos.
Cuando Nikola Tesla, a quien más tarde se le construyó un monumento en las cataratas, descubrió la corriente alterna, se hizo posible la transferencia de electricidad a distancia. En 1893, la compañía "Niágara Falls Power Company" contrató a George Westinghouse para diseñar un sistema capaz de generar corriente alterna. En 1896, con el financiamiento de J.P. Morgan, John Jacob Astor IV, y Vanderbilt, se construyeron gigantescos conductos subterráneos y turbinas generadoras de más de 100.000 HP, capaces de enviar energía hasta la ciudad de Buffalo, a 32 kilómetros. El gobierno de Canadá también comenzó a aprovechar la energía de las cataratas, empleando firmas nacionales y estadounidenses. Actualmente, entre el 50% y el 75% de la corriente del río Niágara es desviada mediante cuatro grandes túneles. El agua pasa a través de turbinas hidroeléctricas que proveen de energía a las áreas cercanas de Estados Unidos y Canadá antes de retornar al río.
Los barcos pueden esquivar las cataratas mediante el canal Welland, el cual fue mejorado e incorporado a la vía marítima del San Lorenzo (Saint Lawrence Seaway). Mientras que esta ruta fluvial desvió el tráfico acuático cerca de Buffalo y condujo al decaimiento de las industrias de acero y grano, otras industrias del valle del río Niágara han florecido, con la ayuda de la energía eléctrica producida por el río.
Las ciudades de Niágara Falls (Ontario) y Niágara Falls (Nueva York) están conectadas por tres puentes, incluyendo el Puente Rainbow, que ofrece la vista más cercana a las cataratas. Cerca de allí se encuentra el Aeropuerto Internacional Cataratas del Niágara (Niágara Falls International Airport) y el Aeropuerto Internacional Buffalo Niágara, así como la Universidad del Niágara e innumerables negocios locales.
Esfuerzos de preservación
El mirador desde Canadá
Durante los dos primeros siglos posteriores al asentamiento europeo en la zona, las tierras a ambos lados de las cataratas eran de propiedad privada. El desarrollo de la región amenazaba la belleza natural del sitio y en ocasiones los visitantes debían pagar para poder ver las cataratas a través de un agujero en una cerca. En 1885 las autoridades de Canadá y los Estados Unidos comenzaron a adquirir las tierras adyacentes con vistas a la preservación del lugar. En Nueva York, el artista Frederick Church y el paisajista Frederic Law Olmsted encabezaron el movimiento "Free Niágara", el cual persuadió al estado de Nueva York para comprar las tierras bajo garantía de hacer una reserva estatal. Ese mismo año, la provincia canadiense en Ontario estableció el parque Queen Victoria Niágara Falls Park con los mismos propósitos. Ambas organizaciones han conseguido notables éxitos en operaciones para restringir el desarrollo en ambos márgenes de las cataratas y el río Niágara. En el lado canadiense, la Niágara Falls Commission regula el uso de las tierras a lo largo del curso del río Niágara, desde el lago Erie hasta el lago Ontario.
Hasta el presente, las cataratas fueron retirándose hacia el sur a un ritmo de 0,6 a 3,0 metros por año, debido a la erosión. Este proceso se inició lentamente por el desvío de cantidades cada vez mayores del flujo del río Niágara hacia las plantas hidroeléctricas instaladas en ambos lados del río. El 2 de enero de 1929 Estados Unidos y Canadá llegaron a un acuerdo sobre el plan de acción para preservar las cataratas. En 1950 firmaron un tratado llamado Niágara River Water Diversion treaty, que considera el tema de la desviación del agua.
Además de los efectos por la desviación de agua, los esfuerzos para el control de la erosión han incluido la construcción de diques subacuáticos para redireccionar las corrientes más dañinas y la consolidación mecánica de la cima de las cataratas. El trabajo más complejo fue llevado a cabo en 1969, cuando el río Niágara fue desviado completamente de las cataratas estadounidenses durante varios meses, interrumpiendo una de las caídas de agua. Mientras que las cataratas canadienses absorbían el flujo de agua extra, un grupo de ingenieros estudiaron el lecho del río y trabajaron en él para retrasar la erosión. Un proyecto para quitar grandes cantidades de fragmentos de rocas depositados en 1954 fue abandonado debido al alto costo de la operación.
Las cataratas en el entretenimiento y la cultura popular
En octubre de 1829 Sam Patch fue la primera persona, que se conozca, en saltar desde las cataratas canadienses y sobrevivir. Con ello comenzó una larga tradición de personas que quisieron imitarlo. En 1901 Annie Taylor, de 63 años de edad, fue la primera persona en atravesar las cataratas como bala humana, y sobrevivió sin daños. Desde entonces, otras 14 personas han intentado traspasarlas. Algunos lo han conseguido sin lastimarse, pero otros se han ahogado o herido gravemente en el intento. Los supervivientes han tenido que afrontar cargos en su contra y multas, ya que es ilegal intentar traspasar las cataratas. El ilusionista David Copperfield es el más reciente en sumarse a la lista de exitosos en traspasarlas en 1990.
Otras personas han hecho de cruzar las cataratas su objetivo. Comenzando por Jean Francois "Blondin" Gravelet en 1859, muchos equilibristas han llevado a gran cantidad de público a ver sus proezas.
El inglés Matthew Webb, el primer hombre que cruzó a nado el Canal de la Mancha, se ahogó en 1883 en el intento de cruzar nadando el Whirlpool y los rápidos debajo de las cataratas.
Las cataratas ya eran una atracción turística y el lugar preferido por los estadounidenses que celebran su luna de miel, pero la cantidad de visitantes creció abruptamente en 1953 después del estreno de Niágara, película protagonizada por Marilyn Monroe. En la década de 1980 las cataratas fueron el lugar elegido para algunas escenas de la película Superman II. El complejo turístico cercano a las cataratas es el lugar desde donde se hizo el programa televisivo Wonderfalls a comienzos del año 2004.
Con el crecimiento del turismo internacional, las visitas anuales superaron los 14 millones de turistas en el año 2003.
Visitando las cataratas

Túnel bajo las cataratas
para acceder al mirador inferior
 Las cataratas del Niágara de noche se admiran más desde el lado canadiense, pues luces artificiales iluminan ambos lados durante varias horas después del ocaso.
En el lado estadounidense, la Cueva de los Vientos conduce a los excursionistas a un punto debajo de la caída de agua Velo de Novia. El Niágara Scenic Trolley ofrece viajes guiados a través de las cataratas estadounidenses.
En el lado canadiense, el Parque Reina Victoria posee plataformas que ofrecen una espectacular vista a las cataratas estadounidenses y canadienses. También hay senderos que conducen a observatorios que producen la ilusión de estar bajo las cataratas. La cubierta de observación cercana a la Torre Skylon ofrece la vista más elevada sobre las cataratas y, hacia el otro lado, unas espectaculares vistas de la ciudad de Toronto.
Junto con la Konica Minolta Tower, es una de las dos torres en Canadá con vista a las cataratas. En el río Niágara, la empresa Niágara River Recreational Trail recorre 32 kilómetros, desde el fuerte Erie hasta el fuerte George, e incluye muchos sitios históricos relacionados con la Guerra de 1812. Los cruceros Maid of the Mist llevan pasajeros por debajo de las cataratas desde 1846. El Spanish Aerocar, construido en 1916 a partir del diseño del ingeniero español Leonardo Torres Quevedo es un cablecarril que lleva pasajeros desde el lado canadiense hasta debajo de las cataratas.
(De Wikipedia y otras fuentes)
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La última vez que visité las cataratas del Niágara me hallaba descansando con unos amigos en Shawnee-on-Delaware, a orillas del río del mismo nombre, en un complejo de cabañas de madera muy acogedor y que constituía un enclave delicioso para la pesca, el solaz, el ejercicio y el descanso.
Este lugar está enclavado en el limite del estado de Pennsylvanya, lindando con el New Jersey y muy cerca del estado de New Yor, solamente a un centenar de kilómetros de la ciudad de los rascacielos, de manera que tomando un tren en las cercanías, en poco menos de una hora y media podíamos hallarnos en la Penn station de New York, en los sótanos del Madison Square Garden.
Panorámica desde el mirador canadiense.
 Al fondo izquierda, las cataratas estadounidenses
Y estando en la zona, a la sazón con un matrimonio de médicos portugueses, nos decidimos a desplazarnos por carretera, en nuestro Chevrolet de alquiler, cómodo pero no tanto, hasta las cataratas, situadas precisamente al norte del estado de New York, en la frontera con Canadá.
Vista aérea
Así, madrugando, aún era de noche, emprendimos nuestra marcha desde Shawnee, por la Highway 2028 hasta Hillside, continuando después por la US 209 en dirección a Stroudsburg (unos 26 kms. después), siguiendo por la 81 NB hasta los alrededores de la ciudad de Scranton, cerca de la cual se cruza el límite territorial del estado de New York. Y siguiendo por la 81 NB en dirección Syracuse y Albany (precisamente la capital del estado)unos 300 kms, después se alcanzan las cercanías de Rochester por la I-90-WB, tomando la salida S1W en dirección a la Highway 33 y Buffalo.
Llegando a Ceektowaga (ya recorridos 525 kms., en un par de kms se alcanza Buffalo, y desde allí, por la 190, se llega pocos kilómetros después a la frontera de Canadá.
La aglomeración de vehículos en esta frontera, cruzando el puente sobre el río Niágara, es grande, pero los guardas fronterizos de Canadá son rápidos en el control, y de esta forma se puede llegar al emplazamiento turístico de las cataratas en Canadá.
En este punto la dificultad de aparcamiento es grande y hay que estacionar el vehículo a varios miles de metros, desandando la distancia, para llegar a la edificación principal, en la que se vende todo tipo de souvenirs y en la que existen varios bares y restaurantes y algunos hoteles, y desde donde, por un túnel subterráneo se puede acceder a la balconada que permite pasar por debajo del impresionante caudal de agua que constituyen la cataratas del lado canadiense.
El barco que desafía las aguas
Retornados al punto inicial, el mirador sobre las cataratas ofrece maravillosas y espectaculares vistas, desde el río que se acerca al cortado y el ingente vertido de aguas hasta la profundidad del cortado, muchos metros más abajo.
El visitante queda absorto y embelesado por tamaña majestuosidad, admirando los tornasoles y arcos iris varios que crean las atomizadas partículas de agua en suspensión.
Y más sorprendido se queda aún cuando se vislumbra, allá abajo, una embarcación repleta de pasajeros con impermeables y gorras amarillassalida desde el pie de las cataratas del lado estadounidense, que contra la corriente se aproxima casi hasta el pie de la enorme cascada, y allí permanece inmóvil, como resistiéndose a ser arrastrada por la brutal potencia de tanto líquido elemento.
Es una auténtica maravilla, que por muchas veces que se contemple, siempre ofrece diferentes perspectivas, imágenes e impresiones.
Pero había que volver a Shawnee, y faltaban más de quinientos kilómetros, por lo que trocamos las vistas por la carretera, en la que nos anocheció, obligándonos a parar en u na especie de bares o restaurantes de carretera, en los que los chuletones de carne eran espectaculares y deliciosos, aunque comerlos con coca cola o con un café amargo pese al azúcar, era un tormento.
Bien entrada la noche, exhaustos, alcanzamos nuestro destino de regreso, no sin convenir que la próxima ocasión (si teníamos la suerte de repetir) optaríamos por tomar un vuelo que sale de New York city en dirección a Buffalo, y en menos de una hora sitúa al viajero allí. Es más caro pero evita la paliza de viaje.
De todas maneras, invito a quien esto lea a que trate visitar esta maravilla del mundo, que, pese a lo que se diga, no es superada por otras cataratas, aunque las de Iguazú no le andan a la zaga.
"El cabalgar, el viajar y el mudar de lugar recrean el ánimo".- Lucio Anneo Séneca.- (2 AC-65) Filósofo latino
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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