(Visitar Vía Michelín para mayor detalle) |
La Costa Blanca es el nombre turístico dado a la costa del Mediterráneo situada en la provincia de Alicante (España), que comprende desde el municipio de Denia hasta el de Pilar de la Horadada. Está constituida por 244 km de playas mediterráneas, calas y acantilados.
Las localidades situadas en la Costa Blanca son: Denia, Jávea, Teulada-Moraira, Benisa, Calpe, Altea, Alfaz del Pi, Benidorm, Finestrat, Villajoyosa, Campello, Alicante, Elche, Santa Pola, Guardamar del Segura, Torrevieja, playas de Orihuela Costa y Pilar de la Horadada.
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Denia (en valenciano y oficialmente Dénia) es una ciudad de la Comunidad Valenciana. Situada en la costa norte de la provincia de Alicante. Se trata de la capital de la comarca de la Marina Alta, también conocida parte de ella como «Marquesado de Denia». Contaba con 44.498 habitantes censados en 2010 pero en verano su población puede aumentar a unos 200.000.
El topónimo deriva del latín Dianium, y en la actualidad se toma como cierta la teoría tradicional que lo deriva de Diana, diosa romana identificada con Artemisa. En época andalusí el nombre cambió a دانية (Dāniya), y de ahí al topónimo actual tras la conquista cristiana.
Geografía física
El Montgó, antiguamente llamado Kaón (753 msnm) ocupa buena parte de la mitad meridional del término y está declarado Parque Natural desde 1987. Así se logró proteger su flora y fauna de la expansión urbanizadora que ya lo rodea por todas sus partes. A sus pies se extiende el Cabo de San Antonio, de 160 msnm, donde se halla la Reserva Marina del homónimo.
Clima
El clima de Denia es especialmente suave, con una media de 11,1 °C en enero y de 25,2 °C en agosto. Se considera que Denia tiene tan buen clima que se levantó un monumento a la bonanza climática.
Vientos
Los vientos predominantes en Denia favorecen la práctica de los deportes náuticos tales como el windsurf, surf, kitesurf y la vela.
Denia se configura como uno de los puntos más favorables de España para la práctica de Windsurf y Kitesurf.
En cuanto a la vela, Denia cuenta con escuelas de vela así como con una larga tradición en la organización de regatas de Vela, destacando por ejemplo la famosa Ruta de la Sal o la Copa del Canal.
Historia.
Aunque con indicios arqueológicos de poblado ibérico (Diniu), su origen como ciudad es romano (Dianium), situándose al norte de la ciudad actual y frente al antiguo puerto. Los textos clásicos y restos arqueológicos indican que en el siglo I a. C. las tropas de Sertorio establecieron en Dianium una base naval. Durante el Alto Imperio, la ciudad disfrutó de un periodo de esplendor pasando de ser ciudad estipendiaria a municipio. Entre 636 y 693, en tiempos del reino visigodo, Denia fue sede episcopal dependiente de Toledo. En la Hispania visigoda fue sede episcopal de la iglesia católica, sufragánea de la Archidiócesis de Toledo que comprendía la antigua provincia romana de Cartaginense en la diócesis de Hispania.
Ayuntamiento de Denia |
En la época musulmana, la ciudad logrará el momento culminante de su expansión y pujanza, que generó un momento de gran vitalidad cultural. Daniyya será la capital de la taifa creada en 1010 por el amiri Muyahid al-Amiri al-Muwaffaq que, anexionándose las Baleares, convertirá el reino en un importante centro marítimo y comercial que acuñará su propia moneda hasta la invasión almohade. La taifa perdió su independencia en 1076, al ser destronado Iqbal al-Dawla por Al-Muqtadir, rey hudí de la Taifa de Zaragoza, de la cual dependió hasta la invasión almorávide (1091).
La conquista cristiana, en 1244, llevó un serio retroceso en el desarrollo de la ciudad, prácticamente deshabitada al sacarse de ella la población musulmana. Repoblada a fuero de Valencia, la villa de Denia, reducida al albacara del castillo, se convierte en el centro del poder cristiano en un término general poblado mayoritariamente por musulmanes. Jaime II de Aragón inicia la etapa del dominio señorial, al ceder la villa en 1298 a Poncio de Ampurias. Posteriormente, bajo la casa de Gandía, se convierte en condado (1356), volviendo a la Corona en tiempo de Alfonso el Magnánimo. El absentismo de este monarca posibilitó que el lugarteniente Juan de Navarra lo donara al castellano Diego Gómez de Sandoval y Rojas (1431), con el consiguiente descontento de la villa, que reclamó a su muerte la reincorporación al reino (1455) con el espaldarazo de la ciudad de Valencia, que ocupó hasta 1477 el castillo, que comprendía las tierras de los entornos de la ciudad, las cuales reciben aún el nombre de Marquesado. El condado permaneció en manos de los Sandoval, promocionándose a marquesado en 1487. El duque de Lerma, quinto marqués de Denia y favorito de Felipe III, proporciona a la villa importantes prebendas y el título de ciudad. Impulsó la expulsión de los moriscos (1609), 25.000 de los cuales embarcaron en el puerto de Denia con destino a Berbería, con el consiguiente despoblamiento y ruina económica del marquesado.
A partir del siglo XVIII, la ciudad participó abiertamente en la guerra de Sucesión, y fue la primera en proclamar rey al archiduque Carlos. La guerra y las represalias posteriores provocaron la crisis de la ciudad. Fue finalmente ocupada por los borbónicos el 17 de noviembre de 1708. El castillo, seriamente dañado, se hundirá definitivamente en la Guerra de la Independencia Española. En el siglo XIX Denia se reincorpora a la Corona (1804) y experimenta un gradual crecimiento iniciado en el barrio marinero, que se independizó administrativamente entre 1837–1839. El floreciente comercio de la pasa hizo surgir una burguesía comercial y atrajo empresas extranjeras con el consiguiente aumento de población, que pasó de 6.538 a 12.413 habitantes (dianenses) entre 1860 y 1900.
Demografía
Denia desde el Montgó |
Tras un retroceso poblacional después de la crisis de la filoxera a principios del siglo XX, la evolución demográfica del municipio tuvo un cambio radical gracias al boom turístico de los años 1960. Su población pasó de 12.185 hab. en 1960 a 40.000 en 2000 y 44.035 en 2008. Según este último censo, el 29,7% de su población es de nacionalidad extranjera; de estos, un 59,0% procede de la UE-27 (de la que destaca una colonia de 2.619 alemanes), un 24,6% de Iberoamérica y un 10,1% de la Europa no comunitaria.
Patrimonio histórico-cultural
La ciudad se encuentra en una bahía o puerto natural al pie del Montgó y los museos y monumentos más interesantes son:
- Antiguos Astilleros. Siglo XVI, modificados en el XVIII.
- Ayuntamiento. Neoclásico. Edificio formado por 6 arcos de medio punto.
- Caseta del Pare Pere («Padre Pedro»): ejemplo de arquitectura rural, del siglo XVII.
- Convento de las Agustinas. Siglos XVI y XVII.
- Iglesias:
- Iglesia de la Asunción. Barroco valenciano del XVIII.
- Iglesia de San Antonio. Siglos XVI y XVII. Remodelada en el siglo XVIII.
- Iglesia y Convento de Nuestra señora de Loreto. Siglo XVI. Fundado por las monjas agustinas descalzas en 1604.
- El Castillo. Construido por los moros en una loma (o tossal) sobre anteriores edificaciones. Es propiedad municipal desde 1952. Alberga el Museo Arqueológico.
- Murallas. Se conservan algunos tramos en buen estado.
- Torres:
- Torre de la Almadraba (o del Palmar
- Torre del Gerro (Jarrón): torre vigía con cuerpo troncocónico que por su forma le da nombre (jarrón). Destaca el escudo de armas de Carlos I Siglo XVI.
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Jávea (en valenciano y cooficialmente, Xàbia) es un municipio de la Comunidad Valenciana. Situado en la costa norte de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta., se halla justo en la punta más entrante del mar de la costa este. Se encuentra a unos 90 km de Ibiza, siendo posible en los días claros visualizar el perfil de la isla desde los dos cabos importantes del lugar.
Orografía
El Montgó es la cumbre más destacable y visual de la comarca, con sus más de 750 m de altura, y sirve muchas veces de parapeto de las borrascas procedentes del Norte, colaborando en gran medida del mantenimiento del microclima local. El cabo de San Antonio (al norte) y el Cabo Prim forman la bahía de Jávea.
El cabo más importante geográficamente es el Cabo de la Nao, que es la tierra que más se adentra en el mar de esta parte de España. Los otros cabos menores son el "Cabo Negro" y "San Martín".
Hay 2 islas pequeñas: La del Portichol o Portixol, frente a la playa de la "Barraca" y la del "Descubridor", frente a la playa nudista de Ambolo.
Idiomas: Son lenguas oficiales el español y el valenciano, muy extendido entre la población natural del lugar. El inglés es la lengua extranjera más hablada, ya que Jávea cuenta con una población de unos 6.000 ingleses residentes todo el año, la más elevada de la Comunidad Valenciana. El alemán ocupa el segundo lugar de lengua extranjera (unos 2.000 residentes), muy por delante del holandés y del francés, italiano, ruso, etc. Se estima unas 85 nacionalidades con representantes viviendo al año en Jávea.
Un estudio realizado por los años 90, consideró a Jávea como el segundo mejor microclima mundial, tras Río de Janeiro y es que se puede disfrutar de una buena temperatura todo el año, con una media que oscila de los 18º a los 24º.
Historia
Historia
En 1244, Denia capitula a favor del rey Jaime I de Aragón y Pere Eiximen Carrot, que dirigió la conquista de la Marina, llevará a cabo el repartimiento de esta zona. Pero la repoblación será lenta y poco efectiva hasta que no finalicen las revueltas musulmanas de Al-Azraq en 1279.
Las primeras noticias documentales que hablan de Jávea parten del rey Jaime II, fruto de la necesidad de reforzar las tierras del sur, ya que el siglo XIV comienza marcado por dos conflictos: la guerra con Castilla desde el 1296 y las razzias de los granadinos (1304-1308), con la ayuda de la población morisca del reino.
En 1397 se le otorga el título de villa con Consejo y término, pero continúa formando parte del Marquesado de Denia.
Bahía de Xábia desde el mirador del cabo de San Antonio |
En 1502 los brotes de peste eran relativamente habituales, pero parece que Jávea no fue muy afectada. En 1510, habitaban unas 930 personas –la mayor población de la comarca– y un siglo después se alcanzaba los 1.800 habitantes. La mayor preocupación de la monarquía en el siglo XVI fue la "cuestión morisca", problema que acabó en el reinado de Felipe III con la expulsión de los moriscos en 1609, menguando la población de los valles interiores de la comarca.
Los frecuentes ataques de los piratas hicieron a los naturales de la Villa adentrarse dos kilómetros de la costa y amurallarse en un recinto que se mantuvo hasta 1877. Este recinto constituye el actual núcleo histórico que, en torno a la gótica Iglesia de San Bartolomé, caracteriza hoy a Jávea, con sus casas encaladas, enrejados de hierro y dinteles labrados en una porosa tierra dorada llamada "tosca".
Jávea participó en la Guerra de Sucesión Española (1702-1713) junto al bando borbónico, por lo cual obtuvo a cambio una serie de privilegios que la impulsaron demográfica y económicamente a lo largo de la centuria, por delante del resto de la comarca, partidaria del bando austrista. Junto con los títulos honoríficos (Lealísima y Real) obtendrá para el puerto una concesión de exportación de mercancías y frutos del país. Esto, unido a su situación, a resguardo de los temporales, y su capacidad para embarcaciones de gran tonelaje, convertirá al puerto en el activador de la economía local, primero con la importación de trigo y después con el comercio de la pasa.
Entre 1810 y 1812 transcurre la guerra de Independencia, con diferentes incursiones en la villa de Jávea por parte de las tropas acuarteladas en el Castillo de Denia.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la producción, elaboración y exportación de pasa se convertirá en el motor de la modernización gracias a un fuerte aumento de la demanda de los mercados nordeuropeos y americanos, lo que motivó la aparición de una burguesía mercantil local.
Demografía
Cuenta con una población de 29.923 habitantes, de los cuales un 53,1% es de nacionalidad extranjera. La mayor parte de los no nacionales provienen de otros países de la Unión Europea (11.894 censados, el 39,7% del censo), principalmente británicos (6.833 censados, el 24,6% del censo) y alemanes (1.959 censados, el 6,5% del censo).
Turismo
Actualmente, el turismo es el motor de la economía local. La población de Jávea crece a un ritmo impresionante, principalmente proviniendo del norte de Europa en lo que residentes al año de bastante alto poder adquisitivo se refiere. Se estima que la población más que se dobla, para alcanzar unos 150,000 habitantes, en verano, aunque el turismo tiende a frecuentar Jávea todo el año.
Monumentos y lugares de interés
- El monumento más significativo es la Iglesia de San Bartolomé en el centro del pueblo. Dicha iglesia data del s. XVI y combina la fortaleza (por su forma cuadrada y sus contrafuertes internos) y la sobriedad de una iglesia. Su campanario, se destaca sobre el pueblo y se puede ver desde cualquier parte de la comarca.
- Para el avistamiento de las naves corsarias, hay en varios puntos de la costa de Jávea unos torreones que servían de vigía. Actualmente hay 2 torreones-vigías en perfecto estado, uno situado en el Portixol, al lado de la carretera de descenso a la playa de la barraca y otro, en el Ambolo.
- Hay una segunda iglesia en el puerto, La Virgen del Loreto, de construcción más moderna. Esta iglesia moderna tiene la particularidad de que el techo es una como una quilla de barco y tiene unas columnas externas que simulan los tentáculos de un pulpo.
- El Parque Natural de Montgó
- La Reserva Marina de cabo de San Antonio
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Cala Portixol
El Portixol |
Es una recoleta cala ubicada en la ensenada que discurre desde Punta Negra al Cabo Negro, una zona de impresionantes acantilados cubiertos de vegetación mediterránea. La cala es de arena, bolos y roca y sus aguas son muy limpias y de un color azul profundo. Frente a la cala se encuentra la isla del Portixol con unos ricos fondos, lo que propicia las actividades subacuáticas.
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Moraira fue en su día un núcleo de población del término municipal de Teulada, situado a 6 km. de ésta en la costa del Mediterráneo. Actualmente es un municipio independiente. Importante centro turístico internacional.
El año 1969 el escritor norteamericano Chester Himes se instaló cerca de Moraira, en el mismo término de Teulada, donde vivió hasta su muerte al año 1984
Aunque el topónimo Moraira es muy antiguo, el actual núcleo de población homónimo se originó muchos siglos después de ser conocido este nombre como el de unos accidentes geográficos (cabo marino, puerto natural, rada o bahía) o de una partida rural.
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Calpe (en valenciano y oficialmente Calp) es un municipio de la Comunidad Valenciana, situado en la costa norte de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta. Cuenta con 29.909 habitantes, de los cuales más del 60% son de nacionalidad extranjera.
En su costa se alza majestuosamente el Peñón de Ifach, una mole rocosa de 332 m de altura, que es uno de los símbolos de la Costa Blanca.
Geografía
La referencia más evidente de la geografía calpina es el Peñón de Ifach, declarado parque natural por la Generalidad Valenciana en 1987. El término municipal presenta muchas playas y calas de muy buena calidad. Otro lugar reseñable lo constituye el Parque natural de Las Salinas, de las que se ha extraído sal desde la época romana.
Historia
Los asentamientos humanos más antiguos que se han localizado en el término municipal de Calpe se han datado en la Edad de Bronce.
Los primeros asentamientos localizados corresponden a los poblados ibéricos. Estos se ubicaban, preferentemente, en las elevaciones y cerros que dominan el territorio.
Los árabes levantaron, como elemento defensivo del territorio, la primera edificación del Castillo de Calpe en el cerro que dominaba el paso del Mascarat.
La tradición cristiana considera la conquista cristiana de Calpe en 1240, después de la toma de Denia, pero otros historiadores hablan del 1254. En cualquier caso, la Corona de Aragón mantuvo, tras la conquista, la organización administrativa musulmana. Ésta se basaba en una serie de núcleos habitados dispersos situados bajo la protección de un castillo o zona fortificada. Los habitantes del término quedaron englobados en la unidad administrativa del Castillo de Calpe. Tras la sublevación encabezada por el caudillo musulmán Al-Azraq, se expulsó a toda la población mudéjar del término y se empezó a repoblar con cristianos.
En 1290 el lugar pasó a manos del almirante aragonés Roger de Lauria, quien impulsó la construcción de un poblado denominado Ifach, en la ladera del Peñón. Durante el reinado de Pedro IV de Aragón se fortificaron sus murallas para defender el pueblo de los ataques moriscos. En 1359, la lucha de este mismo monarca contra Pedro I de Castilla, en la guerra conocida como de los dos Pedros, provocó la destrucción del poblado de Ifach.
El primitivo núcleo urbano de Calpe fue amurallado. En 1637 la villa fue saqueada por los piratas berberiscos, propiciando uno de los hechos más luctuosos de su historia: 290 personas fueron tomadas y llevadas cautivas a Argel, donde permanecieron cinco años hasta que fueron liberadas a cambio de oro y de piratas prisioneros. El pueblo contaba entonces con 18 casas intramuros y unos 350 habitantes.
Calpe y el Peñón de Ifach desde el Mascarat |
A mediados del Siglo XVIII se redactaron varios proyectos para dotar a la villa de un nuevo recinto amurallado. El crecimiento demográfico de la villa durante el Siglo XVII había obligado a la población a residir extramuros. Durante el Siglo XIX la villa se desarrolla hacia occidente.
El núcleo urbano del puerto pesquero se desarrolla a partir de finales de los años cincuenta. Durante la segunda mitad de la década de los sesenta tiene lugar en Calpe, como en el resto de la los municipios de la Costa Blanca, el gran auge de la construcción provocado por la finalización de la época de autarquía política y la expansión del fenómeno del turismo de masas, que ha transformado la ciudad en la ciudad turística actual.
En el 2008 contaba con 29.228 habitantes, de los cuales un 62,8% era de nacionalidad extranjera, principalmente británicos (4.375 censados, un 15% del total del censo) y alemanes (3.887, un 13% del censo).
Monumentos religiosos
- Ermita del Salvador. Situada en una colina, dominando la bahía, de gran valor paisajístico, debe su nombre a que fue el 6 de agosto, día de la Transfiguración del Salvador, la fecha de la reconquista de Calpe por Jaime I.
- Ermita San Juan de la Cometa. Situada en las afueras de la población, en el Tossal de la Cometa, se trata de un conjunto de interés histórico religioso, formado por edificaciones de una antigua masía fortificada construida a finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII.
- Iglesia Parroquial. Dedicada a Nuestra Señora de las Nieves, está situada en el corazón del casco antiguo y su construcción data de 1973-75, con predominio de formas modernas y macizas. Destacan sus vidrieras y los murales que decoran su interior.
- La Iglesia Antigua. Adosada a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de las Nieves, ,y es el único ejemplar gótico mudéjar de la Comunidad Valenciana; la muralla es su soporte y el de los edificios intramuros existentes. Combinó las funciones religiosas y defensivas al construir una especie de baluarte defensivo.
Calle típica de Calpe |
- Los Baños de la Reina. Es un recinto rectangular dividido en seis compartimentos por un muro longitudinal y dos transversales. Consta también de cuatro canales para entrada de agua; dos de ellos están separados por un tajamar triangular. Aunque "Baños de la Reina" alude a una función balnearia, reservada según la leyenda a cierta "reina mora", en realidad se trata de un complejo de viveros comunicados entre sí y con el mar.
- Castillo-Fortaleza. Contiguo al barranco del Mascarat, se emplazan las ruinas del Castillo Musulmán de Calpe. Se trata de los restos de una torre vigía edificada a finales del siglo XVI para prevenir el ataque de los piratas berberiscos.
- Torreón de la Pieza (Peça). Es el baluarte de defensa en el que estaba instalada la "peça", pieza de artillería que defendió el núcleo cristiano del siglo XV en adelante y a la que debe su nombre.
- Casa Nueva (Casa Nova). Típica masía fortificada, de interés histórico y arquitectónico,
- Pou Salat. Construcción rural del siglo XVIII a la que los calpinos acudían a proveerse de agua para uso doméstico.
Lugares de interés
- Parque Natural del Peñón de Ifach. Símbolo de la Costa Blanca, se alza en el mar como roca calcárea de unos 50.000 m2 a 332 m de altura y un kilómetro de longitud. Unido a tierra por un estrecho istmo, es producto de un deslizamiento de la cercana sierra de Oltá constituyendo uno de los accidentes geográficos de mayor singularidad y belleza no sólo de la Comunidad Valenciana sino de todo el litoral mediterráneo. Es punto de encuentro para escaladores y submarinistas de todo el mundo.
- Las Salinas. Las Salinas de Calpe ocupan una depresión rellenada por depósitos aluviales cuaternarios. Se trata de una laguna de origen tombólico, generada a partir del desarrollo de una doble restinga. La posición del Peñón de Ifach es factor decisivo para la formación de esta interesante zona húmeda. En la restinga del sector de la bahía de Calpe, aparecen excavadas las balsas de la factoría pesquera de los Baños de la Reina. La vegetación de este ecosistema está adaptada para soportar las elevadas concentraciones salinas del suelo y el agua. Las principales características de estas especies halófilas, que ocupan una buena parte de los márgenes de las salinas, son la formación de hojas grasas que contienen en su interior agua con una gran concentración de sal para poder absorber el agua del suelo.
Amanecer sobre la Costa Blanca |
La fauna de las salinas está compuesta principalmente por aves migratorias, las cuales, encuentran este punto como un lugar de descanso y de abastecimiento de los recursos alimenticios que necesitan en los periodos migratorios. Por otra parte, es evidente la importancia de las salinas como zona húmeda dentro de un área cuyo clima presenta un importante periodo de sequía estival.
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Altea es un municipio de la Comunidad Valenciana. Situado en la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Baja. Cuenta con 23.532 habitantes
Historia
Durante la última fase del dominio musulmán, Altea perteneció a la taifa de Denia. Fue conquistada en 1244 por Jaime I de Aragón obteniendo carta puebla en 1279.
En 1705 desembarcó en la bahía de Altea la escuadra angloholandesa que apoyaba al Archiduque Carlos de Austria, encabezada por el general valenciano Juan Bautista Basset, en el marco de la guerra de Sucesión, lo que favoreció la toma posterior por los austristas de Denia y de Valencia.
El siglo XVIII marcó un auge agrícola, pesquero, comercial y demográfico, acabándose el siglo con 5.000 habitantes. Durante el siglo XIX la vida oficial y comercial se trasladó hacia el núcleo urbano próximo al mar.
Demografía
Altea cuenta con una población de 23.532 habitantes, de los cuales el 34,6% es de nacionalidad extranjera, principalmente procedente de otros países de la Unión Europea (5.543 censados, el 24,5% del censo) y de Iberoamérica.
Monumentos y lugares de interés
Calle en el casco viejo de Altea |
Conserva una parte del caserío municipal, con restos de un castillo y la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Playa, paseo marítimo y puerto son los principales atributos de esta población turística.
Torre de la Galera. Declarada Bien de Interés Cultural
Torre de Bellaguarda. Antigua torre vigía, que actualmente se encuentra al lado de un parque pintoresco del barrio de Bellaguarda (el barrio más antiguo de la actual Altea).
Torre de Bellaguarda. Antigua torre vigía, que actualmente se encuentra al lado de un parque pintoresco del barrio de Bellaguarda (el barrio más antiguo de la actual Altea).
- Iglesia parroquial de Nª Sra. del Consuelo. La iglesia principal de Altea.
- Pueblo antiguo. Junto a la Iglesia del Consuelo, se encuentra el pueblo antiguo, popularmente conocido como el fornet. Ésta es una de las zonas más bonitas de la ciudad de Altea. Se puede disfrutar de los numerosos miradores, ya que se sitúa en lo alto de una colina, así como disfrutar de una agradable velada cenando en uno de los tantos restaurantes que aquí se encuentran o simplemente tomarse una copa en la cultura de pueblo pesquero, que tan bien conserva Altea con sus casas blancas, sus flores y sus calles empedradas.
(De Wikipedia y otras fuentes)
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Cabo de San Antonio, entre Denia y Xábia |
Cuando ya se palpa la primavera, los almendros ya han florecido (en el hemisferio norte del globo terráqueo, como es lógico), la luz se incrementa y la vida retorna a borbotones, es el tiempo en el que surge como un impulso espontáneo que motiva para salir de excursión y gozar de la naturaleza, extasiándose de sus aromas, imágenes y bellezas totales.
Por eso, cuando las vacaciones de Semana Santa se aproximan, es muy oportuno divulgar una de mis rutas preferidas en “Esta España nuestra”, concretamente en la Costa Blanca, en la Comunidad Valenciana.
La ruta la recomiendo en automóvil y por carretera (por mar es otra delicia, pero de ello me ocuparé en otra ocasión) y puede recorrerse en un solo día si no se emplea demasiado tiempo extasiándose en los muchos atractivos que van conociéndose, aunque lo más recomendable es recorrerla sin prisa, con paradas para los ricos yantares de la zona y pernoctaciones en cualquiera de los múltiples alojamientos que se brindan en el recorrido.
Así pues, para comenzar el trayecto, recomiendo situarse en Denia y tomar la carretera CV-736, que sale desde el puerto hacia el sur, pasa el paraje de Las Rotas y se encarama por el Montgó (bellas vistas en la ascensión por la carretera, pese a la destrucción de bosques por pasados incendios), hasta llegar, poco después de alcanzar el punto más alto, al desvío que indica “Cabo de San Antonio”.
A este cabo se accede mediante una carretera local que discurre entre pinares y zonas de piteras (el magüey mejicano), en cuyos márgenes hay algunos restaurantes de interés gastronómico; y después de unos cinco kilómetros se llega a los pies del faro del cabo –cerrado para visitantes, pero en cuyo alrededor se puede alcanzar una preciosa vista del mar mediterráneo, y en días claros se vislumbra la isla de Ibiza--, en el que existe un aparcamiento suficiente para dejar el automóvil y asomarse al mirador que permite, con sorpresa, contemplar la bella bahía de Xábia, con las estribaciones montañosas que configuran el cabo de la Nao al fondo, y toda la vega del río Gorgos, con multitud de casitas y chalets.
La vista es, desde luego, impresionante, por el contraste de los azules del mar y del cielo, y los colores verdes y siena de la tierra, adornado todo ello por las gaviotas y otras aves que festejan el buen clima.
Por eso, cuando las vacaciones de Semana Santa se aproximan, es muy oportuno divulgar una de mis rutas preferidas en “Esta España nuestra”, concretamente en la Costa Blanca, en la Comunidad Valenciana.
La ruta la recomiendo en automóvil y por carretera (por mar es otra delicia, pero de ello me ocuparé en otra ocasión) y puede recorrerse en un solo día si no se emplea demasiado tiempo extasiándose en los muchos atractivos que van conociéndose, aunque lo más recomendable es recorrerla sin prisa, con paradas para los ricos yantares de la zona y pernoctaciones en cualquiera de los múltiples alojamientos que se brindan en el recorrido.
Así pues, para comenzar el trayecto, recomiendo situarse en Denia y tomar la carretera CV-736, que sale desde el puerto hacia el sur, pasa el paraje de Las Rotas y se encarama por el Montgó (bellas vistas en la ascensión por la carretera, pese a la destrucción de bosques por pasados incendios), hasta llegar, poco después de alcanzar el punto más alto, al desvío que indica “Cabo de San Antonio”.
A este cabo se accede mediante una carretera local que discurre entre pinares y zonas de piteras (el magüey mejicano), en cuyos márgenes hay algunos restaurantes de interés gastronómico; y después de unos cinco kilómetros se llega a los pies del faro del cabo –cerrado para visitantes, pero en cuyo alrededor se puede alcanzar una preciosa vista del mar mediterráneo, y en días claros se vislumbra la isla de Ibiza--, en el que existe un aparcamiento suficiente para dejar el automóvil y asomarse al mirador que permite, con sorpresa, contemplar la bella bahía de Xábia, con las estribaciones montañosas que configuran el cabo de la Nao al fondo, y toda la vega del río Gorgos, con multitud de casitas y chalets.
La vista es, desde luego, impresionante, por el contraste de los azules del mar y del cielo, y los colores verdes y siena de la tierra, adornado todo ello por las gaviotas y otras aves que festejan el buen clima.
De vuelta al enlace en la carretera CV-736, se debe de proseguir el viaje, descendiendo por curvas recoletas hasta la vecina Xábia, que se brinda como desparramada desde la montaña hasta el valle, y que hay que cruzar para tomar el camino hacia el puerto y su zona de población (denominados comúnmente “Aduanas del Mar”), donde es aconsejable visitar la zona portuaria y la original iglesia que en el puerto se halla, ya descrita en las anteriores reseñas.
Es desde el puerto de Xábia desde donde debe tomarse la carretera CV-742, siguiéndola en dirección a “Cabo de la Nao” y “Granadella”, previo bordear la playa de Xábia – de piedra rodada y con sus chiringuitos- y, al llegar a la altura de la playa de El Arenal (la única de arena) comenzar la ascensión hasta el cabo de la Nao, por una vía abundante en curvas en medio de los pinares y la montaña, pero que, después de unos siete u ocho kilómetros, llega al cruce en el que se indica “Portixol”, en el que una carreterita asfaltada va descendiendo entre bonitos chalets hasta llegar a la cala de La Barraca o Portixol, en la que es una preciosidad contemplar en medio de ella la isla del mismo nombre, y tomar un baño en sus aguas cristalinas –todo un lujo para el submarinismo y la pesca submarina— para después solazarse con una buena comida.
Es desde el puerto de Xábia desde donde debe tomarse la carretera CV-742, siguiéndola en dirección a “Cabo de la Nao” y “Granadella”, previo bordear la playa de Xábia – de piedra rodada y con sus chiringuitos- y, al llegar a la altura de la playa de El Arenal (la única de arena) comenzar la ascensión hasta el cabo de la Nao, por una vía abundante en curvas en medio de los pinares y la montaña, pero que, después de unos siete u ocho kilómetros, llega al cruce en el que se indica “Portixol”, en el que una carreterita asfaltada va descendiendo entre bonitos chalets hasta llegar a la cala de La Barraca o Portixol, en la que es una preciosidad contemplar en medio de ella la isla del mismo nombre, y tomar un baño en sus aguas cristalinas –todo un lujo para el submarinismo y la pesca submarina— para después solazarse con una buena comida.
Portixol desde el chiringuito La Barraca |
Efectivamente, recomiendo que en la misma cala del Portixol, a mano derecha según se entra, se acceda al restaurante, con trazas de chiringuito, denominado “La Barraca”, en el que a precios asequibles se puede degustar en su terraza sobre el mar una buena suerte de aperitivos y platos típicos de la zona (con abundancia de pescados y mariscos), lo que puede rematarse con una paella de mariscos o –especialmente lo recomiendo— un arroz a banda del pescador, que se sirve en cazuela, con mariscos, pescado, calmarcitos y unas deliciosas porciones de raya.
Recomiendo reserva previa (el teléfono aparece en Internet) porque las mesas en la terraza sobre el mar están muy solicitadas y la comida, especialmente arroces, más todavía.
(Y que quede claro que ningún interés económico ni ninguna relación personal tengo en el citado chiringuito, excepto las veces que he disfrutado del mar, de las vistas y de la comida desde su terraza)
Después de reposar la comida, regada con un buen vino de la zona de Alicante, hay que regresar a la CV-740, para alcanzar el desvío y acceso al cabo de La Nao, desde el que es una delicia contemplar el Mar Mediterráneo y el intenso tráfico de buques, adornado por bastantes yates o veleros de recreo.
Desde el cabo de La Nao, por la misma carretera que a la venida, se regresa en dirección Xábia hasta el cruce con la CV-740, en dirección a Benitaxell, que conviene seguir por la CV-736 en dirección a Moraira, a cuya entrada se halla el desvío de la carreterita que bordea la costa y conduce hasta el Portet de Moraira, bello rincón de aguas vestidas de coloridos bellísimos.
Recomiendo reserva previa (el teléfono aparece en Internet) porque las mesas en la terraza sobre el mar están muy solicitadas y la comida, especialmente arroces, más todavía.
(Y que quede claro que ningún interés económico ni ninguna relación personal tengo en el citado chiringuito, excepto las veces que he disfrutado del mar, de las vistas y de la comida desde su terraza)
Después de reposar la comida, regada con un buen vino de la zona de Alicante, hay que regresar a la CV-740, para alcanzar el desvío y acceso al cabo de La Nao, desde el que es una delicia contemplar el Mar Mediterráneo y el intenso tráfico de buques, adornado por bastantes yates o veleros de recreo.
Desde el cabo de La Nao, por la misma carretera que a la venida, se regresa en dirección Xábia hasta el cruce con la CV-740, en dirección a Benitaxell, que conviene seguir por la CV-736 en dirección a Moraira, a cuya entrada se halla el desvío de la carreterita que bordea la costa y conduce hasta el Portet de Moraira, bello rincón de aguas vestidas de coloridos bellísimos.
Débese regresar a Moraira para enfilar la CV-746, que sobre los acantilados de la costa de La Fustera (término municipal de Benissa) permite vislumbrar a lo lejos la imponente mole del Peñón de Ifach, ya en Calpe.
Calle típica de Altea |
Al llegar a este peñón es muy recomendable acceder al puerto pesquero (desgraciadamente atiborrado de restaurantes de poca calidad), para contemplar la mole de la roca y la bahía hacia el sur, hasta tierras de Altea.
Al salir del peñón se observan las salinas –hoy, al parecer, ya sin aprovechamiento- y se bordea la población de Calpe, para llegar a la carretera N-332, que después de atravesar los túneles el Mascarat y una zona de curvas sobre acantilados que permiten vislumbrar las bellezas del mar a sus pies, alcanzan, ya en el llano, la llamada “Olla de Altea”, de bellas aguas, aunque incómodas playas, por lo pedregosas, que es el pórtico a la vecina y preciosa villa de Altea.
En verdad, Altea requiere dejar el coche aparcado y ascender junto a alguno de sus miradores a lo alto de la blanca y típica población, contemplando a cada poco desde la altura la belleza de la costa, orlada de un precioso azul del mar.
En el casco antiguo de la villa, el paseo hasta la iglesia parroquial de Nª Sra. del Consuelo, con amplia plaza y en lo más alto, da ocasión para gozar de diferentes vistas y visitar las muchas tiendas de artesanía autóctona y de otras procedencias que se reparten por las callejas.
Al salir del peñón se observan las salinas –hoy, al parecer, ya sin aprovechamiento- y se bordea la población de Calpe, para llegar a la carretera N-332, que después de atravesar los túneles el Mascarat y una zona de curvas sobre acantilados que permiten vislumbrar las bellezas del mar a sus pies, alcanzan, ya en el llano, la llamada “Olla de Altea”, de bellas aguas, aunque incómodas playas, por lo pedregosas, que es el pórtico a la vecina y preciosa villa de Altea.
En verdad, Altea requiere dejar el coche aparcado y ascender junto a alguno de sus miradores a lo alto de la blanca y típica población, contemplando a cada poco desde la altura la belleza de la costa, orlada de un precioso azul del mar.
En el casco antiguo de la villa, el paseo hasta la iglesia parroquial de Nª Sra. del Consuelo, con amplia plaza y en lo más alto, da ocasión para gozar de diferentes vistas y visitar las muchas tiendas de artesanía autóctona y de otras procedencias que se reparten por las callejas.
Y para culminar tan bella jornada de excursión, en esa zona del caso antiguo hay unos coquetos restaurantes, muchos de ellos en las terrazas de las casas reconstruidas, en los que deliciosos manjares de la zona, especialmente pescados y mariscos, pueden constituir el merecido premio y remate a una jornada de tanto disfrute como el que el lector puede adivinar al leer este comentario.
Añadiré simplemente que este itinerario que recomiendo me veo precisado con gusto a efectuarlo cada año, acompañando a los amigos y conocidos de muchas nacionalidades que desean saber algo más que las grandes aglomeraciones turísticas.
Y, sin excepción, todos quienes me acompañan quedan maravillados de tanta belleza.
Añadiré simplemente que este itinerario que recomiendo me veo precisado con gusto a efectuarlo cada año, acompañando a los amigos y conocidos de muchas nacionalidades que desean saber algo más que las grandes aglomeraciones turísticas.
Y, sin excepción, todos quienes me acompañan quedan maravillados de tanta belleza.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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