“Cada ciudad tiene su dato curioso,
su calle más estrecha, su edificio más pequeño, el más alto, la casa más
antigua… Hoy queremos hablaros de la que tal vez sea la casa más estrecha de Europa, en
Valencia.
Nos la encontramos en nuestro paseo
por Santa Catalina, en la Plaza Lope de Vega número 6, y el edificio, de cinco
plantas de altura, mide tan solo 105
centímetros de ancho. Como podéis imaginar, las camas no serán
dobles en este mini-piso…
Eso, si realmente es un piso, porque
he leído de todo al respecto: que si forma parte del edificio de al lado, que
si solo son unas escaleras, que en la misma plaza hay otra “casa” igual pero al
no estar pintada de ese modo no da el mismo efecto…
En cualquier caso, su tamaño le ha dado una gran fama y ha sido mencionada en algún programa de televisión,
convirtiéndose en el centro de muchas de miradas y fotografías de curiosos. La
casa ha sido rehabilitada recientemente y se le ha colocado el curioso cartel
que muestra su medida: 105 centímetros
Las casas más estrechas del mundo
Se conocen muchas casas
extremadamente estrechas en el mundo, y las que habrá que no están
documentadas. Varias de ellas se disputan el “honor” de ser las más estrechas
del mundo: en Brasil, Polonia, Holanda, Escocia…
Si nos quedamos en España, Plasencia
en Cáceres también cuenta con un edificio bien estrecho, en la Plaza Mayor, y
aunque no he encontrado cuánto mide, me parece algo más ancha que la de la
ciudad del Turia.
Hace poco se construyó una
casa en Varsovia encajonada entre dos edificios que se conoció como la más
estrecha dle mundo. No sé cómo, pero la casa tiene tres plantas, un comedor, un
dormitorio y un cuarto de baño distribuidos en una media de 122 centímetros de ancho para tres plantas. Así que la
casa de Valencia le gana.
Hay quien dice que la casa más estrecha del mundo está en Amsterdam, en la
calle Singel número 7 (y 101 centímetros de amplitud, ésta gana a la de
Valencia). Otros, que tal “honor” corresponde a una casa en Escocia, en la
calle Stuart de Millport. Tal vez sea esta
casa en Brasil, con sus 93 centímetros de ancho se lleve la palma (aunque
en la parte posterior se ensancha).
¿Es esta
casa de Uruapán en México, con sus 140 centímetros de
ancho, la que figura
en el Libro Guinness de los récords porque está habitada?
En fin, es evidente que no es fácil
saber cuál es la casa más estrecha del mundo, aquí
podéis ver unos cuantos ejemplos más. Además, está la cuestión de si son
casa habitadas, habitables o simples atracciones turísticas. Porque yo también
podrían “construir” la casa más pequeña del mundo en un bancal, pero ¿quién me
daría los permisos para habitarla?
Habrá que ir con la cinta métrica a
comprobar que casas (verdaderas) son las más estrechas… y aun así no estaremos
seguros de si hay en algún otro lugar algún edificio más estrecho todavía. Pero
nos hemos divertido haciendo este recorrido a partir de la casa más estrecha de Valencia (o de España, o de Europa, o del mundo). ¿O no es una casa?”
(Del blog “Diario del viajero”)
…
“La casa más
estrecha”
Ya se sabe que
cuando se trata de ser el "MÁS" todos lo quieren ser, incluso por
tener la casa más estrecha del mundo. Nuestra ciudad cuenta con una de ellas,
por no decir la que más: en Holanda o Brasil hay otras, pero es que ésta mide
un escaso metro de ancho.
Situada en una de las zonas más céntricas, al lado de la iglesia de Santa Catalina, esta casa se ha convertido en todo un reclamo turístico y no es de extrañar ver a los visitantes haciéndose una foto
Situada en una de las zonas más céntricas, al lado de la iglesia de Santa Catalina, esta casa se ha convertido en todo un reclamo turístico y no es de extrañar ver a los visitantes haciéndose una foto
en su puerta. Al ser tan
estrecha casi pasa desapercibida o incluso se camufla con sus colindantes.
Nunca he llegado a entrar, pero me encantaría ver cómo han distribuido el
espacio con tan poco sitio. De todas maneras, me consta que al tener ya unos
cuantos años, necesitaría de una reforma completa, vamos lo que es empezar a
construirla desde el principio, quizás así podría convertirse en un lugar de
visita turística curiosa.
…
Algunos la
sitúan en Amsterdam, otros en Escocia, pero según el libro Guinness de los
récords, la más casa más estrecha de Europa está en Valencia. Sí, en plena
plaza Lope de Vega nos encontramos una peculiar vivienda de 5 alturas y de,
nada más ni nada menos, ¡1'07 metros de ancho! Si nos pusiéramos con los brazos
extendidos no podríamos ni entrar, pero la verdad que al pasar por delante de
lo único que se tienen ganas es de ver cómo será por dentro... Personalmente,
fetichista del mundo de los alicatados, mataría por ver el baño.
Realmente parece ser que no vive nadie en ella, pero sí que tiene un propietario que la mima y que la cuida ya que, no hace mucho tiempo, le hizo un lavado de cara pintándole la fachada y poniéndole
unas ventanitas muy monas. Sin duda es uno de los atractivos de la plaza Lope de Vega, justo detrás de la iglesia de Santa Catalina, así que si estáis por en centro no dejéis de pasaros por esta casa de récord.
Realmente parece ser que no vive nadie en ella, pero sí que tiene un propietario que la mima y que la cuida ya que, no hace mucho tiempo, le hizo un lavado de cara pintándole la fachada y poniéndole
unas ventanitas muy monas. Sin duda es uno de los atractivos de la plaza Lope de Vega, justo detrás de la iglesia de Santa Catalina, así que si estáis por en centro no dejéis de pasaros por esta casa de récord.
…
En el Libro
Guinness de los Récords consta que el edificio más estrecho de Europa está en
la ciudad de Valencia. Conocido popularmente por el metro, ubicado en la plaza
Lope de Vega de Valencia, a espaldas de la Iglesia de Santa Catalina,
encontramos esta casa que no tiene desperdicio. Debido a su estrechez, tiene
cada estancia en un piso distinto.
Cada vez que pasaba de nano, y no tan nano, por delante de este singular edificio, me quedaba anonadado. ¿Cómo es posible que se pueda habitar en un lugar tan pequeño? Si casi no se puede ni entrar... Tiene apenas 1,07 metros de anchura y cinco plantas de altura. Su tamaño le ha dado una gran fama y ha sido el centro de infinidad de miradas y fotografías de curiosos.
Es curioso que muchos valencianos que conozco no sepan de su existencia. A pesar de pertenecer a un propietario privado, podrían utilizarla como reclamo turístico de la ciudad de Valencia, creo que es una curiosidad que a mucha gente le gustaría conocer.
Y más ahora, después de la reforma que le ha hecho su dueño. El estado de abandono y el deterioro paulatino que sufría el inmueble era palpable. La rehabilitación de la finca incluyó el refuerzo de los pilares, el forjado y prácticamente de toda su estructura. El tamaño de la fachada se mantuvo por lo que, desde la calle, no se aprecia la ampliación. Y conserva el galardón del edificio más estrecho de Europa, que el del mundo, según dice el Google, está en Brasil.”
Cada vez que pasaba de nano, y no tan nano, por delante de este singular edificio, me quedaba anonadado. ¿Cómo es posible que se pueda habitar en un lugar tan pequeño? Si casi no se puede ni entrar... Tiene apenas 1,07 metros de anchura y cinco plantas de altura. Su tamaño le ha dado una gran fama y ha sido el centro de infinidad de miradas y fotografías de curiosos.
Es curioso que muchos valencianos que conozco no sepan de su existencia. A pesar de pertenecer a un propietario privado, podrían utilizarla como reclamo turístico de la ciudad de Valencia, creo que es una curiosidad que a mucha gente le gustaría conocer.
Y más ahora, después de la reforma que le ha hecho su dueño. El estado de abandono y el deterioro paulatino que sufría el inmueble era palpable. La rehabilitación de la finca incluyó el refuerzo de los pilares, el forjado y prácticamente de toda su estructura. El tamaño de la fachada se mantuvo por lo que, desde la calle, no se aprecia la ampliación. Y conserva el galardón del edificio más estrecho de Europa, que el del mundo, según dice el Google, está en Brasil.”
(De Empar O., María V. y Nicolau A. en
“Yelp.es”)
…
Ahora que se acercan (ayer se han iniciado) las celebraciones falleras en Valencia, no está de más parar atención en algunos pormenores de Valencia, que la
convierten en una de las más atractivas ciudades del mundo, ciudad a la que probablemente he
dedicado en este blog menos atención de la merecida , tal vez por aquello de que lo que menos se valora es lo
que se tiene cerca y a diario. Y yo tengo por patrimonio de mi orgullo haber nacido en Valencia,
haber estudiado en la capital del Turia, haber trabajado profesionalmente
muchos años en la ciudad, haber vivido siempre en las cercanías de la Albufera,
y, en fin, sentirme valenciano de veras.
Pero, viajero impenitente como soy y “escribidor”
de crónicas sobre periplos y lugares, he de reconocer que no me he ocupado casi
nada de algunas riquezas y curisosidades de mi ciudad natal.
Y ahora, por una simple casualidad,
con motivo de comentar con un buen amigo que se propone iniciar una actividad
hostelera en ella, he tenido ocasión de parar mientes de nuevo en esta casa, si
no la más estrecha del mundo, sí al menos una de las “menos anchas”.
Ya es bien significativo que yo mismo, cuando
acompaño con satisfacción a mis amigos por la ciudad de Valencia, enseñándoles sus
bellezas y explicándoles sus monumentos e historia, siempre paso por la Plaza
Redonda y de allí, por uno de los pasajes en forma de arco de medio punto,
acceda a la tradicionalmente llamada “Plaza de los Caracoles” (aunque su
denominación oficial es la de Plaza de Lope de Vega), en la que lo más
significativo y curioso es la existencia de esa casa de estrechísima fachada
que se numera con el 12 en la plaza.
No es nada inusual ver cómo grupos
de visitantes a quienes encabeza un guía turístico, llegan hasta la Plaza y allí hacen
sus fotos y se recogen en sus cámaras, frente a la casa “estrecha”.
Y a fe de que la plaza, además de su
sabor antiguo, ofrece también la fachada principal de la Colegiata de Santa Catalina,
restaurada iglesia de interior gótico, que brinda a la ciudad la preciosa torre
que es el remate o cabecera de la calle de la Paz.
Y ahora, cuando además he tenido la suerte
de acceder al interior de esa “estrecha” mansión precisamente por su angosta
puerta (que ocupa casi toda la extensión de su fachada) y comprobar que,
efectivamente, su vertical mantiene entre paredes la misma mínima anchura, pues, no tengo más remedio que contar de ella.
Cierto es que no en mi visita al interior no pude entrar en mayores detalles porque se
estaban realizando obras de rehabilitación y adecuación a su futuro destino para un
establecimiento que entiendo va a ser significado en Valencia, y visitado no
solamente por los turistas.
Pero esto es otra historia, tanto o
más interesante, que me reservo para una próxima
crónica de mis “Experiencias viajeras”, en este deambular "De acá para acullá".
“La arquitectura es una música
congelada”.- Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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