THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Periplo estival 2018.- Del Mediterráneo al Estrecho de Malaca.-VIVENCIAS EN MALASIA Y SINGAPUR (11)


XI.- EL ARCHIPIÉLAGO LANGKAWI Y SUS ATRACTIVOS (11-1)
Langkawi, oficialmente conocida como «Langkawi, la joya de Kedah» (en malayo, Langkawi Permata Kedah) es un archipiélago de Malasia de 104 islas localizado en el mar de Andamán, a unos 30 km de la costa continental del noroeste del país. Las islas son parte del estado de Kedah, que se encuentra junto a la frontera tailandesa. Con mucho, la mayor de las islas es la epónima isla de Langkawi (Pulau Langkawi), que contaba con 64.792 habitantes, siendo la otra única isla habitada tradicionalmente la cercana Pulau Tuba. Langkawi es también un distrito administrativo de la ciudad de Kuah, el más grande de la ciudad. Langkawi es una isla duty-free, libre de impuestos. 
Etimología
Langkawi, en la lengua coloquial malaya, significa 'águila marrón rojiza', un Haliastur indus. La palabra malaya para águila es helang - abreviada "lang" y kawi significa 'color marrón rojizo'. El 15 de julio de 2008 el sultán de Kedah Sultan Abdul Halim Mu'adzam Shah dio su consentimiento al cambio de nombre por el de «Langkawi Permata Kedah» [Langkawi, la joya de Kedah], en conjunción con la celebración del Golden Jubilee y para recordar a los turistas que formaba parte de Kedah. 
Historia
Las islas Langkawi tradicionalmente se pensaba que eran un lugar maldito. Sin embargo, en 1986 el entonces primer ministro Mahathir Mohamad decidió transformarlas en un centro turístico, ayudando a planificar él mismo muchos de los edificios de las islas. 
Geografía
Langkawi es un grupo de 99 islas separadas de la parte continental de Malasia por los estrechos de Malaca, e integran un distrito del estado de Kedah, en el norte de Malasia. Se encuentran a aproximadamente a 51 km al oeste de la capital Kedah. La superficie total de las islas es de 478,48 km², teniendo la isla de Langkawi en sí un total de 320,0 km². La isla principal se extiende unos 25 km de norte a sur, y un poco más de este a oeste. Las zonas costeras consisten en llanos, llanuras aluviales salpicadas de crestas de piedra caliza. Dos terceras partes de la isla está dominada por montañas cubiertas de bosques, cerros y vegetación natural. 
La formación geológica más antigua de la isla, Gunung Matchincang, fue la primera parte del sudeste de Asia en elevarse del lecho marino en el período Cámbrico hace más de quinientos millones de años. La parte más antigua de la formación es observable en Teluk Datai, al norte-oeste de la isla, donde el afloramiento expuesto se compone principalmente de arenisca (cuarcita) en las partes superiores y esquisto y arcilla en las partes bajas de la secuencia. 
Demografía
Sólo cuatro de las 99 islas están habitadas: Pulau Langkawi (la isla principal), Pulau Tuba, Pulau Rebak y Pulau Dayang Bunting. Tienen aproximadamente 99.000 habitantes, de los cuales el 90% son malayos. Los otros grupos étnicos consisten principalmente en chinos, indios y tailandeses. El islamismo es practicado principalmente por los malayos. Otras religiones principales son el hinduismo (sobre todo entre los indios), budismo (sobre todo entre chinos y tailandeses) y el cristianismo (en su mayoría chinos). 
Economía
La economía tradicional basada en la agricultura (cultivo del padi y el caucho) y en la pesca está siendo rápidamente superada por una economía basada en el turismo, que toma en consideración la belleza natural, virgen y ecológica de la isla y que es alentada por un importante apoyo gubernamental.
Turismo
El 1 de junio de 2007 la UNESCO concedió a las islas Langkawi el estatus de World Geopark. Tres de sus principales áreas de conservación en el Langkawi Geopark son Machincang Geoforest Cambrian Park, Kilim Karst Geoforest Park y Dayang Bunting Marble Geoforest park (isla del lago de la embarazada (Pregnant Maiden Lake)). Estos tres parques son las zonas turísticas más populares en el Geoparque Langkawi. 
Parque Geoforestal Kilim Karst (río Kilim) 
Este área consta en realidad de tres estuarios de ríos que se extienden desde el pueblo de Kisap, a unos 10 km de Tanjung Rhu, todos ellos conectados entre sí. Son ricos en vida silvestre y los turistas pueden ver nutrias marinas de nariz melenuda, martín pescador de alas marrón, lagartos y monos macacos nadadores. La piedra caliza, inherentemente porosa, forma numerosas cuevas y hay varias en los manglares. Una de las bellezas naturales de Langkawi es la laguna pirata a las afueras del río. Técnicamente, es una cueva derrumbada (hong) que consiste en una entrada a la cueva desde el mar que emerge en una laguna escondida con imponentes acantilados de piedra caliza y pequeñas cuevas. 
Islas Langkawi 
Hay dos áreas insulares: las islas del Sur, con una importante población turística, y las islas del Nordeste, más aisladas y sin tráfico turístico. La isla Langun tiene un lago de agua dulce sin turistas, el lago Pregnant Maiden [lago Soltera embarazada], que tiene un espigón arenoso (Beach Sand Spit) con
orientación sur. La isla Dendang, al lado de la anterior, forma una popular bahía para los veleros de los operadores turísticos favorecida por la belleza natural y la paz de la zona. 
Las playas más populares son Pantai Cenang, Pantai Tengah, bahía de Burau, Pantai Kok y la bahía de Datai: Pantai Cenang es una pintoresca playa con tramos aparentemente interminables de arena blanca y fina, contorneada por cocos altos y casuarinas y que cuenta con numerosos restaurantes y bares para el entretenimiento nocturno, hosting varios música en vivo y para ver la puesta
de sol; Pantai Tengah está separada de Cenang por un pequeño cabo, y también enfrenta la puesta del sol y está poblada más por hoteles que por barras, por lo que es menos concurrida en la noche; Burau Bay, rodeada por afloramientos rocosos, es el lugar preferido de las aves migratorias en Langkawi; Pantai Kok es una playa tranquila, con el telón de fondo de colinas de piedra caliza; Datai Bay tiene una combinación de bosques y mar, una playa lechosa con el respaldo de un frondoso bosque. 
El teleférico de Langkawi lleva a los visitantes hasta la cima del Gunung Mat Chinchang, donde se encuentra el puente de Langkawi Sky
Transporte
A la isla de Langkawi se puede llegar por mar y aire. El punto de Langkawi Jetty conecta la isla con los principales destinos como Kuala Perlis, Kuala Kedah, George Town, Penang y Tamalang (también pueblos cercanos de Tailandia). El Aeropuerto Internacional de Langkawi es uno de los 7 aeropuertos internacionales de Malasia y la isla está conectada con Kuala Lumpur, Singapur, Penang, Hong Kong, Cantón, Phuket y también Subang.
Una carretera principal atraviesa toda la isla. 
(De Wikipedia y otras fuentes)
Desde la isla de Penang decidimos desplazarnos a Langkawi por vía aérea, ya que la conexión por ferry se nos había anunciado algo incómoda, por el estado difícil del Mar de Andamán. 
Reservamos, pues, vuelo en la compañía AirAsia, y desde el aeropuerto de Penang tuvimos un vuelo corto (18 minutos) y confortable en un moderno Airbus 320-200, hasta el aeropuerto de la isla de Langkawi, situado al suroeste. 
El aeropuerto de destino era más bien pequeño, pero moderno, y desde el principio nos pareció muy bien organizado, pues existía un mostrador para los taxis (autobuses de transporte público no había en la isla), y allí se indicaba el destino, y la empleada anunciaba el precio –nada de regatear—y al momento un
taxista tomaba las maletas y salíamos en el automóvil. 
La primera impresión de la isla fue de que se trataba de una zona muy turística, con infraestructuras bastante cuidadas, muy buenas carreteras, buenos automóviles circulando, y, eso sí, muchas motocicletas. 
Nuestro destino era el hotel Adya, en Kuah (que parecía ser la capital administrativa de la isla), aunque comprobamos las edificaciones bastante diseminadas. 
En unos veinte minutos, el diligente y atento taxista, Dean, nos dejó en el hotel, y concretamos con él para realizar el siguiente día una excursión por los principales atractivos de la isla.
El hotel Adya ofrecía una muy buena planta y situación, no lejana a la bahía y al puerto de Kuah, pero no habíamos reparado en algo que iba a resultar determinante: el hotel se anunciaba como “Islamic hotel”, es decir, era un hotel para musulmanes. 
Tan lo era, que nada más entrar, en la recepción había unas bellas chicas (por lo poco que se veía de sus rostros), con el velo islámico negro, quienes, eso sí, nos atendieron con solicitud y simpatía, aunque, como siempre en Malasia, exigiendo el pago por adelantado, y además una “garantía” por desperfectos, que en nuestro caso importó 100 MYR (unos 20 Euros) por habitación, a devolver a la salida.
Las habitaciones eran austeras pero muy bien dotadas, con la particularidad de que en uno de los ángulos del techo había una flecha que marcaba la dirección a La Meca, y que en el armario había una esterilla de las que usan los mahometanos para sus rezos. 
Subimos a las habitaciones para descansar algo, y al cabo de un rato comenzamos a escuchar muy cercana la voz del muecín desde la mezquita; pero
sonaba tan próxima, que comprobamos que era desde el pasillo, en el que unos altavoces lo reproducían. Y eso iba a repetirse todos los días al filo del alba, es decir, sobre las seis de la madrugada, más o menos. 
Otra de las particularidades del hotel, era que, con arreglo a la ley mahometana, ni alcohol ni carne de cerdo se servía, y las mujeres debían bañarse en la piscina pública (muy buena) prácticamente vestidas, aunque tenían si lo querían una piscina privada para ellas. 
La mayor parte de los huéspedes (aunque de diversas etnias) denotaban ser musulmanes y hasta vimos algunas mujeres con esa inadmisible indumentaria negra del burka, que solamente permite verles los ojos. 
Nos dispusimos a vivir la experiencia “a lo islámico”…
Como el desayuno de la mañana en el Hotel Hard Rock de la isla de Penang había sido abundante, habíamos prescindido del almuerzo o comida, pero a media tarde nos fue entrando un apetito (más bien hambre) que nos forzó a decidir la cena. 
Realmente la zona cercana al hotel Adya tenía bastantes comercios en edificaciones de una o dos plantas, en construcciones de aspecto muy tradicional y algo vetusto, y en las orillas de un lago cercano al hotel comenzaban unos cuantos restaurantes que se anunciaban con especialidades que nos resultaban desconocidas, y cuyo aspecto nos generaba desconfianza. 
A ello se unía que en las calles (casi carreteras) apenas si había aceras, porque a ambos lados discurrían una serie de pequeñas acequias, con agua algo maloliente (probablemente porque el enorme calor la corrompía), y finalmente decidimos sentarnos en un restaurante que exhibía variedades de pescado fresco, calamares, ostras, gambas y langostinos y hasta unas langostas. 
Elegimos tomar un pescado (Red Snaper) al grill, con verduras pochadas y arroz, eso sí advirtiendo que no queríamos picante (que era lo usual) y la verdad es que, con unas cuantas cervezas frías que se calentaban en minutos,
degustamos con placer esos condumios. No estuvo mal la cena. 
Regresamos caminando entre sudores al hotel y nos desplazamos a la enorme tienda Duty Free que se hallaba a espaldas del hotel, en la que las mujeres compraron chocolatinas y yo pude agenciarme a un precio razonable una botella de vodka, todo lo cual sirvió después para acompañar una pequeña tertulia en nuestra habitación. 
Y a descansar, porque el día siguiente nos esperaban las excursiones.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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