(9) Visita a Deva y su fortaleza, lago Cincis, comarca de Hunedoara y Parque Nacional Retezat
Paula Ierulescu organizó que en un día en que ella se liberaba de sus ocupaciones, fuéramos a Deva, porque ella debía realizar una gestión administrativa, y después visitáramos su castillo o ciudadela.
Quería que ese día fuésemos sus invitados, y así lo aceptamos.
A la salida desde Serel acudió en muchachote Eduardo Csibi, esta vez con un potente automóvil Range Rover, y con él subimos al coche, acompañándonos también Daniela, la madre de Paula.
En una media hora nos plantamos en Deva, donde tomamos un café, mientras esperábamos a Paula, muy cerca de la plaza en la que una estatua del emperador Trajano recordaba los orígenes.
Cuando nos congregamos de nuevo, acudimos al pie de la fortaleza, haciendo cola para utilizar el diminuto funicular (solamente dieciséis ocupantes), y tras una media
hora de espera subimos a lo alto, donde un fuerte viento atenuaba algo el gran calor que hacía.
La ciudadela o castillo es más interesante por las vistas que se vislumbran que por la propia edificación en sí, poco cuidada y con partes derruidas.
Al descender, Paula nos dirigió hacia el lago Cincis, en el que quería invitarnos a comer en el Hotel del mismo nombre, que se nos presentó con un emplazamiento privilegiado, a la vera del agua, con
una terraza exterior que brindaba el fresco ambiente que deseábamos.
Las vistas eran una preciosidad y el agua regalaba una multiplicidad de colores, con los reflejos de las distintas masas arbóreas.
Ello estimuló nuestro apetito y por ello degustamos
unos muy sabrosos y bien preparados platos rumanos y de estilo húngaro y germánico, cuyo precio rompía cualquier principio de baratura, pero que compensaron la estancia, la convivencia y el diálogo en tres idiomas: inglés, rumano y español. ¡Y hasta nos entendíamos!
Las necesarias fotografías cerraron nuestra estancia para dirigirnos al Parque Natural Retezat, una de las joyas de Rumanía, que se nos presentó bellísimo, magnificente, con tupidos bosques y riachuelos, bellos lagos y sonido esplendente de naturaleza viva, y sobre el que se recoge información sucienta más adelante.
Ya el día comenzaba a declinar y por ello, llevados por el audaz y en ocasiones osado conductor Eduardo, llegamos a Serel, donde mantuvimos al tiempo d ela cena al aire libre la acostumbrada tertulia familia, mientras el tsuica era compartido por Ion Ierulesco y por mí mismo.
Un día muy completo, para agradecer especialmente a Paula, quien demostró no solamente su afecto hacia nosotros, sino sus dotes de convivencia y hospitalidad.
Para recordar.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
Deva (en húngaro, Déva) es la capital del distrito Hunedoara, situado en Transilvania, Rumania. Tiene una población de 69.257 habitantes. El nombre de Deva parece provenir de la palabra dacia dava que
Geografía
Está situada en el centro de distrito de Hunedoara, a una altitud de 187 metros sobre el nivel del mar, en la orilla izquierda del río Mureş. Se encuentra en un
valle rodeado de las montañas de Poiana Ruscă y Zarand al oeste, las montañas de Apuseni al norte y Măgura Uroiului al este.
Demografía
En 2002 la ciudad tenía 69.257 habitantes, según el censo de aquel año, de los cuales, el 89,21% son rumanos, el 8,62% magyares, el 1,62% gitanos y otras minorías menos del 1% cada una. Desde punto de vista religioso la mayoría son ortodoxos rumanos (83,18%), luego católicos (7,58%) y otros. La mayoría de la población es de avanzada edad, sólo el 14,52% de la población tenía menos de 14 años.
La principal atracción turística de Deva es su
fortaleza o ciudadela, situada en la zona Norte de la ciudad, en la salida
hacia Arad y Timisoara.
La fortaleza se halla en la cresta de un montículo, a
378 metros de altitud sobre el nivel del mar, y fue construida en el s. XIII.
Se puede acceder a ella bien en coche, bien a pie, o bien con la que los
rumanos llaman telecabina, un ascensor inclinado que parte desde la base del
monte, justo detrás del Parque Cetate.
La telecabina en un par de minutos nos
lleva hasta la entrada principal de la ciudadela. La entrada a la ciudadela es
gratuita si se hace a pie o en coche, mientras que el billete de ida y vuelta
con la telecabina cuesta 10 lei (o 5 lei si se opta sólo por subir con el
ascensor, y luego bajar andando). En verano suelen formarse colas para subir
con la telecabina, debido a que sólo tiene capacidad de 16 personas.
La ciudadela de Deva ha pasado por
varias etapas de construcción a lo largo de su historia, hasta acabar con la
forma actual, que consta de 3 recintos concéntricos.
El primer anillo, situado
en la parte más céntrica y más elevada de la fortaleza, estaba destinada
exclusivamente a fines residenciales; este anillo en la actualidad no se puede
visitar, porque se encuentra en obras.
El segundo anillo también contenía una
zona de viviendas, al tiempo que ejercía de recinto de defensa; este anillo se
puede visitar, aunque ya no quedan ruinas de las antiguas viviendas.
El tercer
anillo era puramente una muralla defensiva.
Las vistas desde lo alto de la ciudadela son
magníficas: se ve la ciudad de Deva en toda su extensión, asentada a las faldas
de los montes Poiana Rusca. En el lado opuesto, se puede vislumbrar la nueva
autovía que une a Deva con Sibiu, el Río Mures y las vías del tren, que van
paralelas a la ciudad. Más al fondo, se divisan también los Montes Apuseni.
(De Wikipedia y otras fuentes)
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Cincis, el
lago artificial
Cincis, lago artificial, se encuentra a pocos minutos de
Hunedoara. Es un lugar de encuentro para muchas familias que se van al lago
cuando los primeros rayos
de sol aparecen. Cada temporada le da un aspecto
particular: Montañas nevadas en invierno, los árboles florecen en primavera,
otoño de colores y el aire era muy agradable en el paseo acuático.
(De Internet)
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No sólo es uno de los parques más bellos sino también el más antiguo de Rumania. Fue fundado en
1935 y tiene una superficie de 380 kilómetros cuadrados y una altitud de entre 800 y 2500 metros sobre el nivel del mar. En la parte inferior del parque existen profundos valles estrechos, mientras que las partes más altas consisten en mesetas glaciales con más de 80 lagos de origen glaciar.
El Parque Nacional Retezat comprende dos áreas, una de ellas tiene un carácter científico. Cualquier forma de explotación como el pastoreo, la caza, pesca,
recolección de frutos, el turismo de camping, etc, está prohibido. El acceso es igualmente restrictivo, sólo se accede con un permiso previo. La segunda área es menos restrictiva, y actividades como el pastoreo se permiten dos meses al año.
Más de un tercio de la flora de Rumania se encuentra en las montañas de Retezat. 1200 especies de plantas reposan sobre la región, de las cuales 130 están en peligro de extinción en Europa. Las laderas están cubiertas con diferentes tipos de bosques,
especialmente de hayas, abetos y pinos. Más de un cuarto de la montaña está por encima de los 5760 pies de altitud, donde la vegetación arbórea y los glaciares han creado valles que terminan en magníficas bahías glaciares, lagos y cascadas.
En cuanto a la fauna, el Parque Nacional Retezat es refugio de 55 especies de mamíferos, de las cuales 22 están protegidas por la ley, y ofrece las condiciones para la supervivencia de las más importantes especies de carnívoros de Europa, como los lobos y linces. Osos pardos, jabalíes, gatos salvajes, ciervos, tejones y nutrias también pueblan la zona. El número total de las especies animales que viven en el Parque Nacional de Retezat es superior a 1000.
Con casi 80 lagos, 58 de ellos permanentes, Retezat posee casi el 40% de los lagos glaciares que existen
en Rumania, entre ellos Bucura, el mayor lago glaciar en Rumania y Zanoaga, el lago glaciar más profundo. El senderismo en el parque permite un impresionante panorama de toda esta naturaleza.
El Parque Nacional Retezat merece una visita por dos razones: la belleza de los paisajes y la naturaleza salvaje de la zona. Acceder al parque no tiene ningún coste.
(De Wikipedia y otras fuentes)
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