THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Verano 2021 desde la mascarilla: Viajes menguantes, ánimos crecientes. (2) El valle de Pineta, Monte Perdido y acceso a Francia por el túnel de Aragnouet


 “El Valle de Pineta (en aragonés Valle de Pineta o Valle Verde) es un valle pirenaico situado en la comarca aragonesa de Sobrarbe, al Este del macizo de Monte Perdido, discurriendo rectilíneamente en dirección Sureste durante más de 12 km, desde el Circo de Pineta a los pies del mismo Monte Perdido, hasta la localidad de BielsaLa cabecera del Valle de Pineta forma parte del parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, junto con el macizo de Monte PerdidoValle de OrdesaCañón de Añisclo y las Gargantas de Escuaín.

Se trata de un impresionante valle glaciar (en forma de "U") delimitado por altas y escarpadas crestas montañosas. Así, la cresta Sur o Sierra de las Cutas es una continuidad de picos entre 2500 y 3000 metros de altura que en menos de 2 km lineales descienden unos 1200-1500 metros hasta el fondo del valle situado a unos 1200-1300 metros de altitud. En esta cresta Sur destacan las Tres Marias, un conjunto de tres picos gemelos y contiguos de 2700 metros de altitud. La cresta Norte es algo menos escarpada y tiene algunos valles glaciares secundarios. El cierre del valle es también una pared muy escarpada, con una sucesión de cascadas majestuosas, en cuya parte superior se encuentra el Circo y Balcón de Pineta, el Lago helado del Marboré y la pared Norte del Monte Perdido.

El Valle de Pineta es el más accesible de todo el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, ya que por su fondo discurre una carretera desde Bielsa hasta el mismo fondo del Valle, donde se encuentra el Parador Nacional Monte Perdido, a los mismos pies del Circo de Pineta y del macizo del Monte Perdido

(DE Wikipedia y otras fuentes)

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Monte Perdido (en aragonés, As Tres Serols) es el macizo calcáreo más alto de Europa. Se encuentra situado dentro de la vertiente sur del Pirineo central, al norte de la provincia de Huesca, en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la comunidad autónoma de Aragón (España). Su pico más elevado es el Monte Perdido con una altitud de 3355 metros sobre el nivel del mar.

El macizo de Monte Perdido, conocido como Las Tres Sorores o Treserols,

lo componen los Picos de Monte Perdido (3355 m), Cilindro (3328 m) y Añisclo (3263 m) llamado también, este último, Soum de Ramond, dedicado al pireneísta Louis Ramond de Carbonnières, uno de los primeros exploradores y expertos de la alta montaña pirenaica. En este sector se encuentran 22 cimas de más de 3000 m.

El macizo de Monte Perdido forma parte del parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, constituido a su vez por cuatro valles de extraordinaria belleza: Ordesa al suroeste, Añisclo al sur, Escuaín al sureste y Pineta al este. Parte del macizo se interna al norte en territorio francés, formando parte del Parc National des Pyrénées, destacando el Valle y Circo de Gavarnie, otro impresionante circo glaciar que en su cabecera tiene la cascada más alta de Europa, con más de 400 metros de caída vertical. Monte Perdido es el pico de la izquierda y el de la derecha es el Cilindro (visto desde el norte).

En la cara norte del Monte Perdido se halla uno de los pocos glaciares que siguen existiendo en el Pirineo, aunque en lento pero continuo retroceso. Se trata de una lengua con mucha pendiente, que tiene un frente de unos 750 metros y va desde los 2700 a los 3250 metros de altitud.

Entre los montañeros, Monte Perdido goza de una gran popularidad debido a que es un tres mil relativamente fácil de acometer. La vía normal de ascensión se efectúa a través del refugio de Góriz (2160 m), donde es habitual pernoctar, y el canal de "la escupidera", uno de los puntos negros del Pirineo donde han muerto muchos escaladores intentando alcanzar la cima.

Este macizo está incluido dentro de la Reserva de la biosfera Ordesa-Viñamala declarada por la Unesco en 1997.

Historia

Ramond de Carbonières fue uno de los primeros en estudiar los Pirineos y precursor de la conquista del Monte Perdido desde que lo identificara en 1787 desde la cumbre del Midi de Bigorre (en el Pirineo francés). A partir de 1796 se consagra como profesor de Historia natural en la nueva Escuela Central de Tarbes. Sus cursos encuentran inmediatamente un gran éxito. Como un especialista en Botánica y en Geología de los Pirineos centrales, se pone, en 1797, a proyectar lo que tanto había deseado: alcanzar la cima del Monte Perdido para saldar la controversia que tenían Dolomieu y Lapeyrouse sobre la edad primitiva de los calcáreos de la cadena central.

La expedición, que comprendía a quince personas como Picot de Lapeyrouse y muchos de los alumnos de Ramond, halla numerosos fósiles, mas no alcanza la cumbre. La minuta de la ascensión aparece en 1797 con el título de Voyage au Mont-Perdu et dans la partie adjacente des Hautes-Pyrénées. El 7 de septiembre de 1797, acompañado de sus alumnos como Charles-F. Brisseau de Mirbel (1776-1854), Ramond de Carbonnières intenta subir una segunda vez. El administrador y forestador Étienne-François Dralet (1760-1844) participa en esta ascensión. Pero no es así hasta 1802 cuando al fin la alcanza. Para ello, lanza a los guías Rondo y Laurens, acompañados de un pastor de Pineta, hacia la cumbre. El 10 de agosto de 1802, cuatro días después de la conquista del Monte Perdido por estos tres hombres, pagados por Carbonières, éste repite el recorrido. Ramond relata su expedición en el Journal de Mines, lo que le valdrá un reconocimiento de los científicos de su época.

La flora y la vegetación

El hecho de ser el macizo calcáreo más alto de Europa hace que tenga también una flora muy singular. De las cerca de 3500 especies de plantas vasculares que podemos encontrar en el Pirineo, apenas 150 son capaces de superar los 3000 m de altitud, y de ellas 95 han sido localizadas en los 34 "tresmiles" del Macizo de Monte Perdido y cercanías. Solo las tres puntas de los Gabietos reúnen a medio centenar de ellas.

Sin embargo, debemos destacar que no todas las cimas tienen las mismas plantas, y solo un puñado se repite, como Saxifraga pubescensSaxifraga oppositifoliaAndrosace ciliataLinaria alpina alpinaMinuartia cerastiifolia o Pritzelago alpina alpina, por citar solo las más comunes.

Patrimonio de la Humanidad

«Pirineos - Monte Perdido» es un sitio Patrimonio de la Humanidad desde el año 1997, con ampliación en el 1999. Afecta, en Francia, al departamento de Altos Pirineos, y en España, a los municipios de Torla-Ordesa, Fanlo, Tella-Sin, Puértolas, Bielsa y Broto, todos ellos en la provincia de Huesca.

Según la página web de la UNESCO:

<<este destacado paisaje montañoso, que cruza las fronteras nacionales de Francia y España, se centra alrededor del pico del Monte Perdido, un macizo calcáreo que se alza hasta los 3352 m. El lugar, con un área total de 30.639 ha, incluye dos de los más grandes y profundos cañones en el lado español y tres grandes paredes de circo en las laderas francesas, lado más abrupto, presentaciones clásicas de estas formas geológicas. El lugar es también un paisaje pastoral que refleja una forma de vida agrícola que en el pasado estuvo extendida en las regiones elevadas de Europa pero que actualmente sólo sobrevive en esta parte de los Pirineos. Así proporciona una vista interior excepcional a la sociedad europea del pasado a través de su paisaje de pueblos, granjas, campos, pastos de altura y carreteras de montaña>>

(De Wikipedia y otras fuentes)

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“ Bielsa es un municipio de la comarca del Sobrarbe, en la provincia de Huesca en AragónEspaña. Una parte del parque nacional de Ordesa y Monte Perdido pertenece a este municipio.

Ubicada en la confluencia de los ríos Cinca y Barrosa, sobre la morrena frontal de un valle de origen glaciar: el valle de Bielsa.

Parte de su término municipal está ocupado por el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido y el Monumento natural de los Glaciares Pirenaicos.

El municipio está formado por los núcleos de Bielsa, Javierre, EspierbaParzán y Chisagüés.

El municipio está en el entorno del cauce del: RIO CINCA.
Bielsa tiene en su entorno próximo las siguientes alturas y cimas (puntos geodésicos oficiales): Punta Suelza 3024 m, Puntas Verdes 2669 m, La Hoya 2632 m, Motinier 2369 m, Punta Llerga 2318 m, Pegueras 2098 m”

 (De Spain viajes y otras fuentes)

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Túnel de Bielsa-Aragnouet

País

 Francia
 
España

Ubicación

Pirineos

Coordenadas

42°43′55″N 0°11′43″ECoordenadas 42°43′55″N 0°11′43″E (mapa)

Tipo

Túnel carretero monotubo

Uso

Carretera D173 - A-138

Inauguración

Octubre de 1976

Longitud

3,070 km

Ancho

6 m

Gálibo

4,3 m

Estado actual

En servicio

[editar datos en Wikidata]

"El túnel de Bielsa-Aragnouet es un túnel carretero internacional situado en el Pirineo central. Une los valles de Bielsa (España) y de Aure (fr:) (Francia).

Historia

Fue construido por un convenio internacional entre el Gobierno español y el Consejo General del departamento de los Altos Pirineos durante la década de 1970. El alcalde de la localidad de Saint-Lary-Soulan, Vincent Mir, fue su principal propulsor. Tras varias demoras debidas a problemas técnicos, el túnel fue puesto en servicio en octubre del año 1976.

Los rigores del clima pirenaico y la falta de atención por parte de las autoridades españolas y francesas deterioraron mucho el túnel, por lo que a comienzos del siglo XXI se acometieron obras de reforzamiento y se mejoró la seguridad, al instalarse un semáforo que impide que dos camiones se crucen en el interior del estrecho túnel. En el año 2008, la Comunidad Autónoma de Aragón y el departamento de Altos Pirineos firmaron un acuerdo para formar un consorcio que gestiona de manera conjunta tanto el túnel internacional como varios kilómetros (4,5 km de la carretera autonómica A-138 en España y 6,1 km de la carretera departamental D 118 en Francia) de las carreteras que sirven de acceso al mismo desde ambos países, siendo su cometido principal la limpieza invernal para mantener abierto el paso transpirenaico.

La solución definitiva para el túnel de Bielsa sería construir un segundo tubo, de manera que cada uno de los túneles fuese unidireccional. Sin embargo, no existe inquietud por la ampliación del túnel en ninguno de los lados fronterizos. Además, Francia pretende derivar parte de los tráficos pirenaicos de la carretera al ferrocarril y la vertiente francesa es una zona protegida con una carretera de carácter secundario.

Características.

Es un túnel de un solo tubo de doble dirección con una longitud de 3.070 metros, de los cuales 1.298 se encuentran en España y 1.772 en Francia. La embocadura del lado español está a 1.664 metros de altitud, la embocadura francesa a 1.821 metros. Debido a la altitud es un túnel que se suele cerrar a la circulación con cierta frecuencia durante el invierno"

( De Wikipedia y otras fuentes)

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Ciertamente, los Pirineos siempre me han atraído, u en mis recuerdos de lejanas experiencias en la cordillera y zonas limítrofes, se hallan las deliciosas estancias en el valle de Broto, especialmente en la minúscula aldeíta de Linás de Broto, casi a los pies de la zona del circo de Gavarnie y en los aledaños del bello pueblo de Torla y del valle de Ordesa.

Corrían los años 1970 y algo más, cuando un enorme temporal de nieve me obligó, cerca de Biescas, en la carretera que por el valle de Tena asciende a la zona de Sallent de Gállego y Formigal, a desviarme inopinadamente –luchando con la muy nevada ruta— al puerto de Cotefablo, alto y casi impracticable, y llegué (aún no sé cómo) a las primeras casas de Linás de Broto, y en una curva de la carretera casi me topé con un blanco edificio de cuatro plantas que se anunciaba como “Hostal Jal”. Me detuve en él, ante la sorpresa de su dueño, el bueno de José Pérez, quien me recomendó no siguiera la ruta, porque la carretera

estaba cerrada y me ofreció pernoctar en su hostal, sirviéndonos a mi esposa y amí una deliciosa cena, abundante por demás, que elaboró su esposa, Pepita, amable y generosa, en nuestra presencia (nos sentaron en la cocina, porque se estaba más caliente) y que devoramos con placer en medio de una amenísima conversación.

Esa coincidencia cuajó en muchas más visitas, con nuestros hijos y amigos, de manera que Linás de Broto se convirtió casi en el punto central de nuestras excursiones al Pirineo, porque pernoctábamos siempre en el Hostal Jal y desde allí salíamos en excursión al valle de Tena, a Jaca, a Framcia por Sallent de Gállego y Formigal, a Lourdes, a los picos del Aubisque y del Tourmalet (en la vertiente francesa)

Aún recuerdo que en una de esas estancias aprovechamos la invitación de un matrimonio madrileño también alojado en el Hostal, para desplazarnos por Broto y Aínsa en dirección al valle de Pineta, bordeando el río Cinca (que nace precisamente en Monte Perdido) y por una carretera muy deficiente, en tramos invadida por el río, hasta tal punto que casi en las cercanías de Bielsa hubimos de volvernos, porque el río fluía totalmente la calzada. Quedó una especie de frustración por no alcanzar en valle de Pineta, que andando el tiempo me motivó repetidas veces a visitar nuevamente la zona.

Y bien, en este verano de 2021, después de tanto tiempo sin viajar, y después de tantos confinamientos y restricciones pandémicas, conseguí convencer a mi esposa para que, aunque fuera por unos poicos días, nos sustrajéramos al bochornoso calor de Valencia y nos fuéramos a gozar del fresco pirenaico.

Después de analizar como acostumbro las posibilidades de viaje y alojamiento, decidí llegar hasta Bielsa, que es de alguna manera la “capitalidad” del valle de Pineta, y escogí el alojamiento en el “Hotel Bielsa”, que parecía ofrecer muy buenas condiciones, ya que la otra posibilidad viable, el Parador de Turismo de Monte Perdido, quedaba demasiado escondida a los pies del monte de ese nombre.

Para el viaje se me ofrecían principalmente dos alternativas. Una de ellas (la que escogí) era viajar por la Autovía Mudéjar (la A23) hasta Zaragoza, y allí desviar por la misma Autovía A23 hasta Huesca, siguiendo después por esa A23 hasta Sabiñánigo, y en el cruce hacia Jaca, continuar por la carretera N260 hacia Fiscal, llegando a Boltaña y Aínsa, donde se tomaría la carretera aragonesa A-138 hasta Bielsa. La otra posibilidad consistía en dirigirse por la AP7 en dirección Tarragona, y en Tortosa seguir ruta hasta Barbastro y de allí hasta Aínsa.

Opté por el primer camino, aunque suponía algunos kilómetros de más, no solamente porque la mayor parte era por autovía, sino también por aquello de pasar junto al pueblo de mis antepasados, Torrijo del Campo, provincia de Teruel, cuna de mi familia paterna (para la que tuve un emocionado recuerdo en silencio). Ultrapasada Zaragoza, como el apetito ya se notaba, hallé junto a la Autovía el “Hotel Norte”, de buena presencia, en cuyo salón comedor nos dispusimos mi esposa y yo a comer con cierta calidad.

No nos equivocamos con la comida, aunque tampoco quedamos satisfechos del todo, porque, siendo sábado, era obligado comer un “menú degustación", de 23’50 €, que se ofrecía con pretensiones de abundancia y calidad, aunque no era para tanto, porque la media paletilla de ternasco (el cordero aragonés) que yo elegí estaba bastante reseca y poco jugosa, aunque mi mujer gustó de un rodaballo al horno, cuya oferta sorprendía tan lejos de su hábitat natural como es Galicia, pero ya se sabe que actualmente las piscifactorías y los congelados obran milagros.

Después de comer, bajo un sol de justicia, mitigado por la buena climatización de nuestro automóvil, llegamos al cuce de Sabiñánigo y dsviamos hacia Fiscal por la tortuosa carretera que durante algo más de 40 kilómetros pone a prueba la pericia de los conductores, por sus muchas curvas y estrecheces.

Ya en Boltaña la vía era normal y desde Aínsa hacia Bielsa, la carreterita estaba en buen estado y, siempre bordeando el río Cinca, nos permitió llegar a Bielsa alrededor de las siete de la tarde.

El “Hotel Bielsa”, nuestro alojamiento se presentaba con muy buen aspecto en medio de un muy amplio jardín junto al río Cinca y lindante con la carretera.

Se nos acogió con simpatía, y tras comprobar que la habitación era amplia y bien dotada, me permití sentarme en la terraza del bar y resfrescarme con una bebida tónica, hasta que un rato después ascendimos caminando al cercano pueblecito de Biescas, no demasiado concurrido por turistas, aunque denotando su vocación para viajeros.

No tuvimos ansias de cena (porque la comida había sido abundante) y me conformé con un sándwich mixto, para ir a la habitación al cabo de un rato.

El fresco (unos quince grados) nos resultó muy acogedor, hasta el punto de que hubimos de cerrar las puertas de la balconada que recaía al amplísimo jardín, bajo los picachos pirenaicos que lo envolvían.

El primer día de nuestra estancia en el valle lo dedicamos a subir por carretera hasta el Parador de Turismo, que se alza con mole austera en lo profundo del valle, casi ahogado por las crestas del Monte Perdido y

que hubiéramos deseado para la pernocta de no estar tan aislado de otras rutas.

Unos cuantos paseos admirando la inenarrable belleza de las cumbres pirenaicas ocuparon nuestra mañana, y retornamos a Bielsa, con la tentación de dirigirnos hacia el norte, en dirección a Francia (23 kilómetros) llegando hasta el túnel de Aragnouet, que nos atrevimos a recorrer, aunque la salida del lado francés nos sorprendió con un montón de curvas cerradas y en pendiente, por lo que al llegar al pueblecito francés de Aragnouet desistimos de adentrarnos más en el país vecino y retornamos para comer algo, lo que cumplimos con algo ligero en un barete supermercado junto a la carretera, más poblado de franceses que de españoles, con vuelta a nuestro hotel para un poco de solaz.

El día había resultado magnífico y, sobre todo, nos había permitido gozar del fresco y ambiente puro de los Pirineos, relajando cuerpo y espíritu.

En llegando el lunes, decidimos dirigirnos a visitar un tramo del valle de Ordesa, (lo que fue otro especial disfrute, aunque dejo para otra entrada la glosa de nuestra experiencia en tan preciosa zona) y por la noche tuvimos la buena ocasión de cenar en el Hotel Bielsa, en el que se nos ofreció un muy variado menú, con muy buena atención del servicio, especialmente de la misma propietaria, y platos muy bien elaborados a

un precio muy adecuado, lo que mereció nuestro elogio.

De esta guisa llegamos al último día, en el que desayunamos de un espléndido buffet libre, que nos sació hasta el exceso, tras lo que, a media mañana, nos despedidos de Bielsa con el deseo de regresar dedicándo más paseos y recorridos.

Del viaje de regreso, simplemente narrar, por ahora, que desde Aínsa nos dirigimos a Barbastro, visitando junto al pantano de El Grado –río Cinca-- el santuario de Torreciudad (le dedicaré una entrada específica), y, vía Monzón, bordeamos Lleida para salir a Montblanc y por la C14 llegar hasta las cercanías de Reus, y allí enlazar con la AP7, que, en 240 kilómetros más nos llevó hasta Valencia.

En resumen (y a falta de comentar más experiencias en entradas posteriores) hallamos en cuatro días de descanso una relajación y una ruptura de rutina que nos hizo olvidar los indeseables ratos de restricciones, confinamientos y órdenes en ocasiones absurdas de la pandemia.

Y, una vez más, quedó demostrado que nuestra España es tan rica, tan variada, y ofrece tan inúmeras posibilidades, que en muchas ocasiones no vale la pena irse por ahí fuera, a países extranjeros, a veces muy lejanos, para gozar de lo que tenemos aquí cerca.

Pero, en todo caso, viajar siempre ha sido, es y será un placer

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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