THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

viernes, 10 de enero de 2014

LA PIEL DE TORO: DEL CABO DE GATA, EN ESPAÑA, AL DE SAN VICENTE, EN PORTUGAL. (VI) FARO Y RIA FORMOSA, EN EL ALGARVE PORTUGUÉS


Faro es una ciudad portuguesa, capital del distrito homónimo, y de la región del Algarve. Tiene 64.560 habitantes y es cabecera de un municipio con 201,31 km² (2011).

Dividido en seis freguesias (parroquias). Por autopista está a 278 km de Lisboa y a 198 de Sevilla. Importante centro turístico, dispone de aeropuerto internacional y de un destacado patrimonio monumental: Iglesia del Carmen, la Catedral gótica, el Palacio de Estói o murallas. Es también sede de la Universidad del Algarve.

Junto a Faro se ubica la Laguna de Ria Formosa, una reserva natural de 170 km², destacado punto de observación de numerosas especies de aves migratorias.
Historia de Faro  
La ciudad ha servido de almacén comercial, en un gran sistema comercial basado en el intercambio de productos agrícolas, pescado y minerales. Su nombre, Ossonoba, uno de los más importantes centros urbanos en la región sur de Portugal entre el siglo III a. C. y VIII d. C., esta zona de la ciudad estaba gobernada por romanos y visigodos, habiendo llegado a ser conquistada por los moros en el año 713, (reforzada por un nuevo muro construido a instancias del príncipe árabe Bekr Bueno, en el siglo IX).
Después de la independencia de Portugal (que data de 1143), D. Afonso Henriques (primer rey de Portugal) y sus sucesores comenzó a ampliar el sur del país, a continuación, reconquistar los territorios ocupados por los moros, que culminó con la conquista del Algarve y de la ciudad de Faro en el año 1249, por las tropas de D. Afonso III.

Faro fue elevado al rango de ciudad en el año 1540, y desde 1830 es la capital del Algarve.
Accesibilidad
Carretera
 
La capital del Algarve tiene excelentes rutas de transporte hacia las ciudades vecinas de Olhão y Loulé y sus prolongaciones que conectan con ambos extremos del sur de Portugal, y también una autopista (Vía Infante de Sagres), que la une con toda la costa del Algarve y con España. A Lisboa se llega por la Auto-Estrada do Sul, a través de la autopista Vía Infante de Sagres.
Aeropuerto internacional
Faro tomó su vocación cosmopolita, en la apertura de su aeropuerto internacional, el 11 de julio de 1965. 
Hoy en día y gracias al aumento de la demanda turística en el Algarve, la ciudad tiene el segundo aeropuerto más ocupado en Portugal después del aeropuerto de Portela en Lisboa, con un movimiento de más de 5 millones de pasajeros al año.
Clima
Situación
Naturaleza

El punto culminante de la provincia es el Ria Formosa, que es un pantano que se extiende por los municipios de Loulé, Faro, Olhão, Tavira y Vila Real de Santo António, que abarca una superficie de alrededor de 18.400 hectáreas más 60 kilómetros de río Ancão a la playa de Manta Rota.

Esta es un área protegida, es Parque Nacional. El sur está protegido de océano Atlántico por un cordón de dunas, formadas por dos penínsulas (a Faro, que incluye la Ancão playa y la playa de Faro, y el Cacela, que incluye la playa de Manta Rota) y cinco barreras de arena islas (Isla de la Barreta - la más meridional del territorio portugués, Culatra isla, isla de Armona, la isla de Tavira y la Isla de Casetas), que sirven para proteger la totalidad del Parque.

Es un humedal de importancia internacional como hábitat de aves acuáticas y es el punto de paso de aves migratorias entre el Norte de África y Europa, objeto de muchos estudios realizados por estudiantes de la Universidad del Algarve.

Monumentos y edificios notables


  • Arco da Vila
  • Paredes de Faro, Paredes
  • Castillo (Faro), Castillo
  • Catedral de Faro
  • Paço Episcopal de Faro
  • Seminario Episcopal
  • Banco de Portugal (Faro)
  • Leth Teatro
  • Convento de San Francisco (Faro)
  • Iglesia de San Francisco (Faro)
  • Convento de Santo António dos Capuchos (Faro)
  • Capilla de San Antonio del Alto (Faro)
  • Iglesia de Santa Bárbara
  • Colonia del cementerio judío de Faro, cementerio judío
  • Capilla de San Luis (Faro)
  • Capilla del pie de la Cruz
  • Ermita de San Sebastián (Faro)
  • Iglesia de San Pedro (Faro)
  • Iglesia del Carmo (Faro)
  • Convento de Nossa Senhora da Assumpção (Faro)
  • Iglesia de la Misericordia (Faro)
  • Capilla de Nuestra Señora de la Esperanza (Faro)
  • Nuestra Señora de Descanso (Faro)
  • Igreja Nossa Senhora da Conceição
  • Horta de orfebres (Sol de capitán Mor)
  • Granero de San Francisco
  • Palacete Belmarço
  • Catedral
  • Palacete Guerreirinho

Museos


  • Convento de Nossa Senhora da Assumpção (Faro)
  • Museo Marítimo Almirante Ramalho Ortigão
  • Museo Regional del Algarve
  • Centro de Ciencias de Vida
  • Museo Municipal de Loulé
  • Museo Municipal de Faro

(De Wikipedia y otras fuentes)


"En el Algarve, como en todo Portugal, uno de los mayores placeres que se lleva el visitante llega a la hora de comer. La gastronomía portuguesa es amplia y los restaurantes en los que se disfruta suelen servir raciones abundantes a precios muy asequibles. Es verdad que, quizá, en el Algarve la variedad de platos en los restaurantes es algo menor que en el resto de Portugal y que las comidas más pesadas y los guisos no sean tan comunes como en el resto del país. Sin embargo, también es verdad que la presencia de turistas también ha aportado al menú otros platos de otras cocinas mundiales.

El plato típico del Algarve es la cataplana, que es una especie de guiso al vapor a base de pescado y verduras, realizada en una pequeña olla metálica y cerrada. En realidad, la cataplana es el nombre de esta especie de olla, pero lo ha transmitido al plato que se cocina en ella. Quien pruebe el plato y tenga antojo de repetirlo en su casa, puede comprar la cataplana en las tiendas de menaje y hogar de la región –en Faro o Portimao es más fácil encontrarlas-.

La cataplana es el plato estrella de muchos restaurantes, sobre todo de aquellos especializados en pescado y que quieren dar una imagen algo más portuguesa. Básicamente, y honrando a la tradición pesquera de la región, la cataplana tiene como ingrediente principal el pescado o el marisco y, junto a él, se cuece algún tipo de guarnición o complemento como arroz o verduras, con algo de caldo.

La otra estrella de los restaurantes del Algarve son las carnes y pescados elaborados a la parrilla o “grelhados”. Muchos restaurantes disponen de un patio, una terraza o una cocina suficientemente amplia donde instalar una parrilla y colocar sobre ella los productos a consumir. Entre los pescados, son típicas las sardinas
, los carapaus (jureles) o la dorada; mientras que en la carne, es sobre todo la carne de cerdo o de borrego la que va a la parrilla. Muchos restaurantes ofrecen, también, las llamadas “mixtas” de pescado o carne, que es una mezcla de diferentes tipos.

El bacalao, tan típico en otras partes del país, no está tan presente en los restaurantes, aunque muchos sí tienen alguna de sus opciones más comunes en la carta. Sí es frecuente, por el contrario, encontrárselo como plato del día en forma de ensalada de bacalao con garbanzos.

Sobre los restaurantes, depende de la localidad. En las zonas más turísticas, casi todos ellos están orientados al público visitante y disponen de terraza, mientras que en los núcleos más urbanos es frecuente encontrar los típicos snack-bar o pastelarias en los que comer el plato del día. Además de la comida tradicional portuguesa, no es extraño ver oferta de otras comidas del mundo. En la zona cercana a Albufeira son frecuentes los bares con comida típica del norte de Europa para turistas o restaurantes chinos. En el resto de ciudades, hay una buena presencia también de restaurantes con comida italiana o, sorprendentemente, comida india.

En Portugal, lo típico es comer el plato del día. Los restaurantes
disponen, evidentemente, de una carta, pero siempre hay uno o varios platos que se denominan “do dia” y que se sirven a precios más económicos hasta que se acaban. En los snack-bar y pastelarias, en ocasiones, los platos del día son la única opción para comer fuerte y muchos de ellos los sirven solo en el almuerzo. Por lo general, el plato del día es abundante y suficiente para una comida. A su precio se le añadía luego el de las bebidas, pan, postres, cafés y entrantes para sumar el precio completo de la comida. Sin embargo, en muchos restaurantes del Algarve se ofrece ese plato del día en un conjunto de menú con el resto de complementos. Las dos formas de servir conviven".

(De “VoyalAlgarve.com")


Nuestra tercera jornada en el Algarve debía ser por desgracia la última en esta ocasión, por mor del itinerario que nos habíamos impuesto para este viaje.

Por ello, para quienes visitaban por primera vez el sur de Portugal resultaba casi obligado conocer la capital, la ciudad de Faro, situada casi en el centro de la zona.

Desde nuestro alojamiento en Lagos hasta Faro aprovechamos la autopista de peaje A-22, que para algo habíamos registrado a la entrada el “prepagamento do portagem”.

La ciudad de Faro ofrece en su centro construcciones con sabor histórico que denotan su pasado y la necesidad de fortificaciones, pero lo más interesante es dirigirse a la zona de playas, no muy bien señalizada, tras bordear el aeropuerto, y que conduce a la bella Ría Formosa, con preciosos paisajes acuáticos y abundante fauna, que cierra una larga lengua de arena y dunas, en la que hay bastantes restaurantes de pescado, ofreciendo una imagen muy similar a la “gafanha” de Nazaré, en Aveiro, al norte de Portugal.

Como el viento soplaba intenso y arrastraba arena no nos detuvimos demasiado en las proximidades de la Ria Formosa, y emprendimos el regreso a nuestra sede de Lagos, con la intención de conseguir una cena con productos portugueses, teniendo en cuenta que por fin ya estaban abiertos los supermercados.

Nos detuvimos especialmente en el denominado “Pingo doce”, en los aledaños de Lagos, en el que repasamos los productos ofrecidos, de los que nos sorprendió su alto precio, mayor que en España, por mor del alto IVA, según se nos dijo.

Mas tuvimos la suerte de hallar unas espectaculares piezas del tradicional “bacalhau graúdo”, secado y en salazón, proviniente de la península del Labrador, que adquirimos con la intención de desalarlo
al regreso a nuestro domicilio en España.

Y revisamos el marisco y pescado, no muy abundantes (la víspera había sido Navidad), pero aún obtuvimos unas preciosas gambas rojas para preparar a la plancha, y nos inclinamos por adquirir algo tan barato pero delicioso en Portugal como el llamado “frango ao churrasco”, pollo al carbón o a la brasa, que se introdujo en el país luso desde las colonias africanas de Angola y Mozambique, y que es algo tan simple como un  pollo de mediano tamaño asado al carbón previo pintado de una salsa o jugo con cayena, que lo hace picante pero muy sabroso.

No resistimos la tentación de comprar unos “queijinhos da serra”, quesitos de la sierra, de oveja, muy sabrosos, y un buen vino tinto, de la comarca del río Dâo, de la zona norte del país.

De esta manera al regresar a nuestro confortable apartamento frente a la Praia de Dona Anna disfrutamos con placer gastronómico degustando unos muy sabrosos productos portugueses.

Y no había lugar ni tiempo para más, porque el siguiente día se anunciaba viaje con bastante kilómetros.

La conclusión de los viajeros fue que había que retornar al Algarve en época más favorable en clima, y por más tiempo, para deleitarse más en las maravillas que brinda.

Esperamos acontezca pronto.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

miércoles, 8 de enero de 2014

LA PIEL DE TORO: DEL CABO DE GATA, EN ESPAÑA, AL DE SAN VICENTE, EN PORTUGAL. (V) SAGRES, LAGOS Y PORTIMÂO



El cabo de San Vicente (en portugués Cabo de São Vicente) es un accidente geográfico situado en el extremo sudoeste de Portugal, que marca el límite occidental del golfo de Cádiz. Se encuentra cerca de Sagres, concejo de Vila do Bispo. Se le conocía en tiempos romanos como Promontorium Sacrum, lugar dedicado al dios Saturno.
En el cabo hay una antigua fortaleza visitable y un faro. En Lagos, a 25 km del cabo hacia el este, el Infante Enrique el Navegante estableció su escuela de navegación en el siglo XV, impulsora de los grandes descubrimientos portugueses.

Desde el cabo es posible apreciar el paso de barcos que transitan entre el Mediterráneo y el norte de Europa.

Estrabón (63 a. C. o 64 a. C.23 d. C.) al describir la Península Ibérica, dijo de él que «no era el punto más occidental de Europa, sino de todo el mundo habitado».

Frente a este cabo se produjo la conocida como batalla del Cabo de San Vicente el 14 de febrero de 1797, aunque otras batallas anteriores también recibieron el mismo nombre.

 

Terremotos


El poderoso terremoto de 1755 afectó de lleno a Portugal y a este cabo por consiguiente, formando tsunamis en la costa.

El 28 de febrero de 1969 se produjo un seísmo de magnitud 7,3 a 200 km al suroeste del cabo, en la falla Azores-Gibraltar.

En la misma zona se produjo un terremoto de magnitud 6,1 el 12 de
febrero de 2007. Y otro a 100 km del cabo, de magnitud 6,2 el 17 de diciembre de 2009

 

Flora


En la costa vicentina se distinguen tres áreas distintas en las que crecen diferentes especies: la llanura, la sierra y los acantilados. Aunque la vegetación es principalmente mediterránea, sorprende la presencia de especies serranas y de climas húmedos, tan cerca del mar, casi en el límite de su tolerancia invernal.

Especies raras, endémicas y en peligro de extinción, prioritarias en los objetivos de protección nacionales y europeos, predominan en la costa vicentina. Plantas como Biscutella vicentina, Diplotaxis vicentina, Hyacinthoides vicentina, Astragalus vicentinus, Centaurea vicentina, y Scilla vicentina, ilustran claramente, por su mismo nombre, que su área de extensión se limita a esta región.

También algunas asociaciones de plantas son únicas en el mundo, tales como Silene rotlunaleri y Cistus palhinhae. De mayor rareza es Silene rotlunaleri almogravensis y Plantago, que se habían considerado extinguidas cuando, en la década de los 90, se encontraron pequeñas poblaciones de ambas especies.

(De Wikipedia y otras fuentes)


Sagres es una freguesia portuguesa del concelho de Vila do Bispo, con 34,28 km² de superficie y 1.939 habitantes (2001). Su densidad de población es de 56,6 hab/km². Famosa por la escuela náutica que el Infante Don Enrique el Navegante instauró en ella en el siglo XV
(Escuela de Sagres).

Lugares de interés



Vila do Bispo es una localidad portuguesa del Distrito de Faro, región y subregión del Algarve, con cerca de 1.000 habitantes.

Es sede de un municipio con 178,99 km² de área y 5.349 habitantes

(2001), subdividido en 5 freguesías. El municipio limita al norte con el municipio de Aljezur, al nordeste con Lagos y al suroeste tiene el litoral del océano Atlántico.


Portimão es una ciudad portuguesa del Distrito de Faro, región y subregión del Algarve. El centro de la ciudad esta a 2 km del mar y es un centro importante de pesca y turismo.

General

Es sede de un municipio con 183 km² de área de 52.000 habitantes (2006), subdividido en 3 freguesías. El municipio limita al norte con
municipio de Monchique, al este con Silves y Lagoa, al oeste con Lagos y al sur tiene litoral en el océano Atlántico. Portimão es una ciudad portuguesa que se encuentra en la provincia de Algarve, distrito de Faro. El centro de la ciudad está situado en la orilla del río Arade y a dos kilómetros de la Praia da Rocha (Playa de la Roca), importante centro turístico de la zona occidental del Algarve (Barlovento). Este municipio engloba 3 distritos municipales, Portimão, Alvor y Mexilhoeira Grande. De acuerdo con datos del censos 2011, Portimão
tiene una población de 55.818 habitantes.

Playas

La playa más famosa-visitada de Portimão es Praia da Rocha, la más cercana al municipio (integrada en él), aunque también están las
bellísimas playas de Alvor y Vau por citar algunas.

Historia

En el municipio de Portimão hay importantes vestigios arqueológicos que comprueban la presencia humana en esta zona desde el neolítico. Así, en la zona de Alcalar, parroquia de Mexilhoeira Grande, hay una importante necrópolis neolítica, de la cual resta solamente una parte, el monumento “número 7”. Muy cerca de esta zona, a 1 kilómetro y medio, hay otra necrópolis en Monte Canelas. Otro vestigio muy importante es una estación arqueológica romana con varias salas y que data de la época de la Romanización. Ésta se encuentra cerca del pueblo de Figueira, zona de Abicada, en la confluencia de dos riberas. Además, en el río Arade se encontraron diversos hallazgos arqueológicos, incluyendo monedas de oro. Bajo el reinado del Rey D. Afonso V (1463) nace Vila Nova de Portimão, rápidamente promovida por el transporte marítimo de la costa africana. El terremoto de 1755 interrumpe la vida y la economía de la tierra, que sólo puede comenzar a recuperarse a finales del siglo XVIII, con el desarrollo del comercio de las nueces (nueces, almendras e higos), del pescado y de la industria conservera arqueológicos dan fe de asentamientos en el neolítico. En la zona de Alcalar hay una necrópolis.

Siglo XX

El día 11 de diciembre de 1924 la “Vila Nova de Portimão” cambia de estado y pasa a ciudad de Portimão por el entonces Presidente de la República, Manuel Teixeira Gomes, un hijo nativo. Portimão ha crecido dando un mayor énfasis a las actividades marítimas, a la industria de conservas y a la construcción de buques. Pero no dejó de lado la cultura de la sal, el comercio de productos rurales, tales como algarrobas, higos y almendras, y las industrias de la madera y del corcho. Después de la subida y la caída de la industria conservera en
las décadas de 60 y 70, la ciudad se desarrolló como destino turístico y cuenta con una amplia gama de hoteles, restaurantes y tiendas. Así, desde mediados del siglo XX, la ciudad de Portimão se ha caracterizado por el crecimiento del turismo, que fue una contribución importante para el desarrollo de la provincia y de su economía y que sigue siendo hoy en día. Se convirtió en un popular destino de vacaciones debido, principalmente, a sus playas (Rocha, Vau y Alvor) y también es considerada una ciudad de referencia para los amantes de la pesca y de los deportes motorizados.

(De Wikipedia y otras fuentes)


Era el día de Navidad, pero nos hallábamos en las cercanías de una playa desierta, soplando un viento casi insoportable que arrastraba oleadas de llovizna.

Había que optar entre permanecer en el apartamento, con bellas vistas pero sin provisiones, o hacerse el ánimo, tomar el coche y empezar a conocer la costa del Algarve oeste.

Y eso es lo que hicimos, dirigiéndonos al cercano cabo de Sâo Vicente, que se yergue majestuoso frente al océano Atlántico, con el faro en su frente, y pudimos llegar a sus proximidades a pesar del fortísimo viento, atreviéndonos inclusive a admirar las bellas imágenes del oleaje contra las rocas.

Retornamos hacia Sagres, cuyo coqueto puerto estaba abrigado de Eolo y por ello aún pudimos darnos un paseo por sus muelles, para seguir hasta el casco urbano de Vila do Bispo, pequeña población que
es capitalidad o cabecera de la zona, con interesantes y típicas edificaciones con reminiscencias árabes.

Como el día fue aclarándose poco a poco y el viento se atenuó, aún pudimos admirar las bellezas naturales de las rocas en el mar, que brindan la Ponta da Piedade y la Praia de Dona Anna (donde estaba nuestro apartamento).

Llegó la hora del almuerzo, y aunque habíamos decidido reservarnos para cenar bien al anochecer, llegamos a Lagos, que recorrimos a la
luz del tenue sol (no con la oscuridad y llovizna de la anterior noche) y nos adentramos en Meia Praia, que es una extensa playa de arena, en la que se ha reconstruido un establecimiento hostelero (ahora moderno) denominado Gaivota Branca, en el que, tras los acristalados, contemplamos el mar y Lagos en la lejanía, mientras degustábamos un café y unos tés.

Había que seguir aprovechando la luz del día y de Lagos a Portimâo nos plantamos en un periquete, porque la distancia son solamente unos veinte kilómetros.

Nos sorprendió que en en las ciudades estaban cerrados todos los establecimientos, inclusive los bares y restaurantes, en contraste con las tendencias españolas actuales de que los domingos y festivos casi todo esté abierto y en funcionamiento.

En Portimâo era obligatorio llegar hasta la Praia da Rocha, que presenta preciosas imágenes de rocas horadadas en el mar junto a pequeñas calas, todo ello bordeando un cuidado paseo marítimo.

Y tras solazarnos en la contemplación de tan bellos panoramas ya nos decidimos a volver a Lagos, donde hallamos por fin abierto un restaurante algo típico, que ofrecía platos más usuales en Portugal, lo que provechamos para degustar un arroz de polvo (arroz con pulpo), y una espetada de lulas (brocheta de calamares), con el acostumbrado vinho verde.

Al terminar el condumio ya deseábamos retornar a nuestro coqueto y confortable apartamento, para charlar un rato y ver los programas navideños de la televisión portuguesa.

Había resultado una jornada ventosa pero magnífica, por los bellos escenarios naturales vistos.

El Algarve estaba llenando nuestras perspectivas de belleza y conocimiento de una región portuguesa muy diferente.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA