THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA

THE MONUMENT VALLEY, ARIZONA, USA
La magnificencia del paisaje en The Monument Valley, la belleza del entorno, las reminiscencias de un pasado de tantos y tantos viajeros que cruzaron el Far West, protagonizando aventuras míticas entre las tribus indias y buscando un futuro mejor...Y al igual que esa ruta invita a seguir hasta más allá del horizonte, hasta el infinito, el Monument Valley, suscitando mil experiencias viajeras y recuerdos, se convierte en el icono de este blog que pretende rememorar las emociones y experiencias del conocimiento de nuevas tierras, nuevas culturas y nuevas gentes. Sin descartar que invada la nostalgia evocando vivencias personales de épocas ya pasadas pero nunca olvidadas.

miércoles, 8 de enero de 2014

LA PIEL DE TORO: DEL CABO DE GATA, EN ESPAÑA, AL DE SAN VICENTE, EN PORTUGAL. (V) SAGRES, LAGOS Y PORTIMÂO



El cabo de San Vicente (en portugués Cabo de São Vicente) es un accidente geográfico situado en el extremo sudoeste de Portugal, que marca el límite occidental del golfo de Cádiz. Se encuentra cerca de Sagres, concejo de Vila do Bispo. Se le conocía en tiempos romanos como Promontorium Sacrum, lugar dedicado al dios Saturno.
En el cabo hay una antigua fortaleza visitable y un faro. En Lagos, a 25 km del cabo hacia el este, el Infante Enrique el Navegante estableció su escuela de navegación en el siglo XV, impulsora de los grandes descubrimientos portugueses.

Desde el cabo es posible apreciar el paso de barcos que transitan entre el Mediterráneo y el norte de Europa.

Estrabón (63 a. C. o 64 a. C.23 d. C.) al describir la Península Ibérica, dijo de él que «no era el punto más occidental de Europa, sino de todo el mundo habitado».

Frente a este cabo se produjo la conocida como batalla del Cabo de San Vicente el 14 de febrero de 1797, aunque otras batallas anteriores también recibieron el mismo nombre.

 

Terremotos


El poderoso terremoto de 1755 afectó de lleno a Portugal y a este cabo por consiguiente, formando tsunamis en la costa.

El 28 de febrero de 1969 se produjo un seísmo de magnitud 7,3 a 200 km al suroeste del cabo, en la falla Azores-Gibraltar.

En la misma zona se produjo un terremoto de magnitud 6,1 el 12 de
febrero de 2007. Y otro a 100 km del cabo, de magnitud 6,2 el 17 de diciembre de 2009

 

Flora


En la costa vicentina se distinguen tres áreas distintas en las que crecen diferentes especies: la llanura, la sierra y los acantilados. Aunque la vegetación es principalmente mediterránea, sorprende la presencia de especies serranas y de climas húmedos, tan cerca del mar, casi en el límite de su tolerancia invernal.

Especies raras, endémicas y en peligro de extinción, prioritarias en los objetivos de protección nacionales y europeos, predominan en la costa vicentina. Plantas como Biscutella vicentina, Diplotaxis vicentina, Hyacinthoides vicentina, Astragalus vicentinus, Centaurea vicentina, y Scilla vicentina, ilustran claramente, por su mismo nombre, que su área de extensión se limita a esta región.

También algunas asociaciones de plantas son únicas en el mundo, tales como Silene rotlunaleri y Cistus palhinhae. De mayor rareza es Silene rotlunaleri almogravensis y Plantago, que se habían considerado extinguidas cuando, en la década de los 90, se encontraron pequeñas poblaciones de ambas especies.

(De Wikipedia y otras fuentes)


Sagres es una freguesia portuguesa del concelho de Vila do Bispo, con 34,28 km² de superficie y 1.939 habitantes (2001). Su densidad de población es de 56,6 hab/km². Famosa por la escuela náutica que el Infante Don Enrique el Navegante instauró en ella en el siglo XV
(Escuela de Sagres).

Lugares de interés



Vila do Bispo es una localidad portuguesa del Distrito de Faro, región y subregión del Algarve, con cerca de 1.000 habitantes.

Es sede de un municipio con 178,99 km² de área y 5.349 habitantes

(2001), subdividido en 5 freguesías. El municipio limita al norte con el municipio de Aljezur, al nordeste con Lagos y al suroeste tiene el litoral del océano Atlántico.


Portimão es una ciudad portuguesa del Distrito de Faro, región y subregión del Algarve. El centro de la ciudad esta a 2 km del mar y es un centro importante de pesca y turismo.

General

Es sede de un municipio con 183 km² de área de 52.000 habitantes (2006), subdividido en 3 freguesías. El municipio limita al norte con
municipio de Monchique, al este con Silves y Lagoa, al oeste con Lagos y al sur tiene litoral en el océano Atlántico. Portimão es una ciudad portuguesa que se encuentra en la provincia de Algarve, distrito de Faro. El centro de la ciudad está situado en la orilla del río Arade y a dos kilómetros de la Praia da Rocha (Playa de la Roca), importante centro turístico de la zona occidental del Algarve (Barlovento). Este municipio engloba 3 distritos municipales, Portimão, Alvor y Mexilhoeira Grande. De acuerdo con datos del censos 2011, Portimão
tiene una población de 55.818 habitantes.

Playas

La playa más famosa-visitada de Portimão es Praia da Rocha, la más cercana al municipio (integrada en él), aunque también están las
bellísimas playas de Alvor y Vau por citar algunas.

Historia

En el municipio de Portimão hay importantes vestigios arqueológicos que comprueban la presencia humana en esta zona desde el neolítico. Así, en la zona de Alcalar, parroquia de Mexilhoeira Grande, hay una importante necrópolis neolítica, de la cual resta solamente una parte, el monumento “número 7”. Muy cerca de esta zona, a 1 kilómetro y medio, hay otra necrópolis en Monte Canelas. Otro vestigio muy importante es una estación arqueológica romana con varias salas y que data de la época de la Romanización. Ésta se encuentra cerca del pueblo de Figueira, zona de Abicada, en la confluencia de dos riberas. Además, en el río Arade se encontraron diversos hallazgos arqueológicos, incluyendo monedas de oro. Bajo el reinado del Rey D. Afonso V (1463) nace Vila Nova de Portimão, rápidamente promovida por el transporte marítimo de la costa africana. El terremoto de 1755 interrumpe la vida y la economía de la tierra, que sólo puede comenzar a recuperarse a finales del siglo XVIII, con el desarrollo del comercio de las nueces (nueces, almendras e higos), del pescado y de la industria conservera arqueológicos dan fe de asentamientos en el neolítico. En la zona de Alcalar hay una necrópolis.

Siglo XX

El día 11 de diciembre de 1924 la “Vila Nova de Portimão” cambia de estado y pasa a ciudad de Portimão por el entonces Presidente de la República, Manuel Teixeira Gomes, un hijo nativo. Portimão ha crecido dando un mayor énfasis a las actividades marítimas, a la industria de conservas y a la construcción de buques. Pero no dejó de lado la cultura de la sal, el comercio de productos rurales, tales como algarrobas, higos y almendras, y las industrias de la madera y del corcho. Después de la subida y la caída de la industria conservera en
las décadas de 60 y 70, la ciudad se desarrolló como destino turístico y cuenta con una amplia gama de hoteles, restaurantes y tiendas. Así, desde mediados del siglo XX, la ciudad de Portimão se ha caracterizado por el crecimiento del turismo, que fue una contribución importante para el desarrollo de la provincia y de su economía y que sigue siendo hoy en día. Se convirtió en un popular destino de vacaciones debido, principalmente, a sus playas (Rocha, Vau y Alvor) y también es considerada una ciudad de referencia para los amantes de la pesca y de los deportes motorizados.

(De Wikipedia y otras fuentes)


Era el día de Navidad, pero nos hallábamos en las cercanías de una playa desierta, soplando un viento casi insoportable que arrastraba oleadas de llovizna.

Había que optar entre permanecer en el apartamento, con bellas vistas pero sin provisiones, o hacerse el ánimo, tomar el coche y empezar a conocer la costa del Algarve oeste.

Y eso es lo que hicimos, dirigiéndonos al cercano cabo de Sâo Vicente, que se yergue majestuoso frente al océano Atlántico, con el faro en su frente, y pudimos llegar a sus proximidades a pesar del fortísimo viento, atreviéndonos inclusive a admirar las bellas imágenes del oleaje contra las rocas.

Retornamos hacia Sagres, cuyo coqueto puerto estaba abrigado de Eolo y por ello aún pudimos darnos un paseo por sus muelles, para seguir hasta el casco urbano de Vila do Bispo, pequeña población que
es capitalidad o cabecera de la zona, con interesantes y típicas edificaciones con reminiscencias árabes.

Como el día fue aclarándose poco a poco y el viento se atenuó, aún pudimos admirar las bellezas naturales de las rocas en el mar, que brindan la Ponta da Piedade y la Praia de Dona Anna (donde estaba nuestro apartamento).

Llegó la hora del almuerzo, y aunque habíamos decidido reservarnos para cenar bien al anochecer, llegamos a Lagos, que recorrimos a la
luz del tenue sol (no con la oscuridad y llovizna de la anterior noche) y nos adentramos en Meia Praia, que es una extensa playa de arena, en la que se ha reconstruido un establecimiento hostelero (ahora moderno) denominado Gaivota Branca, en el que, tras los acristalados, contemplamos el mar y Lagos en la lejanía, mientras degustábamos un café y unos tés.

Había que seguir aprovechando la luz del día y de Lagos a Portimâo nos plantamos en un periquete, porque la distancia son solamente unos veinte kilómetros.

Nos sorprendió que en en las ciudades estaban cerrados todos los establecimientos, inclusive los bares y restaurantes, en contraste con las tendencias españolas actuales de que los domingos y festivos casi todo esté abierto y en funcionamiento.

En Portimâo era obligatorio llegar hasta la Praia da Rocha, que presenta preciosas imágenes de rocas horadadas en el mar junto a pequeñas calas, todo ello bordeando un cuidado paseo marítimo.

Y tras solazarnos en la contemplación de tan bellos panoramas ya nos decidimos a volver a Lagos, donde hallamos por fin abierto un restaurante algo típico, que ofrecía platos más usuales en Portugal, lo que provechamos para degustar un arroz de polvo (arroz con pulpo), y una espetada de lulas (brocheta de calamares), con el acostumbrado vinho verde.

Al terminar el condumio ya deseábamos retornar a nuestro coqueto y confortable apartamento, para charlar un rato y ver los programas navideños de la televisión portuguesa.

Había resultado una jornada ventosa pero magnífica, por los bellos escenarios naturales vistos.

El Algarve estaba llenando nuestras perspectivas de belleza y conocimiento de una región portuguesa muy diferente.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

martes, 7 de enero de 2014

LA PIEL DE TORO: DEL CABO DE GATA, EN ESPAÑA, AL DE SAN VICENTE, EN PORTUGAL. (IV) DE LA COSTA DE LA LUZ HASTA EL ALGARVE PORTUGUÉS, CON DESTINO FINAL EN LAGOS



El Algarve (del árabe الغرب al-Garb, el oeste o el occidente) es la región más meridional de Portugal continental. Su capital es Faro. El Algarve es la región más visitada de Portugal. Más de 9 millones de turistas extranjeros visitan el Algarve todos los años.

Etimología

«Algarve» proviene de al-Garb (el Occidente, referido por antonomasia a garb al-Andalus (en árabe: غرب الأندلس), nombre que significa literalmente «el occidente de al-Andalus», y que correspondía con la zona más occidental de al-Ándalus, lo que actualmente es el sur de Portugal.

 

Historia

La región fue intensamente islamizada y aunque nunca tuvo la relevancia de la zona sur de al-Ándalus, fue el centro más importante de la cultura, ciencia y tecnología islámicas en tierras del actual Portugal. La ciudad de Silves fue su principal centro cultural, y con la caída del Emirato de Córdoba, ésta constituyó en 1027 la taifa de Silves, que ocupaba la parte oeste del actual Algarve, mientras que en el resto de la región se creó la taifa del Algarve.
La región fue absorbida por la Taifa de Sevilla, durante el reinado de al-Mutadid, rey que heredó la política expansionista de su padre Abú al-Qasim. En 1051 Sevilla se anexionó la taifa del Algarve y en 1063 la taifa de Silves. Tras la invasión almorávide se produjo una nueva
unión de al-Ándalus que terminó en 1145, cuando los reinos de taifas volvieron a resurgir. La taifa de Silves se extendió entonces al centro del Algarve mientras que el extremo oriental fue ocupado por la taifa de Huelva.
En 1150 se produjo una nueva unión de al-Ándalus bajo los almohades. Con la desintegración del imperio almohade la zona del actual Algarve formó parte de la taifa de Niebla, gobernada por Ibn Mahfot, donde permaneció hasta la conquista portuguesa. El rey Sancho I de Portugal conquistó efímeramente la ciudad de Silves en 1189 (de ella se decía que era diez veces mayor que Lisboa), pero no fue hasta 1249 cuando el rey Alfonso III de Portugal conquistó definitivamente el Algarve proclamándose entonces rey de Portugal y el Algarve.
Tras el tratado de Badajoz, en 1267, la posesión portuguesa del Algarve fue reconocida por el Reino de León y por el Reino de Castilla. El Reino del Algarve formó parte del reino de Portugal, lo que no supuso para la región ningún tipo de autonomía. El nombre oficial del reino fue frecuentemente llamado «Reino de Portugal y de los Algarves» o Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, pero nunca constituyó un reino separado de hecho, aunque sí lo fuera de derecho, conocido como Reino de Algarve. Con la proclamación de la república portuguesa en 1910 el reino del Algarve dejó de existir.
En 1807, cuando el general Junot dirigió la invasión del norte de Portugal, el Algarve fue ocupado por las tropas españolas de Manuel Godoy, que fueron expulsadas al año siguiente durante la rebelión de Olhão.

 

Geografía

El Algarve abarca 4960 km² y alberga una población aproximada de 420.429 habitantes de forma permanente (en 2007), lo cual arroja una media de 76 habitantes por km². La población se incrementa en alrededor de un millón de personas más en la temporada alta de verano, cuando se alcanza la mayor afluencia de turistas. El punto más alto se alcanza en el pico da Fóia, que se eleva 902 msnm y está situado en la Sierra de Monchique. Otros accidentes geográficos son la ría Formosa, que forma una reserva natural de 170 km², en la que se pueden observar cientos de especies de pájaros, y varias islas e isletas.
La longitud de su línea costera es de aproximadamente 155 km, cincuenta de los cuales se extienden desde el cabo de San Vicente (el punto más suroccidental de Europa) hacia el norte y el resto desde este mismo punto al este. La costa destaca por sus cuevas y grutas abiertas en la roca caliza, especialmente en los alrededores de Lagos, las cuales son accesibles en lanchas. Existen también muchas playas como la de Albufeira, Quarteira, Vilamoura, Praia da Rocha, Lagos, Armação de Pêra, Alvor, Monte Gordo, Tavira y Sagres.
El Algarve limita al norte con la región del Alentejo (subregiones del Alentejo Litoral y Bajo Alentejo), al sur y al oeste con el Océano Atlántico, y al este con el Río Guadiana, que marca la frontera con España. La capital de la región es Faro.
Además de ésta, también tienen categoría de ciudad las poblaciones de Albufeira, Lagoa, Lagos, Loulé, Olhão, Portimão, Silves, Tavira, Vila Real de Santo António y Quarteira.

 

Relieve

El relieve del Algarve está caracterizado por las suaves colinas atravesadas por valles. Las principales zonas montañosas son la sierra de Monchique y la sierra de Caldeirão.
Sierra de Monchique
En la sierra de Monchique, que se encuentra situada al oeste del Algarve, está el pico da Fóia que con 902 msnm es el punto más alto del Algarve y uno de los más destacados de Portugal. Debido al clima tropical sub-húmedo de la región, el mes de marzo tiene un promedio de precipitación anual de entre 1000 y 2000 mm, que combinado con temperaturas suaves, permite una rica y variada vegetación, entre ellos el roble de Monchique, la adelfeira, el castaño, el quejigo o el roble albar.
Sierra de Caldeirão
La sierra de Caldeirão está situada en el sector noreste del Algarve en la frontera entre la costa y las llanuras del Bajo Alentejo. Es parte de un antiguo macizo, está compuesto principalmente de pizarra-grauvaca, roca que origina suelos finos y poco fértiles. Su punto más alto se encuentra en el Bajo Alentejo, cerca de la frontera con el Algarve, y alcanza los 580 m de altitud, las localidades de Tavira y Loulé poseen varios puntos en los que se sobrepasa los 500 m. La sierra constituye una barrera para el paso de los vientos fríos del norte y la depresión del noroeste, contribuyendo a la existencia de un clima mediterráneo en la costa del Algarve, con bajas precipitaciones anuales y temperaturas suaves en invierno. Las máximas precipitaciones se alcanzan en el oeste, en las zonas altas del municipio de Loulé donde se alcanzan los 800 mm anuales, y van descendiendo a medida que nos acercamos al Guadiana, hasta llegar a precipitaciones inferiores a 500 mm anuales en el nordeste del Algarve.

 

Turismo

El Algarve dispone de bellísimas playas y paisajes naturales, siendo la más turística de las provincias portuguesas. Dos de los mayores complejos turísticos de Europa se encuentran en el Algarve: se trata de Vilamoura, junto a la playa de la Falésia (concelho de Loulé), y de

 

Agricultura

El higo, la almendra y la algarroba son productos agrícolas tradicionales dignos de mención. La producción de aguardiente de madroño e incluso de corteza, principalmente en las regiones del nordeste del Algarve, son otras manufacturas tradicionales.
( De Wikipedia y otras fuentes)
Coincidiendo con el Día de Nochebuena, nuestro propósito viajero era salir de Conil de la Frontera, llegar al aeropuerto de Sevilla para recoger a una pasajera (nuestra hija Katia que llegaría desde Valencia) y seguir viaje hasta nuestro destino final en el Algarve portugués, concretamente en la ciudad de Lagos.
Así pues, tomamos a media mañana la autovía A-4 en dirección Sevilla, sin continuar por la autopista de peaje (muy cara: 7’30 € por 35 kms), haciéndolo por la N-IV, que aun muy transitada permitía gozar del paisaje pleno de grandes cortijos, y bordear Xerez de la frontera, Cuervo y Los Palacios, hasta alcanzar una de las circulares de Sevilla que enlaza con la A-4, hasta el aeropuerto de San Pablo.
La escasez de gente en el aeropuerto –era mediodía— denotaba la celebración de la Nochebuena, aunque nos permitió una rápida salida en dirección a la autovía A-49, que era la vía de desplazamiento hacia el oeste, bordeando Bollullos Par del Condado, la propia Huelva capital, pasando por el norte de Cartaya, para llegar a la fronteriza Ayamonte, con bellas vistas sobre la otra orilla, la portuguesa de Vila Real de Santo
Antonio, y especialmente de la zona ancha –casi desembocadura— del río Guadiana, que hace de divisoria y frontera entre España y Portugal más de un centenar de kilómetros.
Antes de Huelva, resultó interesante reparar en el río Tinto, así denominado por el color rojizo de sus aguas, consecuencia de los yacimientos cupríferos que antaño se explotaban en sus zonas altas.
Y sobrepasado Ayamonte, al entrar en Portugal por la A-22, nos llegó la primera incidencia, porque aunque sabíamos que en el país luso casi todas las autovías y autopistas eran de peaje, no teníamos ni la más
remota idea sobre cómo funcionaba el llamado “portagem electrónico” (peaje electrónico).
Poco hubimos de esperar, porque en la primera área para obtener la viñeta o el registro de peaje, comprobamos después de muchos intentos con diferentes tarjetas de crédito que los aparatos no funcionaban. Al menos conseguimos por el interfono saber que debíamos detenernos en la primera área de servicio y allí pagar el peaje.
Lo que hicimos, aunque nos sorprendió que el peaje hubiera de ser para un trayecto concreto, especificando días de uso y matrícula del coche, y pagando una suma algo cara, porque para 135 kms. por tres días desembolsamos casi 21 Euros.
Lo más curioso de la autovía de peaje es que cada diez kilómetros más o
menos aparecían a la derecha unos paneles azules especificando el importe para cada clase de vehículos, y pocos metros después estaba emplazado sobre la autovía una especia de puente de vigas metálicas, en las que aparecían multitud de focos y cámaras, como para fotografiar cada vehículos en todas las direcciones. Y la suma de los peajes (taxas) era inclusive superior a lo que habíamos pagado de forma global en “pre-pagamento”.
Entre unas cosas y otras, advertimos al menos la ventaja de evitar detenciones para el pago, aunque el sistema tenía sus riesgos, porque si se introducían los datos de la tarjeta de crédito, a ella se iban cargando los importes sucesivos de cada tramo. Y si la eficacia en el funcionamiento de los instrumentos era la que habíamos experimentado a la entrada, más bien podía temerse un caos abusivo en cargos a la tarjeta.
Estaba lloviznando y soplaba fuerte ventarrón de frente (nos dirigíamos hacia el oeste), por lo que apenas si reparamos en las indicaciones ruteras de las poblaciones como Olhao, Faro, Vilamoura, Silves, etcétera, hasta que sobre las siete de la tarde, bajo una lluvia fuerte y racheada, llegamos a Lagos y comenzó la pequeña odisea de hallar el apartamento suite que teníamos reservado en Praia de Donna Anna,
pues aún anunciando se como situado antes de Praia da Ponta da Piedade, no era fácil adivinar el itinerario, y hasta el GPS se perdía en calles que no reconocía.
Por fin, y de casualidad, como casi siempre suele acontecer, hallamos nuestro edificio, pero allí se indicaba que la recepción o check-in era en otro lugar “a unos 200 metros”, pero sin plano o mapa indicador, lo que motivó que caminando nos choparamos y al fin hallaramos la oficina en la que se nos facilitó la documentación y llaves.
El acceso al edificio de apartamentos suite (de presencia señorial y en emplazamiento privilegiado, casi frente al mar) resultó accidentado, porque el garaje parecía estar concebido para bicicletas, tal era su estrechez y la dificultad de maniobra, y de ello quedó buena muestra en la chapa de nuestro automóvil y en una columna…
El apartamento era en verdad espléndido, y estaba ya absolutamente preparado, con la climatización en funcionamiento, todos los elementos de la cocina en perfecto estado, el amplio salón bien dispuesto, y hasta comprobamos que el baño bien dotado y con jacuzzi, ofrecía su piso térmico. Era al menos una compensación a los enojos producidos por la búsqueda del lugar y el acceso al garaje.
Pero…era Nochebuena, no había ningún alimento que echarse a la boca,
excepto unos croissants para el desayuno, por lo que hubimos de acercarnos al casco urbano de Lagos en búsqueda de la Cena de Nochebuena.
La noche estaba cerrada, con lluvia y fuerte viento, por lo que recorrer la zona de Lagos cerca de la Marina se convirtió en casi una pesadilla, pues las calles estaban vacías, y los restaurantes y bares todos cerrados. Por fin en una gasolinera se nos indicó alguna posibilidad y tuvimos la fortuna de hallar abierto un restaurante con buena pinta en el que, pese a ser tarde (8’45 pm) para Portugal pudimos acceder a una muy buena cena, regada de un buen vinho verde portugués, y que se compuso de una espetada de lulas y gambas (brocheta de calamares y gambas) un bacalhau ao modo algarvío (bacalao al estilo algarvío) y una salada de vegetais romaos (ensalada verde bien acompañada) que culminaron con una buena crema quemada y una copa de bagaço (aguardiente) portugués.
Habíamos conseguido no solamente alimentarnos bien, sino gozar de
delicias culinarias, así que retornamos a nuestro apartamento suite, en le que un cálido ambiente nos permitió visionar el programa navideño de la televisión portuguesa, mientras un licorcillo servía para nuestro brindis.
Estábamos celebrando la Nochebuena en Portugal, en el Algarve, en un magnífico alojamiento, con la mejor de las compañías posibles –la familia—y así el espíritu fue llenándose deseos efluvios de cariño y ternura que nos invaden en la Navidad, llevándonos al descanso más relajado y feliz.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA