El monasterio de San Esteban de Ribas de Sil es
un conjunto monasterial católico ya en desuso, ubicado en el municipio orensano de Nogueira de Ramuín, en
la comarca de la Ribeira Sacra en Galicia, España. En la actualidad está convertido en Parador de Turismo.
Ubicación
Se encuentra en la orilla izquierda, la meridional,
del río Sil, en pleno cañón del mismo. Pertenece a la parroquia de San Esteban, del municipio de Nogueira de Ramuín.
Como los otros monasterios que existen en la comarca
de Ribeira Sacra y Tierra de Lemos (la orilla derecha del Sil, ya en la provincia de Lugo), el origen de este monasterio es eremítico y
anterior al siglo X. En el siglo XII se convierte en el principal monasterio de la región,
llegando a ser uno de los más notables de Galicia. Estuvo ocupado por la Orden de San Benito.
Historia
Con un origen anterior al siglo X, la primera
documentación escrita en el que se nombra el monasterio data del año 921, en
la que el rey Ordoño II autoriza al abad Franquila a
realizar la reconstrucción de las dependencias monacales y le concede numerosas
posesiones. Erróneamente se ha atribuido su fundación a san Martín Dumiense en
el siglo VI.
Tras la reforma canónica de los Reyes Católicos y el
cardenal Cisneros se
incorpora en 1499 a la congregación de San Benito de Valladolid. En 1588 se
convierte en Colegio de Artes, condición que mantiene hasta su exclaustración
en 1875.
A finales del siglo XIX pasa a manos particulares y en el año 2004 es
convertido en Parador de Turismo, siendo el establecimiento hotelero de mayor
categoría de la comarca y formando parte de la red de paradores turísticos de España.
En el escudo del monasterio hay nueve mitras
reflejando el hecho (no se sabe si es leyenda) de que entre los siglos X y XI
fue el lugar de retiro de nueve obispos, lo que contribuyó a realzar su fama.
Descripción
El conjunto monacal de Santo Estevo de Ribas de Sil es
amplio e importante.
Consta de tres claustros conformados por los edificios monacales y la iglesia. Tiene una gran fachada barroca. Destaca, por su buena conservación, la cocina monacal, una gran estancia cuadrada con el hogar en el centro realizado en piedra sobre cuatro columnas exentas.
Consta de tres claustros conformados por los edificios monacales y la iglesia. Tiene una gran fachada barroca. Destaca, por su buena conservación, la cocina monacal, una gran estancia cuadrada con el hogar en el centro realizado en piedra sobre cuatro columnas exentas.
La iglesia
La fachada principal de la iglesia forma ángulo recto
con la entrada del monasterio. Está orientada hacia el oeste, como es
costumbre. Acoge, alrededor de su entrada, el pequeño cementerio parroquial, ya
que el templo cumple con la función de parroquia para la población vecina.
El templo es de estilo románico, realizado a finales
del siglo XII y principios del XIII. Tiene planta basilical con tres ábsides
semicirculares en la cabecera. La nave está cubierta por una bóveda de
crucería, que sustituyó en el siglo XVI a la original techumbre de madera.
Los dos ábsides laterales tienen aspecto de torreón al
haber sido modificados, aumentando su altura, en el momento en el que se
construyeron las bóvedas de las naves del templo.
La fachada principal está enmarcada por dos torres
prismáticas construidas a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Dos grandes contrafuertes románicos flanquean la
portada.
En el interior destaca el retablo en piedra del siglo
XII, representando a Jesucristo y los doce apóstoles, que fue hallado en uno de
los muros del claustro grande, y la colección de retablos que amueblan el
templo.
El monasterio
Los edificios monacales se ordenan alrededor de tres
claustros, el de los Obispos, el claustro pequeño y el claustro de la portería
o Grande.
El claustro de los Obispos
Este claustro es el más antiguo y el
que hacía la función de claustro Reglar o de las Procesiones. Se sitúa junto a
la pared norte de la iglesia, con la que está
comunicado. Su planta es rectangular
y tiene dos cuerpos. El primero de ellos, de estilo románico, data del siglo
XII y el segundo, gótico, del siglo XVI con reformas posteriores.
El claustro pequeño
Este claustro, denominado do Viveiro, se ubica
al norte del de los Obispos. Se comenzó a construir en 1595 por
orden de Diego de Isla. Consta de dos cuerpos y está conformado por arcos de
medio punto sobre columnas dóricas.
El claustro de la portería
También denominado claustro grande o dos Cabaleiros,
está situado a la entrada del monasterio. Tiene planta rectangular y consta de
tres cuerpos de estilo renacentista. Sus arcos son de medio punto y no tienen
bóveda.
Al lado de la portería se encuentra la escalera de
honor que está cubierta con una bóveda de crucería del año 1739 que
tiene cuatro rosetones decorados.
(De Wikipedia y otras fuentes)
…
Ribadavia es
un municipio español situado en el suroeste de la provincia de Orense, en
Galicia, y perteneciente a la comarca del Ribeiro. La etimología de su nombre
significa "a orillas del río Avia", en su versión romana abobriga o
latina Rippa Avie.
Ubicación
La Comarca del Ribeiro se encuentra entre las sierras
de Faro y Suido, donde confluyen los valles del Miño, Avia, Arnoia y
Barbantiño. Se define entre una serie de valles y superficies que contrastan
con las altas tierras circundantes de alrededor de 312 km², de los cuales
dedica 3000 hectáreas al viñedo.
Rodeado de relieves montañosos y resguardado de la
influencia oceánica, el cultivo de la vid ha es la característica dominante del
paisaje, ocupando casi la totalidad de las laderas y hondonadas en los terrenos
de Ribadavia, Castrelo de Miño, Cenlle, Beade, Leiro y Carballeda de Avia, así
como las pendientes mejor orientadas y soleadas de los municipios limítrofes.
El área urbana descansa en el lado derecho del río
Miño y la última parte del río Avia.
Historia
Los primeros pobladores de Ribadavia fueron los
celtas, quienes fueron atraídos
a la zona no solo por su belleza, sino por las riquezas de sus minas y montañas, el oro en el lecho de los ríos y las aguas termales cargadas de minerales. Posteriormente, la zona fue habitada por los romanos, quienes se dedicaron a la extracción de oro y uso de las aguas termales. Asimismo, dejaron a su paso numerosas construcciones como altares e iglesias.
a la zona no solo por su belleza, sino por las riquezas de sus minas y montañas, el oro en el lecho de los ríos y las aguas termales cargadas de minerales. Posteriormente, la zona fue habitada por los romanos, quienes se dedicaron a la extracción de oro y uso de las aguas termales. Asimismo, dejaron a su paso numerosas construcciones como altares e iglesias.
En el año 754, las tropas musulmanas de Abdul-Azis
asolaron la región de Orense, que fue conquistada en el año 793 por
Abdul-Malek, para ser reconquistada y reconstruida por el rey asturiano Alfonso
III, hijo de Ordoño I. Entre los siglos VII y XII, la proliferación de
monasterios y fortalezas contribuye al desarrollo de la agricultura bajo la
comunidad del Monasterio de Arnoia y también se atribuye a esta época el mote
de territorio de castela o tierra de castillos. Entre 1065-1071, obtuvo el
título de capital del Reino de Galicia durante el reinado de Don García, en
parte por el poderío eclesiástico y por la comercialización exitosa del vino
Ribeiro, que tenía cuatro virtudes: vigor, olor, color y sabor.
En el siglo XII, se inició la expansión demográfica y
económica de la ciudad, potenciada por el poder monástico de San Clodio, Santa
María de Melón y Oseira y el poder de la encomienda de la Orden de Malta en
Beade, unida a la producción y comercialización del vino del Ribeiro. Prosperó
en la villa una comunidad hebrea agrupada en torno a la denominada Porta Nova,
atraída por posibilidades interesantes para sus negocios. La población judía
alcanzó una gran densidad en Ribadavia y se presume que tuvieron una relevancia
notable en la exportación de la producción vitivinícola por sus contactos en el
norte de Europa. Además de comerciantes, ejercieron oficios de artesanos como
herrero, sastre, zapatero, etc. El Barrio Xudío fue declarado monumento
nacional y todavía conserva sus características del medioevo.
En el año 1386, los ingleses bajo el mando del duque
de Lancaster invadieron y saquearon Ribadavia, quien pretendía el trono
castellano por su matrimonio con una hija de Pedro I, pero encontró una tenaz
resistencia popular. El conflicto quedó zanjado con el Acuerdo de Bayona
(1388). Tras un largo y épico asedio donde los burgueses resistieron más que
los caballeros, los ingleses ocuparon la villa durante nueve meses antes de ser
vencidos. Los habitantes de la judería mostraron especial tenacidad en la
defensa de las murallas de Magdalena y Porta Nova, aunque sus hogares fueron
arrasados con particular desdén por parte de las tropas extranjeras.
En el siglo XIV, se inicia la exportación del vino del
Ribeiro por toda España y Europa, a Francia, Portugal, Italia y en especial
Inglaterra. Se transportaba en balsas y carruajes para el embarque en los
puertos y era fundamental la navegabilidad del Miño para estos menesteres. El
comercio fue continuo, abundante y próspero hasta el siglo XVIII.
El dominio de los Sarmiento, naturales de Ribadavia,
fue reforzado en 1476 con la institución del Condado de Ribadavia en favor de
Bernardino Pérez Sarmiento, privilegio concedido por los Reyes Católicos como
pago por su ayuda en la guerra dinástica contra Juana la Beltraneja y su aliado
gallego Pedro Madruga.
En 1494, los mismos monarcas expulsaron a los judíos
de los territorios, pero en el reino de Galicia hubo una notable ausencia de
pogroms bajomedievales, ya que muchos hebreos optaron por convertirse al
cristianismo o bien resguardarse en la frontera con Portugal, para regresar
cuando los inquisidores se marcharan.
A principios del siglo XX, los habitantes formaron
asociaciones agrícolas para modernizar sus cultivos y para que el gobierno
derogase los foros dado que existían en la provincia, foros caros que gravitan
sobre los viñedos haciendo que el nivel de vida fuese bajo y aumentase la
sangría de la emigración a América. La agitación social se intensificó en
Orense y Ribadavia, las capitales del agrarismo, donde las asociaciones
agraristas de Ribadavia y San Paio fueron las más radicales con la estrategia
de no pagar el foro.
La ciudad fue declarada Monumento Histórico Artístico
en 1947.
Patrimonio
Castillo de Ribadavia.
Capilla prerrománica de San Xes de Francelos.
En la sierra del Suído se encuentran los singulares
chozos.
Festa
da Istoria (Fiesta de la Historia)
Es una fiesta dentro de un ambiente medieval de origen
judío en la que participa gran parte del pueblo y la comarca. La ciudad se
engalana por todas sus calles y totalidad de los habitantes y la gran parte de
los visitantes se visten
con ropas de la época para intentar recrear el ambiente que se debía vivir en aquella época. La organización es muy completa llegando a editar su propia moneda, los maravedís, para la realización de las distintas transacciones comerciales que se pueden realizar durante la fiesta como son alquilar trajes de época, degustar diferentes comidas, tanto medievales como judías, o comprar distintos objetos de artesanía. Durante la fiesta se realizan numerosos actos de promoción de oficios artesanales o desaparecidos, exposiciones de objetos medievales, así como otras actividades relacionadas con la época medieval, muchos de ellos especialmente centrados en los niños. Los actos centrales son el Torneo Medieval, la simulación de una Boda Judía, y una Cena Medieval que cierra la fiesta.
con ropas de la época para intentar recrear el ambiente que se debía vivir en aquella época. La organización es muy completa llegando a editar su propia moneda, los maravedís, para la realización de las distintas transacciones comerciales que se pueden realizar durante la fiesta como son alquilar trajes de época, degustar diferentes comidas, tanto medievales como judías, o comprar distintos objetos de artesanía. Durante la fiesta se realizan numerosos actos de promoción de oficios artesanales o desaparecidos, exposiciones de objetos medievales, así como otras actividades relacionadas con la época medieval, muchos de ellos especialmente centrados en los niños. Los actos centrales son el Torneo Medieval, la simulación de una Boda Judía, y una Cena Medieval que cierra la fiesta.
(De Wikipedia y otras fuentes)
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Tras el primer día completo de descanso por las
tierras de Trives, nuestro iindomable espíritu viajero nos indujo a profundizar
en algo que nos quedaba muy cerca, como la zona en torno al río Sil.
De esta manera, tras desayunar en el Pazo da Pena
tomamos en A Pobra de Trives la autonómica OU-536 hasta Castro Caldelas, para, poco
después de esta villa, seguir por una carretera local bastante quebrada y con
mucha vegetación hasta Paradas del Sil, localidad en la que ya se vislumbraba
al fondo el cañón del río, con un significativo aumento del verdor y del
boscaje.
En Paradas del Sil optamos por dirigirnos hacia
Nogueira de Ramuín, en busca del Monasterio de Santo Estevo, monumento monacal
muy renombrado por su especial situación en el corazón de la Ribeira Sacra de
Ourense y más especialmente desde que se habilitó como Parador de Turismo, uno
de los más bellos y monumentales de España, pese a que su explotación resulta
problemática (cierra de octubre a marzo) porque su relativo aislamiento y el no
muy buen acceso menguan los huéspedes y
visitantes.
La visión del monasterio impresiona desde el primer
momento, con su majestuosa fachada granítica y su iglesia, visitable, aunque
son los magnificentes claustros los que más concitan la atención del visitante.
Impresionante.
Desde el monasterio decidimos dirigirnos hacia Ourense
y enlazar allí con la A-52 para desplazarnos hasta Ribadavia, bordeando el río
Miño, que después de Ourense, y recogidas las aguas de su afluente el Sil, ya
fluye abundante y ancho, ofreciendo panoramas de auténtica belleza por la combinación
de sus aguas con la vegetación.
A Ribadavia se accede mediante un importante descenso
al valle, para llegar al río Avia, y en la calle principal el viajero llega
hasta el castillo, bastante bien conservado, y la buena señalización turística
invita a profundizar en el casco antiguo, progresando desde la plaza mayor
hasta las angostas calles enlosadas que conducen hasta la iglesia junto al
mirador sobre el río Avia.
Blasones y escudos en las casas denotan pasados
señoriales, aunque también se hallan símbolos judíos.
Especialmente interesante resulta acudir a la “Tafona
de Herminia” (La Tahona de Herminia), en la que esta mujer sigue preparando
dulces y productos de origen y
reminiscencias judías, la mayoría sin mantequillas ni aceites y con
predominancia de la almendra, el dátil y la miel. Obvio es que compramos
algunos dulces.
Era la hora de la comida y aunque en la plaza
principal había unos cuantos bares y restaurantes, concurridos, en los que se
anunciaba un menú turístico más bien sin especial atractivo, en uno de ellos,
casi lleno, desistimos de la colación, porque nos percatamos que podía hacerse
eterna la espera y la atención no sería buena.
Por ello, retornados frente al castillo, acertamos a
preguntar a un anciano lugareños, quien nos recomendó seguir bajo el solo hasta
el final de una cuesta en la que estaba el Mesón “O Pucheiro”, en el que se nos
acogió amablemente y pudimos degustar un delicioso pulpo a feira (ya se sabe
que en Galicia el pulpo se elabora mejor en el interior que en la costa), a lo
que siguió una parrillada de carnes, deliciosa, que ni pudimos terminar, aunque
un buen tupper ware viabilizó reservarla para la cena.
Bien recorrida Ribadavia, optamos por seguir las
carreteras autonómicas que acercan a Portugal, sobrepasando Celanova y llegando
a Allariz, con un casco antigua interesante, desde donde ya emprendimos el
regreso a “nuestro” Pazo da Pena, desde Ourense, por la autonómica OU-536.
Aún llegamos a nuestro alojamiento con bastante luz
solar, lo que nos permitió solazarnos una vez más con los deliciosos entornos
del Pazo.
Por la noche, tras cenar los restos de la parrillada
del mediodía, caímos muy a gusto en las
confortables camas de nuestra acogedora habitación.
Otro día bien interesante, reviviendo esencias monásticas,
gozando de bellos paisajes y rememorando la cultura hebrea.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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